José es vendidoJosé
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Los Enemigos Que BUSCAN Matar tus Sueños
La semana pasada vimos que ,,,
LOS HERMANOS ,,,
ODIABAN A JOSÉ POR LOS INFORMES QUE DABA AL PADRE, ,,, TAMBIÉN ,,, ODIABAN A JOSÉ POR EL FAVORITISMO DEL PADRE ,,, PERO MUCHO MÁS …ODIABAN A JOSÉ POR LOS SUEÑOS QUE DIOS LE DABA.
En los sueños, José era una persona muy importante y exaltada, y sus hermanos se inclinaban ante él.
La reacción de los hermanos era clara y enfática. Resistían toda idea de subordinación a José y ,,, más bien ,,, alimentaron odio y envidia hacia él.
JOSÉ ES ENVIADO A SUS HERMANOS
12 Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. 13 Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. 14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.
Mencioné la semana pasada que José fue el prototipo perfecto de Cristo en el AT.
Aquí, en nuestra historia, José es enviado a sus hermanos.
Podemos ver la preocupación natural de un padre ansioso por sus hijos descarriados.
Habían estado ausentes por algún tiempo y a Jacob no le había llegado ninguna noticia sobre ellos.
El padre preocupado, sabiendo mucho de los peligros que podrían correr sobre sus hijos, y consciente de sus tendencias pecaminosas, decidió que había que hacer algo.
El pasto para el ganado era escaso en el antiguo Canaán, especialmente cuando se prolongaba el verano caluroso y seco.
Y como los hermanos no encontraban pastos adecuados para sus rebaños en los alrededores de su hogar al sur, se encaminaron cada vez más hacia el norte.
Me sorprende saber que realmente viajaron hasta Siquem, ochenta kilómetros al norte de su hogar en Hebrón.
Hay que recordar que precisamente en Siquem los hijos de Jacob habían cometido una masacre en ese pueblo. (Génesis 34:30).
Jacob también sabía que no era el único que recordaba ese terrible episodio.
El recuerdo de la traición y la crueldad con que sus hijos habían tratado al pueblo de Siquem podía aún estar fresco en la memoria de los habitantes de la región.
Había muchísimo peligro, por eso Jacob deseaba saber de su paradero.
Había que enviar a alguien a buscarlos, ¿y quién mejor que José? Entonces le asignó la misión (37:12-14).
"E Israel dijo a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos.
Y José respondió: Heme aquí. E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón.
José tenía unos dieciocho años. Probablemente hubiera preferido quedarse en su casa.
Las delicias del hogar estaban en la comunión con su padre, pero no dudó en obedecerle, no se habló sobre las dificultades, la distancia o los peligros.
Los cuales eran reales ,, Su padre sabía todo eso.
Pero, el padre Jacob estaba dispuesto a hacer el sacrificio y José estaba dispuesto a hacer aquellas cosas que agradaban a su padre.
Su respuesta inmediata fue: “Heme aquí; Aquí estoy". Casi se puede escuchar al viejito Jacob diciéndose a sí mismo mientras su amado José respondía tan dispuesto:
“Van a tratar muy bien a mi hijo.” “Se van a alegrar al verlo”,
“Es un muchacho muy lindo, muy especial, ¿Quién no la recibiría bien?”.
La escena nos transporta a la eternidad pasada y al lugar celestial, la ciudad eterna de Dios.
Allí el Padre y el Hijo habían disfrutado de la comunión a medida que pasaban las edades eternas.
Habían compartido juntos la creación de un planeta llamado Tierra, la creación del hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios.
Habían visto juntos la entrada del pecado en el mundo y la muerte por el pecado, la expulsión de la raza del paraíso y la consiguiente redención de hombre.
Así como el viejito Jacob sabía los peligros que le esperaban a su hijo, así el Padre celestial y el Hijo pudieron ver todos los peligros de un camino que conducía a través de Belén a la cruz en el Calvario.
"Ven", dijo el Padre, "yo te enviaré”. “Heme aquí", fue la respuesta instantánea del Hijo eterno ,,, y ahora del hijo de Jacob.
¿Qué va a suceder con José mientras atraviesa todos los peligros para encontrar a sus hermanos?
El favoritismo en la familia es muchas veces inevitable.
Como padres queremos tener hijos de carácter, que amen a Dios, jóvenes de buena conducta, que sepan tomar decisiones.
El problema es que si tienes 3 hijos y únicamente uno desarrolla esas cualidades, lo mas seguro es que se convertirá en tu hijo favorito.
Es el único que te obedece, te presta atención, muestra nobleza y tiene sabiduría para tomar buenas decisiones.
Es normal sentirse complacido con un hijo así ,,, Te alegra la vida, es consuelo a tu vida.
La pregunta es, ¿Cómo tratas a los demás?
Va a ser muy contraproducente si comienzas a usar a tu buen hijo o hija como ejemplo ,,, y sin mala intención los comparas.
Para tener buenas relaciones interpersonales, aquí va un consejo:
Nunca compares a tus seres amados con alguien más.
Nunca compares a tus seres amados con alguien mejor.
Hacer eso te traerá serias complicaciones.
¿Por qué no puedes ser como tu hermano? ¿Por qué no sigues su ejemplo?
Entre los cónyuges esa actitud es fatal. Nunca compares a tu cónyuge con otra persona, eso causa heridas incurables.
¿Por qué no eres cómo fulano?
¿Por qué no eres cómo el vecino? Mira como trata a su mujer, la atiende bien, es cortés, la abraza, la besa ,, ¿Por qué no puedes hacer lo mismo?
“Pero,,, a esa señora yo ni la conozco bien”.
Compararnos con otros no edifica a nadie. Somos únicos y distintos unos de otros. Dios nos diseñó de manera peculiar a cada individuo.
La solución, de acuerdo a lo que sabemos, “Tratar a todos por igual”. La Biblia va más allá de eso y lo pone de la siguiente manera.
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo” Filipenses 2:3
Claves para relaciones saludables entre la familia.
Aparten tiempo constante para conversar y cultivar la relación, ,,,, no para discutir, reprochar, aconsejar y regañar.
La idea es disfrutar el tiempo juntos, papá y mamá; papá e hijo o hija, de forma individual; mamá con hijo o hija de forma individual.
Aprenda a elogiar logros o virtudes, aunque estos parezcan ser mínimos.
Entienda esto: usted existe para edificar y fortalecer a la persona que tiene enfrente o a su lado.
Muchas veces ,,, usted no tiene ni idea de las grandes dificultades que están atravesando.
Quizá Dios lo puso allí a usted para que los fortalezca y consuele, no para reprocharles.
Y por ultimo, ore con y por esa persona. ¿Cuando fue la ultima vez que tu hijo te compartió algo y oraste en ese momento por él.
Santiago 5:16
La oración eficaz del justo puede mucho. Incluso sanar heridas entre familiares.
Génesis 37:14
14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.
Hebrón estaba a veinte millas al sur de Jerusalén, y Siquem estaba a treinta millas al norte de la ciudad santa.
De modo que los hermanos de José estaban a cincuenta millas al norte, o aproximadamente a cinco días de viaje.
15 Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? 16 José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. 17 Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán.
Cuando José llegó a Siquem, se enteró de que sus hermanos habían llevado los rebaños aún otros veinticinco kilómetros más al norte, a Dotán, una ciudad más al norte.
Me imagino que tal vez los hermanos llevaron sus rebaños hasta Dotán con la intención oculta de revisar la tierra de Siquem, cuyo gobernante había violado a su hermana Dina (cap. 34).
Pregunta: ¿Por qué regresaron a la zona peligrosa cerca de Siquem cuando la familia de Jacob tenía tan mala reputación entre los ciudadanos de allí (34:30)
Respuesta: Los hermanos estaban involucrados con la gente de la tierra de maneras que no querían que Jacob supiera.
Otra pregunta. ¿Por qué Jacob lo envió a visitarlos solo y vistiendo la prenda especial que tanto los había irritado? Uno de los servidores de confianza de Jacob podría haber realizado la misma tarea más rápido (José se perdió).
La respuesta es que la mano providencial de Dios estaba obrando para cumplir sus propósitos divinos para Jacob y su familia y, en última instancia, para el mundo entero.
Y así fue ,,,, allí en Dotán los encontró José. Su misión había sido cumplida, había llegado donde estaban y les había traído noticias desde casa,,,,
,,, buenas noticias en verdad: el padre los amaba y anhelaba su regreso; estaba preocupado por ellos.
18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. 19 Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. 20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.
Cuando José se acercó, inmediatamente lo reconocieron de lejos ya que llevaba su prenda especial.
Allí estaban, recostados en la hierba cerca de los pozos, con las ovejas esparcidas por el pasto.
Quizás se reían de alguna broma vulgar de Ruben, o tramaban alguna nueva fechoría en el vecindario mientras comían su almuerzo.
De pronto, uno de ellos, como si fuera un guardia que vigilaba atentamente a los bandidos o los lobos ,,, Gritó "¡Ey!": "¡Adivinen quién viene allí!”
“Es el amorcito de papi". “Ahí viene el hijo favorito”
Y así, rápidamente, todos los hermanos cerraron filas, ,,,, porque la Biblia registra su enemistad combinada hacia José (37:18-19). Estaban unidos en un propósito.
Cualesquiera que fueran los desacuerdos que pudieran haber tenido entre ellos, una cosa sabemos ,,,, estaban unidos en su odio hacia José.
"Y, conspiraron contra él para matarlo. Y se decían unos a otros: He aquí, viene este soñador”.
Eso era lo que más les irritaba: sus sueños. Si había algo que estaban decididos a no hacer nunca, era doblar la rodilla ante José.
No importa lo que Dios mismo hubiera destinado a José para preeminencia y poder, nunca. ,,, ellos, se lo otorgarían.
Es notable cómo el pueblo judío ha cerrado filas en su oposición a Cristo.
En las historias judías donde se considera necesario hacer mención de Jesús como el Mesías, los judíos las niegan y le niegan categóricamente su deidad.
La combinación de odio y envidia es letal. Comienza como un fuego lento en el corazón y espera la chispa que provocará la explosión.
Es como esa olla de presión que sin el control necesario en cualquier momento revienta.
Los hermanos no tuvieron que ser tentados para decidir hacerle daño a José. Lo único que necesitaban era la oportunidad, y ésta llego en tan poco tiempo.
Los tipos diseñaron un complot para matar al soñador e impedir que sus sueños se hicieran realidad.
Anteriormente, habían conspirado para matar a muchos siquemitas para vengar a su hermana (34:24–29); en contraste, aquí conspiraron para matar a su propio hermano!!!!!
Cuando José se acercó, casi podemos escuchar su alegre saludo: "¡Shalom, hermanos míos! Paz a vosotros".
Pero con un aullido de rabia se abalanzaron sobre él. Uno le retorció los brazos, otro le jaló el pelo, otro le rasgó su túnica, otro le tiró en su rostro barro, otro arrojó al joven de espaldas, otro le dio una patada en las costillas.
"¡Anda, soñador! ¡Cuéntanos uno de tus sueños!" “A ver, diviértenos”
Como un conjunto de perros salvajes, lo hirieron y lo agredieron.
De la misma manera sus descendientes, años más tarde agredieron al Hijo de Dios.
Ahora, a más de 100 kilómetros de distancia de la mirada de un padre que lo amaba en gran manera, los hermanos podían, de una vez por todas, saldar cuentas con su odiado hermano.
Rubén logró desviar sus intenciones asesinas sugiriendo que lo echaran en una cisterna.
21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. 22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.
Rubén, el mayor, un hombre marcado por su inestabilidad, dudaba ahora entre un sentido de responsabilidad y un sentimiento de su propia falta de influencia.
No deseaba que mataran a José, pero no se atrevía a defenderlo ante las burlas y la hostilidad del resto.
Se necesitaba una postura valiente a favor de José, no una sugerencia indecisa de que lo metieran en el pozo con la vaga esperanza de que más tarde podría liberarlo y enviarlo a casa.
Pilato, que vacilaba entre el bien y el mal cuando se enfrentaba a Jesús, nos muestra a otro Rubén.
23 Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; 24 y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
Rubén trató de complacer a sus hermanos a expensas de su conciencia y se hizo culpable de debilidad criminal.
José fue lanzado al pozo, y milagrosamente no murió ni se quebró sus huesos al caer.
Pero ahí estaba, en el fondo del pozo seco, herido, golpeado, magullado, sangrando y desnudo sobre el suelo rocoso de una cisterna de agua vacía.
La intención de los malvados era dejarlo morir de hambre.
Los diez hermanos parecían estar muy dispuestos a dejar que José se muriera en el pozo.
Así que todos ,,,,, indiferentes y tranquilos, se sentaron a comer, sordos a los ruegos de su hermano de que no lo dejaran morir (42:21).
25 Y se sentaron a comer pan ,,,, Probablemente, la comida provino de las delicias que José les había traído de su padre ,,, como en el caso de David y sus hermanos en 1 Samuel 17:17-18.
Es difícil entender cómo los hombres pudieron sentarse y comer tranquilamente mientras su hermano sufría y les rogaba que lo dejaran en libertad,,,,,
Años más tarde ,,, en Génesis 42:21 dice lo siguiente:
“Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.”
Los hermanos de José se rieron, bromearon y festejaron mientras escuchaban los llantos y súplicas de José.
Pero los lamentos y gemidos fantasmales de José mientras suplicaba a cada uno por su nombre: "¡Simeón!" ¡Leví!" ¡Dan!" ¡Zabulón!” ¡Rubén! - había resonado incesantemente en sus almas a lo largo de los años.
Estoy seguro que ellos ,,, más adelante ,,,, tambien tuvieron muchos sueños, pero sueños de terror, pesadillas impulsadas por sus sucias consciencias.
Claro, los corazones endurecidos por el odio y envenenados por pensamientos de asesinato no ponían nada de atención a los gritos de su víctima en ese momento.
Pensemos en lo que la propia nación de Israel le hizo a Jesús!
Todos nosotros somos potencialmente capaces de hacer lo que hicieron los hermanos de José, porque ,,,,
“engañoso más que todas las cosas el corazón, y perverso: ¿quién podrá conocerlo?” (Jeremías 17:9).
25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.
28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
Judá vio la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro.
Era muy improbable que alguien llevado a Egipto y vendido como esclavo obtuviera su libertad y regresara.
No había peligro de que su complot fuera descubierto alguna vez.
Se olvidaron de que Dios estaba mirando y todavía tenía el control
Sería difícil encontrar un crimen más cruel, pero fue superado por el crimen de Judas, un descendiente directo de Judá, que vendió a uno mayor que José por una suma igualmente insignificante.
El grupo de madianitas se acercó y detuvo a sus camellos mientras Judá gritaba:
"¡Shalom! ¿Van a Egipto?"
"La paz sea con vosotros", fue la respuesta.
"Sí, nos dirigimos hacia allí. ¿Podemos venderte un poco de bálsamo?”
"Tal vez si, tal vez si. ¿Te gustaría comprar un esclavo? Un muchacho muy listo y muy inteligente”
Los madianitas mostraron interés en hacer un trato, así que sacaron a José del pozo.
Lo obligaron a pararse ante un comerciante que lo pellizcaba a ver si estaba vivo, le examinó los dientes, inspeccionó sus pies y lo miró como si fuera un caballo.
"¿Qué tal cincuenta piezas de plata?" dijo Judá.
"¡Estás loco!" dijo el comerciante. “Para mi que no tiene animo, valentía ni energía!! Míralo, no deja de lloriquear. Te doy 10 piezas por él.
"¡Diez monedas de plata!" -gritó Judá. No seas tacaño! Míralo bien, está muy joven y fuerte!!! Por lo menos vale 50, pero ¿Qué tal veinticinco?"
"Veinte, y esa mi oferta final", dijo el madianita.
"¡Veinte monedas de plata!" -gritó Judá. "Muy bien, señores, el joven es de ustedes ahora.”
Así se cerró el cruel trato y se llevaron a José, mientras sus gritos y súplicas caían en oídos sordos.
¿Qué les importaban a los ismaelitas las lágrimas de un hebreo?
¿Qué importaba para Judá, Simeón, Leví y los hijos de las esclavas? Había sido su día de suerte.
Se habían librado de un rival y además se habían compartido unas monedas entre todos. Fue una buena ganga en efectivo.
¿Pero ,,, valió la pena? Cada uno de los diez se embolsó dos miserables monedas de plata y cada uno heredó una conciencia que nunca más descansaría.
Hay algunos tratos que son demasiado caros para que el alma los permita, algunos placeres robados que sería mejor haber evitado que compartido.
En un sentido, Judá fue responsable de salvar la vida de José.
De aquí en adelante, Judá desempeñaría un papel más activo en el liderazgo y (a pesar del fiasco de Tamar del capítulo 38) tendrá un papel más influyente en el pacto. Al final Jacob lo nombraría portador del linaje mesiánico (cf. 49:8-10).
Los madianitas compraron a José por 20 monedas de plata, pero con toda seguridad lo vendieron por el doble.
Arrastrado desnudo desde el pozo y atado a una bestia de carga para que él también pudiera transportar parte de la carga, comenzó el largo viaje hacia el Nilo.
Había comenzado su día como príncipe vestido con túnica en Israel y lo terminó como esclavo.
No había hecho nada para merecer esto. Su mayor pecado fue ser ingenuo, la hablaba con nobleza y educación a la gente y suponía que ellos responderían de igual manera.
Qué fácil le habría resultado enfurecerse. ¿Cómo pudieron sus hermanos hacer esto? Sus puños y sus palabras fueron tan brutales.
Recordó sus rostros retorcidos de envidia, rostros horribles por la maldad, ¡y ahora tan fáciles de odiar!
Pero José no iba a guardar amargura en su corazón; no iba a buscar venganza. Sin duda sus sueños le daban consuelo y esperanza.
Nosotros también tenemos sueños, visión y metas en la vida. Pero las personas, las circunstancias, el diablo y las adversidades quieren acabar con nuestros sueños.
La manera que lo hacen es cultivar en nuestra lama, rencor, amargura y odio.
Eso mata nuestra visión. Si tan solo pudiéramos ver que esas cosas ,,, son las pruebas que nos ayudarán a madurar y establecernos como personas solidas ,,,, podríamos mantenernos firmes.
Confiar en el Señor nos da vida y vida segura. Él está en control y no hay absolutamente nada que se oponga a sus propósitos.
José sufrió pero salió vencedor, esa puede ser también nuestra experiencia ,,,, cuando confiamos plenamente en Dios.
Oremos