De Saulo a Pablo: La Transformación del Perseguidor al Apóstol

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Transcript
¡Por supuesto! A continuación, te presento una plenaria sobre la conversión del apóstol Pablo, enfocada en su transformación de Saulo de Tarso a Pablo. Este evento es uno de los momentos más impactantes y significativos en la historia del cristianismo.

I. Introducción:**

Captar la Atención:
"¿Alguna vez te has encontrado con alguien cuya vida cambió radicalmente de la noche a la mañana?"
Presentar el Tema:
"Hoy, exploraremos una de las conversiones más sorprendentes de la historia: la transformación de Saulo de Tarso, un feroz perseguidor de los cristianos, en Pablo, uno de los más grandes apóstoles del cristianismo."

II. Contexto Histórico y Personal de Saulo:

Origen y Educación

Saulo nació en Tarso de Cilicia
Hechos de los Apóstoles 22:3 NVI
«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad. Bajo la tutela de Gamaliel recibí instrucción cabal en la ley de nuestros antepasados, y fui tan celoso de Dios como cualquiera de ustedes lo es hoy día.
Fue educado bajo la enseñanza del rabino Gamaliel, uno de los más respetados maestros judíos de la época.
Hechos de los Apóstoles 22:3 NVI
«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad. Bajo la tutela de Gamaliel recibí instrucción cabal en la ley de nuestros antepasados, y fui tan celoso de Dios como cualquiera de ustedes lo es hoy día.
Un fariseo fervoroso, celoso de las tradiciones de sus antepasados.
Filipenses 3:5–6 NVI
circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable.

Perseguidor de la Iglesia

Saulo aprobó la ejecución de Esteban, el primer mártir cristiano.
Hechos de los Apóstoles 7:58 NVI
lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo.
Hechos de los Apóstoles 8:1 NVI
Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban. Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén, y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria.
Se dedicó a perseguir a los cristianos, arrestándolos y encarcelándolos.
Hechos de los Apóstoles 8:3 NVI
Saulo, por su parte, causaba estragos en la iglesia: entrando de casa en casa, arrastraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.

III. El Encuentro con Cristo:

Camino a Damasco:

Saulo se dirigía a Damasco con cartas de autorización para arrestar a los cristianos.
Hechos de los Apóstoles 9:1–2 NVI
Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres.

La Visión Celestial:

En el camino, una luz del cielo lo rodeó y cayó al suelo
Hechos de los Apóstoles 9:3–4 NVI
En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

Dura cosa te es dar coces contra el aguijón:

Hechos de los Apóstoles 9:5 RVR60
El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
Hechos de los Apóstoles 9:6 NVI
Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.
Esta declaración de Jesús fue realmente una pequeña parábola de Saulo y su vida.
La inserción de dura cosa te es dar coces contra el aguijón y Señor, ¿qué quieres que yo haga? En Hechos 9:5-6 es certero, pero no está en el texto original de Lucas.
Estas frases fueron agregadas por escribas, basándose en Hechos 26.14 y Hechos 22.10 quienes pensaban que estaba haciéndole un favor a Dios poniéndolas aquí.
Hechos de los Apóstoles 26:14 RVR60
Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
Un aguijón era un palo largo y extremadamente filoso usado para hacer caminar al buey en la dirección que uno querría cuando araba. Uno lanzaba y picaba las piernas posteriores del buey con el aguijón hasta que el buey cooperaba.
Algo estaba aguijando su conciencia. aún con toda su confidencia exterior, había algo que lo molestaba por dentro. Claro dio coces contra ello, pero seguía allí. La inquietud pudo haber empezado con la oración de Esteban.
Hechos de los Apóstoles 7:57–60 NVI
Entonces ellos, gritando a voz en cuello, se taparon los oídos y todos a una se abalanzaron sobre él, lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba. —Señor Jesús—decía—, recibe mi espíritu. Luego cayó de rodillas y gritó: —¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.
Dura cosa te es: Esto demuestra el gran amor de Jesús. Él fue él quien fue perseguido, mas su preocupación fue por el efecto que tuvo en Saulo. ¡Qué corazón tan tierno tiene Jesús!

Temblando y temeroso:

El hecho de que Saulo estaba temblando y temeroso por todo esto nos recuerda que no es siempre placentero encontrarse con el cielo de una manera dramática. Saulo fue aterrorizado por esta experiencia; no estaba derritiéndose con sentimientos cálidos.
En este encuentro con Jesús, Saulo aprendió el evangelio que predicaría su vida entera. Insistió en Gálatas 1:11-12, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.

Señor, ¿qué quieres que yo haga?:

Cuando Saulo hizo esta pregunta, Jesús solo le dijo que era correcto hacer en ese mismo momento.
Con frecuencia, así es la dirección de Dios en nuestras vidas. Él nos dirige un paso a la vez en lugar de exponer todos los detalles de todo el plan de una vez.

La Ceguera y la Espera:

Saulo quedó ciego y fue llevado de la mano a Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.
Hechos de los Apóstoles 9:8–9 NVI
Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver, así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.

IV. La Intervención de Ananías:

Visión de Ananías:

El Señor habló a Ananías, un discípulo en Damasco, diciéndole que fuera a buscar a Saulo.
Hechos de los Apóstoles 9:10–12 NVI
Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor llamó en una visión. —¡Ananías! —Aquí estoy, Señor. —Anda, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.
Ananías inicialmente temía por la reputación de Saulo, pero el Señor le aseguró que Saulo era un "instrumento escogido" para llevar su nombre a los gentiles, reyes e hijos de Israel
Hechos de los Apóstoles 9:13–16 NVI
Entonces Ananías respondió: —Señor, he oído hablar mucho de ese hombre y de todo el mal que ha causado a tus santos en Jerusalén. Y ahora lo tenemos aquí, autorizado por los jefes de los sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre. —¡Ve!—insistió el Señor—, porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.

Sanación y Bautismo:

Ananías fue a Saulo, le impuso las manos y le dijo que recobrara la vista y fuera lleno del Espíritu Santo.
Hechos de los Apóstoles 9:17 NVI
Ananías se fue y, cuando llegó a la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.»
Algo como escamas cayeron de los ojos de Saulo y recobró la vista; luego fue bautizado.
Hechos de los Apóstoles 9:18 NVI
Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado;

V. El Nuevo Comienzo:

Inmediatamente Predicando:

Saulo comenzó a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios, asombrando a todos los que lo conocían.
Hechos de los Apóstoles 9:20–21 NVI
y en seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que le oían quedaban asombrados, y preguntaban: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?»

Transformación Radical:

De ser un perseguidor de la iglesia, Saulo se convirtió en un defensor apasionado del evangelio.
Hechos de los Apóstoles 9:22 NVI
Pero Saulo cobraba cada vez más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es el Mesías.
Nuevo Nombre y Misión:
Eventualmente, Saulo se conoció como Pablo, y dedicó su vida a las misiones y la plantación de iglesias por todo el mundo romano.
Hechos de los Apóstoles 13:9 NVI
Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo:

VI. Aplicaciones Prácticas:

El Poder Transformador del Evangelio:

La conversión de Saulo a Pablo demuestra que nadie está fuera del alcance del amor y el poder transformador de Dios.

La Obediencia y la Fe:

La disposición de Ananías para obedecer a Dios, a pesar de sus temores, nos desafía a confiar y obedecer a Dios incluso en situaciones difíciles.

El Llamado de Dios:

Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, y puede usar nuestras vidas de maneras poderosas para su gloria, sin importar nuestro pasado.

VII. Conclusión:

Resumen:

La historia de Saulo, que se convirtió en Pablo, nos muestra el increíble poder de la gracia de Dios para transformar vidas.

Desafío:

Invitación a reflexionar sobre cómo Dios puede estar llamándonos a un cambio radical y a un nuevo propósito en nuestras vidas.

VIII. Oración Final:

Orar por la transformación en nuestras vidas y por la disposición para obedecer el llamado de Dios, al igual que Saulo y Ananías.
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