¿Cómo cantamos a nuestro Dios?

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Introducción: en las últimas predicaciones vimos el “por qué” cantamos a Dios. Hoy vamos a ver la manera de cantar a nuestro Dios. En cuanto a la música y la alabanza, encontramos dos principios: Regulador y Normativo
por un lado, vemos el Principio Regulador. Este principio enseña que solo lo que la Bíblica expresa es aceptable, lo que no expresa como prescripción queda prohibido. Las iglesias que siguen este principio rechazan todo lo novedoso, los instrumentos y cantos que no son basados en los Salmos.
Por otro lado, tenemos el Principio Normativo. Este principio permite que los cristianos pueden expresarse o incorporar en su adoración formas y prácticas que no estén prohibidas en la Escritura, pero siempre y cuando haya orden en la adoración y que no contradigan las Escrituras. Que no contradigan las doctrinas que profesamos.
Hay muchos argumentos a favor del Principio Normativo. La iglesia primitiva empezó a cantar cantos nuevos, canto que no están en el Tanak. Muchos creen que Juan 1:1-17; Fil 2:5-11; Col. 1:15-25 eran himnos porque están escritos como poesías y no como prosa. Estos cantos eran contemporáneos en la iglesia primitiva. También, no todos los Salmos eran tradicionales en los tiempos de los salmistas, un ejemplo es el Salmo 90, este Salmo fue escrito por Moisés; y muchos Salmos eran contemporáneo de los salmistas. Por ende, nuestra iglesia es libre para cantar cantos tradicionales, los himnos que tenemos en Celebremos Su Gloria, Vida Cristiana, etc. Y también cantamos himnos contemporáneos y con instrumentos que no están en la Biblia. Pero siempre y cuando que los cantos tengan coherencia y no contradicciones con las doctrinas que profesamos como cristianos evangélicos.
Nuestra adoración siempre será de acuerdo a los estándares de la Palabra de Dios, no hacerlo, será una adoración centrada al hombre, de acuerdo al mundo. El creyente entonces debe responder su adoración conforme a la Palabra de Dios, vemos el ejemplo de Caín y Abel. Solo una adoración fue aceptada. (Jn. 4:23; Gen. 4).
Proposición: Vamos a ver en esta predicación dos características de los cantos congregacionales. Aquí vamos a ver los himnos congregacionales deben tener contenido bíblico, sus letras deben estar enfocadas para exaltar el nombre de Dios y también para edificar al pueblo de Dios. También vamos a ver que no solamente bíblico, sino que tenga una teología sana y coherente con lo que confiesa nuestra iglesia. Así como un unicitario nunca cantaría “bendita trinidad” en su iglesia; nuestra iglesia también debe tener cuidado con cada canto que entona en los cultos.
Propósito: Que cada creyente entienda los propósitos de los cantos, y que aprenda a tener cuidado de los que escucha. Las hermanas que cantan en pista sepan que no todos los que aparentan ser cristiano, tienen fundamentos bíblicos. Deben tener sumo cuidado con lo que cantan en nuestra preciosa iglesia.
I. Deben ser ricos en contenido bíblico. Col. 3:16.
El propósito de los cantos para exaltar el Nombre de nuestro Dios. “cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”
“ricos en contenido teológico y experimental, nos dirán mucho acerca de Dios, hombre y del pecado, de la salvación y de la vida cristiana” (Sugel Michelén).
Veamos un ejemplo. El himno #32 del Celebremos Su Gloria.
Señor, mi Dios, al contemplar los cielos, El firmamento y las estrellas mil, Al oír Tu voz en los potentes truenos Y ver brillar el sol en su cenit,
Coro: Mi corazón entona esta canción, ¡Cuán grande es Él! ¡Cuán grande es Él! Mi corazón entona esta canción, ¡Cuán grande es Él! ¡Cuán grande es Él!
Este himno me recuerda el Salmo 19. “los cielos cuentan la gloria de Dios”. El himno exalta el poder, la grandeza y la potencia de Dios. El coro nos presenta a una persona alegre al ver la creación de Dios.
El otro propósito de los cantos es para edificar y exhortar. En el culto, no solo se predica la palabra de Dios, sino también se canta la Palabra.
Un ejemplo, el coro “la sangre de Cristo tiene poder para deshacer lo malo en mi ser” (1 Jn. 1:9). Este coro me lleva hasta la cruz, e imagino a mi Salvador derramando toda su sangre para perdón de pecados.
El otro ejemplo, estos son solo ejemplo de como cada himno que es rico en contenido nos edifica y nos exhorta. El himno 410, “Que mi vida entera esté” nos anima a entregarnos por completo en las manos de Dios, habla la voluntad, mi tiempo, mi amor, mi voz, etc.
Muchos himnos hablan del cuidado de Dios como Padre, como Salvador, como Consolador, Pastor. Y estos himnos cumplen el doble propósito: Honra y exalta a Dios; y edifica y exhorta a los creyentes.
II. Deben ser bíblica y teológicamente sanos. (1 Co. 14:15). “Cantaré con entendimiento”.
En el primer punto vimos que los cantos deben tener contenido bíblico, pero no solamente bíblico, sino sanos. No practicamos todo lo que está en la Biblia. Por ejemplo, la Biblia enseña que demanda sacrificio de animales (Levítico). ¿estamos en pecado porque no presentamos estos sacrificios? No. Aunque, bien es cierto, la Biblia enseña eso, pero teológicamente, nosotros los cristianos, estamos bajo un Nuevo Pacto. Todos los sacrificios fueron sombras del sacrificio del cordero de Dios, nuestro buen Salvador Jesucristo.
Los cambios del Nuevo Pacto, no es solo en cuento a los sacrificios, sino también en otras áreas.
Pero en esta predicación nos enfocaremos en el “mover del Espíritu Santo”. Bajo el Antiguo Pacto, no todos los fieles tenían el Espíritu, sino solamente venía sobre los reyes, jueces, profetas y sacerdotes. Cuando estos cometían algún pecado, el Espíritu Santo salía de ellos. Tenemos el ejemplo de Sansón y de Saúl.
Jesús hace la promesa de que el Espíritu estará en los Apóstoles (Jn. 14:17 b). Pablo dice que, si alguno no tiene el Espíritu Santo, no es cristiano (Ro. 8:9). Esto implica que cada creyente tiene el Espíritu, y que somos el templo del Espíritu Santo. Y cuando el creyente peca, el Espíritu se entristece, no abandona al creyente (Ef.4:30). Antes y después de Pentecostés en el Hechos 2 la diferencia del ministerio del Espíritu es completamente diferente.
¿Qué tiene que ver esto con los cantos? Según el Principio Normativo, que nuestros cantos no contradigan las doctrinas que confesamos.
Muchos cantantes cristianos evangélicos (Centroamericanos o bautistas) toman prestado muchos cantos pentecostales. No que esto esté mal, sino cuando las doctrinas no concuerdan con lo que profesamos. Específicamente con la doctrina del ministerio del Espíritu Santo.
Veamos algunos ejemplos:
“Señor, no me quites tu Espíritu Santo”. Este canto es bíblico, es Salmo 51. El ruego de David cuando pecó con Betsabé. El problema, es que estamos bajo otro “mover/ministerio” del Espíritu.
“va bajando ya, va bajando el Espíritu de Dios”
“invitamos al Espíritu Santo para que este culto se ponga bueno”. No hay ningún texto bíblico que respalda esta frase. El Espíritu no viene sobre los creyentes en cada culto, sino que el Espíritu mora en ellos, según la promesa y Jesús y Pablo lo confirman.
Ruego a los hermanos que tengan cuidado al elegir sus cantos. Que cada canto tengo sustento bíblico y teológicamente sano.
“mientras más teológicamente preciso sea un himno, más instructivo será, le hará más beneficio al pueblo de Dios” (Sugel Michelén)
Conclusión:
“¿Cuál es el mayor problema con la adoración en la iglesia contemporánea? La adoración contemporánea es mucho más inferior que los himnos clásicos que fueron escritos 200 años atrás. La mayoría de los himnos eran escritos, no por adolescentes con guitarra sino por pastores y teólogos. Sin embargo, alrededor del comienzo del siglo XX la música de la iglesia tomó otra dirección; músicos y cantantes sin un entrenamiento pastoral y teológico formal vinieron a ser los compositores dominantes en la iglesia y la letra de los himnos comenzó a ser más ligera, más subjetiva, más enfocada al sentimiento y experiencia del adorador, y cada vez más imprecisa también” (MacArthur. Citado en el libro de Sugel Michelén. La Música y el culto Congregacional)
Cuando escuchamos la “música cristiana” de Tercer Cielo, no sabemos diferenciar si es cristiana o secular. (no que sea malo que dedique canciones a su mujer, pero lo malo es que muchos cantan esas canciones como congregacional) a diferencia de la música de la IBI (iglesia de Miguel Núñez) sus himnos están llenos de teología, aunque son contemporánea, pero edificantes.
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