La Familia Espiritual: La iglesia

La Familia Espiritual

Marcos 3:31–35

31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle.

32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan.

33 El les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?

34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.

35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Introducción

La familia es el fundamento de la sociedad, y por tal razón es la institución más atacada por satanás.

La responsabilidad de la crianza de nuestros hijos no es del estado como pretende el comunismo o las nuevas ideologías de genero sino de los padres.

Por tanto, es importante comprender que es nuestra responsabilidad inculcar valores y principios cristianos a nuestra familia.

En la familia debe haber comunicación, unidad, amistad, disciplina, derechos y responsabilidades. Fidelidad matrimonial y educación cristiana a los hijos.

Este es el propósito de Dios para la familia:

Malaquías 2:14–15 (NTV)

14 Claman: «¿Por qué el Señor no acepta mi adoración?». ¡Les diré por qué! Porque el Señor fue testigo de los votos que tú y tu esposa hicieron cuando eran jóvenes. Pero tú le has sido infiel, aunque ella siguió siendo tu compañera fiel, la esposa con la que hiciste tus votos matrimoniales.

15 ¿No te hizo uno el Señor con tu esposa? En cuerpo y espíritu ustedes son de Él. ¿Y qué es lo que Él quiere? De esa unión quiere hijos que vivan para Dios. Por eso, guarda tu corazón y permanece fiel a la esposa de tu juventud.

La iglesia se convierte en una gran familia de Dios, por eso nos llamamos hermanos.

Si la familia terrenal es muy importante, lo es aun más la familia espiritual.

Esto es lo que El Señor Jesús nos enseña en este pasaje.

El contexto social

En las culturas antiguas, los lazos familiares era muy importantes, de tal manera que la adoración religiosa era obligatoria en familia.

Cuando un padre de familia se convertía, lo hacía toda la familia.

Hechos de los Apóstoles 16:31 “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”

Si un miembro de la familia no seguía la religión de la familia, era cortado, en la persecución de la iglesia, muchos cristianos fueron traicionados por su familia, porque no seguir su religión, significaba renunciar a la familia.

Aun en la ley los hijos rebeldes eran sentenciados a muerte.

Deuteronomio 21:18–21 “18Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; 20y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. 21Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.”

La manifestación de Cristo significó problemas familiares.

Mateo 10:35–36 “35Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36y los enemigos del hombre serán los de su casa.”

En el contexto social, los hermanos que aceptaban a Cristo, eran cortados de su familia. Pero en la iglesia encontraban una nueva familia que los recibía.

Efesios 2:19 “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios”

La familia rechaza a Jesús

En este pasaje bíblico, Jesús estaba siendo rechazado por su familia.

De hecho, siendo Israel descendientes de Abraham, todos ellos eran parientes de Jesús, pero lo rechazaron. Juan 1:11 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.”

A un principio lo rechazaron porque no predicaba lo que enseñaban los escribas y fariseos.

Juan 7:5 “Porque ni aun sus hermanos creían en Él.”

En esta historia, incitado por los fariseos, su madre y hermanos querían detener su ministerio.

Volvamos al principio de este texto: Marcos 3:21–22 “21Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí. 22Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.”

La familia de Jesús había sido influenciada negativamente por los escribas, por tanto, querían estorbar a Jesús.

Jesús amaba a su familia, pero ante este dilema, Él tenía muy clara sus prioridades.

Obediencia

El Señor conocía las intenciones de su familia.

Cuando fue avisado que su familia lo buscaba, los rechazó porque sabía de sus intenciones.

Así que Él prefería estar con su familia espiritual: Marcos 3:34 “Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.”

La virtud que nos une a la familia de Dios es la obediencia.

Marcos 3:35 “Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.”

Lo que define a los grandes siervos de Dios en la Biblia es su obediencia, Noé, Abraham, José, Samuel, David, los discípulos, etc.

La obediencia está fuertemente vinculada a la fe, porque fe es creer en Dios y creerle a Dios, por lo tanto, confiadamente haremos todo lo que Él nos mande.

La palabra obediencia está relacionada con la palabra “oír” y poner por obra lo escuchado. Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”

Dios ha revelado en la Biblia sus mandatos y principios que debemos obedecer y ser integrantes de la familia de Dios.

Samuel dejó claro a Saúl la importancia de la obediencia: 1º Samuel 15:22 “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”

La obediencia es más valiosa que cualquier obra, las obras fuera de la obediencia no tienen valor.

Conclusión

Así como amamos a nuestra familia terrenal, debemos amar a nuestra familia espiritual.

1 Juan 3:14 “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.”

El Señor nos manda a amar y ser leales a nuestra familia terrenal, pero cuando se opone al evangelio, nos veremos en el dilema de elegir entre la familia de sangre o la familia espiritual.

El Señor, aunque amaba a su madre y sus hermanos, nos dio el ejemplo de preferir la familia espiritual, aunque nunca renunció a su familia terrenal.

Si nuestra familia terrenal nos aborrece por seguir a Cristo, tenemos la promesa: Salmo 27:10 “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.”

Isaías 49:15 “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.”

El Señor te aconseja a elegirlo a Él por sobre tu familia terrenal, si es que ellos te quieren apartar de sus caminos. Recuerda que Abraham abandonó a su familia por obedecer a Dios y fue bendecido grandemente.