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Sermones temáticos: Recolección  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Texto bíblico: Ex 11:2
Propósito: Presentar las bases bíblicas de la recolección, así como el consejo del Espíritu de Profecía.

Introducción

Historia de la recolección adventista
Se inició gracias a una de tantas casualidades providenciales. Jasper Wayne, que vivía en Iowa, inició el programa en 1903 cuando erróneamente recibió publicaciones adventistas y las comenzó a distribuir a cambio de una donación destinada a las misiones.
Su primer contacto le dio quince centavos, pero cuando una mujer más tarde dio veinticinco centavos, decidió sugerir esto como donación mínima. En un par de días Wayne había recaudado la buena suma de veintiséis dólares. Estaba tan animado por esta experiencia, inmediatamente ordenó 400 ejemplares de revistas que distribuyó durante el resto del año. El entusiasmo de Jasper Wayne abrió un camino para la obtención de fondos para las necesidades de la misión.
Algunos pensaban que no era correcto "mendigar dinero de los gentiles" para apoyar la obra adventista. Pero Wayne no iba a quedarse quieto. Mientras asistía al campamento de Nebraska reunida en 1904 contó su experiencia para muchos, incluyendo AT Robinson, el presidente de la conferencia. Por su experiencia personal en África y Australia, Robinson sabía de las grandes necesidades de los campos misioneros. El pastor Robinson persuadió Wayne de compartir su método con todos los campistas durante una de las reuniones generales. W.C. White, estaba entre los presentes, fue cautivado por la idea y pidió que Wayne escribiera su experiencia a su madre, Elena de White. Con el fuerte respaldo de la mensajera del Señor el programa pronto recibió aceptación oficial.
En 1908 el Comité Ejecutivo de la Asociación General, recomendó que todas las iglesias adoptaran el programa llamado "Harvest" (Cosecha), que iba a tener lugar durante la última semana de noviembre. La denominación publicó números especiales de Signs of the Times y otras revistas misioneras para su distribución en las campañas, dejándolas en agradecimiento a cada donante.

Cuerpo

Muy a menudo escuchamos la pregunta, ¿la recolección es bíblica? ¿hacemos bien en recolectar? Hay quienes afirman que ni la Biblia o Espíritu de profecía enseñan la recolección.
Al determinar la enseñanza bíblica acerca del principio de la recolección, tendremos elementos sólidos para hacer de esta práctica adventista una forma de financiar la misión en diversas áreas, en seguida, pasaremos a observar que opinaba Elena G. White con respecto a la recolección y obtener principios bíblicos y del Espíritu de profecía que nos oriente para hacer de la recolección una práctica válida e indispensable en la iglesia.

Bases bíblicas de la recolección

Israel saliendo de Egipto
Di ahora al pueblo que cada hombre pida a su vecino y cada mujer a su vecina objetos de plata y objetos de oro. Y el Señor hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios. Además, el mismo Moisés era muy estimado en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los siervos de Faraón como a los ojos del pueblo. Ex 11:2–3.
Este episodio nos enseña que el pueblo de Israel al salir de Egipto, todo el pueblo, participó, de una recolección masiva en medio de los egipcios, esta recolección, se ocupó para la construcción del santuario israelita.
Existen algunos aspectos importantes a considerar de este relato:
Aun cuando Dios es el dueño de todo.
Dios indica que cada hombre pida a los paganos.
Dios hace que el pueblo se gane el favor y la gracia de los egipcios.
Recordemos, ellos eran esclavos y no tenían posesiones como oro, plata o bronce.
Los recursos obtenidos mediante esta recolección, fueron usados para financiar el centro de culto del pueblo de Israel.
Israel regresando del exilio
Y dije al rey: Si le agrada al rey, que se me den cartas para los gobernadores de las provincias más allá del río, para que me dejen pasar hasta que llegue a Judá, y una carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin de que me dé madera para hacer las vigas de las puertas de la fortaleza que está junto al templo, para la muralla de la ciudad y para la casa a la cual iré. Y el rey me lo concedió, porque la mano bondadosa de mi Dios estaba sobre mí. Ne 2:7–8.
El pueblo de Dios estaba regresando del exilio, con muchas necesidades para hacer avanzar la obra de Dios a causa de la reconstrucción del templo y las murallas, Nehemías solicita mediante cartas, madera, a fin de completar la obra que Dios les había encomendado.
En este relato hay dos aspectos importantes:
Nehemías toma la iniciativa de pedir.
La mano de Jehová los prospera.
Nuevamente observamos el mismo principio, Nehemías solicita mediante cartas, una ayuda para reconstruir la muralla.
“Y todo lo que se requiere para la casa de tu Dios, que te sea necesario dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey. Y por mí, Artajerjes rey, es dada orden a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prontamente”. Esd. 7:20-21.
Este episodio nuevamente nos enseña que, aun cuando el pueblo llevaba provisiones (Esd 7), ahora es el rey que se ofrece para otorgarle su ayuda económica, poniendo a disposición de Esdras la tesorería real.
Observamos de este relato dos aspectos importantes:
Dios había conmovido el corazón de este rey.
Esdras toma el tesoro real para la casa de Dios (Esd. 8:25).
De estos tres episodios bíblicos podemos resaltar las siguientes enseñanzas claves acerca del principio de la recolección:
Todas las posesiones son de Dios.
La causa de Dios debe avanzar y Dios proveerá los medios (la fidelidad y la recolección de fondos).
Debemos solicitar, pedir o recolectar las posesiones en manos de los que no pertenecen al pueblo de Dios, lo que le pertenece a Él por origen.
Esas posesiones deben ocuparse para el avance de la obra de Dios.
Dios va a darnos gracia y bondad delante de los hombres.

El Espíritu de profecía y la recolección.

¿Es correcto recolectar según Elena G. White?
En varias ocasiones, hermanos que nos estaban de acuerdo con la recolección anual, cuestionaban a Elena de White sobre si era correcto este plan, a lo que ella contestaba:
“Me han llegado cartas preguntando lo que se aconseja con respecto al plan de la Recolección anual. En respuesta, voy a mencionar a todos el ejemplo de Nehemías. Cuando estaba por viajar a Jerusalén con la esperanza de restaurar las murallas de la azotada ciudad de sus padres, le dijo francamente al Rey Artajerjes el trabajo que esperaba realizar, y le solicitó su ayuda para asegurar el éxito de la empresa. Obtuvo una carta para el guardabosques del rey en las montañas del Líbano, instruyéndolo a suplir toda la madera necesaria para las murallas de Jerusalén, y los edificios que iban a ser construidos. Y los medios que le faltaban, los solicitó a quienes los podían donar”. MPa 310.4
Observemos algunos aspectos importantes en la respuesta de Elena G. White:
Ella asume que Nehemías practica la primera recolección de fondos para el avance de la obra de Dios.
Su respuesta es contestada con un ejemplo bíblico a favor de la recolección.
De esta manera, ella contesta a los que estaban dudosos o en contra de la recolección.
Ella asume que la recolección es válida para la iglesia de su tiempo.
Así pues, la recolección es una práctica con sustento bíblico, según la profeta de Dios.
Había quienes de verdad dudaban de este método para financiar la obra, a lo que ella, respondía,
“Algunos pueden poner la objeción de que no es apropiado recibir ofrendas de los no creyentes. Pregúntense los tales: “¿Quién es el verdadero dueño de nuestro mundo? ¿A quién pertenecen sus casas y terrenos y sus tesoros de oro y plata?” Dios tiene abundancia en nuestro mundo, y él ha colocado sus bienes en las manos de todos, tanto de los obedientes como de los desobedientes. Está listo para conmover el corazón de hombres mundanos, aun de los idólatras, para que den de su abundancia para el sostén de su obra; y Dios hará esto tan pronto como sus hijos aprendan a acercarse a estos hombres sabiamente y a llamar su atención a lo que es su privilegio hacer. Si las necesidades de la obra de Dios fueran presentadas de la debida manera delante de los que tienen medios e influencia, estos hombres podrían hacer mucho por el progreso de la causa de la verdad presente. El pueblo de Dios ha perdido muchos privilegios que podría haber aprovechado, si no hubiera preferido permanecer independiente del mundo.—The Southern Watchman, 15 de marzo de 1904. SC 208.3
Incluso no debemos de dudar al solicitar recursos de quienes tienen una posición privilegiada, Elena G. Comenta:
“El Señor conmueve aún el corazón de reyes y gobernantes en favor de su pueblo. Los que trabajan para él han de valerse de la ayuda que él induce a los hombres a dar para el avance de su causa. Los agentes de los cuales provienen estas dádivas pueden abrir caminos por los cuales la luz de la verdad pueda ser dada a muchos países entenebrecidos. Estos hombres pueden no tener simpatía hacia la obra de Dios ni fe en Cristo, ni conocimiento de su Palabra; pero sus dones no han de ser rechazados por este motivo”. SC 209.1
Muchas personas con recursos, reconocen, que estos, vienen de Dios; los miembros de iglesia hemos de solicitar, según la sierva del Señor, esas dádivas.
Observemos algunas enseñanzas importantes de la defensa que hace Elena G. White acerca de la recolección:
La obra de Dios necesita avanzar con los recursos de los obedientes y desobedientes.
Todos los recursos del mundo son de Dios.
La recolección tiene un respaldo bíblico con el ejemplo de Nehemías.
La recolección es válida para la iglesia en el presente.
Debemos aprender a acercarnos a las personas para solicitar recursos para la obra de Dios.

Conclusión

Hemos observado algunos principios bíblicos que se aplican a la recolección de fondos para la misión, lo que la iglesia ha llamado, la recolección anual.
Queremos invitar a todos los miembros y líderes para que, mediante los ministerios de la iglesia y los Grupos Pequeños participemos este año de la recolección anual.
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