UN EVANGELIO PARA TODOS

INTRODUCCIÓN

Lectura del texto: 1 Timoteo 2:1–8

“Exhorto, pues, ante todo que se hagan plegarias, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo. Y para esto yo fui constituido predicador y apóstol, (digo la verdad en Cristo, no miento), como maestro de los gentiles en fe y verdad. Por tanto, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.”

Oración

Introducción

Uno de los temas que está dominando la conversación pública desde hace varios años, y que seguramente lo seguirá haciendo por un buen tiempo, es el tema de la inclusión.

Hoy en día se llevan a cabo iniciativas en todas las áreas de la vida para garantizar sociedades más inclusivas, desde los gobiernos se establecen políticas, hasta las empresas que promueven su propia marca por medio de la inclusión. Hace unos días, tuve el privilegio de participar en una gala patrocinada por un importante banco español, donde se premiaba a empresarios y emprendedores en Madrid en distintas categorías como innovación, empresa familiar del año, y uno de los premios otorgados fue a la empresa más inclusiva.

Este premio fue recogido con orgullo por los representantes de la organización, quienes también animaron a otras empresas a seguir creando un entorno de respeto e inclusión en el puesto de trabajo.

Ahora bien, todo esto es importante, la sociedad debe ser una sociedad inclusiva donde las personas no sean discriminadas por su forma de pensar, habilidades, etc. Sin embargo, la inclusión ha sido usada como pretexto para promover agendas y movimientos que lejos de buscar la justicia, buscan normalizar ideas que son completamente perversas y contrarias al diseño de Dios para la humanidad.

Con la excusa de la inclusión y el respeto, se han normalizado conductas sexuales que son completamente contrarias a lo que Dios establece en su Palabra.

De hecho, hay muchas “iglesias” que han caído en la trampa mortal de seguir la corriente de este mundo, y en vez de ver una inclusión desde el punto de vista bíblico, lo hacen de la misma forma que el mundo, y llaman inclusión a lo que Dios llama pecado. Hace un par de día vi un vídeo de un pastor que genera contenido en YouTube hablando precisamente de como muchas iglesias se han apartado del evangelio y han abrazo la agenda del mundo bajo la bandera de la inclusión.

Ahora pareciera, que quienes no acepten esas conductas no son inclusivos ni respetuosos o tolerantes con los demás.

Pero escúcheme bien, algo que debemos saber es que no hay nadie más inclusivo que Dios. Nuestro Dios es un Dios que no discrimina. El apóstol Pedro comprendió esta verdad en Hechos 10:34 donde, en el contexto de la conversión de Cornelio, un gentil que no pertenecía al pueblo de Dios, pero que fue salvo por la gracia de Dios y sellado con el Espíritu Santo, llevó al apóstol Pedro a la conclusión de que no hay nadie más inclusivo que nuestro Dios. Es así como en Hechos 10:34 leemos “Entonces Pedro tomó la palabra, y dijo: «Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas.”

Sin embargo, la idea de inclusión que tiene el mundo es muy diferente a la inclusión que Dios quiere y hace.

Mientras que el mundo promueve una inclusión que lleva a aceptar la conducta pecaminosa como normal y buena; Dios, por su parte, adopta al pecador como su hijo y lo transforma y lo limpia de su maldad, sin importar su sexo, su edad, su color de piel, tu etnia o su idioma.

A lo largo de toda la Escritura, vemos a un Dios inclusivo. En el Antiguo Testamento, se hace referencia a cómo el pueblo de Israel debía aceptar a los extranjeros que quisiera habitar en medio de ellos y se unieran al pacto de Dios con su pueblo. Su casa, de hecho, sería llamada casa de oración para las naciones dice Isaías 56:6–7 “»Y a los extranjeros que se unan al Señor Para servirle, y para amar el nombre del Señor, Para ser Sus siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo, Y se mantienen firmes en Mi pacto, Yo los traeré a Mi santo monte, Y los alegraré en Mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre Mi altar; Porque Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos».”

Y por su fuera, en el Nuevo Testamento, vemos una inclusión aún más radical cuando no solamente se incluyen personas de diferentes etnias sino que se reivindica a la mujer como coheredera en Cristo. El Nuevo Testamento nos muestra de una forma más clara esta inclusión que ya se venía estableciendo desde el Antiguo Testamento. Y vemos entonces pasajes como Gálatas 3:28 “No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús.” Ahora, esto no es una abolición del género, ni de las etnias, no que es que el género femenino o masculino ya no existe, o que las razas no son reales, no, lo que nos muestra es que nuestro Dios es un Dios inclusivo.

Y una de las evidencias más claras que encontramos de esta inclusión que Dios hace, la encontramos en la primera carta de Pablo a Timoteo. El pasaje que leímos al inicio de este sermón, es una de las declaración más grandes de la inclusión Bíblica.

Pablo después de denunciar la falsa enseñanza, comienza en el capítulo 2 a aplicar correctamente las implicaciones del verdadero evangelio para todas las personas.

Por esta razón, mi argumento de esta tarde es: “La verdadera inclusión se encuentra en el evangelio”.

Este sermón está dividido en 4 puntos:

La oración de la iglesia por todos.

El deseo de Dios para todos.

Un mediador para todos.

Una enseñanza para todos.

Así que te animo a que me sigas en 1 Timoteo 2:1-8.

I. LA ORACIÓN DE LA IGLESIA POR TODOS

CONTEXTO

En primer lugar, veremos la oración de la iglesia por todo hombre. Pero antes de entrar en este asunto, debemos entender porqué Pablo habla de esto en el capítulo 2.

Verás, si lo leemos rápidamente, pareciera que esta instrucción no tiene nada que ver con lo que el autor venía comentando en el capítulo 1. Pablo había denunciado la falsa doctrina y enseñado acerca del uso legítimo de la ley. También había exhortado a Timoteo a que continuara su ministerio corrigiendo esto mismo que Pablo mencionaba al inicio de su carta. Éste, desde luego, no sería un trabajo fácil para el joven pastor, así que Pablo le dice que la clave para el éxito en su ministerio es pelear la buena batalla de la vida cristiana, manteniendo la fe y la buena conciencia.

Después de todo esto, Pablo inmediatamente comienza a hablar acerca de la oración, pero ¿por qué?

Lo que ocurría en la iglesia de Éfeso, es que las falsas enseñanzas de los pastores estaban desviando a la congregación de la verdad del evangelio, y como consecuencia estaban afectando las prácticas de la oración y la adoración de la iglesia. Es decir, la falsa enseñanza estaba afectando el culto público de la iglesia.

Lee conmigo 1 Timoteo 1:3–4 “Tal como te rogué al salir para Macedonia que te quedaras en Éfeso para que instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañas, ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios…”

Ahora lee conmigo 1 Timoteo 2:8 “Por tanto, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.”

La falsa enseñanza solo llevaba al debate teológico estéril, y digo estéril porque el debate teológico no es malo, pero si lo es cuando el fruto de ese debate son solo discusiones y pleitos inútiles. Y esto es lo que estaba pasando en Éfeso.

De hecho, Pablo no solo corrige la actitud que debían tener cuando oraban sino también los motivos por los que oraban. En el centro de la falsa enseñanza, estaban cuestiones de genealogías y cumplimiento de la ley. Como leímos en le v.3, les dijo que “no prestaran atención a mitos y genealogías interminables.” Había discusiones para saber quién sí y quién no.

Quién pertenece a qué grupo o a qué genealogía. En otras palabras, era lo opuesto a la inclusión que se haya en el evangelio. Por eso, entender todo este contexto es fundamental para comprender nuestro texto de hoy. Teniendo todo esto en mente, podemos entender mejor la exhortación paulina sobre la oración. Es muy importante entender que Pablo está hablando del culto público de la iglesia, es decir, cuando la iglesia se reúne como un cuerpo para la oración y adoración corporativa. Por lo tanto, estamos hablando de las prácticas de oración y adoración durante el culto público los domingos.

ORACIONES

Así , pues, leemos en 1 Timoteo 2:1 “Exhorto, pues, ante todo que se hagan plegarias, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres,”

El apóstol exhorta a que se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracia. La intención no es usar estas cuatro palabras de forma casual como si fueran todas lo mismo, por el contrario, Pablo se está refiriendo a cuatro aspectos importantes de la oración pública en la iglesia que debe ser dirigida por los hombres de la congregación.

Súplicas: tiene el sentido de rogar por una situación específica y temporal en la que solo Dios nos puede ayudar. Esto puede ser una enfermedad, etc.

Oraciones: en un uso restringido, tiene el sentido de rogar por necesidades que están siempre presentes, por ejemplo, crecer en santidad, crecer en amor por Dios y por los demás, etc.

Peticiones (intercesiones): aunque la RVR como la NBLA traducen la palabra como peticiones, la palabra griega es mejor entendida como intercesiones. Ambas son posibles y tienen el mismo sentido de rogar en oración a Dios a favor de otro.

Acciones de gracia: ya que todo lo que Dios nos da debe ser, debe ser expresado a Él por medio de la oración con gratitud.

Todos estos aspectos deben ser tenidos en cuenta en la oración hecha en el culto público de la iglesia, siendo dirigida por los hombres. De hecho, si usted presta atención a nuestra liturgia, verá que antes del sermón tenemos la oración pastoral, que es la aplicación más directa de este texto. En esta oración los pastores hacemos súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracia.

POR TODOS LOS HOMBRES

Esta oraciones que deben ser hechas por todos los hombres.

Esta expresión no quiere decir todas las personas e individuos de la raza humana, sino más bien, por todo tipo de personas como veremos en unos minutos. Pablo no está diciendo que la iglesia debe orar por cada individuo de la especie humana que existe, esto sería imposible. De hecho, la expresión “todos” aparece cuatro veces en nuestro texto y siempre tiene el mismo uso. No se refiere a todos los individuos de la especie humana, sino a personas de todo tipo de raza, sexo y clase social. El v.2 lo aclara de esta forma:

1 Timoteo 2:1–2 “Exhorto, pues, ante todo que se hagan plegarias, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad.”

La iglesia debe orar por personas de distintas clases sociales, incluyendo aquellos que están en puestos de autoridad y poder. Cuando oramos por España, por ejemplo, no debemos orar únicamente por los ciudadanos y no por los gobernantes.

La iglesia debe orar por todos los hombres, incluyendo a aquellos que están en autoridad a fin de que podamos vivir tranquila y sosegadamente. Esto no quiere decir que debemos orar por una vida sin problemas, sino para que la iglesia tenga la libertad de predicar el evangelio. Nuestra oración debe ser para que Dios infunda su temor en ellos, que puedan reinar con justicia y equidad, que no permitan la corrupción y castiguen a los malos, que permitan la libertad religiosa de forma que la iglesia no sea perseguida en la nación.

Todo esto tiene un solo propósito: la propagación del evangelio.

En 1 Timoteo 1:4 Pablo nos muestra que si la iglesia está distraída y envuelta en un debate teológico estéril, no estará enfocada en “ hacer avanzar el plan de Dios que es por la fe.”

En lugares donde los gobernantes persiguen a la iglesia, es más difícil la propagación del evangelio. Por lo que las personas de esta nación no escucharán con libertad la palabra de Dios.

El teólogo y comentarista bíblico William Hendriksen decía sobre este pasaje que “el estar libres de molestias, tales como guerras y persecuciones, facilitará la extensión del evangelio de la salvación en Cristo, para gloria de Dios.” Evidentemente, amados, si no tenemos que estar corriendo por nuestras vidas, tendremos más libertad para compartir el evangelio con los demás.

II. EL DESEO DE DIOS PARA TODOS

Esta oración de la iglesia por todos los hombres, refleja el deseo de Dios para todos los hombres.

Lea conmigo los siguientes versículos 1 Timoteo 2:3–4 “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.”

A Dios le agrada la intercesión de la iglesia por todos los hombres, porque su deseo es que todos los hombres sean salvos. De nuevo, la expresión todos, no se refiere a todo individuo de la raza humana, sino a todo tipo de personas. Dios no quiere salvar solo a una etnia o a personas que pertenecen a una clase social. El evangelio no es solo para los pobres, es también para los ricos. El evangelio no es solo para los latinos, sino también para los europeos. El evangelio no es solo para los hombres, sino también para las mujeres. El evangelio no es solamente para las personas mayores sino también para los jóvenes y niños.

Dios quiere salvar a personas de todo tipo.

Por esto es importante que recordemos nuestro argumento de esta tarde: “la verdadera inclusión se encuentra en el evangelio.”

Dios no hace acepción de personas, no importa si es hombre o mujer, o si es joven o anciano, no importa si es negro o blanco, alto o bajo, judío o gentil. Dios quiere que las personas de todo tipo sean salvas y conozcan la verdad.

Ahora bien, muchos han usado este texto como un argumento en contra de la doctrina de la elección. Sin embargo, el contexto nos muestra que no está hablando de todos los individuos de la raza humana sino de personas de todo clase y nación. Es lo que Pablo viene hablando en todo el pasaje. Por otra parte, si Dios quiere algo pero no lo puede lograr entonces no es poderoso. Es decir, si Dios es incapaz de cumplir con su voluntad, entonces no es Dios.

La Biblia es clara cuando dice que todo aquel que es llamado por Dios es en efecto justificado y salvado. Romanos 8:30 nos dice que “A los que predestinó, a esos también llamó. A los que llamó, a esos también justificó. A los que justificó, a esos también glorificó.”

Esto quiere decir que todo al que Dios quiere salva, en efecto lo salva. Porque no depende de la persona en sí, sino de Dios que soberanamente rescata al pecador.

Por eso, cuando este texto nos muestra el deseo de Dios para todos los hombres, debemos entender que se refiere a una inclusión de todo tipo de personas, y no tanto de una salvación universal para todo individuo.

Dios es un Dios que quiere salvar a personas de todas las naciones. Quiere que todos los pueblos conozcan la verdad.

Las naciones están inmersas en la oscuridad por el pecado, la mentira y el error reina sobre toda la humanidad.

Pero el deseo de Dios es que personas de todas las naciones conozcan la verdad. Este es el propósito desde el principio de la revelación divina. Tal como leímos en Isaías 56:7 “… Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos».”

Amados, muchas personas creen que el evangelio es algo cultural. De hecho, en muchas conversaciones que he tenido con personas de diferentes naciones siempre me dicen que mi creencia es el resultado del lugar donde nací. Que creo lo que creo porque nací en ese contexto, pero que si hubiese nacido en India o en China, tendría una religión diferente.

Y, aunque, es verdad que dependiendo del lugar donde nazcas, muy probablemente tendrás una formación religiosa u otra. Lo que no es cierto es que el evangelio es algo cultural. No. El evangelio es para todos los pueblos, y no pretende cambiar la cultura de la persona sino el corazón del pecador.

La misma gran comisión que Cristo dejó a su iglesia es alcanzar a personas de todos los pueblos Mateo 28:18–20 “Acercándose Jesús, les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. »Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones…” Tanto latinos, como europeos, como asiáticos, nórdicos, todos los pueblos son incluidos en el evangelio, no solo el pueblo judío.

Y muchas veces, veo con mucho dolor cristianos que sin intención tienen una especia de racismo religioso. Lo he visto mucho más claramente desde que comenzó el conflicto armado en Octubre del año pasado entre Israel y Hamas. Cristianos que parecen tener una alianza con Israel que la Biblia no nos llama a tener. Y en vez de orar por ambos pueblos para que Dios tenga misericordia de ellos y vengan al conocimiento de la verdad, lo que hacen es orar por Israel como nación sin interceder por los palestinos y árabes.

Amados, el evangelio no es para los cristianos y los judíos. Es también para los árabes. Dios desea que personas de todo pueblo vengan al conocimiento de la verdad y sean salvos.

III. UN MEDIADOR PARA TODOS

Por eso Dios ha provisto un solo camino por el que todos pueden entrar. El contraste en el pasaje es claro, Pablo pasa de describir la inclusión que se promueve en el evangelio, a la exclusividad del medio de salvación.

1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,”

Verás, aunque el evangelio es inclusivo, esto no implica una multitud de caminos o de medios de salvación. El ser inclusivo no quiere decir que acepta todo tipo de creencias. Está disponible para todo aquel que desee conocer al Dios y formar parte de su pueblo, pero es exclusivo en la forma en cómo podemos formar parte de ese pueblo.

Muchas personas dicen que Dios es el mismo. Que Allah, Cristo, Buda o Krisna todos son Dios simplemente ponemos diferentes nombres. Pero la verdad amados, es que aunque el evangelio es inclusivo para todo tipo de personas, es exclusivo en el medio de salvación.

Por eso Pablo hace un contraste, pasando de la inclusión a la exclusividad.

Hay un solo Dios verdadero, y hay un solo Mediador entre Dios y los hombres. Este mediador es Cristo Jesús. No hay otro.

Un mediador es aquel hace la función de intermediario entre una o más partes. En este caso, Jesús es el intermediario entre Dios y todos los hombres. La Biblia describe a los seres humanos como muertos en sus delitos y pecados, como enemigos de Dios, como hijos de ira. Todo ser humano está en esta categoría. No importa la clase social, la cultura, el idioma o el sexo, todos estamos bajo la misma condición de muerte y de enemistad con Dios.

Esta enemistad hace necesario un castigo por la maldad del ser humano. Pero la Biblia nos muestra que este castigo recayó sobre Cristo.

1 Timoteo 2:6 “quien se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo.”

Cristo vino a este mundo para entregar su vida, recibir el justo castigo de Dios que tú y yo merecemos, y así rescatarnos de la ira de Dios y del pecado.

Por esta razón, toda persona que desee formar parte del pueblo de Dios, debe venir a Cristo. No hay otra forma, no hay otro mediador.

No hay muchos dioses, hay UN SOLO DIOS VERDADERO, y hay UN SOLO MEDIADOR ENTRE ESTE DIOS VERDADERO Y LAS PERSONAS.

Amado amigo, el evangelio es un evangelio de inclusión. No importa de dónde vengas, ni qué idioma hables, ni cuántos años tengas. El evangelio no es una tradición de una cultura en particular. El evangelio es para todos. Por eso te animo, a que formes parte del pueblo de Dios, que está compuesto por personas de todo pueblo, de todas las edades, de todas las culturas y de todas las clases sociales.

Si esto es algo que deseas hoy, quiero animarte a venir a Cristo, el único y exclusivo mediador que se entregó por los pecados de todo tipo de hombres. No solamente por los judíos, sino también por los gentiles. Ven a Cristo y él te salvará.

III. UNA ENSEÑANZA PARA TODOS

Amados, esta es la enseñanza de la Biblia. Un evangelio inclusivo para todo tipo de personas, no para aquellos que pertenecían a alguna genealogía, sino para todo pueblo y nación. Dios muestra cuán inclusivo es enviando maestros y predicadores a pueblos donde no es conocido. Envía misioneros, plantadores de iglesia, pastores para que den a conocer su nombre en todo lugar y a toda nación.

En esto consistió el ministerio de Pablo, en enseñar y predicar a todos.

1 Timoteo 2:7 “Y para esto yo fui constituido predicador y apóstol, (digo la verdad en Cristo, no miento), como maestro de los gentiles en fe y verdad.”

El ministerio del apóstol consistió en enseñar y predicar tanto a gentiles como a judíos. En una descripción de su ministerio, Pablo nos dice en 1 Corintios 9:19–23 “Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar al mayor número posible. A los judíos me hice como judío, para poder ganar a los judíos. A los que están bajo la ley, como bajo la ley, aunque yo no estoy bajo la ley, para poder ganar a los que están bajo la ley. A los que están sin ley, como sin ley, aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo, para poder ganar a los que están sin ley. A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. A todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él.”

En otras palabras, Pablo fue constituido por Dios para que llevara el mensaje a todo tipo de personas. Vemos nuevamente la inclusión bíblica en el evangelio.

Pablo incluía a todos por medio de la fe y la verdad. No cambiaba el mensaje dependiendo de la audiencia, no minimizaba la verdad para atraer a las personas. Iba y se hacía como uno de ellos a fin de presentar el evangelio de Cristo, presentar al único mediador entre Dios y los gentiles.

APLICACIONES

Ahora bien, ¿cómo se traduce esto en la vida de la iglesia Bíblica Vida Nueva? Tengo

La oración debe ser central en el culto público de la iglesia: Como iglesia, intentamos ser lo más intencionales en hacer de la oración un eje central de la adoración corporativa. Por eso, nuestro culto tiene oraciones muy claras que marcan la transición en todo nuestro culto. Es importante que mantengamos la oración en el centro de la vida no solo privada, sino de la corporativa.

Cuidemos nuestra actitud al orar públicamente: Y esto, es más para los hombres de nuestra congregación. Aquellos a quienes los pastores designamos para la oración pública deben tener la misma actitud que nos exige la Escritura en este pasaje. 1 Timoteo 2:8 “Por tanto, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.” Una actitud altiva, orgullosa, o de contienda no debe tener lugar en el corazón de un hombre que guía a la congregación en la oración. No debe haber una actitud de división por doctrinas menores o debates teológicos estériles.

Prepárate para guiar a la iglesia: Sigo con los hombres, como iglesia necesitamos hombres que sean líderes tanto en la iglesia como en el hogar. En este caso, la aplicación de este texto es la reunión pública del cuerpo de Cristo. Los hombres son los que debería liderar las oraciones tanto en la iglesia como en casa. Esto requerirá preparación de tu parte, ¿alguna vez te has ofrecido a los ancianos para orar en el culto público? ¿Algunas vez has pedido ser entrenado para ello? Nuestra iglesia debería tener la sana expectativa de ver hombres liderando la iglesia.

Refleja la inclusión del evangelio en tu vida: Amados, si Dios es un Dios que no hace acepción de personas, nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Si Dios es un Dios que nos recibe, entonces nosotros también deberíamos recibir a personas de todo tipo. Una de las mayores aplicaciones del evangelio es que ya no hay barreras que separen a al humanidad. Recuerdo que al inicio nuestra iglesia estaba compuesta mayormente por personas de Venezuela, y era muy fácil dejar que la cultura venezolana dominara la vida de la iglesia, y yo mismo siendo venezolano luchaba en contra de esto. Porque esta no es una iglesia venezolana, es una iglesia cristiana, donde lo que nos une es Cristo y no otra cosa. Esto debe reflejarse tanto en la vida de iglesia entre los miembros, como también en cuán intencionales debemos ser en nuestro evangelismo. Me pregunto si nosotros pudiéramos decir lo mismo que dijo Pablo acerca de su ministerio “a todos me he hecho de todo, para que por todos los medios salve a alguno”, amado si Dios te ha traído a este país no es para que formes un gueto con los de tu nacionalidad, es para que te hagas como los de este pueblo a fin de que puedas alcanzar a los de este pueblo con el evangelio. Nuestra identidad ya no está en nuestra cultura sino en el evangelio.

¿Las personas que comparten contigo, se sienten recibidas por ti a pesar de ser de otro país u otra generación?

¿Eres intencional en hacerte como los demás a fin de encontrar puntos en común que te permitan predicar el evangelio?

Ora por todos los pueblos: Finalmente, ora e intercede por lo gobernantes, a fin de que el Señor se compadezca, y por medio de ellos permita la propagación del evangelio a todos los pueblos.

Amados, la verdadera inclusión se encuentra en el evangelio. Un evangelio que muestra que nuestro Dios desea salvar a personas de todo tipo de contexto y nacionalidad. Mi oración es que esta misma inclusión que se refleja en el evangelio sea evidente en la vida de nuestra iglesia, tanto en nuestra adoración individual como creyentes, y en nuestra adoración corporativa como un pueblo.

Oremos.