La fuerza del matrimonio
El significado del matrimonio • Sermon • Submitted • Presented
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Ari Bienvenida.
Pregunta rompe-hielo: Presentarse , ¿cuántos tiempo llevan de casados? y una cosa que disfrutan hacer juntos.
globos
No importa cuanto tiempo llevemos de casados todos conocemos de algún matrimonio que no duró mucho, o que después de haber durado tanto terminaron separándose.
¿qué es lo que pude hacer que una relación matrimonial prospere y permanezca? R:________
La verdad es que todos tenemos muchas opiniones diferentes, o tal vez tenemos la misma opinión pero no la creemos igual que otros. Para ello la Biblia nos habla honestamente qué pasa no solo a nivel superficial, sino a nivel de lo más profundo de nosotros, es decir de nuestros corazones.
obed
Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo.
El pasaje que leímos no puede estar desconectado, Pablo señala previamente que lo que distingue a la persona que está verdaderamente “llena del Espíritu”. La marca final distintiva de la plenitud en el Espíritu es, pues, la ausencia de orgullo y la renuncia al propio interés, lo que lleva a querer servir a los demás con humildad y deferencia.
DE LA SUMISIÓN PABLO AHORA PUEDE HABLAR DE LOS DEBERES DE LOS ESPOSOS Y ESPOSAS.
quizá nuestra mirada va enseguida al verbo “someteos” (reaccionando entre airados e indignados), por cuanto incide de pleno en el controvertido tema de los papeles según sexo. Pero discutir aquí ese tema es un error que puede suponer acabar no entendiendo nada de lo que Pablo está realmente diciendo, por cuanto da por sentado que ambas partes están por igual llenas del Espíritu de Dios. Hay que aprender, pues, primero a servir a los demás, ayudados por el Espíritu, para poder hacer frente así con éxito a los retos y dificultades del matrimonio. ESTO ES LA FUERZA PARA EL MATRIMONIO
Cuando leemos acerca de “estar llenos del Espíritu”, pensamos principalmente en una paz interior y en un poder particular, y, sin duda, es así. Pero Jesús se refirió al Espíritu Santo primeramente como “Espíritu de Verdad” que “os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:17, Juan 14.26 ). El Espíritu Santo le “glorificará; porque tomará de lo [suyo], y [nos] lo hará saber” (Juan 16:14). La tarea del Espíritu Santo es, por consiguiente, desvelar el significado de la persona y obra de Jesús a los creyentes, y ello de manera que su gloria, en toda su inconmensurable importancia y bondad, se haga patente en la mente y en el corazón.
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.
el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes.
La vida en la “plenitud del Espíritu” es a la vez gozo y sosiego, pero también exaltación y experiencia que nos desborda. Ahora esto puede parecernos muy abstracto
arii
algunas preguntas de reflexión
¿Cómo el Espíritu me hace ver que Jesús está obrando en mi matrimonio?
¿Cómo veo que Jesús es glorío dentro de mi matrimonio?
Que a pesar de que yo no cuido bien a mi esposa Él si cuida de nosotros.
Que a pesar de que no amo como debería a mi esposo a veces, Jesús si nos ama a pesar de nuestras fallas y faltas.
Cuando me reconocen mi trabajo o algo que hice bien, sé que mi mayor reconocimiento es que hago las cosas para Jesús, me lo reconozcan o no.
Conversa o escribe 2 minutos con tu pareja.
obed
¿Es que tenemos que ser realmente siervos? Aclaremos, el siervo antepone las necesidades ajenas a las suyas propias. Anteponer los intereses ajenos a los propios, buscando complacerles antes que darnos gusto a nosotros mismos. significa ponerlos en práctica en su forma más intensa. Se puede servir al otro con alegría, se puede hacer con resentimiento, o se puede insistir egoístamente en que impere la propia voluntad.
Arii y yo lo experimentamos cuando es tiempo de apoyarnos en casa, cuando ella espera de mi que lave los trastes, y en vez de hacerlo
el Espíritu de Dios nos ayuda de forma tan especial. En todos los textos relacionados, el apóstol Pablo traza un vínculo entre un “corazón para el servicio” y el mensaje del evangelio. ¿Qué mensaje es ese? Que somos seres tan caídos y perdidos, y tan proclives al pecado, que Jesús tuvo que morir por nosotros, por mí y por ti, pero que, llevado por su gran amor, murió voluntariamente para darnos vida y a ti y a mí. El Padre nos acepta ahora, deleitándose en nuestra relación con Él, y no porque lo merezcamos, sino por pura gracia.
El mensaje cristiano de pura gracia debería llevarnos a ser humildes y, al mismo tiempo, a elevar nuestro ánimo. Lo que en verdad nos enseña es que somos seres pecadores centrados en nosotros mismos. Mensaje que, por la gracia que comunica, desbarata toda posible idea nuestra de propia bondad y superioridad. Pero el evangelio también nos habla de un amor sin igual y de una afirmación personal que sobrepasa todo lo imaginable. No necesitamos esforzarnos para poder ser personas de valía por propio mérito. Y significa también que no tiene que preocuparnos el vernos privados de algún privilegio y comodidad, o de elogios o compensaciones. TODO ES DE MI ESPOSA Y TODO LO DE MI ESPOSA ES MIO.
El Evangelio lo creía en su cabeza, pero no había pasado a su corazón. La disposición a servir a los demás requiere la intervención del Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad, para que esa realidad penetre en nuestros corazones y los transforme.
ejemplo de Arii:
En ocasiones trata de ser la mejor esposa al tener todo impecable para que nos feliciten, nos agradezcan o afirmar ese pensamiento que somos buenas por lo que hacemos y después en base a ello pedir implícitamente un privilegio o merecimiento de algo (comprar alg), que el cuide a los niños, etc
esto nos lleva a ver qué somos seres egoístas 1 Corintios 13.4-5
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.
No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
NECESITAMOS EL EVANGELIO VER 2 Corintios 5. 15
Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado.
Esa es la esencia del pecado, según nos informa la Biblia: vivir para nosotros antes que para Dios y para las personas que nos rodean.
DINÁMICA DE ARII.
OBED
El temor de Cristo.
Sométanse unos a otros en el temor de Cristo.
el temor del Señor se asocia con un gran gozo. (Proverbios 28:14) asegura que “bienaventurado es el hombre que siempre teme a Dios”. Ahora bien, ¿cómo puede alguien atemorizado sentir gran alegría? Más sorprendente incluso es el (Salmo 130:4), donde el salmista dice: “En ti hay perdón, para que seas temido y reverenciado”. El perdón y la gracia incrementan el temor reverencial al Señor. Otros pasajes nos informan de la posibilidad de ser instruidos y crecer así en el temor del Señor (2 Crónicas 26:5; Salmo 34:11), siendo hecho patente en alabanza y maravillado deleite (Salmo 40:3; Isaías 11:3). ¿Cómo puede ser eso? Un comentarista del Salmo 130 lo explica así: “El temor servil [estar amedrentado] se habría visto disminuido, no acrecentado, por el perdón… El verdadero sentido de la expresión ‘el temor del Señor’ en el Antiguo Testamento [pues]… implica relación”
Obviamente, temer al Señor supone no tenerle miedo, aunque el término hebreo incluye las nociones de respeto y sobrecogimiento. “Temor” en la Biblia significa estar en alguna manera abrumado ante la majestuosidad y el poder de algo. Temer al Señor supone estar abrumado ante la grandeza de Dios y la inmensidad de su amor, verdaderamente deslumbrados por el brillo que se desprende de la “belleza de su ser”.
Pero lo cierto es que todos llegamos al matrimonio con algún desorden emocional. Muchos de nosotros hemos tenido que superar dudas e inseguridades a base de consagrarnos con todas las fuerzas a nuestro trabajo. Eso supone en la práctica dar preferencia a la profesión sobre la pareja y la familia, en detrimento del matrimonio. Otros piensan que un amor romántico es lo que les hará sentirse bien, haciendo de su relación de pareja su tabla de salvación. Pero no hay relación que pueda asumir eternamente esa función.
¿Entendemos ahora por qué Pablo introduce el tema del matrimonio instándonos en primer lugar a amarnos los unos a los otros “en el temor de Cristo”? Llegamos al matrimonio motivados por miedos, deseos y necesidades. Si me planteo el matrimonio como el medio para llenar el vacío espiritual que corresponde llenar a Dios, no estaré en verdadera disposición de servir a mi esposa. El hueco de Dios solo él lo puede ocupar. Mientras Dios no disponga en mi vida del lugar que le corresponde, seguiré quejándome de que ella no me ama lo suficiente, que no me respeta como debiera y que no me apoya como yo necesito.
Es muy posible sentir que uno está “locamente enamorado,” cuando en realidad no deja de ser mera atracción por alguien que satisface nuestras necesidades, nos ofrece refugio en las inseguridades y da respuesta a nuestros interrogantes. En esa clase de relación, se exige y controla, más que se da y se recibe. La única manera de evitar el sacrificio del gozo y la libertad de nuestra pareja es volvernos a Aquel que verdaderamente ama nuestra alma.
La única manera de evitar el sacrificio del gozo y la libertad de nuestra pareja es volvernos a Aquel que verdaderamente ama nuestra alma. Aquel que se sacrificó voluntariamente por nosotros en la cruz, asumiendo la culpa que pesaba sobre nosotros por nuestros pecados y transgresiones contra Dios y contra el prójimo. En la cruz, Jesús sufrió abandono, experimentando la tortura del infierno. Y todo por amor a nosotros. Ahora, por la gracia y perdón del sacrificio del Hijo, podemos conocer el cielo del amor del Padre por la acción del Espíritu. Jesús sí que “creó un cielo en medio de la desesperanza del infierno”. Fortalecidos por ese amor de Dios, nosotros ahora podemos entregarnos verdaderamente en amoroso servicio a nuestra pareja dentro del matrimonio
Dinámica de despedida