Si el hombre evolucionó, entonces sólo es una forma de animal superior, sin sensibilidad ni responsabilidad moral. Sin embargo, las Escrituras presentan al hombre como una criatura moral, responsable ante Dios. La inmortalidad del almas es una enseñanza que muestra que el alma no está sujeta a la muerte o a la desaparición. Sin embargo, la que pecare dice Dios está sujeta a una separación eterna en el hades, o el infierno de fuego.