El Padre más padre

Sermones temáticos: Día del Padre  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Texto bíblico: Gén 22:2.

Introducción

Ilustración
Una enfermera australiana llamada Bronnie Ware tuvo la oportunidad de comprobar en primera persona cuáles son los anhelos y arrepentimientos de las personas que saben que van a morir y decidió plasmarlo en un libro titulado:
Los cinco mandamientos para tener una vida plena: ¿De qué no deberías arrepentirte nunca?
Bronnie comenzó a trabajar casi por casualidad para una enferma terminal.
Ella era medio hippie y no tenía dónde dormir, así que accedió a cuidar de esta enferma a pesar de que no tenía experiencia en enfermos terminales, pero al fin y al cabo era un trabajo y tenía el alojamiento gratis.
Durante los últimos meses tuvo la oportunidad de conversar con ella durante muchas horas y la enferma terminó abriendo su corazón y relatándole cuáles eran los sueños que no había cumplido y de los que se arrepentía.
El boca a boca hizo que fuese a cuidar de otro enfermo terminal y casi sin darse cuenta terminó convirtiéndose en una excelente profesional especializada en este tipo de casos.
Siempre se repetía la misma historia: los moribundos tenían una fase de arrepentimiento donde se confesaban en su lecho de muerte y se lamentaban de las oportunidades perdidas.
Bronnie decidió contar su experiencia y recopilar muchos de los casos llegando a la conclusión de que todos mostraban cinco grandes arrepentimientos. Ordenados del quinto al primero son los siguientes:
Ojalá me hubiese permitido ser más feliz.
Ojalá hubiese tenido más contacto con los amigos y no hubiese perdido muchos por el camino.
Ojalá hubiese podido expresar mis sentimientos.
El segundo gran arrepentimiento es: «Ojalá no hubiera trabajado tanto». La mayoría de la gente que está a punto de morir piensa que no disfrutó lo suficiente de sus seres queridos, que se perdió la infancia de sus hijos, que no pasó el tiempo necesario con su pareja, en definitiva, que trabajó innecesariamente para conseguir bienes materiales de los cuales ya no iba a disfrutar en compañía.
Y aquí llega el número uno, el más importante de todos: «Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que quería hacer y no lo que otros esperaban que hiciera».” [Mago More, Superpoderes del éxito para gente normal]
Ilustración
Los guardabosques del Parque Nacional Pilanesberg, en el noroeste de Sudáfrica, comenzaron a notar que los rinocerontes blancos eran asesinados a un ritmo de aproximadamente uno por mes.
Luego empezó a ocurrir el mismo fenómeno en el parque Hluhluwe-Umfolozi, en el sureste del país.
Los cazadores furtivos que buscan cuernos preciosos son los sospechosos habituales cuando los rinocerontes aparecen muertos. Pero no esta vez.
Estos animales quedaron intactos, con cuernos y todo. Además, sus heridas no habían sido causadas por disparos sino por objetos largos y afilados con cierta masa.
El misterio pronto se resolvió: los rinocerontes habían sido asesinados, claro, pero los perpetradores no eran cazadores furtivos sino paquidermos: elefantes macho jóvenes y agresivos que atacaban a los rinocerontes derribándolos, arrodillándose sobre ellos y corneándolos.
No está claro qué impulsa a los elefantes a hacerlo. Sin embargo, los guardabosques y los expertos en comportamiento animal tienen una teoría y, si bien enfatizan que es especulativa, la idea es convincente.
Los expertos dicen que los elefantes pueden ser depravados porque cuando eran niños sufrieron privaciones.
Al parecer, todos los alborotadores son huérfanos, separados de sus padres cuando eran crías durante operaciones de sacrificio en el enorme Parque Nacional Kruger y reubicados para establecer poblaciones de elefantes en parques y reservas privadas en todo el país.
Desde 1978, casi 1.500 crías huérfanas, 600 de ellas machos, han sido trasladadas a lugares desconocidos y criadas sin exposición a elefantes adultos ni a la estructura social jerárquica que define la vida de los elefantes.
El efecto a largo plazo de este aislamiento parece ser una generación de delincuentes juveniles. "Todo esto tiene mucho que ver con la configuración de la sociedad de los elefantes", dice la zoóloga Marian Garai, una sudafricana nacida en Suiza que ha estado estudiando la reubicación.
En circunstancias normales, dice, un elefante macho mayor y dominante está presente para mantener a raya a los toros jóvenes. Sin embargo, a los jóvenes recién llegados no se les proporcionó ningún modelo a seguir, y Garai cree que esto puede haber tenido un profundo efecto en la psicología de los elefantes.

Cuerpo

Abraham

Un padre imperfecto
No es justificar ni solapar a Abraham, pero era imperfecto (Gén 16), toma a otra mujer que no es la suya.
Miente por conservar su vida (Gén 20), dice una verdad a medias.

Un padre amoroso

Abraham, daba todo por Isaac (Gén 21:8).
Pasaba tiempo con Isaac.
¿Cuánto tiempo pasas con tus hijos?
Amaba a Isaac (Gén 22:2).

Tiempo de calidad con los hijos

Algunos datos importantes
“De acuerdo con el Centro Nacional para Niños Pobres, es dos veces más probable que los varones sin padres abandonen la escuela o los metan presos…”
Y casi cuatro veces más probable que necesiten tratamiento para problemas emocionales y de comportamiento que los varones con padres.
“Muchos investigadores están de acuerdo con que perder a un padre (o no haber tenido uno nunca) es catastrófico para los varones.
Treinta años atrás se creía que la pobreza y la discriminación eran las principales responsables del crimen juvenil y de otros problemas de comportamiento.
Ahora sabemos, que la desintegración de la familia es la verdadera responsable.
Ilustración
Un hombre de cincuenta y ocho años que me describió el desagradable recuerdo que tenía de su padre.
Este había sido un ministro al cual el trabajo y otros intereses lo habían consumido.
Nunca asistía a los eventos deportivos ni a ninguna otra actividad en la cual su hijo participaba.
Tampoco lo disciplinaba ni lo apoyaba. Cuando el joven llegó al último año de la secundaria, era primera defensa en un gran equipo ganador de fútbol americano.
Cuando su equipo fue seleccionado para el campeonato estatal, este joven deseaba desesperadamente que su padre lo viera jugar.
Le rogó: «Por favor, ¿podrás estar allá el viernes por la noche? Para mí es muy importante». El padre prometió ir.
La noche del gran juego, el joven se encontraba en el campo haciendo precalentamiento, cuando de repente vio a su padre que entraba al estadio junto con dos hombres vestidos con trajes.
Estuvieron hablando entre ellos por un rato y luego se fueron.
Al hombre que me contó esta historia le corrían las lágrimas por las mejillas al revivir aquel difícil momento que había tenido lugar hacía tanto tiempo.
Habían pasado cuarenta años desde aquella noche y, sin embargo, el rechazo y la desilusión que sintió siendo un adolescente permanecían tan vívidos como siempre.
Un año después de aquella conversación que tuvimos, el padre de este hombre murió a la edad de ochenta y tres años.
Mi amigo, solo y de pie frente al ataúd de su padre en la funeraria dijo con tristeza: «Papá, hubiéramos podido compartir tanto amor juntos, pero en realidad, nunca te conocí».
[James C. Dobson, Cómo criar a los varones, Cap. 5, el Padre esencial]

¿Cómo pasas tiempo con tus hijos?

¿Juegas con él?
Lo acompañas en sus intereses.
¿Conoces quienes son su amigos?
¿Cuando comen, tienes el celular en la mano?

Un padre fiel a Dios

Abraham seguía el mandato de Dios (Gén 21:4).
Heme aquí (Gén 22:1), estaba dispuesto a ir donde Dios lo enviara.
Temes a Dios (Gén 22:12), no rehusó en obedecerle.
Obedecido mi voz (Gén 22:18).

El padre pródigo

Amor incondicional

No importa las acciones rebeldes del hijo, lo sigue amando.
Les repartes sus bienes (Luc 15:12).
Siente compasión, la abraza y besa (Luc 15:20).
Lo arropa (Luc 15:22-23).
Si lloras me voy a ir.
Si te portas mal, no te voy a querer.
Nuestro Padre celestial no ama incondicionalmente.
Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”

Conclusión

Los padres tienen el privilegio de llevar a sus hijos consigo a las puertas de la ciudad de Dios, diciendo: “He procurado instruir a mis hijos para que amen al Señor, para que hagan su voluntad y lo glorifiquen”.
Las puertas se abrirán para ellos, y entrarán los padres y los hijos.
Pero no todos podrán pasar. Algunos serán dejados afuera con sus hijos, cuyos caracteres no habrán sido transformados por la sumisión a la voluntad de Dios.
Una mano se alzará y se escucharán estas palabras: “Habéis descuidado vuestros deberes del hogar. Habéis fracasado en realizar la obra que habría capacitado al alma para habitar en la morada celestial.
No podéis entrar”. Las puertas se cerrarán para los hijos porque no aprendieron a cumplir la voluntad de Dios, y para los padres porque descuidaron sus responsabilidades.—Manuscrito 31, 1909. CN 16.1
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