¡SER TESTIGOS Y EL DOBLE MANDAMIENTO!

Cumplamos el propósito de Dios  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Amar a Dios y al prójimo debe impulsarnos a hacer discípulos.

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INTRODUCCIÓN:

En el contexto, Jesús venía respondiendo cuestiones, o preguntas a los líderes religiosos de la época, que querían hacerlo quedar mal, o hacerle caer.
A los herodianos en referencia apagar los impuestos (22: 15-22).
A los saduceos, en referencia a la resurrección(22: 23-33).
Y aquí en la porción leída, del 34 al 40, está respondiendo a los escribas en relación al primer y gran mandamiento.
Más adelante, responde a los fariseos en referencia al hijo mayor de David( 41-46).
Hoy vamos a aprender de la respuesta de Jesús a los escribas, en los versículos 34-40, para ver cómo su respuesta tiene relación con el propósito de Dios para nosotros.
Dios quiere que nosotros seamos sus testigos.
Dios ha dejado un gran mandamiento, un manadmiento doble, que se aplica a todos los ambitos de nuestra vida cristiana, nosotros necesitamos ser obediente a este mandamiento, a través de la obediencia a otros mandatos que el Señor nos ha dejado en su palabra.
Hay DOS mandatos del Señor que están relacionados con el mandto de ser testigos de Él, que todos debemos considerar y aplicar.

I. SOMOS TESTIGOS DE CRISTO, PORQUE LE AMAMOS.

Dijimos que Jesús respondió una pregunta a los escribas, ¿Cuál es el más grande mandamiento? Mateo 22:34-36
Mateo 22:34–36 RVR60
34 Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. 35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Y Jesús responde sin titubiar, con el mandato que es parte de la ley mosaica y además una antigua tradición Judía.
Mateo 22:37 RVR60
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este versículo, es parte de lo que se conoce como el “Shemá”(en Hebreo, es oir), en Deuteronomio 6:4-5
Deuteronomio 6:4–5 RVR60
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
El Shemá comprendía los textos de Deuteronomio 6:4–9; 11:13–21; y Números 15:37–41, en gran medida los pasajes más conocidos, más citados, y más copiados de las Escrituras en el judaísmo.
En la época de Jesús todo judío fiel recitaba el Shemá dos veces al día.
De ahí que Jesús estuviera diciendo que “el gran mandamiento es el mandato de Moisés que todos ustedes recitan diariamente y que muchos de ustedes sujetan en sus brazos y frentes cada día”
El termino para “Amor”, en hebreo, “Aheb”, se refiere principalmente a un acto de la mente y la voluntad, el cuidado determinado por el bienestar de algo o alguien.
Es el amor que reconoce y elige seguir lo que es justo, noble y verdadero, independientemente de cuáles podrían ser los sentimientos que se tengan en un asunto.
Es el “Aheb”, en hebreo equivalente del griego agapaō en el Nuevo Testamento, el verbo del amor inteligente, decidido y comprometido que es un acto de la voluntad.
Este amor está en contraste con la emoción y el tierno afecto de phileō y el amor físico y sensual de eros (el cual no se utiliza en el Nuevo Testamento)
¿Qué es lo que este mandato enseña?
Jesús dice: Amar al Señor con todo el corazón, con toda el alma, y con toda la mente (el relato de Marcos añade “fuerzas”, 12:30).
Jesús recuerda que Dios ya ha mandado que le debemos amar con cada parte de nuestro ser.
Corazón, implica al centro del ser personal del individuo.
El término alma está más cerca de lo que llamaríamos emoción.
Mente corresponde a lo que por lo general se traduce “fuerzas”, es usado aquí en el sentido de determinación y vigor intelectual y voluntario, y conlleva tanto el significado de esfuerzo mental como de firmeza.
Entonces Jesús les recuerda que el más grande mandamiento implica que:
El auténtico amor por el Señor es racional, sensible, deliberado y servicial. Abarca pensamiento, sensibilidad, intención e incluso acción donde eso es posible y apropiado.
Ahora, pensemos ¿Cómo podemos relacionar este mandamineto con el hecho de que Dios nos ha llamado a ser testigos de Él?
1. Quien ama verdaderamente al Señor con todo su corazón, con toda su alma, y con toda su mente es aquel que confía en Él y le obedece.
Jesús dijo:
Juan 14:15 RVR60
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Guardamos sus mandamientos, implica conocer, aprender y obedecer lo que él nos ha enseñado.
No es una obediencia forzada, es una obediencia de corazón, Juan 14:21
Juan 14:21 RVR60
21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Entonces cuando somos capaces de obedecer la verdad de Dios, es cuando mostramos que de veras amamos a Dios.
2. Entonces, es cuando amamos a Dios que obedecemos sus mandatos relacionados al evangelismo y el discipulado. Mateo 28.19-20
Mateo 28:19–20 RVR60
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Es porque amo a Dios y que lo muestro en mi obediencia, que acepto su mandato y predicoa a otros de Crsito, y disipulo a los que van recibiendo la salvación.
Es cuando amo a Dios que le obedezco y puedo negarme a mi mismo, para hacer su voluntad. Jesús lo enseñó así.
Lucas 9:23 RVR60
23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Pero Jesús cruzó el primer mandato que lo complementa.

II. SOMOS TESTIGOS DE CRISTO PORQUE AMAMOS AL PRÓGIMO.

Mateo 22:39 RVR60
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Pregunto: ¿No es a caso sorprendente que el segundo mandamiento implique la misma virtud, el amor?
Jesús está haciendo incapié en lo que él mismo hizo por nosotros.
Piense por un momento en la cruz, y en la forma en qué Jesús fue colgado en ella.
El madero vertical, mostrabaj su amor y obediencia al padre, de quien había recibido la encomienda de venir acá en la tierra y morir por nuestros pecados.
El madero horizontal y sus brasos extendido, representan su amor para con nosotros, que siendo pecadores Cristo murió por nosotros.
Jesús nos recuerda, que su mandato de amar a Dios, no será autentico en nosotros si no amaos al projímo.
En otras palabras, Jesús está llevandonos a pensar que:
El amor verdadero por el prójimo es de la misma clase que el amor verdadero por Dios. Resulta por decisión deliberada, intencional y activa, no solo por decisión sentimental y emocional.
Y declaró que este amor se mide por el amor por uno mismo.
Es interesante que esta afirmación de Jesús, tiene una estrecha relación con la regla de oro que el también enseña en Mateo 7.12 como parte del sermón del monte.
Mateo 7:12 RVR60
12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Entonces, si amo a Dios, también amaré a mi projímo.
Y mostraré mi amor a Dios obedeciéndo su mandato y mi amor al prójimo, recordando que él tiene necesidad del evangelio tanto como la tenía yo antes de conocer a Cristo, ambas cosas me llevarán a predicarle, a testificarle de Cristo, y a discipularle.
¿Podemos ver como se entrelazan estos mandatos con el hecho de ser testigo de Cristo?
Anecdota, el niño que salió a evangelizar.

CONCLUSIÓN:

Unas preguntas importante para reflexionar:
¿Qué me está moviendo a mi a evangelizar y a hacer discipulos?
¿ Es el amor a Dios, mostrandolo al prójimo?
Y si no estoy siendo testigo de Cristo, ¿Porqué no lo estoy siendo?, ¿Qué me lo impide?
¿Acaso me falta amar a Dios de forma auténtica?
Cada uno debe responder de manera personal a esta pregunta y hacer su compromiso con Dios.
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