La Respuesta de Cristo a la Duda

18 Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, 19 y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 20 Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 21 En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.

La Duda de Juan el Bautista:

Lucas 7:18-19: "Entonces los discípulos de Juan le informaron de todas estas cosas. Juan llamó a dos de sus discípulos y los envió al Señor para que le preguntaran: '¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?'" Ilustración: Imagina a un faro en una tormenta. Juan, el faro de la fe, ahora se encuentra en medio de una tormenta de dudas, buscando claridad en la oscuridad. Ejemplo Bíblico: Abraham y Sara también tuvieron dudas cuando Dios les prometió un hijo en su vejez. Sara se rió al escuchar la promesa, dudando de que pudiera ocurrir (Génesis 18:12, 17:17). La Respuesta de Jesús:

Lucas 7:20-22: "Cuando aquellos hombres llegaron a Jesús, le dijeron: 'Juan el Bautista nos ha enviado a ti para preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?' En ese mismo momento, Jesús sanó a muchos de enfermedades, dolencias y malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Entonces les respondió: 'Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncia el evangelio.'" Versículo de Apoyo: Isaías 35:5-6 "Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. El cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de alegría." Jesús no solo responde con palabras, sino con hechos que cumplen las profecías mesiánicas. Él demuestra su identidad a través de sus acciones. Ejemplo Bíblico: Moisés dudó de su capacidad para liderar a Israel fuera de Egipto, diciendo: "¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel?" (Éxodo 3:11). Pero Dios mostró su poder a través de Moisés con señales y milagros. El Llamado a la Fe:

Lucas 7:23: "Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí." Versículo de Apoyo: Hebreos 11:1 "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Jesús nos llama a mantener nuestra fe, incluso cuando no entendemos completamente sus caminos. Ejemplo Bíblico: Elías, después de su gran victoria sobre los profetas de Baal, huyó por su vida y dudó de su propósito, deseando morir (1 Reyes 19:4). Pero Dios le recordó su misión y lo fortaleció.

Aplicación:

Reconocer la Humanidad de la Duda:

Todos enfrentamos momentos de duda. Es importante recordar que incluso Juan el Bautista, el profeta que preparó el camino para Jesús, tuvo sus momentos de incertidumbre. Ejemplo Bíblico: Tomás, uno de los doce discípulos, dudó de la resurrección de Jesús hasta que pudo ver y tocar las heridas del Señor (Juan 20:24-29). Buscar Respuestas en Cristo:

Cuando dudamos, debemos buscar respuestas en Jesús y en su palabra. Sus acciones y enseñanzas nos brindan la seguridad de que Él es el Mesías. Confiar en el Testimonio de las Obras de Cristo:

Las obras de Jesús, como sanar a los enfermos y proclamar el evangelio, son testimonios vivos de su divinidad y su amor por nosotros. Debemos confiar en su obra continua en nuestras vidas. Mantener la Fe en Tiempos de Incertidumbre:

La fe es la clave para superar la duda. Debemos aferrarnos a la promesa de Jesús y confiar en que Él está obrando, incluso cuando no lo vemos claramente.

Conclusión: En momentos de duda, volvamos nuestros ojos a Jesús. Su vida, sus milagros y su amor incondicional nos aseguran que Él es el Mesías prometido. Seamos bienaventurados al no escandalizarnos de Él, sino al mantener nuestra fe firme en su palabra y en sus promesas. Que este testimonio de Cristo fortalezca nuestra fe y nos guíe en cada paso de nuestra vida.

Oración Final: Señor, gracias por tu fidelidad y por las obras maravillosas que has hecho y sigues haciendo en nuestras vidas. Ayúdanos a mantener nuestra fe firme en ti, incluso en medio de la duda. Que tu Espíritu Santo nos guíe y nos fortalezca. En el nombre de Jesús, amén.