El gran honor de pertenecer al pueblo de Dios

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Desde que el hombre peco, Dios siempre ha tenido un pueblo que le adore de entre la raza caída y corrupta, siempre ha revelado su reino al mundo a través de un pueblo escogido. Siempre ha tenido un remanente.
En Genesis 3. 15 vemos que después de que Adán pecara y toda su descendencia cayera en desgracia, Dios empezó a revelar un plan (Pacto de gracia) de Salvación. La confesión bautista de fe dice: Este pacto se revela en el evangelio; en primer lugar, a Adán en la promesa de salvación a través de la simiente de la mujer, y luego mediante pasos adicionales hasta completarse su plena revelación en el Nuevo Testamento.
La palabra clave aquí es descendencia, esta palabra puede ser singular o plural.
También debemos notar que La descendencia de la cual se habla es una descendencia espiritual ya que el enemigo contra el cual peleara es espiritual, es decir contra Satanás. Esta descendencia no es todos los hijos de Eva sino uno en específico.
Por eso Pablo en Gálatas 3:15 dice que la promesa fue hecha a la descendencia de Abraham, la cual es Cristo, Barton dice:
Pero también los que están en Cristo participan de esta simiente espiritual y de la promesa, ya que ellos son uno con Cristo, ellos son su cuerpo y él es la cabeza. (Gálatas 3:16; 3:29).
Este pueblo que pertenece a Dios siempre ha considerado un gran tesoro ser parte de este pueblo santo y escogido.
Pero los que no son parte de este pueblo siempre lo han menospreciado.
Desde los versículos Efesios 2: 11-22 el apóstol nos habla de como los gentiles hemos sido unidos a ese pueblo glorioso de Dios.
Cuando Pablo escribió el párrafo presente se hallaba en elevado ánimo espiritual. Esto es evidente por el hecho de que la oración y doxología halladas en el cap. 3 son el clímax natural de 2:11–18 y 2:19–22.
A fin de entender el párrafo presente se ha de tener en mente que el apóstol conocía por experiencia personal cuán difícil era fundir a judíos y gentiles en una unidad orgánica, unidad de perfecta igualdad. Hendriksen.
Recordemos que los judíos consideraban a los no judíos como perros y los no judíos odiaban a los judíos, había gran enemistad entre estas personas.
Los judíos pensaban que la salvación era solo para los judíos y si los gentiles iban a ser salvos tenia que ser guardando ciertas cosas y también pensaban que los gentiles eran cristianos de baja categoría.
Aquí Pablo nos recuerda nuestra vida anterior y como Dios en Cristo ha hecho posible que nosotros seamos parte del glorioso pueblo de Dios, en la ultima parte nos dice que es este pueblo de Dios, hace esto para que nosotros demos gloria Dios por su bondad para con nosotros.
I. La desgracia de no pertenecer a este pueblo (Efesios 2:11-12)
II. El gran sacrificio que tuvo que hacerse para poder crear este pueblo. Efesios 2:13-17.
III. Lo que este pueblo es. Efesios 2:19–22.
I. La desgracia de no pertenecer a este pueblo. ¿Qué somos sin Jesús? Efesios 2:11-12
Podemos ver el gran honor de pertenecer a este pueblo viendo la desgracia de estar fuera de este pueblo. Aquí vemos 6 privilegios que no tienen los que no están en este pueblo.
A. No teníamos la señal del pacto por tanto no pertenecíamos al pacto. Efesios 2:11.
1. Esta señal era externa, hecha en la carne. Todos los niños judíos debían ser circuncidados a los ocho días de nacidos. Ese era el mandato divino, era la señal externa de que pertenecían al pueblo elegido. Los judíos se sentían orgullosos de llevar esa señal, aunque a la mayoría de ellos de nada les servía.
2. Por medio de este rito ordenado por Dios, todo varón llegaba a formar parte del pacto que Dios había hecho con Israel (Gn 17:9–12;13;14). Véanse coments. en Ro 2:25 y Gá 2:12.
3. Los no judíos no tenían esta señal por lo tanto se sabia que ellos no eran parte del pueblo elegido. Por eso los judíos los despreciaban.
B. No teníamos a Cristo (Efesios 2:12)
1. Lo que quiere significar es que antes de su conversión esta unidad “en Cristo” no había llegado, en aspecto alguno, a ser una experiencia. Habían andado a tientas en la obscuridad, inmundicia, y desesperación de pecado. No habían entrado aún en posesión de la luz, santidad, y esperanza de los que han conocido a Cristo. De ahí que en estado anterior habían sido indeciblemente miserables.
2. El mayor gozo del cristiano es la solemne seguridad de que nadie ni nada podrá jamás separarles del amor de Cristo (Ro. 8:35). De este gozo los efesios habían sido alejados a gran distancia. Hendriksen.
i. No teníamos las bendiciones descritas en el capitulo uno, ya que esas bendiciones se encuentran solo en Cristo (Efesios 1:3).
C. No éramos ciudadanos del pueblo de Dios Efesios 2:12.
1. Por cierto, que, hablando en sentido absoluto, ellos no estaban sin ciudadanía. Pero, aunque incluidos en la provincia romana de Asia, se hallaban excluidos de las abundantes bendiciones que eran pertenencia de la teocracia judía.
2. No tenían ciudadanía entre el pueblo elegido. Esto, sin duda, era una deplorable falta, puesto que fue a Israel (tocante al significado del nombre véase Gn. 32:28) que Dios se había revelado desde gran antigüedad en manera especial.
3. A este pueblo le había dado
a. sus leyes, su especial protección, sus profecías y promesas. Léanse los siguientes conmovedores pasajes: Dt. 32:10–14; 33:27–29; Sal. 147:20; Is. 63:9; Ez. 16:6–14; Am. 3:2. De todo esto habían sido excluidos los efesios. Hendriksen
D. No teníamos parte en los pactos divinos. Efesios 2:12
1. Habla de varios pactos porque Dios hizo varios pactos, pactos que estaban relacionados entre sí, uno agregaba más información que él otro hasta que por fin se dio la revelación completa en el nuevo pacto hecho por Cristo.
a. Los pactos de la promesa ¿Cuál era la promesa? Porque la principal promesa es: Yo seré vuestro Dios.
i. Es una promesa de relación, de salvación y redención, perdón de pecados y vida eterna con Dios.
B. La principal promesa para nosotros no es que seremos ricos y siempre tendremos salud dinero, sino que Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos.
E. No teníamos esperanza. Efesios 2:12
1. Esta es una secuencia muy natural, puesto que la esperanza cristiana está basada en la promesa divina.
2. Esperanza es:
a. la sólida y firmemente anclada seguridad de la salvación. Tal esperanza es uno de los más preciados dones de Dios, y se menciona juntamente con la fe y el amor (1:15, 18; cf. 1 Co. 13:13).
b. Es el conocimiento de la promesa de Dios más la confianza con respecto a su cumplimiento (cf. 2 Co. 1:7).
c. Es la propagación de la fe.
d. Equivale a la convicción de que todas las cosas andarán bien, aun cuando parezcan andar mal (Ro. 4:18). Jamás desilusiona, puesto que ella también, como la fe y el amor, es un don divino (Ro. 5:5). En su estado de incredulidad los efesios habían carecido de ella. En su lugar se hallaban llenos de temor y desesperación. El mundo griego y romano de los días de Pablo era, sin duda alguna, un mundo sin esperanza. Para detalles sobre este punto véase C.N.T. sobre 1 y 2 Tesalonicenses, pp. 128–130. Hendriksen
F. No teníamos a Dios Efesios 2:12.
1. Por supuesto que tenían dioses, pero eran vanos. Los efesios se hallaban sin el Dios verdadero.
2. Pero habían estado en verdad “sin Dios en el mundo” en el sentido de haber permanecido sin el verdadero conocimiento de Dios, y por tanto sin santidad, justicia, paz, y el gozo de la salvación.
Aplicación:
¿Cuál es el pueblo de Dios ahora? Es la iglesia.
Hermanos, toda persona que no pertenece a la iglesia del Señor esta sin la señal del pacto, esta sin Cristo, no tiene la ciudadanía celestial del pueblo de Dios, es ajeno a los pactos de la promesa, no tiene esperanza ni a Dios en este mundo.
Es bien importante recalcar esto en nuestros días porque muchos piensan que pueden tener las bendiciones de Dios sin pertenecer al pueblo de Dios, creen que pueden servir a Dios, pero no tener una iglesia en la cual sirvan fielmente.
Pero si usted no pertenece a una iglesia y no sirve fielmente en una iglesia, usted no tiene derecho a decir que sirve a Dios, Dios ha dicho en su palabra que él único lugar donde él se complace es en su iglesia, su cuerpo, su novia, su esposa.
Si usted no pertenece activamente a una iglesia local usted esta:
Sin la señal del pacto.
Sin Cristo.
Sin la ciudadanía del pueblo de Dios.
Si usted viene a la iglesia, pero no ha sido unido al cuerpo en el nuevo nacimiento, usted es ilegal, mojado, usted no tiene papeles, cualquier día lo van a deportar.
Sin las promesas de los pactos divinos.
Sin esperanza.
Sin Dios.
II. La persona que hace posible que la humanidad sea unida al pueblo de Dios. Efesios 2: 13-17. El gran sacrificio que tuvo que hacerse para poder crear este pueblo.
También podemos ver el gran honor de pertenecer a este pueblo viendo el gran precio que se pago para que este pueblo fuera creado.
A. 13. Las palabras “pero ahora” indican un agudo contraste con “en otro tiempo” (v. 11) y “en aquel tiempo” (v. 12). Antes “lejos”, ahora, “cercanos”.
1. Estas expresiones tienen sus antecedentes en el Antiguo Testamento.En la antigua dispensación Jehová, en cierto sentido, tenía su morada en el templo. Este templo estaba en Jerusalén. Israel, por tanto, estaba “cerca”. Por otro lado, los gentiles estaban “lejos”. Esto era una realidad no sólo en lo literal, sino aún más en lo espiritual: carecían generalmente del verdadero conocimiento de Dios. Sin embargo, todo esto iba a cambiar.
2. La idea de lejano y cercano tiene que ver con la distancia que había entre Dios y todos los hombres y la distancia que había entre un hombre y otro. Había enemistad entre el hombre y Dios y había enemistad entre los hombres. Nain
El sacrificio de Cristo quita las dos enemistades.
B. La obra de Jesús: Su muerte en la cruz/ ¿Qué logro con su muerte?
1. Tajo la paz entre todos los seres humanos. Efesios 2: 14.
a. La posición delantera del pronombre que se refiere a Cristo muestra que la traducción correcta es “él mismo”, o “él solo”. Solamente él es nuestra paz, vale decir, lo que ninguna otra cosa—sea esto la ley con sus ordenanzas, méritos humanos, obras de la ley en todo sentido, sacrificios, etc.—pudo hacer, él, solamente él en su propia persona, lo hizo, porque él es la encarnación misma de la paz. En su calidad de Príncipe de paz (Is. 9:6) él, mediante su sacrificio voluntario, hizo la paz una realidad (cf. Jn. 14:27; 16:33; 20:19, 20):
1. Al derribar la enemistad.
i. Entre gentiles y judíos existió por largo tiempo un obstáculo formidable, una barrera de odio. Se la llama barrera “de” o formada “por” el muro divisorio o “cerca”, que es referencia figurativa a la ley considerada como causa de separación y enemistad entre judíos y gentiles. Véase sobre el v. 15.
ii. No obstante, ¡maravilla de las maravillas! Cristo Jesús, el autor de la paz, derribó esta barrera de hostilidad.
2. Al abolir la ley ceremonial al darle pleno cumplimiento. V 15.
i. Cristo derribó la barrera formada por el muro divisorio, la hostilidad, 15.
ii. Esta ley era, en el sentido aquí mencionado, el muro divisorio que había de ser abolido si se deseaba establecer la paz entre judíos y gentiles.
Ahora bien, “en su carne”, vale decir, en su cuerpo clavado en la cruz donde derramó su sangre (véanse vv. 13 y 16; cf. Col. 1:20; 2:14; cf. Heb. 10:20),
3. Pablo piensa aquí especialmente en la ley ceremonial.
4. La fraseologa misma “la ley de los mandamientos con sus exigencias” señala en esa dirección.
5. Lo mismo, y en forma muy clara, lo hace el pasaje paralelo, Col. 2:14 (a la luz de Col. 2:11, 16, 17).
La referencia es entonces a las muchas reglas y regulaciones del código mosaico, estipulaciones tocante a asuntos tales como fiestas, alimentos, ofrendas, circuncisión, etc.
2. Trajo paz entre Dios y los hombres. Efesios 2: 16. Romanos 5.1.
a. El significado es que la muerte expiatoria de Cristo ha cumplido su propósito: la correcta relación entre los efesios y su Dios había sido establecida. Hendriksen
C. La obra de Jesús: El anuncio de Jesús de esta obra. Él hizo y anuncio la paz.
1. Efesios 2: 17. Anuncio que hay paz: El énfasis aquí es en la paz básica (entre Dios y el hombre), según lo indica el v. 18. Por medio de su muerte vicaria Cristo no sólo mereció esta paz para su pueblo, sino que además quiso que la conocieran y la experimentaran en sus corazones.
Esta paz es la seguridad interna de que todo anda bien debido a que la maldición de la ley ha sido quitada, la culpa transferida, el castigo llevado, la salvación provista. “El vino” a proclamar esta paz.
Este “venir” se refiere, con toda probabilidad, a toda la obra de Cristo en la tierra, la que el mismo en persona llevó a cabo durante su residencia terrenal y la que continúa haciendo mediante los apóstoles y otros (Jn. 14:12; Hch. 1:1ss; 4:10, 30).
El hecho de que él no solamente obró esta paz sino que también la proclamó es evidente por los pasajes a los cuales ya nos hemos referido (véase sobre v. 14). Se implica también en textos tan hermosos como Mt. 9:13; Lc. 19:10; y 1 Ti. 1:15.
Obsérvese también la “amplitud” de la misericordia que aquí se revela: vino a llamar pecadores, los perdidos. No sólo las ovejas israelitas estaban destinadas a ser incluidas en esta categoría sino también “otras ovejas” (Jn. 10:16). Cuando Cristo fue levantado de la tierra, atrajo a sí mismo a “todos los hombres”, sin distinción de sangre o de raza. Cf. Mt. 28:18–20; Jn. 1:29; 3:16; 11:51. En consecuencia, él promulgóel mensaje de las buenas nuevas, lo que el Trino Dios había hecho mediante él, instando todos a recibirlo: ambos, los que estaban lejos, los gentiles(véase sobre vv. 12, 13), y los que estaban cerca, los judíos, llamados aquí cercanos a causa de los muchos privilegios que habían recibido, incluyendo el conocimiento del Dios único y verdadero. Hendriksen.
2. Jesús es quien abrió un camino al Padre.
Aplicación:
El ser humano está separado de Dios, es enemigo de Dios.
El ser humano tiene problemas con los demás seres humanos debido a sus problemas con Dios.
Solo Cristo puede quitar esas dos enemistades.
La lección básica es válida para todos los tiempos.
La razón por la cual hay tanta contienda en este mundo, entre individuos, familias, grupos sociales o políticos, sean estos pequeños o grandes, es debido a que las partes contendientes, sea por error de uno o de ambos, no se han encontrado el uno al otro al pie del Calvario.
Si los pecadores se han reconciliado con Dios mediante la cruz, entonces pueden verdaderamente reconciliarse entre sí. Esto nos hace ver cuán importante es predicar el evangelio a toda persona, y rogarles(!) en nombre de Cristo reconciliarse con Dios (2 Co. 5:20). Para un mundo destrozado por la confusión y la fricción, el evangelio es la única respuesta. Hendriksen
Nosotros podemos estar unidos y trabajar juntos porque Dios en la cruz nos reconcilio con él y nos reconcilió unos con otros. No hay ninguna excusa para estar desunidos. Nuestra unión es posible y ya esta vigente, no dejemos que nada nos desuna.
Debemos regocijarnos de pertenecer a este glorioso pueblo de Dios pero debemos tener siempre presente que la razón por la que hemos sido unidos a este pueblo no esta en nosotros sino en la persona, obra y enseñanza de Cristo.
III. Lo que este pueblo es. Efesios 2:19–22. ¿En que nos convirtió Jesús?
A. Aquí Pablo usa tres ilustraciones más, que son figuras pintorescas y llenas de significado para comunicar la naturaleza de la iglesia.
La relación que tenemos ahora con Dios como los redimidos del Señor no es ni un ápice inferior a la de los judíos. Pablo emplea tres figuras para expresar la grandiosa unidad que prevalece en el compañerismo de creyentes judíos y gentiles. Beacon
1. La nación santa de Dios. “Conciudadanos de los santos” (2:19a) (1 Pedro 2:9).
En esta ilustración, que Pablo toma de la vida de la ciudad, él les asegura a los gentiles que “sus nombres están grabados en el mismo rollo cívico con todos aquellos ‘a quienes el Señor contará cuando examine al pueblo’ ” Hubo un tiempo en el que los judíos eran los santos, ciudadanos de la ciudad de Dios, y los gentiles estaban afuera. Esta ya no es la situación.
Los creyentes gentiles forman parte del nuevo Israel (Gá. 6:16), el cual está compuesto por todos los cristianos. Comparten todos los derechos y privilegios de este nuevo pueblo. Beacon.
Solo los que pertenecemos a este pueblo somos la nación santa, nadie más.
2. “La familia de Dios” (2:19a)
La segunda ilustración, tomada de la vida familiar, sugiere una relación más íntima. Los gentiles son ahora “compañeros de la casa de Dios, miembros cabales de su familia, sobre la misma base de los hijos naturales de Abraham que han entrado en la familia de Dios mediante ‘una fe igualmente preciosa’ ”.
al comienzo de la carta ha comentado las bendiciones de ser ‘adoptados’ en su familia (1:5). y acerca del ‘Dios y Padre de todos’ (4:6). Stott.
Pero aquí su énfasis parece estar menos en la paternidad de Dios y más en la hermandad, a la cual, por encima de las barreras raciales, llegan los hijos del Padre.
‘Hermanos’ (expresión que incluye hermanos y hermanas) es la palabra más común para designar a los cristianos en el Nuevo Testamento. Expresa una relación estrecha de afecto, cuidado y ayuda. Philadelphia, ‘amor fraternal’ siempre debería ser la característica especial de la nueva sociedad de Dios. Stott.
Solo los que pertenecemos a este pueblo somos familia de Dios.
3. El templo donde Dios mora.
a. La iglesia es un templo santo que está siendo construido, y es para morada de Dios en el Espíritu (22).
b. Cuatro aspectos de la ilustración son descritos en estos versículos.
i. Primero, los apóstoles y profetas son las piedras del cimiento del templo (20a), y tiene esta designación porque su función es proclamar la Palabra del Señor. Wesley observa que “la palabra de Dios, declarada por los apóstoles y profetas, sostiene la fe de todos los creyentes”. Beacon.
ii. Segundo, Cristo es la piedra angulardel templo (20b–21).
La piedra del ángulo es la primera que los constructores colocaban en una esquina para iniciar y orientar los cimientos de un edificio.
Jesucristo es esa primera piedra que orienta a todo lo demás para que la iglesia glorifique a Dios. ELA
La intención del apóstol es afirmar que Cristo controla la forma y el diseño de la iglesia. Beacon.
iii. Tercero, los creyentes en Cristo son las piedras vivientes, las cuales cuando están bien coordinadas, van creciendo para ser un templo santo en el Señor.
iv. Cuarto, el templo en el cual los gentiles son edificados, es morada de Dios (22). Pablo les escribió a los corintios: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Co. 3:16). Bajo el nuevo pacto, Dios no solamente llama a un pueblo, pero también mora con ellos. Por ende, tal como afirma Mackay: “Cuando la iglesia cristiana es verdaderamente la iglesia, es el hogar de la Presencia.”. Beacon.
Conclusión:
I. La desgracia de no pertenecer a este pueblo.
II. El gran sacrificio que tuvo que hacerse para poder crear este pueblo/La persona que hace posible que la humanidad sea unida al pueblo de Dios. 13-17.
III. Lo que este pueblo es. ¿En que nos convirtió Jesús?
Que estas tres cosas nos motiven a ver el privilegio que tenemos al pertenecer a este pueblo del Señor, que nos motive a apreciar mas nuestra iglesia, que sea una advertencia para nunca menospreciarla cuando vemos que no es perfecta.
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