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Bibliología: La doctrina de las Escrituras
Bibliología: La doctrina de las Escrituras
El hombre es limitado y finito, y no puede, por sí mismo, llegar a conocer a un Dios ilimitado e infinito. La única manera en que el ser humano pueda llegar a este conocimiento es que Dios decida revelarse a sí mismo.
Henry Thiessen describe la revelación como “el acto de Dios por medio del cual él se descubre o comunica la verdad a la mente, con ello les manifiesta a sus criaturas aquello que no podría conocerse de otra manera”
Históricamente se reconoce que los dos medios por los cuales Dios se ha decidido revelar son la revelación general y la revelación especial.
Revelación General
Revelación General
Millard Erickson define esta revelación como “la comunicación de Dios sobre sí mismo a todas las personas, en todos los tiempos y en todos los lugares”.
Este se considera que se ha llevado a cabo de tres maneras:
La naturaleza, la historia y la conciencia del hombre.
La naturaleza
La naturaleza
El salmista lo expresa diciendo que “los cielos cuentan la gloria de Dios” (Sal 19:1).
Job, hablando de la creación, dice: “Pero pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán… ¿Qué cosa de todas estas no entiende que la mano de Jehová la hizo?" (Job 12:7–10).
Pablo también habla del juicio por el rechazo a Dios por medio de la revelación general (Ro 1:20).
La historia
La historia
la Biblia presenta a Dios como el gobernador supremo de la tierra, aquél que controla el destino del mundo y los gobiernos que hay en él (Sal 47:7–8; 66:7; Is 10:8–13; Hch 17:26).
Esta requiere de un entendimiento histórico o una comprensión de la providencia y cuidado de Dios en el día a día al ver a Dios como el que “quita reyes y pone reyes” (Dn 2:21) y como el “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mt 5:45).
La conciencia
La conciencia
implica un “conocimiento intuitivo sobre él en el corazón del hombre”. Esto permite que el hombre sepa distinguir el bien y el mal, y también le hace participe y responsable de aceptarlo o rechazarlo (Ro 2:14–15).
Propósito de la revelación.
Propósito de la revelación.
Dar testimonio acerca de la existencia y parte del carácter de Dios.
Da testimonio de la trascendencia (Hch 17:24), la inmanencia (Hch 17:26–27), el poder (Ro 1:20), la justicia de Dios (Ro 1:32; 2:11) y su bondad (Hch 14:17).
Revelación Especial
Revelación Especial
Este tipo de conocimiento de Dios es dado de una forma específica, limitándose a un grupo o a una persona específica.
También se presenta de una manera sobrenatural (1 Samuel 28:6), siendo por medio de teofanías (Éx 3:2–4; 24:10–11), milagros (Éx 14:21–22; Jn 2:11), sueños y visiones (28:12–13; Dn 7:1) o por medio de la voz audible de Dios (Mt 3:17; Éx 19:19). También Urim y Tumim
Entre estas revelaciones se encuentra la mayor revelación de todas: Jesucristo,
(He 1:2). “a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”
Diferencia entre la revelación general y la especial: la capacidad de salvación.
Inspiración
Inspiración
Consideramos la Biblia como la Palabra de Dios. El origen de la Biblia procede de Dios mismo, y la manera en la que actuó para la Escritura es la “inspiración”.
Pablo presenta a “toda la escritura” como “inspirada por Dios” (2 Ti 3:16), y siendo la palabra “Escritura”, usada cincuenta y unas veces, en donde incluye Antiguo Testamento (Lc 24:45; Jn 10:35), o del Nuevo Testamento (2 P 3:16 -> Epístolas de Pablo y “Las otras escrituras”; 1 Ti 5:18 -> Cita a DT y LUCAS).
Ryrie en su Teología básica al decir que “Dios supervisó a los autores humanos de la Biblia, para que ellos compusieran y grabaran sin error Su mensaje a la humanidad en las palabras de sus escritos originales”.
La cita incluye una “supervisión” de Dios a los hombres para que ellos compusieran y escribieran sin error el mensaje dado por Dios, escribiendo con sus diferentes estilos y personalidades.
2 Pedro 1:19–21, en donde dice “sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”,
La inspiración de las Escrituras es verbal y plenaria
lo que significa que todas las palabras usadas son inspiradas, no solo las ideas, (Mt 5:17–18 -> “Ni una jota ni una tilde”), y que son todas sus partes las inspiradas, no solo algunas específicas (2 Ti 3:16 -> “Toda la Escritura es inspirada por Dios”; ejemplos de Jesús citando el Antiguo Testamento: Mt 4:4; 12:18–21; 22:44).
Inerrancia
Inerrancia
En su Teología sistemática, Wayne Grudem define la inerrancia como que “la Biblia en los manuscritos originales no afirma nada que sea contrario a la verdad”.
Dios no puede mentir (2 S 7:28; Tit 1:2; He 6:18),
La Palabra de Dios tampoco (Nm 23:19; Sal 12:6; Pr 30:5).
Silogismo de Ryrie para tratar la inerrancia:
Dios es verdad (Ro 3:4).
Las Escrituras son inspiradas por Dios (2 Ti 3:16).
Por lo tanto, las Escrituras son verdad
Suficiencia
Suficiencia
La Biblia contiene todo lo necesario para la salvación, para confiar en él y para obedecerle.
2 Timoteo 3:15–17 “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
1 Pedro 1:23 “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”
Canonicidad (66 libros - 39 A.T / 27 N.T)
Canonicidad (66 libros - 39 A.T / 27 N.T)
Canon a “el contenido de las Escrituras; la «lista» o «catálogo» de los libros que componen la Biblia. La norma escrita reconocida por la Iglesia de los libros inspirados y, por tanto, normativos para ella”.
No se creó, lo reconoció.
Canon Hebreo: Torah, Nebhiim, Ketubim
Aceptado por Cristo
Lucas 24:44 “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés (Torah), en los profetas (Nebhiim) y en los salmos (Ketubim)”
El Antiguo Testamento presenta la Ley de Moisés como inspirada (Éx 17:14; Jos 1:7–8; 23:6; 1 R 2:3; 2 R 14:6; 21:8; 23:35; Es 6:18; Ne 13:1; Dn 9:11;), también con los profetas (1 R 16:34; Jos 24:29–33; 2 Cr 36:22–23). Esto se reafirma en el Nuevo Testamento, en donde se afirma la autoridad de la Ley y los profetas (Mt 5:17; Lucas 11:51 “desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.” -> Abel (Relato en Génesis) y Zacarías (último muerto que se menciona en el Antiguo Testamento en el relato Hebreo (Malaquías) )
la autoridad de los propios escritos apostólicos
1 Timoteo 5:18 “Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.”
2 Pedro 3:16 “casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.”
Criterios para el canon del N.T.
Inspiración
Apostolicidad
Unidad de doctrina
Autenticidad (Paternidad, Fecha de escritura, etc.)
El canon del A.T es confrimado por Padres de la iglesia como: Ireneo, Justino Martir y Policarpo
No incluimos los apócrifos (7 - Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baurc, 1 y 2 de Macabeos)
1) Nunca formaron parte del canon judío
2) No son citados por los apóstoles.
3) Josefo testifica que los apócrifos no se hallaban en el canon judío.
4) No hay prubea de que hayan sido reconocidos por la iglesia en los pimeros 4 siglos
Interpretación
Interpretación
J. I. Packer dice que “todos los cristianos tienen el deber y el derecho, no sólo de aprender de la herencia de fe de la Iglesia, sino también de interpretar las Escrituras por sí mismos".
La Biblia se debe de interpretar de manera literal (considerando el género de cada libro), reconociendo sus relaciones gramaticales, entendiendo su contexto histórico y siguiendo su contexto literario. También se debe de interpretar buscando entender lo que el autor original quiso decir a sus lectores originales.
Teología Propia
Teología Propia
Dios creador
Dios creador
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn 1:1).
Aunque Dios se ha revelado no se puede llegar a comprender en plenitud 1 Corintios 2:10–12 “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,”
Atributos
Atributos
John MacArthur, hablando de esta categorización, dice: no es exhaustiva, sí es veraz, puesto que forma parte del texto inspirado de las Escrituras”.
“aquellas características distintivas de la naturaleza divina que son inseparables de la idea de Dios y que constituyen la base y motivo para varias manifestaciones a sus criaturas”
No comunicables
No comunicables
Independencia
Independencia
Dios es independiente en existencia, decretos y obras.
Job 41:11 “¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.”
Salmo 50:10–12 “Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud.”
Aun así, Dios es el creador de todas las cosas (Jn 1:2; Ro 11:35–36) y él merece la gloria por esto (Ap 4:11). Todas las cosas provienen y persisten por él y para él (Is 43:7).
Inmutabilidad
Inmutabilidad
Dios es inalterable en su ser, carácter, decretos y promesas.
“Porque yo Jehová no cambio” (Mal 3:6).
Él es “incorruptible” (Ro 1:23), “inmortal” (1 Ti 1:17), cumple sus promesas (Nm 23:19), no se arrepiente de los llamamientos que hace (Ro 11:29) y no decae su misericordia (Lm 3:22).
Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”
Eternidad
Eternidad
Dios está por encima de cualquier límite temporal y espacial. Él es el primero y el último (Is 41:1; Gn 1:1; Jn 1:1).
Judas 25 “al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
Efesios 3:11 “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,”
Aunque está por encima del tiempo, también actúa en el tiempo y se relaciona con su creación
2 Timoteo 1:9 “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,”
Omnipresencia
Omnipresencia
A Dios no lo limita el tiempo ni el espacio. Dios “no tiene ni tamaño ni dimensiones espaciales, y está presente en todo punto del espacio con todo su ser, y, sin embargo, Dios actúa diferente en diferentes lugares”.
Está por encima de la materia, ya que fue él el que la creó (Gn 1:1) y la creación no lo puede contener (2 Cr 2:6; Is 66:1).
Está en todas partes y nada le es oculto (Sal 139:7–11).
Jeremías 23:23–24 “¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”
Unidad
Unidad
Dios no está dividido en diferentes partes o con algunos atributos más importantes que otros.
Dios es único (Dt 6:4) y es una sola esencia, por lo que todos sus atributos están presentados con la misma plenitud (Jn 4:24; 14:6; 1 Jn. 1:5; 4:8, 16).
Comunicables
Comunicables
Espiritualidad
Espiritualidad
Jesús declaró que “Dios es espíritu” (Jn 4:24).
No tiene forma física que lo limite ni a la que este subyugado, entendiendo así su invisibilidad (Jn 1:18; 1 Ti 6:16–17).
Cuando la Biblia menciona manos o pies deben ser tratadas como antropomorfismos (Is 59:1; 2 Cr 16:9), que son “intentos de expresar la verdad sobre Dios mediante analogías humanas”.
Aunque Dios es invisible, Cristo “es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Col 1:15).
Sabiduría y veracidad
Sabiduría y veracidad
Dios es perfecto en el conocimiento de todas las cosas (Job 37:16; 1 S 2:3) y todas las cosas que sabe y todas sus palabras son verdades supremas (Tit 1:2), incluyéndole a él mismo. Dios es considerado como el “único y sabio Dios” (Ro 16:27; Je 10:10) del cual fluye la sabiduría (Pr 2:6; Stg 1:5).
Bondad
Bondad
Dios es plenamente intrínsecamente bueno.
Dios es bueno per se (1 Jn 4:8; Sal 136:1) y muestra su bondad a toda su creación (Sal 145:9; Mt 5:45).
Su bondad relaciona a otras características de su naturaleza, como su misericordia (Dt 5:10; Sal 57:10), gracia (Ef 1:6; Tit 3:4–7) y longanimidad (Éx 34:6; Ro 2:4).
Amor
Amor
Entendemos el amor de Dios como la entrega total de sí mismo por otros.
El amor de Dios en su esencia (1 Jn 4:8),
Amor a su creación (1 Jn 4:16; Sal 34:8)
Amor a las personas (Dt 4:37; 2 Cr 2:11; Mal 1:2)
vemos el amor de Dios en la forma en que interactúa con otras virtudes (Sal 33:5; 37:28; 45:7).
La mayor expresión de Dios a la humanidad es Cristo,
Amor que hay entre las personas de la trinidad (Jn. 3:35; 5:20; 10:17; 14:31)
El amor de Dios al entregar a su hijo (Jn 3:16; Ro 5:7–8; 1 Jn 4:9–10).
Santidad
Santidad
sna separación en naturaleza. Rolland McCune define esta esfera de la santidad de Dios como una “trascendencia majestuosa”.
En su oración, Ana presenta la santidad y la trascendencia como ideas sinónimas al decir: “No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti” (1 S 2:2).
De la misma manera lo hace Isaías (Is 57:15) y el salmista (Salmo 99). Por otro lado, está la santidad como pureza moral, el concepto más conocido. Dios está separado del pecado; no puede haber aprobar el pecado ni tener comunión con el (Job 34:10; Hab 1:13). Dios demanda santidad en su pueblo (Lv 11:44).
Trinidad
Trinidad
Dios es uno en esencia y a la vez existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Dios es uno en esencia.
A.T
Deuteronomio 6:4 “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”
1 Co 8:4; Ef 4:6; 1 Ti 2:5
N.T
Santiago 2:19 “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.”
Dios es un todo. No existe distinciones internas de esencia. Dios es uno en tres personas.
La trinidad en la Biblia se revela progresivamente.
En el Antiguo Testamento
Génesis, se muestra una pluralidad de personas en Dios (Gn 1:26; 11:7)
referencias a la trinidad en pasajes como
Isaías 48:16 “Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.”
Isaías 61:1 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;”
El Nuevo Testamento presenta al
Padre como Dios (1 Co 8:6)
al Hijo como Dios (He 1:8–10)
y al Espíritu como Dios (Hch 5:3–4)
También encontramos la trinidad en
la concepción de María (Lc 1:35)
en el bautismo de Jesús (Lc 3:21–22)
en el mandato de la Gran Comisión (Mt 28:19).
Cristología
Cristología
Preexistencia
Preexistencia
Hebreos 1:13 “Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?”
Juan 1:1 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”
Juan 8:58 “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
Juan 1:15 “Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.”
Colosenses 1:17 “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;”
Posee los atributos divinos, que incluyen eternidad
En la creación
Creó todas las cosas - Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”
Todas las cosas fueron creadas por él - Colosenses 1:16“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”
Él sustenta todas las cosas - Colosenses 1:17 “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;”
Encarnación
Encarnación
Acto “por el cual el Hijo eterno de Dios tomó para sí una naturaleza adicional —la humana— a través del nacimiento virginal”.
Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
Juan 4:2“(aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),”
Había sido profetizada desde el Antiguo Testamento
Isaías 9:6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Isaías 7:14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”
El milagro del nacimiento virginal hizo posible la unión de la deidad y la humanidad, ambas en plenitud, en una sola persona (Gá 4:4), ya que así Jesús no se vio afectado por la naturaleza pecaminosa (Sacrificio efectivo por el pecado (Heb 10:1-10), a la vez que cumple con la profecía de Jesús como el heredero del trono de David (Lc 1:32–33) - Mateo 1:1 “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham…
Humanidad
Humanidad
Fue reconocido como un judío (Jn 4:9) y como el hijo de un carpintero el cual tenía hermanos (Mt 13:55).
Tuvo un crecimiento y desarrollo físico y espiritual (Lc 2:52). También se vio afectado por necesidades físicas como el hambre (Mt 4:2), como el cansancio (Jn 4:6) y la sed (Jn 4:7).
Experimentó emociones, como llorar la muerte de Lázaro (Jn 11:34–35), compasión (Mt 9:36) y lamento (Mt 23:37). La diferencia es que Cristo vivió su vida sin pecado (He 4:15; 2 Co 5:21; 1 Jn 3:5).
Soportó la tentación (Lc 4:13) y no le fue hallado pecado (Jn 8:46).
Naturalezas
Naturalezas
Sus dos naturalezas estaban unidas sin mezcla, sin cambio, sin división y sin separación
Filipenses 2:6–20 “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Concilio de Calcedonia:
Las dos naturalezas de Cristo eran “Sin confusión, sin cambios… Sin división ni separación”
“Hablar de Dios muriendo es tan coherente como decir que la sangre humana de Jesús salva. Dios (divinidad) participa de la cualidad humana de morir. La sangre (humana) toma parte en el ofrecimiento divino de salvación.
Deidad
Deidad
Cristo es completamente hombre, pero también es completamente Dios.
Juan lo presenta como “el Cristo, el Hijo de Dios”, el cual puede dar vida al creer en él (Jn 20:31).
Tomás lo nombra como “Señor mío, y Dios mío” (Jn 20:28).
Pablo y el autor de Hebreos también declara su deidad (Ro 9:5; Fil 2; Heb 1:1–4)
Cristo demostró poseer los atributos de Dios.
Es autosuficiente (Jn 1:4), eterno (1 Jn 1:2), inmutable (He. 1:10–12), santo (Lc 1:35), veraz (1 Jn 3:5), amor (Ro 8:35–39), justicia (Jn 2:1) y misericordia (Jud 21). Pero también demostró que podía realizar las obras que solo Dios podría hacer, como crear cosas de la nada (Jn 1:3; Col 1:16), sostener todas las cosas (He 1:3; Co 1:17), dar salvación (Jn 10:28; Lc 7:38), responder las oraciones (Jn 14:14), juzgar al mundo (Jn 5:22; 2 Co 5:10) y dar vida a los muertos (Jn 5:22; Jn 11:25).
Cristo demostró poseer las obras de Dios.
Perdón de los pecados eternamente
Marcos 2:10 “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):”
Dar vida
Juan 5:21 “Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.”
Resurrección.
Juan 11:43 “Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!”
El juzgará a toda persona
Juan 5:22 “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,”
Juan 5:27 “y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.”
Cristo alegó ser Dios
Juan 10:30 “Yo y el Padre uno somos.”
Juan 5:18 “Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.”
Juan 8:58 “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
Oficios
Oficios
El Antiguo Testamento presenta tres oficios, puestos por Dios, que había en el pueblo de Israel: profeta (2 S 7:2), sacerdote (1 S 20:7) y rey (2 S 5:3).
profeta
profeta
Era el encargado de ofrecer los sacrificios, oraciones y alabanzas a Dios en representación del pueblo; el rey gobernaba como representante de Dios
Reveló la voluntad del Padre de manera completa y perfecta Juan 1:18 “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”
En el libro de Hechos aplica a Cristo el cumplimiento de Deuteronomio 18:15, poniéndolo como “un profeta” (Hch 3:22).
Hablaba con autoridad (Mt 7:29)
hacía obras milagrosas que validaban su mensaje.
Fue reconocido por el pueblo como un profeta (Mt 21:11; Lc 7:16; Jn 4:19).
Sacerdote
Sacerdote
El sacerdote era designado para “presentar ofrendas y sacrificios por los pecados” (He 5:1), aunque siempre era insuficiente, pues “es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados” (He 10:4).
el sacrificio de Cristo en la cruz fue suficiente para quitar el pecado del mundo (Jn 1:29) y ahora intercede continuamente a favor nuestro (He 9:24; 7:25; Ro 8:34), siendo el único “mediador entre Dios y los hombres” (1 Ti 2:5).
Rey
Rey
El reinado de Cristo es sobre la creación y sobre toda autoridad (Mt 28:18; Ef 1:20–21; 1 Co 15:25) y también como la cabeza de la iglesia (Ef 1:22; 5:23, Col 1:18; 1 Co 12:27–28).
Rey ante sabios del oriente
Mateo 2:2 “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.”
Rey al responder a Pilato
Juan 18:36 “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.”
Rey ante la multitud
Lucas 19:38“diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!”
Pneumatología
Pneumatología
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu Santo no es una fuerza impersonal, es una persona.
Juan 16:7 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.”
El Espíritu Santo tiene intelecto,
ya que “el Espíritu todo lo escudriña” (1 Co 2:10; Jn 5:39). Tiene conocimiento, ya que “nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Co 2:11), y tiene emociones (Ef 4:30; 2 Co 2:2) y voluntad (Stg 1:18; Hch 16:6).
Deidad
al Espíritu Santo también se le identifica como Dios.
David lo hace en 2º Samuel 23:2–3 “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua. El Dios de Israel ha dicho, Me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios.”
El libro de los Hechos iguala al Espíritu Santo con Dios Hechos de los Apóstoles 5:1–4 “Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.”
El Espíritu Santo realiza las mismas obras que la del Padre y la del Hijo, confirmando su divinidad y personalidad.
El Espíritu Santo crea (Gn 1:2); regenera (Tit 3:5); consuela (Jn 14:26); ordena (Hch 13:3); imparte poder (Zac 4:6); testifica (Jn 15:26); convence (Jn 16:13); regenera (Jn 5:21) e intercede (Ro 8:28).
También comparte los atributos de la deidad.
Es omnisciente (1 Co 2:10–12), eterno (He 9:14), santo (Mt 12:32), amor (Gá 5:22) y verdad (Jn 14:17).
La obra del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento
La obra del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento
Las referencias en el A.T. son de alrededor de setenta y cinco referencias.
La obra del Espíritu Santo se ve presente desde Génesis 1:1–2: “Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”, actuando sobre la creación (Job 26:13; Is 32:15).
El Espíritu Santo dotó a dotó a personas con habilidades para cumplir ciertas tareas.
Dio “sabiduría, inteligencia y dotes artísticos” (Éx 35:30–36) a Bezaleel y Aholiab para construir el templo.
Con Moisés, el Espíritu tuvo un rol fundamental sobre su vida y liderazgo (Nm 11:16–17; 24–30).
En el tiempo de los jueces, la obra del Espíritu Santo “consiste principalmente en proporcionar las habilidades adecuadas para llevar a cabo la guerra”. Vemos la obra del Espíritu Santo sobre Otoniel (Jue 3:10), Gedeón (Jue 6:34) y Sansón (Jue 14:19).
En el tiempo de los reyes, el Espíritu dio habilidades, liderazgo y valor a Saúl y David (1 S 10:10; 16:13), aunque también era posible que el Espíritu se apartase, como el caso de Saúl, por su persistencia en la desobediencia y rechazo de la voluntad de Dios.
También vemos la obra del Espíritu Santo al mostrar revelación en las profecías (2 S 23:2; Neh 9:30; Zac 7:12; 1 R 22:24; 1 P 1:10-11).
Por otro lado, el Espíritu Santo moraba en los creyentes del Antiguo Testamento.
Nadie puede nacer de nuevo ni tener una obediencia ni progreso en la fe si no es por medio del Espíritu Santo.
La obra interna está presente desde el Antiguo Testamento, morando en los creyentes (Nm 27:18; Gn 41:38).
Sin embargo, con el nuevo pacto (Ez 36:26–27; Is 44:3) y la glorificación del Jesús, la obra del Espíritu Santo fue más evidente y plena.
Juan 7:39 “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
El Espíritu Santo en relación con Cristo
El Espíritu Santo en relación con Cristo
El Antiguo Testamento decía que el Espíritu iba a estar sobre el Mesías (Is 42:1), y que reposaría sobre él
Isaías 11:2 “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.”
El Espíritu Santo fue el encargado de hacer posible el nacimiento virginal (Mt 1:20), permitiendo la naturaleza humana y divina de Cristo.
Cristo fue ungido por el Espíritu Santo (Lc 4:18).
Descendió y permaneció sobre él en su bautismo, dando comienzo a su ministerio (Jn 1:31–34). También fue lleno y dirigido por el Espíritu al desierto (Lc 4:1).
Cumplió un rol importante en su muerte (He 9:14; 1 P 3:18) y en su resurrección (Ro 8:11; 1:4), confirmando la divinidad del Espíritu Santo y el rol trinitario en la obra de redención.
El Espíritu Santo en la actualidad
El Espíritu Santo en la actualidad
El ministerio del Espíritu Santo consta de convencer al hombre de su pecado (Jn 3:5; Jn 16:8–11), regenerar (Jn 3:5–8; 1 Co 6:11) y renovar (Tit 35), adoptar (Gá 4:6) y morar en el creyente (Jn 14:16). El Espíritu nos recuerda las enseñanzas de Cristo (Jn 14:26) e intercede por nosotros (Ro 8:26).
Salvación
Salvación
Cuando el Espíritu Santo obra en la vida del creyente para salvación hay una regeneración.
El ser humano que antes estaba muerto en el pecado, ahora le ha sido dada nueva vida espiritual (Ro 8:2, 6) por el Espíritu Santo (Jn 3:5–7; Gá 3:2–3; 1 Ts 1:5).
Esta obra es instantánea del Espíritu Santo para los que han aceptado a Cristo por medio de la fe y por la gracia del Padre.
El Bautismo del Espíritu Santo es aquel que señala la salvación y la entrada a la iglesia (1 Co 12:13), siendo producido cuando “Jesucristo… coloca a los cristianos en su cuerpo, la iglesia, en el momento en que una persona deposita su fe en Cristo como Salvador y Señor”.[24]
Santificación
Santificación
Santifica al creyente
2 Tesalonicenses 2:13 “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,”
1 Pedro 1:2 “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.”
santificación posicional
1 Corintios 6:11 “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
Hechos de los Apóstoles 20:32 “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.”
progresiva
1 Tesalonicenses 4:3–4 “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;”
Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”
Romanos 6:22 “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”
La santificación es una prueba de salvación del creyente, y consta de un crecimiento visible que solo puede ser explicado por la misma obra de Dios en la vida de la persona.
Llenura
Llenura
En el Nuevo Testamento - “Espíritu Santo llena” aparece quince veces
Llenura para una actividad especial
Hechos de los Apóstoles 2:4 “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
Hechos de los Apóstoles 4:31 “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.” ¡
Para la influencia y control que tiene el Espíritu Santo en la vida del creyente en su constante vivir
Hechos de los Apóstoles 6:3“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.”
Efesios 5:18“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,”
Esta actividad del Espíritu se ve reflejada en los frutos de la vida del creyente en una semejanza a Cristo (Ro 8:9–11; 2 Co 3:18) y una vida de alabanza y adoración a Dios (Ef 5:19–21).
Dones
Dones
El Espíritu Santo ha dotado soberanamente a los creyentes (1 Co 12:11) con dones para ponerlo a servicio (Ro 12:3) en la iglesia (Ef 4:11–13).
Entre los dones listados en el Nuevo Testamento encontramos a los apóstoles (Ef 4:11), profetas (Ro 12:6), don de lenguas (1 Co 12:28), evangelismo (Ef 4:11), pastor (Ef 4:11), maestro (Ro 12:7), servicio (Ro 12:7), y exhortación (Ro 12:8), entre otros.
Cesacionismo
Hebreos 1:1–2 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;”
Efesios 2:18–22 “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
Antropología
Antropología
Origen
Origen
Génesis - creación directa y única.
Dios sopló en la nariz de Adán (Gn 2:7) lo que le dio vida.
Dios creó a Eva, a partir de la costilla de Adán (Gn 2:21–22), el relato bíblico los pone como creación directa de Dios
Génesis 1:27 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
El hombre a imagen de Dios
El hombre a imagen de Dios
El origen del hombre no se puede separar del deseo de Dios al decir: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gn 1:26a).
Las palabras “imagen” y “semejanza” son usadas como sinónimos
Génesis 5:1, se utiliza solo la palabra “semejanza”, mientras que en Génesis 9:6 aparece solo la palabra “imagen”.
“Imagen y semejanza” = "algo parecido, pero no igual”
El hombre contiene una conciencia y voluntad para tomar decisiones,
revelando su superioridad ante los animales, y remarcando el mandato a dominar la tierra (Gn 1:28) y desarrollarla (Gn 2:15).
Dios creó al hombre “bueno en gran manera” (Gn 1:31) y “rectos” (Ec 7:29).
Aunque el ser humano es físico, también contiene una parte espiritual (Mt 10:28), que se ve representada por el “aliento de vida” de Génesis 2:7.
“La imagen de Dios”
el uso de la razón de manera profunda (como filosofar, meditar, planear a largo plazo)
Somos seres Espirituales
Nuestra naturaleza social de manera compleja,
el desarrollo de la estética por medio del arte
La conciencia
Esto concuerda con el rol del hombre como la cúspide de la creación y como gobernador de la creación de Dios como “virreyes del Dios altísimo”.
La esencia del Hombre
La esencia del Hombre
El hombre está constituido por una parte física y una espiritual, conocida como el alma o espíritu.
En la creación del hombre en Génesis 2:7 presenta la parte física y la espiritual como dos sustancias.
La muerte se describe como el alma saliendo del cuerpo (Gn 35:18; 1 R 17:21; Hch 15:26) y otras veces la vida es sinónima al espíritu (Sal 31:5; Lc 23:46).
Cada vez que se usan palabras que representan la parte inmaterial del cuerpo, como el “corazón”, “fuerzas” o “mente”, como 1 Tesalonicenses 5:23 o Lucas 10:18, hacen referencia a la misma cosa. Son términos intercambiables. Los componentes básicos siempre son dos sustancias (Mt 6:25; 10:28; Ec 12:7; 1 Co 5:3).
Hamartiología
Hamartiología
Definición
Definición
1 Juan 3:4 “…pues el pecado es infracción de la ley.”
El pecado es un problema moral que afecta a toda la humanidad (Gá 3:22; He 3:13), sin importar edad, color, lugar de nacimiento ni sexo. El pecado es todo aquello que va en contra de la voluntad, deseos y ley de Dios.
La palabra griega hamartia, que se traduce como pecado, quiere decir “errar el blanco”, por lo que un pecado es todo aquello que no se conforme a la mente y ley de Dios (Ro 4:15; 2:23; 5:14; Gá 3:19).
Esto implica no llegar al nivel requerido por Dios (Ro 3:23), incluyendo los pecados de comisión y omisión (Ro 14:23).
Todas las personas nacen y crecen con una inclinación natural hacia el pecado (Is 53:6; Ro 53:6). El pecado no es solo un problema de acción, sino que es un problema interno (Ro 7:14; 17–25). El famoso dramaturgo, William Shakespeare, notó esta inclinación del hombre cuando dijo: “Nuestras inclinaciones van, sedientas, al mal, como las ratas a su propio veneno lo devoran; y al beberlo, morimos”.
La naturaleza pecaminosa afecta el ser (Ro 1:18–4:20), el intelecto (2 Co 4:4), la conciencia (1 Ti 4:2), la voluntad (Ro 1:28), y el corazón de todas las personas (Ef 4:18).
Origen
Origen
El origen del pecado está en el origen de los tiempos. En Génesis 2, el hombre tenía una naturaleza inclinada hacia el bien. Con una relación perfecta con Dios. Sin embargo, el capítulo 3 presenta el primer pecado cometido por voluntad propia a manos de Eva. Se relata como la serpiente sedujo a Eva, por medio distorsión de la Palabra de Dios, para comer del árbol del bien y del mal, el árbol el cual Dios les especificó que no comieran (Gn 3:1–6). Ante este acto de rebeldía, Dios juzga al hombre por su desobediencia y se responsabiliza a Adán como la cabeza federal de la humanidad (Gn 3:8–24), Pablo lo describe en Romanos 5:12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
Dios no fue el creador del pecado. Por su naturaleza, Dios no puede convivir ni crear el pecado (Job 34:10; Is 6:3; Dt 25:16; Sal 5:4; 11:5; Zac 8:17; Lc 16:15; Stg 1:13).
La mejor manera de entenderlo es como Berkhof lo menciona: “El decreto eterno de Dios hizo segura la entrada del pecado en el mundo, pero esto no debe interpretarse de manera que Dios resulte la causa del pecado en el sentido de ser su autor responsable”.[30]
Consecuencias del pecado
Consecuencias del pecado
En el relato de la caída del hombre y el juicio de Dios en Génesis 3 hubo diferentes tipos de consecuencias.
Primeramente, hubo consecuencias personales
experimentando la culpa (Gn 3:12–13) y la vergüenza, demostrado con la necesidad que tuvieron de cubrirse con hojas de higuera (Gn 3:7).
También experimentaron miedo (Gn 3:8). El pecado trajo a la vida humana la tristeza, la ira, la culpa y la vergüenza, complicando la existencia de cada individuo, trayendo también la muerte física (Gn 2:17).
Consecuencias en las relaciones
Consecuencias en las relaciones
Relación con Dios
Relación con Dios
En su relación con Dios, el hombre terminó espiritualmente muerto (Ef 2:1–2) y alejado de él por su pecado (Ro 1:18). Ahora el hombre vive en desobediencia constante, separándole del Dios santo (Col 3:5–6; Ro 5:10).
En cuanto a las personas
En cuanto a las personas
habrá conflictos entre el hombre y la mujer, en donde su unión termina corrupta por el deseo del hombre por someter a la mujer y el deseo de la mujer por ponerse por cabeza del hombre (Gn 3:16). Pero también habrá conflicto entre humanos. El relato de Caín matando a Abel por envidia (Gn 4:8) es una prueba de las consecuencias del pecado.
La creación
La creación
Aunque el mandato de Dios es a dominar y sojuzgar la tierra, ahora esta estará maldita y hará que el hombre la trabaje con dolor (Gn 3:7). La tierra también produjo “espinas y cardos” (Gn 3:18–19) como consecuencia del pecado. También el dominio sobre los animales se vería afectado, lo que antes parecía un dominio armonioso y sumiso, ahora sería a través del “temor y el miedo” (Gn 9:1).
Soteriología
Soteriología
Berkhof define el estudio “de la participación de las bendiciones de salvación al pecador y de su restauración al favor divino y a la vida en íntima comunión con Dios”.
La salvación empieza con Dios, quien “ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Jn 3:16). Es imposible contemplar estos beneficios de salvación y restauración sin hablar de la obra de Cristo, el medio por el cual las recibimos.
Expiación
Expiación
Apocalipsis 13:8 “… Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.”
Expiación sustitutiva penal: Jesús toma el lugar del pecador, convirtiéndose en el sustituto para que, con su sangre, los pecados sean cubiertos.
Gracia Común y Gracia Especial
Gracia Común y Gracia Especial
La gracia común
es la que Dios muestra bendiciones a toda la humanidad en general (Mt 5:45; Lc 6:35–36; Hch 14:16–17).
Wayne Grudem define la gracia común como “la gracia de Dios mediante la cual él da a las personas innumerables bendiciones que no son parte de la salvación”.
La gracia especial
Esta gracia es la que produce un cambio interno por medio del Espíritu Santo, trayendo arrepentimiento y llevando al hombre a creer en Jesucristo como su salvador (Ro 1:5–6; 1 Co 1:24).
la diferencia consta de su propósito, fuente, alcance y resultados.
Ordo Salutis
Ordo Salutis
Encontramos una orden y progresión.
Romanos 8:29–30 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
Orden lógico más que cronológico.
Presciencia, predestinación y elección
Presciencia, predestinación y elección
Dios ha elegido a personas específicas para salvación (Éx 33:19; Jn 10:15; Ef 1:11; Sa 33:12; Sa 65:4).
Romanos 8:29 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”
Efesios 1:11 “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,”
Ro 8:32–33 “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.”
Sin embargo, dentro de esta elección de personas, hay tres palabras que sobresalen: presciencia, predestinación y elección.
Dios ha predestinado a personas específicas desde antes de la fundación del mundo para salvación (Ro 9:23; Ef 1:5).
Estos creyentes ya habían sido conocidos por Dios (Ro 8:29; Gá 4:9; 2 Ti 2:19; Mt 7:23) y fueron predestinados para que creyeran en Cristo como su Señor (Hch 13:48; 2 Ts 2:13).
1 Pedro 1:2 “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.”
La elección no es gracias a la inteligencia del hombre, ni por su fuerza o gran impacto social que puede llegar a tener, como si del hombre se tratase, sino que Dios nos ha elegido “según el puro afecto de su voluntad” (Ef 1:15).
Llamamiento
Llamamiento
En Romanos 8:30 agrega que “a los que predestinó, también los llamó”.
El llamamiento surge antes de la conversión y lo podemos definir como “la obra que Dios hace por medio de la cual, a través del Espíritu, invita a todos los hombres a venir a Cristo, y es la que lleva los pecadores a la salvación”.
El llamamiento general
invitación que Dios hace a los hombres para venir a Cristo por medio del Evangelio (Mt 11:28; Is 45:22; Jn 7:37–38; Ap 22:17)
está al alcance de todas las personas. Este llamamiento puede ser resistido (Pr 1:24–26; Is 65:12; Mt. 23:37; Hch 7:51).
En el llamamiento eficaz
“Dios obra de una manera particularmente efectiva con los elegidos, permitiéndoles responder con arrepentimiento y fe y haciendo inevitable que lo hagan”.
La operación y respuesta al llamamiento eficaz es operado por el Espíritu Santo, y hace que el individuo pase de las tinieblas a la luz de manera por medio de un entendimiento auténtico del Evangelio (1 Co 1:9; 2 Te 2:14; 2 Ti 1:9).
El llamamiento eficaz también engloba la obediencia a la fe (Ro 1:5), comunión con el Hijo (1 Co 1:9), libertad (Gá 5:13), santidad (1 Ts 4:7), vida eterna (1 Ti 6:12) y al reino y la gloria de Cristo (1 Ts 2:12).
Regeneración
Regeneración
“es la impartición instantánea sobrenatural de vida espiritual a los espiritualmente muertos”.
En otras palabras, la regeneración es el acto de Dios en la cual nos da una nueva naturaleza divina.
El creyente es un “nacido de Dios” (1 Jn 3:9), hecho de nuevo “a una esperanza viva” (1 P 1:3a), haciéndolo por medio “de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos” (1 P 1:3b) y “por la palabra de verdad” (Stg 1:17). Este nuevo hombre es “creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef 4:24) y fue profetizado desde el Antiguo Testamento por medio de Ezequiel 36:26: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros”.
La regeneración es una obra monergista, única e instantánea (Tit 3:6–7).
Conversión
Conversión
La conversión es el acto en el que Dios regenera a la persona arrepentida. Wayne Grudem señala dos aspectos de la conversión: la conversión activa y la pasiva.
La conversión activa
La conversión activa
“acto de Dios por medio del cual Él hace que el pecador sea regenerado en su vida consciente, para volverse a Dios con arrepentimiento y fe”.
La conversión pasiva
La conversión pasiva
“respuesta voluntaria al llamamiento del Evangelio, mediante la cual nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados y ponemos nuestra confianza en Cristo para salvación”.
En el Antiguo Testamento la palabra más común para referirse a la conversión es shubh, que significa “volverse o dar la vuelta”, en la que está involucrado el hombre y Dios (Gn 6:6–7; Éx 32:14; Jue 2:18; 1 S 15:11). En el Nuevo Testamento pasa algo similar, solo que tiene una connotación soteriológica (Hch 15:3, 1 Tes 1:9, 2 Co 3:16).
Incluyen la Fe y arrepentimiento.
La Biblia deja claro que una conversión incluye obligatoriamente estos dos elementos (Jn 3:16; Hch 16:31; Ro 10:9; Ef 2:9; Lc 24:46–47; Hch 2:37–38; 3:19; 5:31; 17:30).
Los demonios, en Santiago 2:19, conocían y sabían las verdades divinas, sin embargo, no tenían salvación.
Esta diferencia surge de una decisión personal, impulsada por el Espíritu Santo, a dejar atrás al viejo hombre para ir a Cristo como aquél que quita los pecados y nos da vida eterna con Dios. Todo esto por medio de una relación personal del hombre con Dios.
Unión con Cristo
Unión con Cristo
La unión con Cristo es el vínculo entre el creyente y Jesucristo, en donde el creyente “recibe todos los beneficios de la vida, muerte, resurrección y glorificación de Jesús”.
El pecador recibe la gracia de Dios por estar unidos en Cristo (1 Co 1:4–5).
Como parte de esta unión, el creyente comparte con Cristo el sufrimiento (Ro 8:17), el ser crucificados (Gá 2:20), la muerte (Col 2:20), tener vida (Ef 2:5), la resurrección (Col 3:1) y la glorificación (Ro 8:17).
Sabemos que, si “alguno está en Cristo, nueva criatura es” (2 Co 5:17), y que “en él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Ef 1:6) y han sido “creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Ef 2:10).
Esta unión que es judicial, y presenta a Cristo como nuestro representante delante de los ojos de Dios (Ro 5:12–21).
Pero también es una unión vital con Cristo. Esto significa que la vida fluye dentro de nosotros gracias a esta unión (Gá 2:20).
Tenemos vida y damos fruto gracias a tener unión con Cristo (Jn 15:4). Sin embargo, esta unión vital no es únicamente con Cristo, ya que también se convierte en una unión vital con los demás creyentes (Ro 12:5; Gá 3:28).
Justificación
Justificación
La justificación en la salvación se refiere al acto de Dios en el cual, por medio de la expiación de Cristo, declara justo al pecador para siempre (Ro 3:26, 28; 5:1; Gá 2:16).
Berkhof la define como el “acto judicial de Dios en el cual Él declara, sobre la base de la justicia de Jesucristo que todas las demandas de la ley están satisfechas con respecto al pecador”.
La justificación tiene también una doble definición, ya que por medio de la justificación ahora nosotros tenemos paz para con Dios (Ro 5:1–2), nuestras iniquidades han sido perdonadas y nuestros pecados cubiertos (Ro 4:6–8), que podríamos resumirlo como el perdón de pecados.
Por otra parte, Dios nos bendice cuando nos “atribuye justicia” (Ro 4:6; Fi 3:8) gracias a la obediencia activa (1 Jn 3:5; 1 P 2:22; He 4:15) y pasiva (2 Co 5:21; Ro 5:9, 18) de Cristo. Cuando el Padre nos ve, no nos ve a nosotros ni a nuestras obras, sino que ve a su Hijo y su justicia. (1 P 2:24; Ro 5:9).
La justificación significa “declarar justo a alguien”, que no es lo mismo que “hacer justo a alguien”. El enfoque es en la obra y justicia de Cristo (Ro 8:1). Además, la justificación es un acto definitivo. Una persona no puede ser medio justificada, o es visto como justo o es visto como condenado (Ro 8:33–34). Este segundo punto podríamos resumirlo como transferir la justicia de Cristo a nuestro favor.
Por último, el creyente recibe la justificación por medio de la fe (Ro 5:1, 17; 16:30-31). Esto e significa que “la sangre de Cristo es el motivo de la justificación, pero la fe es el instrumento o canal por el cual recibimos el don de la justicia”.
Adopción
Adopción
La adopción es para aquellos que han puesto su fe en Jesucristo (Jn 1:12; Ef 1:5; Gá 4:4–5). La adopción, como su significado cotidiano, es cuando se nos hace miembros de una familia, en este caso, miembros de la familia de Dios. La adopción es cumplimiento del plan de salvación: “Nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Ef 1:5).
justificación = posición que el creyente tiene delante de Dios
La adopción = la relación que ahora tenemos con el Padre.
Aunque estas dos tienen un vínculo: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos” (Gá 4:4–5). También la adopción es después de la conversión (Gá 3:26; Jn 1:12).
Entre los beneficios de la adopción se encuentra la reconciliación con Dios. No solo hemos recibido perdón de Dios, sino que ahora nos muestra su amor y gracia (Ro 5:8, 10; 8:14). Por medio de la adopción, ahora poseemos libertad (Ro 8:14–15).
Santificación
Santificación
Entendemos la santificación como un “proceso mediante el cual nuestra condición moral entra en conformidad con nuestro estatus legal frente a Dios”.
La posicional
La posicional
es cuando el creyente es visto como santo en Cristo (1 Co 1;2; 6:11; He 10:10). El proceso de santificación tiene su comienzo en la regeneración (1 P 2:9) y es la renovación que se hace por medio del Espíritu Santo (Tit 3:5).
Progresiva
Progresiva
Aunque somos vistos como santos delante de los ojos de Dios, seguimos luchando contra nuestra naturaleza pecaminosa (Ro 7:19–24). Sin embargo, por la santificación tenemos un cambio moral en nuestro corazón, ya que el poder dominante y total que tenía el pecado en nuestros corazones ahora ya no existe, y al creyente en santificación no le gusta el pecar (Ro 6:11, 14, 18). Esto incluye un deseo del creyente por luchar en pos de la santidad, haciendo morir su carne para la gloria de Dios (Ro 6:12–13; 17:18). Hemos sido hechos santos, pero también tenemos que buscar la santificación (1 Ts 4:3). Esto es lo que se conoce como la “santificación progresiva”, la cual es un acto en el que Dios es él que hace la obra (1 Ts 5:23; Ef 5:26; Tit 2:14; He 13:20–21) a la misma vez que nosotros tenemos que esforzarnos en la gracia para alcanzar la santificación (Fil 3:13–14; He 12:14).
Perseverancia de los santos
Perseverancia de los santos
La Biblia declara que en la salvación está la “continua operación del Espíritu Santo en el creyente, mediante la cual la obra de la gracia divina que ha empezado en el corazón se continuará hasta llegar a ser completo”.
Jesús declara que a los creyentes “nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Jn 10:29). La gracia de Dios sobre los que ha decidido salvar es irrevocable (Ro 11:29).
Una persona que ha sido regenerada va a mostrar perseverancia en la fe (Jn 6:38–40; Ro 8:1; Ef 1:13–14) y esta perseverancia está presente por la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente (Fil 1:6; 2 Te 3:3). Aquellos que no han perseverado realmente no eran creyentes, aunque hayan dado señales de conversión (Mt 26:22; Gá 2:4; 2 Co 11:15). La perseverancia es una de las pruebas de aquellos que son verdaderamente creyentes (1 Jn 2:19).
Glorificación
Glorificación
La última parte de Romanos 8:29–30 habla acerca de la glorificación: “A estos también glorificó”.
Esto abarca la perfección de la naturaleza del creyente individual al estar en el futuro en la presencia de Dios, de manera espiritual y física junto a la creación (Ro 8:18–25). El creyente gime en espera de la redención del cuerpo (Ro 8:23). Esta glorificación es una herencia que todo creyente adquiere y que tiene la finalidad en la alabanza de la gloria de Dios (Ef 1:13–14). Pedro habló de la glorificación como una “esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo final” (1 P 1:3–5).
Eclesiología
Eclesiología
Definición
Definición
La palabra iglesia proviene del griego ekklesia, que une ek (fuera de) y kaleo (llamar), que, unidos, hace referencia a un grupo que es llamado aparte. Los usos que esta palabra tiene en la Biblia a veces implican solamente una congregación de personas (Hch 7:38; 19:32). Sin embargo, la mayoría de las veces se usa para referirse al grupo de creyentes de Cristo (Hch 2:47; 8:1; Ro 16:5; 1 Co 1:2; 12:28; Ef 1:22–23).
Cristo compró a la iglesia por su propia sangre (Hch 20:28). Cristo ama la iglesia, la sustenta y la cuida (Hch 20:17).
El Nuevo Testamento suele usar dos sentidos para la iglesia: la iglesia local y la iglesia universal.
La iglesia local
La iglesia local
es la congregación física de creyentes en donde se reunían a adorar (1 Co 11:18), y tener comunión (Hch 2:45–46). Cuando la gente es salva, se agrega a una iglesia local (Hch 2:47).
La iglesia universal
La iglesia universal
es aquella a la que todos los nacidos de nuevo pertenecen (1 Co 12:13; 1 P 1:3). La unidad de la iglesia universal es que ahora no hay distinción entre “judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer…” y el motivo es que “…todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gá 3:28).
Propósito
Propósito
En el contexto de la historia de la salvación, la iglesia es el medio por el cual se exhibe “la sabiduría y la misericordia de Dios en esta era” (Ro 9:23–24; 11:33; 1 Co 1:20–31)”.
Por lo tanto, cada miembro debe ser consciente que su vida ahora forma parte del testimonio que damos al mundo. La iglesia existe para ser una fuente de misericordia y amor para los perdidos y alejados. Debe vivir en este mundo preocupándose por los perdidos y trabajando para que todos conozcan a Dios por medio de la predicación de las Escrituras. Wayne Grudem plantea tres puntos para comprender el propósito de la iglesia: ministerio a Dios, a los creyentes y al mundo.[47]
Ministerio a Dios
Ministerio a Dios
Este primer propósito se enfoca en la adoración de la iglesia a Dios. Él nos ha hecho por y para que “seamos para alabanza de su gloria” (Ef 1:12). El ministerio nunca empieza ni termina con el hombre, sino que la adoración a Dios siempre es el centro.
Ministerio a los creyentes
Este segundo propósito se centra en la edificación del creyente por medio de edificación de los mismos miembros (Ef 4:12–16), la enseñanza de las Escrituras (2 Ti 2:15), las ordenanzas (Lc 22:19; Hch 2:38–42) y la comunión de los creyentes (1 Jn 1:3). Los creyentes no pueden estar toda la vida tomando leche. La iglesia debería buscar su crecimiento constante para “presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre” (Col 1:28).
Ministerio al mundo
Ministerio al mundo
El tercer propósito es el de la obra evangelizadora de la iglesia hacia el mundo. Sumado a esto, la iglesia está llamada a buscar y ayudar a los necesitados (Hch 11:29; 2 Co 8:14; 1 Jn 3:17).
Características de una iglesia verdadera
Características de una iglesia verdadera
Predicación
Predicación
La predicación es la explicación de las obras de Dios expresadas en las Escrituras mediante la proclamación a los oyentes. Al aplicar esta definición general a la iglesia local, el propósito se ve modificado y ampliado. Mark Dever propone que, en la iglesia local, la predicación es “lo que alimenta, desarrolla y conserva la comprensión que tiene una iglesia del Evangelio mismo”. Es por medio de la exposición a la Palabra predicada que la congregación es edificada.
El contenido de la enseñanza siempre es el mismo: la Palabra de Dios. Toda exposición, ya sea la predicación semanal u otra enseñanza, sea de carácter temático o textual, sea una clase para niños o un estudio bíblico, tiene que estar enfocado en las Escrituras.
Ordenanzas
Ordenanzas
Las ordenanzas son actos que Cristo creó para la iglesia como señales visibles de las verdades del Evangelio. Existen dos ordenanzas: el bautismo por agua y la Cena del Señor (Mt 28:19; Mr 16:15–16; Hch 2:42; 1 Co 11:23–30).
El bautismo es una ordenanza que se incluye en la Gran Comisión (Mt 28:19). Este acto simboliza “la identificación del creyente con Cristo en su muerte, sepultura y resurrección. Es un símbolo del bautismo del Espíritu”. Esto se lleva a cabo, una sola vez, por inmersión y está reservado a aquellos que realmente son creyentes en Jesucristo (Hch 2:38; 8:12; 10:17;
16:13–14). Sirve como un requisito necesario para que uno se convierta en miembro de la iglesia local (Hch 2:41)
La Cena del Señor también fue ordenada por Cristo previo a su muerte (Mt 26:26–30; Mr 14:22–26; Lc. 22:14–20). Simboliza el cuerpo de Cristo y la sangre derramada, como medio de expiación por nuestros pecados. Esta ceremonia, a diferencia del bautismo, debe hacerse frecuentemente (Hch 20:7; 1 Co 12:26), estando reunida toda la iglesia local (Hch 20:7; 1 Co 11:18, 33)
Disciplina
Disciplina
Entendemos la disciplina como la actividad doble en la que el creyente es enseñado y/o corregido. De alguna manera, toda la congregación está en un proceso constante de disciplina formativa por medio de la predicación y enseñanza de las Escrituras. Por otro lado, la disciplina correctiva es el proceso por el que pasa un miembro cuando ha cometido un pecado grave y no demuestra arrepentimiento (Mt 18:15–18; 1 Co 5:1–5, 13; Ap 2:14–15, 20).
Gobierno de la iglesia
Gobierno de la iglesia
El gobierno de la iglesia debe ser el conocido como “congregacional”, en donde cada iglesia es autónoma, pues no hay autoridad externa la cual ejerza poder sobre ella, y la congregación tiene voz y voto sobre la toma de decisiones en guía y gobierno de la iglesia.
Las responsabilidades que la congregación tiene son las de preservar la unidad (Ro 12:16; 1 Co 1:10; 2 Co 13:11), mantener pura la doctrina y la práctica (1 Ti 3:15; Jud 3; 1 Jn 4:1), observar y guardar las enseñanzas (1 Co 11:2), elegir a los líderes de la iglesia (Hch 6:1–5; 14:23; 2 Co 8:19) y la disciplina entre miembros (Mt 18:15–17; 1 Co 5:4–5).
Sin embargo, aunque la congregación tiene voz en la toma de decisiones, son los líderes los que tendrán la decisión final. Mark Dever explica está distinción desde el punto de la confianza y la autoridad:
Dios no quiere que operemos siempre como un comité general. Debemos confiar en que Dios da a ciertas personas dones para que sirvan como líderes de la iglesia. Por tanto, deberíamos desear que en nuestras iglesias haya un balance entre autoridad y confianza.[48]
Angelología
Angelología
Ángeles
Ángeles
La Palabra hebrea malak es la que se traduce como “ángel”, y significa “mensajero”, aunque también se utilizan
otros términos para referirse a los ángeles:
otros términos para referirse a los ángeles:
“hijos de Dios” (Job 1:6), “santos” (Sal 89:5), “espíritus” (He 1:14), entre otros.
Los ángeles son criaturas espirituales creadas por Dios y enviados por él con un propósito.
Los ángeles también son llamados “hijos de Dios”, haciendo referencia a que son creación y obedientes a Dios (Job 1:6; 38:7) y como “santos” (Sal 89:5), ya que son apartados por y para Dios en moralidad.
El propósito de los ángeles es la de mostrar el amor de Dios.
Los ángeles no fueron hechos a la imagen de Dios como los humanos (Gn 1:26–27), sin embargo, los ángeles fueron enviados para servirnos (He 1:14).
En un futuro Dios nos dará autoridad sobre los ángeles (1 Co 6:3), aunque los humanos son “un poco menor que los ángeles (He 2:7).
Fueron creados para glorificar directamente a Dios (Sal 103:20; Is 6:2–3; Ap 2:8). Por
los ángeles también realizan los planes enviados por Dios (Lc 1:11–19; Hc 8:26; Zac 1:10–11).
Satanás
Satanás
Satanás es el nombre que la Biblia utiliza para referirse a la cabeza de los demonios (Job 1:7–2:7; 1 Cr 1:11; Zac 3:1).
Se le puede reconocer en la serpiente de Génesis y en el Nuevo Testamento todos los autores lo mencionan y hacen referencia a él en diecinueve libros (Mt 4:10; Mr 1:13; Lc 11:18; Jn 13:27).
Satanás posee personalidad.
Tiene intelecto (Ef 6:11) con el que planea y engaña (Ap 12:9).
También posee emociones como el deseo (1 P 5:8) y la ira (Ap 12:12).
Por último, posee voluntad, como cuando intentó hacer pecar a Cristo (Mt 4:3).
Las actividades de Satanás
Las actividades de Satanás
Se basan en originar (Gn 3:1; 2 Co 11:3) y provocar el pecado (2 Cr 21:1),
intentar causar daño (Job 1:7) y enfermedades (1 Ts 2:18)
e intentar estorbar los planes de los creyentes (1 Ts 2:18) y el evangelismo (Mt 13:19).
Demonios
Demonios
Los demonios son ángeles caídos (Mt 12:24; Ap 12:7).
Se dividen en dos grupos: los libres y los atados (2 P 24; Lc 8:31).
Los demonios son espíritus (Mt 8:16; Lc 7:21) invisibles (Mr 5:2–4), pero no son omnipresentes (Mt 8:32) ni omnipotentes (Mr 5:3–4), estando limitados por la autoridad de Dios (Mt 8:31–32).
Su actividad consiste en oponerse al pueblo de Dios (Dn 10:10–14) y engañar a la humanidad (Dt 32:16–17; Sal 106:35–37).
Aunque conocen a Jesús y la verdad de Dios (Hch 19:15; Mt 8:31–32), ellos se encargan de ocultar la verdad (2 Co 4:4) e intentan engañar por medio de la falsa doctrina (1 Ti 4:1–3).
También tienen la capacidad de poseer a personas inconversas, causando un cambio moral, de aspecto y de disposición espiritual (Mt 4:24; Mc 1:23–24; Mr 5:3–4).
El poder que tenían los demonios fue despojado por el sacrificio de Cristo en la cruz, exhibiéndolos y triunfado sobre ellos (Col 2:15) y teniendo un futuro en el que serán arrojados al lago de fuego junto con Satanás (Ap 19:19–21)
Ángel de Jehová
Ángel de Jehová
Aparece en el A.T varias veces (Gn. 16:7; Is 63:9; Éx. 3:2, 4 ,6-7)
Nombres
Nombres
Aveces se intercambia los nombres de Yavhhe, El o Elohim con el Ángel del Señor (Gn 16:7, 13)
Agar hablando a Dios y contestando el ángel de Jehová (Gn. 21:17)
Demanda adoración
Demanda adoración
El ángel de Jehová demanda adoración Ex 3:5; Jos 5:15
Es diferente a Dios Padre - Zac. 1:12; Éx. 23:20
Escatología
Escatología
La escatología nos recuerda la soberanía (Sal 2:1–2) y la bondad de Dios (Ro 8:18).
nos motiva a tener vidas santas,
nos da esperanzas para perseverar hasta “la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tit 2:3) y nos hace desear su regreso (Fil 3:2).
La segunda venida
La segunda venida
Jesús habló de su regreso (Mt 14:44; Jn 14:3) en gloria.
Este segundo regreso será físico (Hch 1:11; Col 3:4) y vendrá en gloria (Mr 8:38; 2 Te 1:10).
En su regreso será para dar fin a la tierra actual, trayendo juicio a los muertos (Juan 5:28–29) y para señalar el inicio de los “cielos nuevos y tierra nueva” (2 P 3:10–13).
No podemos saber el momento ni la hora en la que Cristo volverá (Mt 24:44; Mr 13:32–33), pero se nos manda a estar preparados (Mt 25:13). Aunque se desconocen algunos detalles y existen desacuerdos doctrinales, todos los creyentes estamos en común acuerdo de que el resultado final de su segunda venida es la del juicio de los incrédulos, la recompensa a los creyentes y que tengan una vida con Cristo en un cielo nuevo y tierra nueva.
La Biblia si nos muestra algunos acontecimientos antes del regreso de Cristo.
Entre ellas se encuentran: la predicación del Evangelio a todas las naciones (Mr 13:10; Mt 24:14); “días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio” (Mr 13:19; Mt 24:25–22); “se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios” (Mr 13:22; Mt 24:23–24);
habrá señales en los cielos (Mt 24:29–30); aparecerá “el hombre de maldad” (2 Te 2:3), el que a veces se identifica con la bestia de Apocalipsis 12, y otras veces con el “anticristo” (1 Jn 2:18); y la salvación de Israel (Zac 12:10; 2 Co 3:15–16; Ro 11:25–29)
Milenio
Milenio
El término “milenio” hace referencia a Apocalipsis 20:4–5, en donde dice: “Los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años” (Ap 20:4–5).
Antes de que suceda el milenio, habrá un periodo en donde una gran tribulación acechará la tierra (Mt 24:29–31; 2 Te 2:1–4; Ap 20:4–5). Después de la tribulación, Cristo volverá físicamente a la tierra (Ap 19:11–16; Mt 24:30) para establecer su reino y gobernar en perfecta justicia y paz por mil años (Ap 20:1–6; Is 2:2–4; 11:6–9), donde los creyentes muertos resucitarán (1 Ts 4:16–17) y los vivos reinarán junto con él (Ap 20:4).
Al finalizar los mil años, “cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar” (Ap 20:7–10), una lucha en donde “Dios descendió fuego del cielo, y los consumió” (Ap 20:9) y donde “el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta” (Ap 20:10). Al final, habrá una resurrección de todos los impíos, los cuales serán juzgados ante el gran trono blanco, en donde todos serán juzgados según sus obras, siendo los impíos lanzados al lago de fuego (Ap 20:11–15) y los justos recompensados (Ro 2:5–10). Para finalizar, Dios crea un cielo nuevo y tierra nueva, en donde los creyentes vivirán eternamente (Ap 21:1).
El juicio del gran trono blanco
El juicio del gran trono blanco
En el juicio del gran trono blanco Jesucristo es el juez (Jn 5:26–27) que “juzgará a los vivos y a los muertos” (2 Ti 4:1).
Siendo toda obra sacada a la luz (Ec 12:14), tendrán que dar cuenta
Los que serán juzgados serán los incrédulos, pagando “a cada uno conforme a sus obras” (Ro 2:6), trayendo ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad… tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo” (Ro 2:6–9).
También serán juzgados los creyentes. Pablo les escribe a los creyentes que “todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” (Ro 14:10).
Este juicio es de evaluación y les concede a los creyentes varios tipos de recompensa, ya que no hay “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Ro 8:1).
Podemos resumir el juicio como lo hace Apocalipsis 22:18:
Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.