Mandamientos 5

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¡SERÁS LIBRE!
Los mandamientos no son una condición para la relación, son una confirmación de la relación. No son para que entremos, sino porque ya estamos adentro. Israel recibió los mandamientos después de haber sido liberado de Egipto.
 
Los primeros mandamientos nos hablan de ¡cómo es Dios! Nos dice: Quiero ser el único Dios en tu vida. No hagas representaciones, no me quieras manejar. No Uses mal mi nombre. Descansa un día como recordatorio de tu dependencia en Mí.
 
Los mandamientos que hemos visto, son la cimentación para entender los demás. Si YO SOY el centro de tu vida, ¡no robarás! ¡No matarás! Porque me haré cargo de todas tus necesidades. No cometerás adulterio porque estarás contento con lo que te he dado.
 
Es en este momento en que Dios hace un cambio radical. Después de hablar sobre ÉL y dejar en claro quién es El, ahora empieza a hablar del valor de las demás personas. EL RESTO DE LOS MANDAMIENTOS SE RESUME EN: HONRA A LAS PERSONAS A TU ALREDEDOR. Al mismo tiempo, establece un nuevo sistema de valores.  Estos mandamientos son dados en un contexto en que el sistema de valores vigente ni siquiera lo soñaban.
 
Esta es una confirmación de que Dios entregó estos mandamientos, porque nadie de la época hubiera siquiera soñado con estas cosas. Porque este mandamiento ELEVA EL ESTATUS DE TODAS LAS PERSONAS AL MISMO NIVEL.
 
El mandamiento dice: “Te daré leyes y SOLAMENTE YO SERÉ LA AUTORIDAD y el dador de la ley. No habrá rey, ni líder ante el que se inclinarán. Yo seré el dador de la ley. Ustedes solamente obedezcan la ley. Y nadie por encima de la ley”.
 
Esto era algo nuevo, ¡ninguna otra sociedad había pensado que todos fueran iguales!
 
Dios establece la ley y todas las personas de la nación son responsables ante ÉL. No habría ninguna autoridad que pudiera estar por encima de esta ley. TODOS SON RESPONSABLES ANTE DIOS. TODOS SON IGUALES. No robarás, no me importa que tanto dinero tengas, o a quien le robes ¡no lo harás! No matarás, no me importa que tanto poder tengas, no está bien. No puedes matar. Aun la persona más poderosa tiene que someterse a estos principios y tiene que rendir su voluntad ante mi ley, es por igual para todos: Ricos, pobres, poderosos, desvalidos, mujeres, hombres, libres, esclavos.
 
Todo hombre y mujer sin ver su estatus social o su color de piel, son creados a imagen de Dios ¡Todas las personas! Y por eso tienen derechos. Aun los esclavos. Todos estaban protegidos por esta ley. NO HABIA NADA COMO ESTO EN TODO EL MUNDO CONOCIDO. Porque en la cultura de esa época, como en muchos lugares de nuestra cultura actual, es el poder el que determina quién tiene la razón, es el dinero el que determina quién tiene la razón. El rey que dicta las reglas es el único que puede romperlas.
 
Dios dice: ¡Yo he puesto las reglas! Todos están bajo la autoridad de Dios. No habría rey porque Dios sería el REY.  Esto provocó nerviosismo en la gente, se sintieron inseguros, de tal manera que tiempo después, piden un rey.  Dios les dice: “No quiero que tengan rey, quiero que las demás naciones vean y se sorprendan y digan: construyen ciudades, tienen ejércitos, tienen impuestos, tienen trabajos organizados y NO TIENEN REY. Lo único que tienen es la ley. El mandamiento que dicen que Dios les dio”.
 
La nación dijo, pero…es que todos tienen rey, así que lo queremos. Bueno pero si quieren rey, recibirán todo el paquete completo que vienen con el rey: corrupción, impuestos, trabajos forzados, sus hijas para el rey. Pero si quieren, lo tendrán.
 
Sabes que es lo increíble: Al ser Dios el dador de la ley, la ley no distingue si eres rico o pobre; ERES RESPONSABLE ANTE DIOS. Todos son iguales. ESA IDEA NUNCA ANTES SE HABÍA VISTO.
 
¡Nadie por encima de la ley!
 
Y sabes que actualmente las naciones en dónde se reconocen las leyes divinas son los lugares donde más se respetan los derechos humanos, pero las naciones en que no se toman en cuenta las leyes divinas, es en donde más se violan los derechos Humanos.
 
Una nación en que hombre o rey establece la ley, se asume que él está por encima.
Eso hacemos en casa: ¡No metan comida a los cuartos! Pero como yo di esa regla, yo la puedo romper. Al final del día no le pido perdón a Dios por mis pecados y también por haber metido comida al cuarto, esa es mi regla, yo la puedo romper. No me siento responsable ante Él.
De igual manera, cada grupo o comunidad que pone reglas, se siente con el poder de romperlas.  Lo que hace Dios con este sistema es: QUIERO QUE RECONOZCAN QUE YO DOY LAS REGLAS. TODOS SON RESPONSABLES.  Nos eleva al mismo nivel de responsabilidad, sin importar tu puesto, tus finanzas o tu belleza, etc.
Aquí nos damos cuenta de que estamos bajo la ley de Dios, y que somos responsables ante él, incluso Moisés, que lo recibió, era responsable ante Dios.
 
El valor de los mandamientos no son las leyes, porque al leer lo demás de Éxodo todo se vuelve bien específico, algunas cosas ya no son relevantes para nuestro contexto.  El principio que establece es RECONOCER QUE TODO SER HUMANO ES RESPONSABLE DE DAR CUENTAS.
 
Si perdemos de vista de que hay alguien que establece las leyes –DIOS-, entonces empezaremos a poner nosotros las reglas. Por lo mismo sentiremos que somos los únicos que podemos romperlas.  ESA ES NUESTRA NATURALEZA.   LO IMPORTANTE ES QUE ISRAEL SABÍA QUE DIOS ES EL QUE HACE LAS REGLAS Y SU RESPONSABILIDAD NO ERA HACER REGLAS, SINO DESCUBRIR CUALES ERAN ESAS REGLAS.
 
Esta idea era nueva y tan rara que el pueblo pidió rey. Y los reyes una y otra vez, se declararon por encima de la ley.
 
Lo que Dios estaba diciendo era tan único que independientemente que pienses de la Biblia si como la Palabra de Dios, o como un libro escrito por un grupo de hombres. Si vez con detenimiento la complejidad de estos mandamientos y los ubicas en su contexto histórico y su cosmovisión; fue un regalo único de Dios a su nación. Y un regalo único al mundo.
 
Al reconocer a Dios como el dador de los mandamientos, todos elevaran su estatus. Todos fueron creados a su imagen y semejanza, por eso debemos tratar a todas las personas con respeto, con dignidad. Y las leyes que establece se encargan precisamente de eso, de que todos sean tratados con respeto. Todos fueron elevados porque la ley es para todos, ricos, pobres, libres, esclavos, hombres, mujeres.  No podemos evitar ver que esto tiene que ser inspiración divina.
 
Los  10 mandamientos dicen que debemos tratarnos con respeto los unos con los otros. Nos dicen la manera como Dios quiere que seamos tratados. INCREIBLE.
 
LOS PRIMEROS MANDAMIENTOS NOS DICEN HÓNRENME A MÍ.
El siguiente mandamiento es una sorpresa. Primero dice quiero que me honren. Y después el segundo grupo a quien Dios quiere que honremos, para nuestra sorpresa no son los líderes, no son los gobernantes, o los profetas, es más Moisés debió aprovechar para pedir eso, pues es lo que hacen otros profetas de otras religiones: Dios ha dicho que me obedezcan a mí, como yo soy el líder, etc. Pero Moisés No lo hizo.
 
Éxodo 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre para que disfrutes una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios”.
 
¡Pero si este pueblo ni siquiera tiene tierra! Es toda una nación ¡Sin territorio! Apenas la están buscando y Dios les dice: Honren a sus padres, para que vivan larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.
 
El mensaje es: COMO LE VA A LA FAMILIA, LE VA A LA NACIÓN.   YO TE TRAJE A ESTA TIERRA Y YO TE PUEDO SACAR.
 
Si deshonras a tus padres, te voy a sacar de esta tierra. Va a llegar un día en que pensarás que eres poderoso, y que por eso puedes hacer lo que quieres. Recuerda, eras una nación sin tierra pero la tendrás, si violas mis mandamientos, seguirás siendo mi pueblo, pero serás mi pueblo sin tierra.
 
Y ese tiempo llegó, en que los hijos decían a sus padres: “Está bien lo que tu hacías y qué bueno que funcionó, pero es tiempo de explorar otras posibilidades, de otros dioses, de otros ídolos, nuevos territorios. Tu religión no funciona para mí. Y Dios les dice: “Se los advertí, si no honraban a su padre y madre, les quitaría la tierra, así que por 70 años son llevados al exilio. Los hijos se reconciliaron con sus padres y Dios les regresó la tierra.
 
¡Cómo le va a la familia, así le va a la nación! Sabes, ellos no tenían un punto de comparación, o una perspectiva, pero ¿cuántos sabemos que esto es cierto?  Lo que le pasa a la familia, afecta a la sociedad. Es totalmente cierto.
 
Aquí estamos 3 mil años después de que Dios estableció la importancia de la familia para la sociedad. Dios dijo: “Lo voy a poner claro, si desobedeces, si abandonas la fe de tus padres, si llegas a ser demasiado para ellos, te quitaré esta tierra, porque mi sueño es que seas luz a otras naciones”.
 
HONRA A DIOS, HONRA A TUS PADRES.
El resto de los mandamientos, los vamos a poder entender de manera más fácil.
 
HONRA A DIOS, HONRA A TUS PADRES, HONRA A LOS DEMÁS.
Éxodo 20:13 “No mates”, honra los cuerpos de otras personas,
Éxodo 20:14 “No cometerás adulterio”, honra sus matrimonios,
V. 15 “No robes”, honra sus propiedades. En la ley, está implicada la propiedad privada. Aun antes de Benito Juárez, Dios dice: El respeto al derecho…es MI PAZ.
v.16 “No des falso testimonio en contra de tu prójimo”, Honra su reputación.
 
Después de estos mandamientos, nos da una ley que no se puede ver si se está cumpliendo o no.
 Lo que Dios está diciendo es: “Eres responsable ante mí, por lo que pasa por tu mente. SÍ hay policía del pensamiento: SOY YO. Así como debes cuidar tus acciones, cuida lo que pasa dentro de ti”.
 
Éxodo 20:17 “No codicies la casa de tu prójimo”  Codicia no es que no podamos admirar, no es que no puedas decir: Que casa tan bonita, que bonito carro, que bonita esposa. Codiciar es, desear y ser infeliz porque no lo tienes. Es decir: No me agradas porque tu casa es más bonita que la mía, no me caes bien porque tu esposa o tu esposo es más guapo; no me caes bien porque tus hijos son mejor portados.
 
Sabes que tienes codicia, cuando la familia que tiene la casa bonita o el carro bonito, por alguna razón se tienen que deshacer de ello y tú dices, ¡qué pena! Qué pena que la tuvieron que vender, pero por dentro te sientes aliviado,  no te sientes mal.
 
Esto lo enseña después Jesús, cuando dice: La ley dice que no adulteres, pero yo te digo que ni siquiera puedes verla y desearla. Y le preguntaron pero en dónde dice eso, pues en el último mandamiento. Ahh, ¿de eso se trata? Sí de eso.
 
V.17 “No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey (su camioneta), ni su burro (Su vocho)…”
 
Y en caso de que creamos que hay un escape, de que hay muchas cosas que no se nombran, ni siquiera existían, termina diciendo:
V.17 “…ni nada que le pertenezca”
Eres responsable al dador de la ley de todas esas pláticas imaginarias y esos pensamientos ocultos de que sueñas que tu esposo se muere para poder casarte con otro.
 
Lo que Dios está diciendo es: CUIDA TU CORAZÓN Y TUS MOTIVACIONES. Porque Dios sabe que si violas esta ley, fácilmente te puede llevar a violar los demás.
Si codicias lo suficiente puedes llegar a robar, y si deseas lo suficiente puedes llegar a matar; si quiero lo que alguien más tiene y lo codicio puedo mentir y arruinar su reputación.
 
HONRA A DIOS, HONRA A LAS PERSONAS ALREDEDOR DE TI Y CUIDA LO QUE HAY EN TU CORAZÓN.
 
¿No te querrías casar con alguien así? ¿No queremos que nuestros hijos crezcan así? No para que Dios nos quiera, sino porque ya somos sus hijos.
 
Al ver los mandamientos, nos damos cuenta de la forma como es nuestro Padre Celestial.  Los mandamientos no son una condición para entrar al cielo, no son para hacer de hombres malos en hombres buenos.
 
Pero aun hay más, Dios después de que da los mandamientos, también da las instrucciones para cuando alguien rompa esos mandamientos. Puso las reglas y las leyes de restitución. ¿Por qué? ¡Porque sabía que los íbamos a violar!
 
Estos mandamientos son para mantener a sus hijos libres…libres.
No son para establecer una relación, sino para proteger la relación.
No es para darnos acceso a Dios, sino para confirmar Su amor por nosotros.
 
HONRA A DIOS, HONRA A LOS QUE TE RODEAN Y CUIDA TU CORAZÓN.
 
Para terminar veamos algo asombroso:
 
Éxodo 19:25 “Moisés bajo y repitió eso mismo al pueblo”
Éxodo 20: 18 Ante ese espectáculo de truenos y relámpagos, de sonido de trompetas de la montaña envuelta en humo, los israelitas temblaban de miedo y se mantenían a distancia. Así que le suplicaron a Moisés- háblanos tú, y te escucharemos. Si Dios nos habla, seguramente moriremos. –
 
Cuantas veces le hemos dicho a Dios, ¡Háblame! En este pasaje el pueblo no quiere escuchar a Dios. ¿Por qué? Porque ya han visto el fuego, los truenos, el espectáculo de luz y sonido. Ya hemos visto de lo que eres capaz y no queremos ni oír tu voz.
 
Moisés dice: No tengan miedo,-les respondió Moisés-, Dios ha venido a ponerlos a prueba, para que sientan temor de él y no pequen.
El temor es para alejarlos del pecado. Dios no intenta darles miedo sólo para que le teman, sino por tu bien y por el mío. Israel no tiene historia de pecado como nación. No sabían las consecuencias, lo que pasaría como nación si violan la ley. Por eso Dios les dice, de una manera clara, que le obedezcan no porque sepan cuáles son las consecuencias ¡porque no lo saben! Les dice: Obedezcan por quien YO SOY.  Que eso sea suficiente; si alguna vez dudan y quieren fallar, recuerden quien soy yo, y que ese miedo los motive para alejarse del pecado.
 
La ley de Dios no es para hacer malos en buenos, sino para mantener a los libres…libres. Porque nos ama, al igual que el pueblo era su amado.
 
En el Antiguo Testamento da los mandamientos para mantener libres a sus hijos.
En el Nuevo Testamento, manda a su hijo a pagar por nuestros pecados para mantener a sus hijos libres.
 
El propósito es mantenernos libres del pecado, porque ya somos sus hijos. Es lo menos que podemos esperar de un Dios que deja que le llamemos: ¡Padre!
 
Te quiero  mantener libre de las consecuencias del pecado; por eso te diré como manejar tu matrimonio, tus finanzas, tus relaciones, tu negocio, tu sexualidad, tu moralidad, tu ética. Te quiero decir todo sobre la vida, por tu bien. No para que entres conmigo, sino porque ya estas adentro.
 
No quiero que aprendas las consecuencias a la mala, quiero que confíes en Mí.
 
Creo que ahora podemos ver a Dios de una manera diferente; nunca más leeremos pensando que los mandamientos y lo que Dios nos dice en la Biblia son limitaciones, sino por el contrario, son cuidados que mi Padre me dice, para evitarme dolores de cabeza, para evitarme consecuencias que me harán sufrir.
 
Si le damos la espalda porque no queremos seguirlo, es nuestra decisión.
 
Pero darle la espalda porque pensamos y sentimos que está en nuestra contra, es confundir por completo toda la enseñanza de la Biblia.
 
No hay razón para revelarnos contra Dios, porque Dios ¡NOS AMA! Y quiere mantenernos libres.
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