Tema: El Holocausto de Cristo

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Tema: El holocausto de Cristo

Texto: Heb. 10:5-7
Introducción: Desde el momento de la caída de Adán, la pena por el pecado era la muerte (Gn. 3). Pecado, traducido del griego jamartia significa errar en el blanco (Strong G266), provoca en nosotros la separación de Dios, por lo tanto, el hombre está separado de Dios, y para que pueda llegarse a su Creador nuevamente, tuvo que ofrecerse un sacrificio perfecto que implicó la muerte de un sustituto (Cristo), limpio de pecado.
Jesucristo afirmó que el primer mandamiento es amar a Dios con todo nuestro ser y el segundo mandamiento más importante era amar al prójimo como a uno mismo (Mr. 12:28-31), y que no había mandamiento mayor que éstos. Prójimo es aquel que tenemos más próximos a nosotros, puede ser un amigo, compañero, vecino, familiar, cercano, al que se le hace un bien, que fue exactamente lo que hizo Jesús por nosotros como una expresión de amor, al entregarse como el sacrificio perfecto. En el Antiguo Testamento, las ofrendas podían ser un animal o cosa que se le ofrecía a Dios en el culto, éstas podían ser de dos tipos: de animales, para presentar holocaustos, expiaciones, ofrendas de paz; y de granos, cereales, frutas y diezmos.
La palabra holocausto se traduce del hebreo Olah que significa hacer ascender.
(Strong H5930) y del griego holocautoma que denota quemar totalmente (Strong G3646). Holocausto se refiere a la combustión total de la víctima ofrendada, después de haberse impuesto sobre ella las manos y degollada a continuación. Una cosa interesante de resaltar es que la víctima tenía que ser macho, y en ningún lugar se menciona de ninguna hembra que haya sido ofrecida en holocausto.
A- En el tiempo de la Ley Mosaica este sacrificio se llevaba a cabo en el altar del holocausto, construido de madera de Acacia y revestido de bronce o cobre figura de juicio. Los utensilios que se usaban eran: calderos, palas, tazones, garfios y braseros, todos estos de bronce (Ex. 27:1-8 y Ex.37:1-7) . El holocausto era un sacrificio ofrecido como una ofrenda de expiación por el pecado, pero no lo borraba, solamente lo cubría y era figura de un sacrificio que habría de venir (He. 7:27; 10:12).
B- David (2 Cr. 3:1). En este templo iba a ser ofrecido continuamente holocaustos al Señor, como una continuidad de la visión, de la profecía de la venida del Mesías que quitaría de una vez y para siempre el pecado del hombre (He. 10:11-12).
Algunos aspectos a considerar de esta figura son:
1. ERA UNA PRUEBA PARA EL PADRE E HIJO. Gn. 22:5. Abraham le dice a sus criados que se queden al pie
del monte, pues sólo su hijo y él seguirían adelante para adorar a Dios, en la cima del monte sólo se encontraban Abraham e Isaac.
2. ISAAC SUBIÓ LA LEÑA PARA EL SACRIFICIO. Gn. 22:6. El hecho de que Isaac cargara la leña donde él iba a
ser sacrificado, nos enseña algo profético, porque asimismo, Jesús cargó con la cruz (hecha de madera) en sus hombros cuando iba rumbo al Gólgota a morir. Jesús dijo que el que quisiera seguirle, debería negarse a sí mismo y tomar su cruz, dando a entender que debemos morir a nuestras pasiones y deseos (Mt. 16:24; 10:38; Lc. 9.23), para después estar listos y ser sus discípulos.
3. EL CORDERO DE DIOS. Gn. 22:7-8. Cuando Isaac pregunta por el cordero para el sacrificio, Abraham le contesta que Dios les proveerá uno, lo que es una profecía acerca de Cristo, como el Cordero que Dios se iba a proveer para el holocausto por el pecado, por eso es que Juan el Bautista cuando ve a Jesús venir hacia él, lo llama como “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn. 1:29).
4. ABRAHAM HATA A ISAAC Y LO PONE SOBRE EL ALTAR. Gn. 22:9. A Jesús también lo ataron (cuando lo clavaron) cuando fue crucificado por nosotros, lo que nos muestra que también debemos cada día presentar nuestros cuerpos como un sacrificio vivo y santo (Ro. 12:1).
COMPARACIÓN ENTRE EL HOLOCAUSTO DEL CORDERO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO Y EL HOLOCAUSTO DEL CORDERO DE DIOS, CRISTO.
CORDERO DEL ANTIGUO TESTAMENTO
1. Imposición de manos para expiar el pecado de quien ofrecía el sacrificio. (Lv. 1:4).
Inmolación: el siguiente paso era matar al cordero degollándolo para el caso, fuera del campamento. (Lv. 1:5).
CORDERO DE DIOS, CRISTO
1. De acuerdo al plan del Padre, en Getsemaní (prensa de aceite), le impusieron el pecado del mundo a Jesús. (Mt. 26:39; Is. 53:6; 11).
2. El Señor Jesús dio su vida y fue entregado en manos de pecadores, siendo obediente hasta la muerte de cruz. (Fil. 2:8; Ap. 5:6; He. 13:12).
Conclusión: El holocausto de nuestro señor Jesucristo es, que Él murió en la cruz y después fue a morir al infierno en el lago de fuego. Al morir en la cruz pago por nuestros pecados y fue a pagar la muerte segunda al infierno, Él estando en la cruz vio a su iglesia, a su amada, y por eso fue que Él no se bajo de esa cruz, él lo hizo por amor a nosotros. ¡No desperdiciemos tan grande sacrificio!
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