Un solo templo con mayor gloria
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Lectura bíblica: Efesios 2:19-22
Texto clave: Hageo 2:9
"La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos".
Introducción:
Introducción:
El Apóstol Pablo en estos versículos nos enseña que hay un edificio que esta siendo construido con la piedra angular que es Cristo y este edificio es un templo santo que es la Iglesia de Cristo, así que no son varios templecitos aunque sabemos que todos somos templo y morada del Espíritu Santo, más bien somos como piedras (1 Pedro 2:5) como enseña Pedro que conforman ese único y gran edificio maravilloso que repito es la sola y única Iglesia de Cristo, porque Cristo no vendrá por una iglesia mutilada, sino por un solo cuerpo, así mismo Pablo nos enseña en esta lectura de Efesios que hay un solo templo del cual todos los que estamos en Cristo somos parte y estamos siendo edificados, pero para comprender este templo tenemos que estudiar los antiguos templos y aún más allá el lugar al que estos templos hacían eco que era el jardín del Edén.
Y antes de estudiar los templos y el lugar del que hacían eco tenemos que decir que hay una palabra profética de que gloria postrera de la casa sería mayor que la primera y esa palabra se cumplió y sigue cumpliendo en Cristo Jesús y en nosotros que somos la iglesia y a lo largo de este mensaje nos daremos cuenta de porque definitivamente si la gloria postrera esta siendo y seguirá siendo mayor que la primera.
El Edén: Génesis 3:22-24
El Edén: Génesis 3:22-24
En el Edén Adan y Eva pecaron y fueron expulsados del jardín donde Dios tenía relación personal con el hombre y el hombre podía disfrutar de la presencia de Dios continuamente, pero debido a su desobediencia y pecado Adan y Eva fueron expulsados del jardín del Edén y Dios puso al oriente del Jardín 2 querubines con una espada de fuego resguardando el camino al árbol de vida, así que este es un episodio muy triste en que la relación personal e intima de Dios con el hombre se vio rota por causa del pecado, porque la misma palabra de Dios dice que el pecado causa la separación entre Dios y los hombres.
El tabernáculo y el templo como el nuevo Edén:
El tabernáculo y el templo como el nuevo Edén:
Pero tiempo después vendría la construcción del tabernáculo y del templo que de alguna manera vendría a "resolver" el problema para que otra vez Dios habitará de una forma más personal con el hombre y que el hombre disfrutará de su presencia como en el jardín del Edén, entonces el tabernáculo y el templo se construyeron con varias características que recuerdan al Edén.
Por ejemplo que el templo y tabernáculo estaban ubicados con la entrada viendo hacia el oriente, así como los querubines y el camino al árbol de la vida del Edén estaban ubicados al oriente. (Éxodo 27:13)
También están los mismos querubines que resguardaban el Edén representados en el templo y tabernáculo por medio de los querubines bordados en el velo que separaban el lugar santo del lugar santísimo. (Éxodo 26:31-33)
Y también estaban los querubines elaborados de oro ya dentro del lugar santísimo como resguardando el arca del pacto que es figura de la presencia de Dios. (Éxodo 25:10-22)
Todo el templo en general estaba lleno de figuras de flores y frutos decorativos que hacían eco del jardín del Edén. (1 Reyes 6:29)
El pecado sigue causando separación: Isaías 59:2, Éxodo 40:34-35
El pecado sigue causando separación: Isaías 59:2, Éxodo 40:34-35
El problema es que cuando la nube de Jehová descendió sobre el monte Sinaí no pudo subir el pueblo por temor a morir, cuando la nube descendió sobre el tabernáculo en su inauguración ni si quiera Moisés pudo entrar al templo por la misma nube y cuando Salomón inauguró el primer templo los sacerdotes no se pudieron quedar a ministrar por la nube. ¿Entonces de que sirve un lugar donde la presencia de Dios desciende si el hombre no puede habitar ahí?, básicamente no ayudaba en mucho porque la intención era recuperar la relación que Adán tenía con Dios en el Edén, pero ni si quiera se podía entrar al templo, mucho menos tener esa relación personal con la presencia de Dios.
Levíticos una solución parcial: Números 1:1
Levíticos una solución parcial: Números 1:1
Así que para resolver este problema Dios proveería los rituales del libro de Levíticos para que después de seguir todo al pie de la letra pudiera haber expiación de pecados y Moisés pudiera entrar al templo donde Dios descendía con su presencia, pero había que hacer muchos sacrificios y seguir seriamente muchas leyes y cumplirlas en su cabalidad.
Entonces el templo y sus rituales estaban funcionando como el medio por el cual los israelitas podían disfrutar de esa presencia de Dios que Adan y Eva disfrutaban, pero bueno, de cierto modo porque a penas una vez al año, únicamente el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo mientras que Adán y Eva lo podían hacer en todo momento y sin necesidad de hacer rituales para hablar con Dios personalmente.
Entonces el templo era bueno porque era el lugar de la tierra donde Él Dios glorioso y creador del Universo descendía para habitar en medio de su pueblo, así como lo hacía en el Edén, pero más o menos como en el Edén porque no podían acceder al lugar santísimo gentiles, ni mujeres, ni sacerdotes, ni pecadores mucho menos, ni nadie, nadie más que el sumo sacerdote y una vez al año.
Las divisiones de los patios del Templo
Las divisiones de los patios del Templo
El Templo de Herodes, también conocido como el Segundo Templo, tenía varios niveles de patios con diferentes restricciones sobre quién podía entrar en cada uno. Aquí están los niveles principales y quiénes podían acceder a ellos:
Patio de los Gentiles: Este era el nivel más exterior y el más grande. Estaba abierto a cualquier persona, incluyendo a los gentiles (no judíos). Aquí se permitía el comercio y otras actividades, lo que llevó a Jesús a expulsar a los cambistas y vendedores, según los Evangelios.
Patio de las Mujeres: Este patio estaba reservado para los judíos. Tanto hombres como mujeres judías podían entrar, pero las mujeres no podían ir más allá de este punto en las ceremonias regulares.
Patio de los Israelitas: Solo los hombres judíos podían entrar en este patio. Estaba más cerca del Templo en sí y permitía una mayor proximidad a las áreas sagradas.
Patio de los Sacerdotes: Solo los sacerdotes levíticos podían entrar en este área. Aquí se llevaban a cabo los sacrificios y otras funciones sacerdotales.
El Lugar Santo: Solo los sacerdotes podían entrar en esta área dentro del Templo mismo. Era donde se llevaban a cabo muchas de las ceremonias más sagradas.
El Lugar Santísimo: Esta era la parte más sagrada del Templo, donde se encontraba el Arca de la Alianza en tiempos del Primer Templo. Solo el Sumo Sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo, y solo una vez al año en el Día de la Expiación.
Rompió la pared intermedia: Efesios 2:11-22
Rompió la pared intermedia: Efesios 2:11-22
El sacrificio de Cristo en la cruz que fue suficiente sacrificio para siempre para ya no necesitar más sangre de corderos sacrificados y con este sacrificio Cristo rompió la pared intermedia que nos dividía y nos hizo uno solo en Cristo. O sea hermanos que ya no hay diferencia, no importa si eres rico o pobre, no importa si eres hijo de pastor o no, no importa si eres israelita o no lo sos, tu puedes disfrutar de la gloria de Dios en tu vida por la obra maravillosa de Cristo Jesús, ¡A Él sea toda la gloria!.
O sea que lo glorioso es que nuestro Levíticos es Cristo, ahora nosotros por la obra de sacrificio de Cristo somos un solo pueblo, una sola iglesia.
No debemos volver a construir las paredes: Gálatas 3:27-29, 1 Corintios 1:10
No debemos volver a construir las paredes: Gálatas 3:27-29, 1 Corintios 1:10
Así que si Cristo derribo toda pared que nos diferenciaba y nos hizo un solo pueblo, no debemos por ningún motivo nosotros volver a construir esas paredes de división como los Corintios ya en la iglesia naciente lo estaban haciendo, porque tanto gentiles como judíos, somos uno en Cristo, tanto las mujeres como los hombres, tanto los que ministran en el altar como los que se quedan en la silla, si tienen a Cristo como su Señor y Salvador, todos somos uno y ya no podemos poner nunca más paredes y divisiones en medio de nosotros.
El velo se rasgó: Mateo 27:50-51
El velo se rasgó: Mateo 27:50-51
Y no solo derribo las paredes intermedias, también rasgó el velo que nos impedía entrar al lugar santísimo y que creaba una división entro lo espiritual y santo de Dios y lo terrenal y pecaminoso de nuestras vidas y con su sacrificio nos metió a todos hasta el mismo lugar santísimo donde ya no accedemos una vez al año, ni en un lugar específico, sino en cada lugar del mundo donde estemos y cada momento de nuestras vidas podemos acceder a ese precioso lugar y debemos hacer énfasis en que se rasgó el velo no solo para el sumo sacerdote, sino para ¡todos!, ¡todos!, ¡todos! podemos correr al lugar santísimo y disfrutar de su gloria.
Somos templo: 1 Corintios 6:19-20
Somos templo: 1 Corintios 6:19-20
Y es que aún más maravillosa de lo que pensamos es la obra que Dios hizo en nuestras vidas porque no solo derribo la pared intermedia para hacernos uno solo, no solo rasgo el veló para darnos acceso su santísima presencia, sino que increíblemente nos hizo su ¡Santo Templo! y ahora Dios mismo a través del Espíritu Santo habita en nosotros, así como Dios hablaba personalmente con Adán en el Edén, Así Dios habla con nosotros nuevamente porque Él habita en nosotros, así que nosotros somos el nuevo Edén y somos el nuevo templo de Dios. ¡Que maravilloso!
1 Pedro 2:5
Pedro nos ensaña que como piedras cada uno de nosotros formamos el templo, pero ya no un templo con divisiones, sino un solo templo donde todos y todo el tiempo podemos disfrutar de la gloria de Dios sin importar ningún tipo de segmentación y aquel templo hermoso y glorioso de Salomón solo era figura de la verdadera gloria de este tiempo que sería que nosotros su iglesia disfrutaríamos de la presencia del Dios del universo de forma unánime y para todos aquellos que son iglesia de Cristo.
La llegada de la presencia al templo: Éxodo 40:34-35, 2 Crónicas 5:13-14, 2 Crónicas 7:1-3, Hechos 2:1-4
La llegada de la presencia al templo: Éxodo 40:34-35, 2 Crónicas 5:13-14, 2 Crónicas 7:1-3, Hechos 2:1-4
Moises inauguró el templo y se llenó de la gloria de Dios, pero el hombre no podía entrar, luego Salomón inauguró el templo y se llenó de la gloria de Dios, pero los sacerdotes tampoco podían entrar, pero en este nuevo tiempo, en pentecostés, la gloria de Dios desciendo a través del Espíritu Santo de Dios y ¡TODOS FUERON LLENOS!, ¡Alabado sea el padre!, ¡Alabado sea el hijo!, porque en otro tiempo el pueblo de Israel disfruto de las figuras, pero ahora nosotros disfrutamos de la realidad, ya no tenemos más limitaciones, ya no tenemos más divisiones, ahora podemos disfrutar gracias al sacrificio de Cristo plenamente de la presencia de Dios en nosotros.
Y tal vez sea necesario comentar que aún lo que vemos en este tiempo lo vemos como por un espejo (1 Corintios 13:12), porque también esto todavía es como una sombra en comparación de la gloria venidera que será cuando Cristo el tabernáculo habite en medio nosotros y árbol de vida que es Cristo habite en el centro de nuestras vidas y el postrer Adán que es Cristo nos lleve como su Eva para hablar con Dios cara a cara como lo hizo el primer Adán.