Cuando Dios interrumpe nuestra rutina (Lc. 1:5-17)

Introducción

Esta porción de la historia se desarrolla luego de 400 años de oscuridad o silencio donde no hubo profesía, voz, ni manifestación visible de Dios en la historia humana. El pueblo judío se habían acostumbrado al yugo romano. Unos estaban involucrados en sus negocios, otros como los publicanos habían traicionado a su propio pueblo para unirse al gobierno romano en la recaudación de impuestos, y así sucesivamente el pueblo se había conformado a su actual condición.

Sin embargo, de la misma manera como Dios le dijo a Elías mientras estaba en la cueva, que El mismo había preservado 7,000 rodillas que no se habían doblado a los baales, así mismo, a lo largo de historia de la humanidad, por más oscuros que sean los tiempos, Dios siempre tiene un plan y lo ejecuta por medio de hombres y mujeres fieles que confían y descansan en sus promesas a pesar de lo difícil de los tiempos.

Tendemos a menospreciar lo ordinario y rutinario como cosas de poco valor o importancia. Pensamos que la manera de Dios obrar es solamente abriendo el mar Rojo, o derrumbando las murallas de Jericó, o cerrando la boca de leones hambrientos, o librando a jóvenes de las llamas del fuego.

Sin embargo, pasamos por alto las cosas que no son tan llamativas como que la tierra siga girando sobre su propio eje trayéndonos el sol cada mañana y la luna y las estrellas cada noche. Que las estaciones del año sigan expresándose en su debido tiempo. Que haya frío y calor, lluvia y sequía. Que cada mañana nos podemos levantar y disfrutar de un buen desayuno. Que nuestros hijos están vivos y tienen salud. etc.

En estas cosas también esta el poder, la bondad y la gracia de Dios manifestada. Y somos llamados a vivir en fidelidad aun en medio de nuestra rutinas diarias, aun en medio de lo ordinario de la vida.

Dios siempre está obrando, aún cuando nosotros no lo vemos ni escuchamos. Juan 5.17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo

Y nuestro deber es permanecer fieles a Dios en todo sin importar lo que nuestros ojos vean (2 Co. 5:7 - porque por fe andamos, no por vista.)

Actitud piadosa y fidelidad en la rutina (v. 6-10)

Lucas 1:6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor

Lucas 1:7 Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.

la esterilidad era considerada una afrenta (maldición) o que había perdido el favor divino - Génesis 1:28“Dios los bendijo y les dijo: «Sean fecundos y multiplíquense. ...”

Edad avanzada - el panorama era aun más complicado debido a la edad de ambos.

La esterilidad y la avanzada edad no fueron excusas para este matrimonio, ni funcionaron como impedimento de su servicio a Dios.

Muchos de nosotros utilizaríamos cualquier excusa para no entregarnos por completo al servicio de Dios. Desearíamos esperar reunir las condiciones perfectas y adecuadas para entonces comenzar a servir y trabajar en la obra del Señor.

Lucas 1:8-10 Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, 9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso (una actividad solemne y de elevada importancia), entrando en el santuario del Señor. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.

El sacerdocio del templo estaba organizado en 24 divisiones o clases, cada clase servía dos veces al año por una semana.

Todo estaba funcionando según planificado, de acuerdo a la rutina esperada.

Dios interrumpe la rutina (lo extraordinario de Dios irrumpe en lo ordinario del hombre)

v. 11-17

11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. 12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.

¿Qué ocurre cuando Dios interviene en nuestra rutina?

Lo que parecía imposible a los ojos humanos se vuelve posible. (13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.)

Se produce un verdadero deleite y satisfacción que el mundo no puede ofrecer. (14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;)

Consagración. De la misma manera como Zacarias y Elizabet fueron dedicados a servir a los propósitos de Dios, Juan debía ser consagrado, apartado y dedicado a los propósitos exclusivos de Dios. (15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno (controlado, impulsado, dirigido) del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.)

No solo nuestro mundo es sacudido por el poder de Dios, sino aquellos que nos rodean, con los que interactuamos a menudo como parte de nuestra rutina, son sacudidos e impactados por el poder de Dios. (16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías (Mal. 4.5-6), para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.)

¿A caso Zacarías y Elizabeth se pudieron imaginar que serían lo instrumentos de Dios para traer al que le iba a preparar el camino al Mesías?

¿Permitían las circunstancias de ellos imaginarse una bendición tan grande como esa?

¿Cuál es la forma y el medio por el cual Dios quiere interrumpir nuestra rutina e impactarnos en lo ordinario?

Viviendo una vida consagrada, separada para los propósitos de Dios

1 Corintios 10:31“Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.”

2 Ti. 2.19-21 - 19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad (injusticia, maldad) todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 20 Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

Col. 3:1-2 - 1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad (desear, procurar) las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned (dirigir la atención y pensamiento a algo) la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Llevando Una vida de oración que se sumerge y alimenta de la Palabra de Dios como alimento espiritual - Zacarías y Elizabet eran justos e irreprensibles en los mandamientos y enseñanzas, porque ellos habían decidido abrazar y esperar fielmente en las promesas de Dios dadas en las Escrituras, de que el Mesías vendría.

1 Pedro 2.1-3 - 1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.

Santiago 1:21-22 - 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

Sometiéndonos a la voluntad y el poder del Espíritu Santo para que quite el velo de nuestros ojos y nos transforme a la imagen de Cristo.

2 Co. 3:15-18 - 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor (Lc. 1.16 - Juan el bautista haría que muchos se conviertan al Señor.), el velo se quitará. 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (Juan 8.31-32 - 31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres). 18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.