Florece (2)
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Florecer en el Corazon
Florecer en el Corazon
Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de Él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios.
Tú sabes los mandamientos: «No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre».
Y él le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.
Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
Jesús, mirando en derredor, dijo* a sus discípulos: ¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios!
Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo*: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios.
Ellos se asombraron aún más, diciendo entre sí: ¿Y quién podrá salvarse?
Mirándolos Jesús, dijo*: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.
Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio,
que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.
Aqui encontramos una aparente buena intencion, la cual no concluye con la bendicion de Dios ni su voluntad establecida.
Y vino* a Él un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio.
Vamos a florecer conforme a la voluntad del Padre, no conforme a nuestros deseos
Lo que nosotros creemos necesitar, lo que nosotros podemos querer no necesariamente esta alineada a la voluntad de Dios.
Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia,
Joven Rico
Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad.
Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico,
trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura.
Y corriendo delante, se subió a un sicómoro para verle, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí.
Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa.
Entonces él se apresuró a descender y le recibió con gozo.
Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo: Ha ido a hospedarse con un hombre pecador.
Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado.
Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Abraham;
porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lo que esta en nuestro corazon es mucho mas importante
También algunos soldados le preguntaban, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y él les dijo: A nadie extorsionéis, ni a nadie acuséis falsamente, y contentaos con vuestro salario.
Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.