JESÚS ES TODO PODEROSO
Jesús • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 1 viewNotes
Transcript
Texto a estudiar: Lucas 8:26-39
Texto a estudiar: Lucas 8:26-39
Información para empezar:
Cuando Jesús cumplió 30 años empezó su ministerio, después de ser bautizado en agua.
El ministerio de Jesús estuvo lleno de señales que daban testimonio (eran una demostración) de que Él era el Hijo de Dios. Las señales más recurrentes fueron que sanaba a los enfermos y echaba fuera a los demonios (Pueden leer Mateo 8:16-17).
Es importante recordar que las señales nunca fueron la meta final de lo que Jesús hacía, sino solamente un medio para mostrar quién era Él y darse a conocer.
La palabra “Todopoderoso” significa que no hay ningún poder más grande que el que tiene Jesús, y no hay nada imposible para Él.
Antes de la historia que vamos a estudiar, Jesús había calmado una tormenta en medio del mar, ¡tan solo con ordenarle que lo hiciera! Sus discípulos estaban asombrados de Su poder para mandar a las olas y el viento.
Ideas principales
Jesús tiene el más grande poder (versículos 26-33)
En el versículo 26 se menciona que después de que Jesús calmara la tormenta, pudieron llegar a la otra orilla del mar.
En el versículo 27 se menciona que vino a encontrar a Jesús un hombre que estaba endemoniado. Aquí se debe poner atención a los detalles:
El hombre vino a su encuentro. El texto no aclara si el hombre consciente buscó acercarse a Jesús o fue el demonio que lo llevo a que se presentara. Pero el punto importante es que esta oportunidad de que fuera libre este hombre no sería desaprovechada.
Hacía mucho tiempo que no se vestía. Esto da a entender que el cuerpo del hombre estaba expuesto a la vergüenza pública de sus vecinos, lo cual hacía que lo despreciaran más.
No vivía en una casa, sino en los sepulcros. La situación del hombre endemoniado era muy grave. En el versículo 29 se menciona que aunque lo ataban con cadenas, él rompía las cadenas y el demonio lo llevaba a los lugares apartados. Posiblemente su familia había intentado mantenerlo cerca, pero el demonio lo mantenía lejos de ellos, y lo llevaba a permanecer en los sepulcros, en medio de un ambiente de muerte.
En el versículo 28 se menciona que cuando el endemoniado vio a Jesús y se arrodilló delante de Él. El demonio que lo poseía no podía negar la autoridad tan grande delante de la que estaba. Luego en sus palabras hay algunas cosas que se deben resaltar:
Reconoció a Jesús como Hijo de Dios (el Altísimo). Ningún demonio puede negar quién es Jesús.
Le rogó que no lo atormentara. El demonio reconocía que Jesús podía hacer con él lo que quisiera. Si Jesús decidía atormentarlo como él lo había hecho con el hombre poseído, nada podría detenerlo. Por eso el demonio le ruega a Jesús que no lo haga.
El versículo 29 da algunos detalles acerca de la posesión que tenía el demonio sobre el hombre, los cuales ya abordamos antes. Pero también menciona que Jesús le ordenaba que saliera del hombre y que por ello el demonio le rogaba que no lo obligara a hacerlo.
En el versículo 30 Jesús le pregunta su nombre al demonio.
Aquí es muy importante mencionar que ningún seguidor de Jesús debe buscar seguir esta práctica, pues esta es la única vez que alguien en la Biblia hace esto.
Es posible que Jesús le preguntara su nombre debido a la insistencia del demonio en no salir del hombre. Al decir su nombre frente a los que estaban presentes, se haría evidente de que en realidad eran muchos demonios los que estaban en el hombre, aferrados a no retirarse.
Los demonios eran muchos, pero todos rogaban a Jesús que no los enviara al abismo, según el versículo 31.
Es muy posible que cuando se reveló que eran muchos demonios, los discípulos se sorprendieran de la gravedad del asunto. Pero más sorprendente era que todos esos demonios pedían a Jesús que no los castigara en ese momento.
Los demonios no querían ir al abismo porque allí estarían presos. Ellos sabían que Jesús podía hacer con ellos lo que quisiera.
En el versículo 32, se menciona que estaba cerca de ese lugar un grupo de cerdos. Los demonios le rogaron a Jesús que los dejara entrar en ellos y Él les dio permiso.
Los cerdos eran animales que se consideraban impuros para los judíos, el pueblo al que Jesús pertenecía.
La región donde Jesús se encontraba tenía una población gentil en su mayoría (es decir, no eran judíos sino otros pueblos), por lo que no tenían problema en criar cerdos.
Los demonios piden ir y poseer a estos animales. La razón de que los eligieran no se aclara en el texto.
No se aclara la razón por la que Jesús les dio el permiso, pero es muy probable que lo hiciera para mostrar Su poder delante de toda la gente que estaba presente. Jesús podía decidir hacer lo que quisiera con estos demonios, y esto es prueba de ello.
En el versículo 33 se menciona que los demonios entraron en los cerdos y terminaron lanzándose al lago, donde se ahogaron. La muerte de los cerdos poseídos mostraba una dura realidad: la presencia de los demonios solo podría traer muerte.
El temor puede alejar a las personas de Jesús (versículos 34-37)
En el versículo 34 se menciona la reacción de los que cuidaban a los cerdos.
Habían personas que cuidaban de los cerdos mientras se alimentaban. Por supuesto que fue una gran sorpresa para ellos ver cómo sus animales corrían sin control hacia la muerte.
Los hombres huyeron y fueron a contar todo lo sucedido en la ciudad cercana y en los campos donde la gente se encontraba trabajando. Es interesante notar que las malas noticias son contadas muy rápidamente.
En el versículo 35 se menciona la reacción de la gente que escuchó la noticia.
La gente salió para ver lo que había pasado. Querían comprobar que era cierto que el grupo de cerdos había muerto ahogado y que el hombre endemoniado ahora era libre.
Llegaron a donde estaba Jesús y se encontraron con el hombre que había sido libre. Todas estas personas habían visto cómo era la condición de este hombre antes. Para ellos era sorprendente ver un cambio tan grande. Quizás habían sido lastimados o asustados por el comportamiento anterior del hombre, pero ahora podían verlo en paz, sin temor a ser agredidos.
El temor que tenían del hombre, se convirtió en un temor de Jesús. No podían entender qué poder era más grande que el que tenían los demonios que poseyeron al hombre. Toda esta gente no podía entender cómo era posible que alguien pudiera sacar a todos estos demonios y restaurar al hombre. Al no entenderlo, tuvieron miedo, ya no del hombre, sino de Jesús, quien lo había liberado.
En el versículo 36 los hombres que presenciaron la liberación del endemoniado les contaron a los demás cómo había sido.
Estos hombres estaban contando lo que había pasado, pero no con la intención de que los demás creyeran en Jesús, sino para demostrar que Jesús era el responsable de que los cerdos hayan muerto ahogados. Esto enseña que el anunciar la verdad pero con un propósito egoísta no es algo correcto.
En el versículo 37 se dice que la gente le rogó a Jesús que se alejara de ellos porque tenían mucho miedo, y Jesús entró en la barca y se fue.
Estas personas no entendieron que el poder de Jesús era para traer verdadera libertad. Tuvieron miedo de que este poder también les hiciera mal.
Al ver la pérdida económica que significó la muerte de los cerdos (pues finalmente su propósito era venderlos para obtener ganancia de ellos), las personas temieron que si Jesús se quedaba, no podrían hacer los negocios que estaban acostumbrados a hacer. Era preferible para ellos que Jesús se fuera, a tener un temor constante de perder más dinero.
Es impresionante que Jesús no discutió con ellos, no se enojó y tampoco les reclamó por su falta de fe. Él simplemente se retiró en paz.
Lo que Jesús ha hecho hay que compartirlo con las demás personas (versículos 38-39)
El hombre que había sido liberado quería irse con Jesús, según el versículo 38.
El texto no aclara cuál era la intención del hombre al querer estar con Jesús, pero es probable que tenía mucho agradecimiento en él y por eso quería acompañar a Jesús para servirle, o tal vez el hombre quería escapar de ese lugar donde había sido despreciado por tanto tiempo y sería mejor empezar una nueva vida en otro lugar. Esto último tiene sentido debido a que Jesús le da una orden de permanecer en el lugar para compartir lo que Dios había hecho con Él.
El hombre le rogaba a Jesús que lo dejara acompañarlo, pero Jesús respondió que no a esta petición. Así pasa muchas veces con las oraciones a Dios. A veces dice “no” debido a que Su plan perfecto es diferente.
Jesús le da la orden al hombre de que vuelva a su ciudad, según el versículo 39.
El hombre ahora era libre para poder contar a todas las personas lo que Dios había hecho por él.
El texto declara que el hombre fue obediente a lo que Jesús le indicó. El hecho de que Jesús no le concediera su petición no hizo que el hombre dejara de obedecerlo, sino que siguió fiel a la obediencia y cumplió en ir a compartir este mensaje con las demás personas.
Conclusiones
Jesús es más poderoso que cualquier fuerza maligna.
Nada está fuera del control de Dios. Todo sucede de acuerdo con Su plan perfecto y no siempre las personas lo van a entender.
Si una persona no confía en Dios, solamente podrá vivir con temor.
Lo que Dios ha hecho en la vida de cada cristiano es para que sea compartido con otras personas. Ese testimonio le da la gloria a Dios.