tema. honestidad
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Introducción
I. Dios nos demanda total honestidad.
( Proverbios 12:22, Proverbios 6:16-17, Levítico 19:11, Efesios 4:25,28)
A. ¿Por qué Dios demanda integridad en nuestras vidas?
1. Porque uno de los atributos de Dios es que El es la verdad. (1 Pedro 1:15-16, Juan 14:6, Juan 8:44)
2. Porque no podemos ser deshonestos y amar a Dios Proverbios 14:2, Mateo 6:33)
3. Porque no podemos ser deshonestos y amar a nuestro prójimo (Romanos 13:9-10)
4. Porque La honestidad sienta las bases para una evangelización eficaz (Filipenses 2:15)
5. Porque la honestidad confirma que estamos caminando por donde Dios quiere que lo hagamos.
(Proverbios 4:24-26)
6. Porque demuestra donde estamos parados en nuestra vida espiritual (Lucas 16:10)
B. ¿Cómo podemos evitar ser deshonestos?
1. Sujetándonos al Espíritu Santo (Gálatas 5:16-17, Marcos 7:21-22)
2. Teniendo un temor saludable a la disciplina de Dios (Hebreos 12:11, Proverbios 16:6)
3. Rodeándose de gente honesta (Proverbios 29:24, 1 Corintios 15:33)
C. ¿Qué debemos hacer frente a la deshonestidad?
1. Debemos restaurar nuestra comunión con Dios (1 Juan 1:9)
2. Debemos devolver a su propio dueño todo lo que se ha recibido en forma deshonesta
(Levítico 6:4, Lucas 19:8)
D. ¿Cuáles son las bendiciones y maldiciones asociadas con nuestro comportamiento?
D. ¿Cuáles son las bendiciones y maldiciones asociadas con nuestro comportamiento?
1. Dios promete ciertas bendiciones por ser honestos.(Proverbios 3:32, Proverbios 20:7, Proverbios 15:6)
2. Dios tiene maldiciones reservadas para el deshonesto.
(Salmos 101:7, Proverbios 28:9, Proverbios 15:27, Jeremías 8:10,
Proverbios 19:9, Proverbios 21:6, Proverbios 13:11, Proverbios 28:12-13
E. ¿Cual es la posición de Dios con respecto al soborno? (Proverbios 22:6)
II. Dios nos requiere la educación de nuestros hijos.
II. Dios nos requiere la educación de nuestros hijos.
A. ¿Cómo le enseñamos a nuestros hijos?
1. Enséñeles verbalmente (Deuteronomio 6:6-7)
2. Enséñeles con el ejemplo (1 Corintios 11:1)
3. Enséñeles haciéndolos participes
B. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos?
1. Les debemos enseñar cómo dar (Proverbios 3:9)
2. Les debemos enseñar a ahorrar (Proverbios 6:6-8)
3. Les debemos enseñar a gastar sabiamente (Proverbios 27:23 y 24)
4. Les debemos enseñar a evitar endeudarse (Proverbios 22:7)
5. Les debemos enseñar a trabajar por su dinero (Proverbios 12:24)
III. Dios nos presenta un mejor plan para nuestras vidas.
A. Dios nos arma y quiere que experimentemos una vida plena. (Juan 10:10, Juan 3:16)
B. Nosotros estamos separados de Dios. (Romanos 3:23, Romanos 6:23, Hebreos 9:27)
C. El único medio que Dios proveyó para acercarnos a El es Jesucristo. (1 Timoteo 2:5, Juan 14:6, Efesios 2:8-9)
D. Cada uno de nosotros debemos recibir a Cristo. (Juan 1:12, 1 Juan 5:13)
I. Dios nos demanda total honestidad.
I. Dios nos demanda total honestidad.
“Los labios mentirosos son abominación a Jehová” (Proverbios 12:22). Todos nosotros tenemos que tomar decisiones diarias sobre como administrar de manera honesta o no el dinero. ¿Le decimos a la persona que nos dio demás en el vuelto de la compra? ¿Ha tratado alguna vez de vender algo, y se ha visto tentado a no decir totalmente la verdad porque podría perder la venta? ¿Qué es lo que usted piensa sobre el usar programas de computadoras o música “pirateadas”? ¿Y que hay del soborno? ¿Qué cree usted con respecto a sobornar a las autoridades para que los tramites lleguen a buen termino o los equipos que compramos en el exterior puedan ser entrados por la aduana?... Este tipo de decisiones son cada vez más difíciles de tomar debido a que muchas de las personas que nos rodean actúan de manera deshonesta.
Dios, sin embargo, quiere que nosotros seamos completamente honestos. Hay cientos de versículos en la Biblia que nos dicen que el Señor espera que nosotros seamos totalmente honestos.
Proverbios 6: 16-17 dice: “Seis cosas aborrece Jehová… la lengua mentirosa” “No hurtareis, y no engañareis ni mentiréis el uno al otro” (Levítico 19:11).
2. Porque la honestidad sienta las bases para una evangelización eficaz.
2. Porque la honestidad sienta las bases para una evangelización eficaz.
“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:15). Una conducta honesta nos permite demostrar la realidad de Jesucristo a aquellos que no lo conocen. Confirma que servimos a un Dios Santo.
¡Cuantas veces los cristianos latinoamericanos hemos dejado mal parado al Señor! Debemos arrepentirnos por las veces en las que hemos prometido algo y luego no lo cumplimos.
3. Porque la honestidad confirma que estamos caminando por donde Dios quiere que lo hagamos.
3. Porque la honestidad confirma que estamos caminando por donde Dios quiere que lo hagamos.
“Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus parpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos” (Proverbios 4:24-26) En la mediad que usted es honesto, “todos los caminos serán rectos”. Al elegir ir por la estrecha senda de la honestidad eliminamos cualquier posible avenida de la deshonestidad.
4. Porque demuestra donde estamos parados en nuestra vida espiritual.
4. Porque demuestra donde estamos parados en nuestra vida espiritual.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo mas es fiel” (Lucas 16:10). La forma en la que tomamos decisiones económicas es una expresión externa de una condición espiritual interna. Simplemente demuestra mis verdaderos valores y principios. A veces nos decimos, “Pero es que si no lo hacemos de esta forma el asunto no se resuelve”. O “Así es como funcionan las cosas en nuestro país”. Sin embargo, frente a este tipo de actitud la pregunta es ¿Le creemos a Dios, o solamente decimos que le creemos?
B. ¿Cómo podemos evitar ser deshonestos?
B. ¿Cómo podemos evitar ser deshonestos?
Sujetándonos al Espíritu Santo
1. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre si, para que no hagáis lo que quisieres” (Gálatas 5:16-17). Si no viviéramos una vida en el Espíritu, seriamos todos deshonestos. El deseo que nace de la naturaleza humana es actuar con desobediencia. “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, …los hurtos,… el engaño” (Marcos 7:21-22). El deseo que nace del Espíritu en nosotros es ser completamente honestos. Una vida totalmente honesta es sobrenatural. Una vida deshonesta simplemente muestra lo carnal que somos –no importa el cargo que ocupemos en la iglesia. Debemos sujetarnos Teniendo un temor saludable a la disciplina de Dios.
1. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre si, para que no hagáis lo que quisieres” (Gálatas 5:16-17). Si no viviéramos una vida en el Espíritu, seriamos todos deshonestos. El deseo que nace de la naturaleza humana es actuar con desobediencia. “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, …los hurtos,… el engaño” (Marcos 7:21-22). El deseo que nace del Espíritu en nosotros es ser completamente honestos. Una vida totalmente honesta es sobrenatural. Una vida deshonesta simplemente muestra lo carnal que somos –no importa el cargo que ocupemos en la iglesia. Debemos sujetarnos Teniendo un temor saludable a la disciplina de Dios.
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11) Dios es un Padre amoroso que disciplina a sus hijos por el propio bien de ellos. Una de las maneras en que Dios nos motiva a vivir honestamente es por medio de un “temor saludable”. Proverbios 16:6 dice: “Con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”. Cuando nuestro Padre celestial nos disciplina lo hace con amor, y generalmente de una manera en la que nosotros podamos recordarla por el resto de la vida –de la misma manera en la que nosotros lo hacemos con nuestros hijos. No para castigar, sino para “discipular”.
2. Rodeándose de gente honesta.
2. Rodeándose de gente honesta.
“El cómplice del ladrón aborrece su propia alma” (Proverbios 29:24). La escritura nos enseña que las personas que nos rodena, influyen en nosotros, ya sea para bien o para mal. “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33). Si bien no debemos aislarnos de aquellos que son deshonestos, debemos desarrollar amistad para poder compartirles el evangelio (y ser “sal y luz” en el mundo); por otro lado, es mucho mas fácil mantener una actitud de honestidad si nos rodeamos – nos “asociamos”- de personas honestas.
C. ¿Qué debemos hacer frente a la deshonestidad?
C. ¿Qué debemos hacer frente a la deshonestidad?
1. Debemos restaurar nuestra comunión con Dios
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9) Cuando actuamos de manera deshonesta, pecamos y quebrantamos nuestra comunión con el Señor. Debemos coincidir con Dios en que nuestra deshonestidad es un pecado, y luego aceptar agradecidamente el perdón de Dios para poder restablecer y disfrutar de nuestra comunión con El.
2. Debemos devolver a su propio dueño todo lo que se ha recibido en forma deshonesta.
2. Debemos devolver a su propio dueño todo lo que se ha recibido en forma deshonesta.
“Entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá a aquello que robo, o el daño de la calumnia, o el deposito que se le encomendó, o lo perdido que hallo” (Levítico 6:4). Si usted tiene algo que lo ha conseguido deshonestamente devuélvaselo a su propio dueño. A esto se le llama “hacer restitución” y es vital para el proceso de sanidad espiritual que usted necesita.
Al restituir algo haceos el esfuerzo por corregir algo mal hecho. Zaqueo nos da un ejemplo de este principio. El le prometió a Jesús: “He aquí, Señor, la mitad de“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:25,28).
D. ¿Por qué Dios demanda integridad en nuestras vidas?
D. ¿Por qué Dios demanda integridad en nuestras vidas?
1. Porque uno de los atributos de Dios es que El es la verdad.
“Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16). El Señor se identifica como la Verdad. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad…” (Juan 14:6). El Señor nos ordena que reflejemos su honestidad y santidad.
La naturaleza de Dios es la opuesta a la de Satanás. Juan 8:44 describe el carácter diabólico: “El (el diablo) ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. El Señor quiere que nosotros seamos honestos como El lo es, en vez de ser deshonestos como el diablo.
2. Porque no podemos ser deshonestos y amar a Dios.
2. Porque no podemos ser deshonestos y amar a Dios.
“El que camina en su rectitud teme a Jehová; mas el de caminos pervertidos lo menosprecia” (Proverbios 14:2). Cuando somos deshonestos, actuamos como si Dios no existiera. Creemos que Dios no es capaz de suplir exactamente lo que necesitamos, aun cuando El nos ha prometido hacerlo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). También actuamos como si Dios fuera incapaz de darse cuenta de nuestra deshonestidad, y no tuviera la autoridad y el poder para disciplinarnos. Si realmente creemos en que Dios nos disciplinara, ni consideraríamos el actuar deshonestamente. Una conducta deshonesta es una cuestión de fe. Una decisión honesta puede parecer tonta a la luz de lo que se ve, pero el creyente sabe que Cristo vive, aun cuando no lo veamos. Cada decisión honesta que tomamos fortalece nuestra fe en Dios.Porque no podemos ser deshonestos y amar a nuestro prójimo.
“Porque… No hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciaras, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”
(Romanos 13:9-10). Si actuamos de forma deshonesta, le estamos robando a otro. Nos podemos engañar a nosotros mismos y pensar que el que sale perdiendo es un negocio o el gobierno, pero en realidad estamos robándole al dueño del negocio o a los demás ciudadanos de nuestro país. La victima al final
doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Lucas 19:8).
E. ¿Cuáles son las bendiciones y maldiciones asociadas con nuestro comportamiento?
E. ¿Cuáles son las bendiciones y maldiciones asociadas con nuestro comportamiento?
El Señor nos ha prometido que nos bendecirá por ser honestos, mientras que las maldiciones se reservan para los deshonestos. Muchas veces no avanzamos en la vida personal, ministerial y, aun en nuestro propio negocio o en los negocios del país porque no somos íntegros y honestos en nuestro andar. El problema económico más importante en nuestros países latinoamericanos no es la economía de mercado, ni la coyuntura financiera, ni las políticas económicas de nuestros gobiernos; es nuestra falta de integridad, es la deshonestidad y el robo descarado e impune.
1. Dios promete ciertas bendiciones por ser honestos:
1. Dios promete ciertas bendiciones por ser honestos:
· La bendición de una relación más intima con el Señor. “Porque Jehová abomina al perverso; mas su comunión intima es con los justos” (Proverbios 3:32).
· La bendición de una familia feliz. “Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de el” (Proverbios 20:7).
· La bendición de la provisión económica. “En la casa del justo hay gran provisión; pero turbación en las ganancias del impío”(Proverbios 15:6) .
2. Dios tiene maldiciones reservadas para el deshonesto:
2. Dios tiene maldiciones reservadas para el deshonesto:
· La maldición de una vida alejada de Dios –una vida espiritual “fría”. “No habitara dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmara delante de mis ojos” (Salmos 101:7) “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable” (Proverbios 28:9).
· La maldición de problemas en la familia. “alborota su casa el codicioso” (Proverbios 15:27). Ver también el contexto de Jeremías 8:10.
· La maldición de una vida corta. “El testigo falso no quedara sin castigo, y el que habla mentiras perecerá” (Proverbios 19:9) “Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte” (Proverbios 21:6)
· La maldición de una falta de provisión. “Las riquezas de vanidad disminuirán”
(Proverbios 13:11). Ver también Proverbios 28:12 y 13
F. ¿Cuál es la posición de Dios con respecto al soborno?
F. ¿Cuál es la posición de Dios con respecto al soborno?
“No aceptes soborno, porque el soborno vuelve ciegos a los hombres y hace que los inocentes pierdan el caso” (Éxodo 23:8, versión de Dios habla hoy) Soborno es cualquier cosa que se le da a una persona para influenciarla a hacer algo ilegal o incorrecto. La escritura prohíbe el soborno. “El impío toma soborno del seno par pervertir las sendas de
la justicia” (Proverbios 17:23). Dios no bendecirá a quien sea deshonesto, pague o reciba sobornos. Eso lo podemos dar por seguro.
II. Dios nos requiere la educación de nuestros hijos.
II. Dios nos requiere la educación de nuestros hijos.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartara de el” (Proverbios 22:6) Cada generación es responsable de transmitir las verdades de la Escritura, incluyendo los principios financieros de Dios, a sus hijos. Cada niño necesita aprender la manera en la que Dios quiere que se administre el dinero que El pone en sus manos.
A. ¿Cómo le enseñamos a nuestros hijos?
A. ¿Cómo le enseñamos a nuestros hijos?
Debemos usar tres métodos para enseñarles a los niños.
1. Enséñeles verbalmente.
“Y estas palabras que o ten mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7).
2. Enséñeles con el ejemplo.
2. Enséñeles con el ejemplo.
“Sed imitadores de mi, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Los padres y adultos necesitan ser ejemplos de cómo administrar el dinero en forma sabia. Solamente necesitamos demostrar lo que realmente hacemos.
3. Enséñeles haciéndolos participes.
3. Enséñeles haciéndolos participes.
Los niños necesitan oportunidades para aplicar lo que han oído y visto. Permítales que administren el dinero para poner en práctica los principios financieros de Dios sobre el trabajo.
B. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos?
B. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos?
1. Les debemos enseñar como dar. (Proverbios 3:9) Enséñeles a sus hijos que:
· Reconozcan que Dios es Dueño de todo.
· Le den primero a Dios
· Den para mantener económicamente la obra de Dios.
· Den voluntariamente para ayudar a los necesitados.
2. Les debemos enseñar a ahorrar.
(Proverbios 6:6-8) El hábito de ahorrar debe establecerse tan pronto como el niño crezca, aprenda a contar y comience a recibir un ingreso.
3. Les debemos enseñar a gastar sabiamente.
(Proverbios 27:23 y 24) Establezca limites para sus gastos y aconséjeles y guíeles mientras les da la libertad de tomar decisiones por si mismos.
4. Les debemos enseñar a evitar endeudarse.
(Proverbios 22:7) Enséñeles lo que la Biblia dice acerca de las deudas y anímelos a evitar endeudarse.
5. Les debemos enseñar a trabajar por su dinero.
(Proverbios 12:24) También, enséñeles a sus hijos que Dios diseño el trabajo para beneficiarnos y para que lo hagamos como para Cristo. Por lo tanto, debemos trabajar duro y honrar al Señor haciendo lo mejor que podamos. Comience por permitirles a sus hijos tener un trabajo dándoles responsabilidades en el hogar.
III. Dios nos presenta un mejor plan para nuestras vidas.
III. Dios nos presenta un mejor plan para nuestras vidas.
Dios nos ha creado para que lo conozcamos a El en forma personal. Hay cuatro verdades básicas que explican de que manera esto es posible.
A. Dios nos ama y quiere que experimentemos una vida plena.
A. Dios nos ama y quiere que experimentemos una vida plena.
“Yo (Jesús) he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Dios padre lo ama, y ha dado a su único Hijo Jesucristo para que muriera por usted. “Porque de tal manea amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
B. Nosotros estamos separados deDios.
B. Nosotros estamos separados deDios.
“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Dios es santo, lo que significa que El es perfecto. Desafortunadamente, todas las personas han pecado. La consecuencia del pecado es la separación de Dios “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Nuestro pecado ha creado una brecha que nos separa de Dios. Los individuos tratan, sin éxito, de unir dicha brecha por medio de sus propios esfuerzos, tales como la filosofía, la religión o una vida moral sana.
Es importante entender que vivimos solamente una vez en esta tierra. “Y de la manera que esta establecido para los hombres que mueran un sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). No existe la reencarnación.
C. El único medio que Dios proveyó para acercarnos a El es Jesucristo.
C. El único medio que Dios proveyó para acercarnos a El es Jesucristo.
“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”(1 Timoteo 2:5) “Mas Dios muestra su amor para con nosotros” (Romanos 5:8). Jesucristo murió en la cruz para pagar por nuestros pecados. El unió esa brecha entre Dios y nosotros.“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi” (Juan 14:6) salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glorié” (Efesios 2:8-9).
D. Cada uno de nosotros debemos recibir a Cristo.
D. Cada uno de nosotros debemos recibir a Cristo.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).