ORO POR TI

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28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Ro. 8:28 – 29
Introducción:
Santiago nos dice: pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Esto revela que mayormente nuestras oraciones están conducidas por nuestros deseos o nuestros intereses. E incluso cuando se presente una circunstancia de sufrimiento, ya sea en nuestra vida o en la vida de alguien más por el cual quisiéramos orar, aún ahí, nosotros oramos por lo que pensamos que debería de ser el resultado: Señor, quita el sufrimiento, ahora.
Pero la Biblia nos revela que cuando oremos, nuestras oraciones deben de tener congruencia con la voluntad de Dios, por eso Cristo mismo oro diciendo: Padre, …no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Jn. 14:13
Si nuestra oración llega a ser respondida, será porque cada palabra que llegamos a expresar en oración tenía como fin buscar la gloria de Dios.
En otras palabras: Si nuestra oración llega a ser respondida por Dios, será porque cada palabra que logramos expresar estaba en congruencia con su voluntad (nuestras suplicas clamaban algo que Él quería).
1. Oro para que ello te ayude a bien:
Ro. 8:28 – 29
A nadie que esta pasando un tiempo de sufrimiento le gusta que le citen Ro. 8:28.
Eso nos hace sentir que deberíamos estar agradecidos por las cosas que están pasando en nuestras vidas, que Dios sacará algo bueno de ello.
Nos lleva a la búsqueda de encontrar algo bueno y a evaluar si eso bueno hace que valga la pena sufrir.
Aunque no nos gusta que nos lo citen en tiempos de sufrimiento, esta en la Biblia y debemos estar agradecidos por este texto, porque nos da la seguridad de que, si estamos en Cristo, podemos estar seguros de que nuestro sufrimiento no es al azar, ni carece de sentido.
Quizás las palabras más difíciles de digerir en este texto, sea: “todas las cosas”, significa que absolutamente todo lo que vivimos esta dirigido por la Soberanía de Dios, porque nos ama y eso nos ayuda.
Y en Su soberanía, Dios ha decidido y puede usar incluso las peores cosas que podamos imaginar para nuestro bien.
Y no hace falta que nos pongamos a investigar y buscar que es eso “tan bueno”; ya que, en el versículo siguiente, Pablo nos lo dice: …para que fuesen hechos conformes a la imagen de Dios…
El buen propósito que Dios tiene en las dificultades, las catástrofes, las perdidas y las heridas de nuestra vida es que nos parezcamos más a su Hijo.
El buen propósito de Dios es disponer todo lo que experimentemos, encontremos o soportemos, para crear en nosotros un parecido cada vez mayor a la de Su Hijo.
Para aceptar con gusto que Dios cumpla este propósito en nuestras vidas, es necesario soltar nuestro deseo de una vida cómoda, ya que cuando venga el sufrimiento nos permitirá abrazar una vida de propósito y significado a pesar del dolor.
Conclusión:
Señor usa este sufrimiento que nosotros no describiríamos como bueno, para el bien de mi hermano(a).
Señor ayuda a mi hermano(a), para que todo lo que ahora este viviendo pueda obrar para bien, porque él te pertenece. Que él pueda ver tu ayuda de amor en medio del sufrimiento.
Utiliza ello para formar a mi hermano a la imagen de tu Hijo.
2. Oro para Dios te lleve a dar fruto:
Jn. 15:1 – 2
Dios es el Jardinero y el esta al cuidado de su jardín, sustentándolo para que produzca una cosecha abundante.
Y según este versículo, su obra de jardinería incluye mucha poda. Por eso, dice: …todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Parar empezar, como primer punto vemos que el Señor corta toda rama que no produce fruto. En otras palabras, todo aquel que genuinamente no esta unido a Cristo, será alguien que no puede producir vida (su vida demostrará que esta espiritualmente muerto) y por lo tanto, Cristo lo va a cortar de su presencia vivificante.
Pero también observa que aquellos que están espiritualmente vivos, producen vida, producen frutos, porque están conectados a la presencia vivificante que es Cristo.
Y Dios, el Jardinero, también ira cortando (limpiando) cualquier cosa que evite su crecimiento, cualquier cosa que este impidiendo el Fruto del E.S. y la transformación del creyente.
Esta poda muchas veces toma la forma de quitar cosas en nuestras vidas que disfrutamos y valoramos.
Otras veces, la poda toma la forma de eliminar ciertas actitudes negativas y pecaminosas.
Y la poda suele doler, no parece justa, no parece correcta. Pero la poda no es para lastimarnos. La intención del Jardinero es prepararnos y vigorizarnos para dar más fruto.
La poda y el dolor que conlleva la poda, es necesaria para que nos desarrollemos al máximo.
Cuando a una planta se le corta, puede parecer pelada y fea durante un tiempo, puede parecer como que al Jardinero se le fue la mano.
Es entonces que las estaciones cambian, hay un nuevo crecimiento en distintas direcciones de la rama principal, una nueva belleza, un gran cuajado de frutos y entonces vemos que hay una vida que florece de lo que parecía dañado.
Conclusión:
Esta es la verdad para cada uno de nosotros. Dios cual Jardinero, esta cortando algunas cosas en nuestras vidas que disfrutamos o valoramos más que a Dios.
Dios cual Jardinero, a través del dolor de la poda, esta quitando ciertas actitudes pecaminosas que no nos dejaban dar frutos y ser transformados.
Oremos para que el dolor de la poda, en nuestras vidas o la vida de un hermano(a), produzca el fruto que el desea.
3. Oro para que encuentres comunión con Jesús:
Fil. 3:8a, 10 – 11
1 P. 4:12 – 13
Hay ciertos sufrimientos que vienen por causa de creer en Cristo y son las pruebas que él envía y permite en nuestras vidas, porque a través de ellas nos muestra que hay una gloria venidera.
A través de ella podemos experimentar también al Salvador sufriente.
¿Cómo así? Porque si somos verdaderos hijos de Dios, cada vez que experimentamos cualquier tipo de sufrimiento, llegaremos a experimentar una pequeñez del padecimiento que tuvo Cristo.
Mas ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí y lo que ahora vivo en la carne lo vivo en la fe del Hijo de Dios…
Así que, el sufrimiento que experimento ahora, también debo de pasarlo en la fe del Hijo de Dios. Es necesario que cada vez que experimentemos padecimientos, podamos buscar tener una mejor e intima comunión con Cristo, porque solo así se cumplirá el tener gozo en medio del padecimiento.
…gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo.
Para que me entiendas mejor y para que suene más práctico, te lo explico así:
En medio del sufrimiento, queremos a alguien a lado, alguien quien pueda entender nuestro sufrimiento y ayudarnos a lidiar con ello.
Y si una persona se nos acerca, nos sentimos más cómodos con aquella persona que ya ha pasado por una situación como la nuestra, que también haya experimentado el dolor y que no solo sea alguien que se imagina.
Y saben, en medio del sufrimiento, descubriremos que Jesús es una persona segura a la cual acercarnos.
En medio del sufrimiento podremos entender y sentir que Él nos entiende, que se identifica con nosotros.
Mateo y Marcos registran que, cuando Cristo fue al huerto de Getsemaní, le dijo a Pedro, Jacobo y Juan: …Mi alma está muy triste, hasta la muerte… (Mt. 26:38, Mar. 14:34)
Así que, Jesús entiende lo que es sentir que la angustia te consume la vida.
Comprende la sensación de nauseas en el estómago. El nudo en la garganta y la pesadez en el pecho.
Jesús sintió la presión del dolor de tal manera que tuvo una reacción física: mientras Cristo oraba y derramaba su corazón delante de Su Padre, grandes gotas de sangre caían de su frente.
Nuestro dolor todavía no ha llegado a tal punto, porque la ciencia dice que eso es posible. Que los vasos sanguíneos salgan por los poros de la piel, por tanta presión interna del cuerpo, causado por altos niveles de emociones.
Jesús sabe lo que es pronunciar oraciones desesperadas para que Dios te salve del sufrimiento.
Y también Cristo sabe, que el aparente silencio de Dios y su falta de intervención, es un NO a lo que pedimos.
Así que, en el sufrimiento actual, experimentamos el padecimiento de Cristo y el gozo de su presencia, siempre y cuando lo buscamos en medio del sufrimiento, como Aquel, quien mejor nos puede entender y consolar.
Conclusión:
La mayoría de nosotros dice que quiere estar más cerca de Jesús, pero no queremos tener que sufrir para experimentar esa cercanía.
Pero la pregunta es ¿cómo crees que podríamos acercarnos a un Salvador Sufriente si nunca experimentamos el sufrimiento en carne propia?
Si yo oro por tu sufrimiento, estaré orando que puedas encontrar comunión con Jesús en medio del padecimiento.
Estaré orando para que Dios te lleve a dar más fruto.
Y estaré orando por ti, para que Dios te ayude a bien y te muestre el carácter de Cristo al cual desea que te asemejes.
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