Líderes 2
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Rey, Scerdote y Pastor
Rey, Scerdote y Pastor
Todos somos líderes. Casa, trabajo, hermanos, sobrinos, etc.
El mayor ejemplo de liderazgo es Jesús.
“Apacentad el rebaño de Dios que está a vuestro cargo, cuidándolo no por la fuerza, sino de buena voluntad según Dios; no por ganancias deshonestas, sino de corazón;” (1 Pedro 5:2, RVA)
Su liderazgo se completo, perfecto, nadie más puede ser líder holístico como ÉL.
Liderazgo como REY
“En la túnica, a la altura del muslo, estaba escrito el título: «Rey de reyes y Señor de señores».” (Apocalipsis 19:16, NTV)
Profeta:
“Un gran temor se apoderó de la multitud, y alababan a Dios diciendo: «Un profeta poderoso se ha levantado entre nosotros» y «Dios ha visitado hoy a su pueblo».” (Lucas 7:16, NTV)
Sacerdote
“Por lo tanto, ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús el Hijo de Dios, aferrémonos a lo que creemos. Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo él nunca pecó.” (Hebreos 4:14–15, NTV)
Como profetas, "alimentamos" al pueblo de Dios: A través de palabras habladas podemos "alimentar" al pueblo de Dios con Su Palabra. Dios nos da palabras inspiradas por El Espíritu para compartirlas con otros, y las cuales, pueden servir para múltiples propósitos: exhortar, consolar, inspirar, invocar, incluso desafiar y perturbar para llamar a otros a un camino mejor de acuerdo con Su voluntad.
Como sacerdotes, "velamos" por las personas: Los sacerdotes nunca pierden de vista el aspecto más importante del ministerio que son las personas. Dios no ha llamado a "velar" por Su rebano. Los sacerdotes sirven demostrando compasión y atendiendo de los afectados. Ellos interceden por los demás a través de la oración, la misericordia y el amor abnegado.
Como reyes, "lideramos" el pueblo de Dios: Nosotros "lideramos" como gerentes y administradores de los recursos de Dios, al implementar seguridad, justicia y orden en los lugares a los que estamos llamados a proporcionar liderazgo y extender la voluntad y justicia de Dios al mundo.
PROFETA
Le gusta la enseñanza, predicación, llama al arrepentimiento, refuta, enseña, reprende, se asegura de la doctrina es sana, buena, equilibrada.
SACERDOTE: Ama, intercede, es compasivo, es gracia, misericordia. Oración, consejería, pastor,
REY: Planta iglesias, crecimiento, números, menos de gente, más de planes, visión, organización, disciplina. Sistemas, políticas, administradores, procedimientos.
Cada uno ve un plan de diferente perspectiva:
El profeta dice: cuáles versos de la biblia respaldan el proyecto
Sacerdote: muéstrame fotos de las personas que vamos a impactar
Rey: cuál es el presupuesto.
Profeta: no le importa el cómo decir una verdad, si está en la Biblia la dirá sin importar si alguien se duele
Sacerdote: cuidará a las personas, llorará con ellos, aconsejara bien.
Rey. No le importan las personas, le importa el resultado final, el grupo como un todo.
El trabajo del líder es organizar de manera efectiva los esfuerzos del grupo. Esto aplica en todas las áreas de la vida y en todas las organizaciones.
Hay una dinámica que se llama perdidos en el desierto, en que está un grupo en el desierto después de un accidente, tienen algunos instrumentos que pudieron rescatar y juntos deben decidir, cuáles conservar y el mejor uso que se le puede dar.
En una situación de crisis el trabajo en equipo salva 4 veces más que 1 sólo; pero no todos están dispuestos a ser parte de un equipo.
Porque para ser parte de un equipo se debe eliminar el pensamiento experto. Es aquél que todo lo sabe y no está dispuesto al aprendizaje y por cada 10 personas, 3 tienen ese pensamiento experto.
¿Identificas si eres de quienes está dispuesto para aprender, o crees que tú ya estás para sólo enseñar y dirigir.
La diferencia en el liderazgo cristiano o de la iglesia, es que Jesús nos cambia el paradigma. Jesús nos dice que el que quiera dirigir “debe ser el que sirve”, el que está dispuesto para aprender, para servir, para atender.
Estudiaremos algunos principios de liderazgo basado en la Biblia, y empezaremos por alguien del AT. Lo que nos dice, que desde la formación del pueblo de Israel, Dios los formó de manera distinta a las demás culturas y naciones. Que, aún siendo esclavo en otra nación, saber las leyes de Dios, les permite una forma de liderazgo diferente y más efectivo.
Tenemos ejemplo de liderazgo visionario en la vida de Nehemías.
Nehemías tiene una posición en la que no tiene autoridad. Nehemías es el que sirve el vino al rey, es quién prueba el vino del rey antes que él, para saber si está bueno o envenenado. Su vida es prescindible. Puede morir y habrá otros más que pueden ocupar su lugar, sin embargo, está en una ubicación correcta.
Nehemías no buscó esa posición porque le diera autoridad, porque ¡no era así!
Pero en el momento oportuno, es el rey quién le da la autoridad a Nehemías.
El líder en primer lugar se enfoca en una visión y la visión empieza con una pasión. En el caso de tu empresa ¿cuál es tu visión? ¿en tu familia cuál es tu visión?
Como iglesia en general la visión es “ganar a los perdidos”, que todos conozcan a Jesús como Salvador. No tenemos 2 visiones, no tenemos 3, la visión de la iglesia es clara: Ganar a los perdidos. Hacer discípulos.
¿Como lo haremos? predicando, llevando el mensaje de salvación a todo el que puede escuchar.
Para que enfocar la visión
“Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo, y dije: «Oh Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos, ¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Hemos pecado terriblemente al no haber obedecido los mandatos, los decretos y las ordenanzas que nos diste por medio de tu siervo Moisés. »Te suplico que recuerdes lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si me son infieles los dispersaré entre las naciones; pero si vuelven a mí y obedecen mis mandatos y viven conforme a ellos, entonces aunque se encuentren desterrados en los extremos más lejanos de la tierra, yo los volveré a traer al lugar que elegí para que mi nombre sea honrado”. »El pueblo que rescataste con tu gran poder y mano fuerte es tu siervo. ¡Oh Señor, te suplico que oigas mi oración! Escucha las oraciones de aquellos quienes nos deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el rey me dé su favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo». En esos días yo era el copero del rey.” (Nehemías 1:4–11, NTV)
Algo le dolió. Algo rompió su corazón. Supo que algo no está bien, eso le empezó a “molestar” a incomodar. Hizo de eso que escuchó la misión de su vida.
La visión es el destino, la misión es el viaje, lo que se hace en el presente para llegar a ese destino.
Una vez que supo cuál era esa visión, se volvió su pasión por la cual estaba dispuesto a romperse la espalda para resolver esa pasión que no lo dejaba en paz.
2. Consulta a Dios. Hay muchas cosas que pueden romper tu corazón, pero no todas pueden ser tu pasión. Si tu pasión son todas las cosas, entonces, nada es tu pasión. Nehemías pregunta si esa pasión era para que él hiciera algo.
3. No fue arrebatado, no se apresuró. Fue a preguntarle al rey, su autoridad. Aunque le rompió el corazón, quería hacer algo, consulta con Dios y lo platica con el rey. Sabe que si el rey le dice que no puede ir ¡no irá!
Todo líder es responsable, el líder que no da cuentas, el líder que cree que porque sabe cuál es la necesidad y él puede hacer algo, sin consultarlo con su autoridad ¡no es un buen líder!
Nehemías fue a pedir permiso y regreso.