El censo de David
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· 2 viewsDavid peca nuevamente al ordenar un censo, producto de u arrogancia y confianza en su poder militar.
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El censo de David
El censo de David
2º Samuel 24:1–4
“1Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá. 2Y dijo el rey a Joab, general del ejército que estaba con él: Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y haz un censo del pueblo, para que yo sepa el número de la gente. 3Joab respondió al rey: Añada Jehová tu Dios al pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; mas ¿por qué se complace en esto mi señor el rey? 4Pero la palabra del rey prevaleció sobre Joab y sobre los capitanes del ejército. Salió, pues, Joab, con los capitanes del ejército, de delante del rey, para hacer el censo del pueblo de Israel.”
Introducción
Introducción
Israel había prosperado durante el reinado de David, el bienestar, la bendición y el poderío militar era evidentes.
La prosperidad y el poder pueden ser un peligro si no se tiene la madurez y sabiduría para manejarlos.
Llegó el momento en que el corazón de David comenzó a contaminarse de jactancia y altivez.
Dios debe intervenir para moderar, no solo la abundancia, sino que también, que el corazón de David y el de Israel no se volvieran arrogantes y se apartaras de los caminos de Dios.
La intervención Divina
La intervención Divina
2º Samuel 24:1 “Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.”
1º Crónicas 21:1 “Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel.”
A primera vista estos textos causan confusión.
2 Samuel 24:1 Dios quien incita a David a hacer el censo, porque su ira se había encendido contra Israel.
1 Crónicas 21:1 Satanás es quien se levanta contra Israel e incita a David a hacer el Censo.
La Biblia guarda silencio de la situación espiritual, es posible que el pueblo de Israel había cometido pecado que no es detallado, y el corazón de David había comenzando a confiar en su prosperidad y poder militar.
Por tanto, así como se revela en Job, Satanás se presenta ante Dios para acusar a David e Israel, por lo cual Dios concede el permiso a Satanás incitar a David.
Lucas 22:31–32 “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.”
Es necesario entender que, si Dios lo permite, es porque es lo justo, Él no actúa por capricho.
Dios se manifestó con mayor poder en Israel cuando eran “débiles” y “con escasos recursos”, ahí no podían jactarse de nada.
Dejar de confiar en Dios por confiar en el hombre es peligroso: Jeremías 17:5 “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.”
El proverbista nos exhorta al equilibrio económico: Proverbios 30:8–9 “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.”
David ordena realizar un censo militar, algo que solo Dios podía ordenar, pues se hacía cuando Dios ordenaba hacer guerra, además, se debía presentar una ofrenda de rescate: Éxodo 30:12 “Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a Jehová el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado.”
A pesar de que Joab procuró persuadir al rey de no pecar contra Dios, David no lo escuchó. 2º Samuel 24:3–4 “Joab respondió al rey: Añada Jehová tu Dios al pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; mas ¿por qué se complace en esto mi señor el rey? Pero la palabra del rey prevaleció sobre Joab y sobre los capitanes del ejército. Salió, pues, Joab, con los capitanes del ejército, de delante del rey, para hacer el censo del pueblo de Israel.”
El arrepentimiento
El arrepentimiento
2º Samuel 24:10–13 “10Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente. 11Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: 12Ve y di a David: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te ofrezco; tú escogerás una de ellas, para que yo la haga. 13Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿o que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿o que tres días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado.”
Hacer el censo no era el problema, el problema fue las malas intenciones de David.
El echo de que las cosas que hacemos no son pecado o incorrectas, no significa que no ofendan a Dios.
Hay cosas que no son agradables a Dios, principalmente por las malas intenciones del corazón.
1 Corintios 6:12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.”
Luego que le fue entregado el informe del censo, David recapacitó y comprendió que había pecado contra Dios.
Dios envía al profeta Gad para declararle que su pecado tiene consecuencias y le da a escoger entre tres opciones:
Siete años de hambre
Tres meses perseguido por sus enemigos
Tres días de peste.
David comprende que los siete años lo harían depender de naciones vecinas, los tres meses perseguido por sus enemigos los harían estar en manos de ellos.
Por lo tanto escoge los tres días de peste, pues estaría en las manos de Dios.
2º Samuel 24:14–15 “Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres. Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres.”
El censo reportaba 1,300,000 hombres preparados para la guerra. Pero la peste hizo morir a 70,000 de ellos. Como una lección de Dios para que comprendieran que no dependen de la fuerza humana para vencer a sus enemigos, sino de Dios.
Zacarías 4:6 “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
La misericordia de Dios
La misericordia de Dios
2º Samuel 24:16–17 “16Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo. 17Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.”
La peste había invadido todo el territorio de Israel, pero cuando venía sobre Jerusalén, Dios tuvo compasión.
Hebreo: Nakjam usado en la RVR60 como arrepentirse, es mejor el significado “compadecerse”.
Dios detuvo al ángel destructor, envió al profeta Gad a David para decirle que levantara altar. 2º Samuel 24:18 “Y Gad vino a David aquel día, y le dijo: Sube, y levanta un altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo.”
David levanta altar y ofrece sacrificio, pero el lugar era propiedad de Arauna jebuseo.
Arauna ofrece gratuitamente a David la tierra, la leña y los animales para el sacrificio, pero David comprende que no puede ser sacrificio algo que no le cueste.
2º Samuel 24:22–24 “Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para leña. Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio. Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.”
David entendía que ofrecer sacrificio significaba desprenderse de algo valioso, no podía ofrecer sacrificio si lo que ofrecía a otra persona le costó.
David compró la leña los animales, incluso la tierra para ofrecer sacrificios a Dios. Esta demostración de humildad y sacrificio aplacaron la ira de Dios sobre Jerusalén.
2º Samuel 24:25 “Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.”
Conclusión
Conclusión
A pesar de todo, esta desgracia trajo bendición. Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
El terreno de Arauna es un monte o una colina, está en la antigua área del monte Moria, donde Abraham ofrecía a su hijo en sacrificio (Génesis 22).
También en unos de estos montes, en el monte calvario Jesucristo entregó su vida por nosotros.
Y es el monte que David dedicó para que su hijo Salomón construyera el templo a Dios, que es el monte Sion: 1º Crónicas 22:1 “Y dijo David: Aquí estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel.”
Como buen padre, cuando Dios vio que el corazón de David y su pueblo se desviaban, intervino para corregirlos y volvieran a Él. Hebreos 12:6 “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.”
De la misma manera, Dios corregirá a sus hijos cuando nos desviemos…
pero a los impíos los dejará en sus pecados. Romanos 1:24 “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos.”
David no fue perfecto, cometió errores, pero su temor a Dios lo hacía reconocerlos, no los justificaba sino que se humillaba y recibía la corrección de Dios.
Así nosotros debemos reconocer que ofendemos a Dios, no somos perfectos, reconozcamos nuestras faltas cada día y pidamos perdón, para que Dios tenga misericordia de nosotros.