EL SABIO ESPIRITUAL

Gálatas 5:22 BTX

Pero el fruto del espíritu es amor, gozo y paz; paciencia, benignidad y bondad; fe,

Hechos: La obra del Espíritu Santo en los creyentes De Éfeso a Troas

“Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado, se despidió y salió para ir a Macedonia. Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia”

Santiago 3:15–17 BTX

¡No es ésta la sabiduría que desciende de lo alto, sino es cosa terrenal, natural y diabólica! Porque donde hay celos y contienda, allí hay desorden y toda obra ruin. Pero la sabiduría de lo alto, es primeramente pura, luego pacífica, comprensiva, dispuesta a razonar, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera.

Hechos: La obra del Espíritu Santo en los creyentes De Éfeso a Troas

Cuando Pablo volvió a Grecia, permaneció ahí por tres meses antes de salir hacia Jerusalén. Sabemos por 1 Corintios 16 y 2 Corintios 8 y 9 que su propósito al ir a Jerusalén era llevar una ofrenda (que había sido recolectada por las iglesias gentiles fundadas durante sus tres viajes misioneros) a los necesitados santos de Jerusalén. Así, siguiendo el ejemplo de la iglesia de Antioquía casi quince años antes, la ofrenda para los necesitados fue enviada por medio de una delegación oficial de las iglesias.

Cuando Pablo volvió a Grecia, permaneció ahí por tres meses antes de salir hacia Jerusalén. Sabemos por 1 Corintios 16 y 2 Corintios 8 y 9 que su propósito al ir a Jerusalén era llevar una ofrenda (que había sido recolectada por las iglesias gentiles fundadas durante sus tres viajes misioneros) a los necesitados santos de Jerusalén. Así, siguiendo el ejemplo de la iglesia de Antioquía casi quince años antes, la ofrenda para los necesitados fue enviada por medio de una delegación oficial de las iglesias.

Hechos: La obra del Espíritu Santo en los creyentes De Éfeso a Troas

Cuando Pablo volvió a Grecia, permaneció ahí por tres meses antes de salir hacia Jerusalén. Sabemos por 1 Corintios 16 y 2 Corintios 8 y 9 que su propósito al ir a Jerusalén era llevar una ofrenda (que había sido recolectada por las iglesias gentiles fundadas durante sus tres viajes misioneros) a los necesitados santos de Jerusalén. Así, siguiendo el ejemplo de la iglesia de Antioquía casi quince años antes, la ofrenda para los necesitados fue enviada por medio de una delegación oficial de las iglesias.