El Juicio de Dios (2)

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Introducción

Hechos de los Apóstoles 4:32–5:11 NVI
32 Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. 33 Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, 34 pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas 35 y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad. 36 José, un levita natural de Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa: Consolador), 37 vendió un terreno que poseía, llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles. 1 Un hombre llamado Ananías también vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles. 3 —Ananías—le reclamó Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno? 4 ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres sino a Dios! 5 Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Y un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido. 6 Entonces se acercaron los más jóvenes, envolvieron el cuerpo, se lo llevaron y le dieron sepultura. 7 Unas tres horas más tarde entró la esposa, sin saber lo que había ocurrido. 8 —Dime—le preguntó Pedro—, ¿vendieron ustedes el terreno por tal precio? —Sí—dijo ella—, por tal precio. 9 —¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor?—le recriminó Pedro—. ¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora te llevarán a ti. 10 En ese mismo instante ella cayó muerta a los pies de Pedro. Entonces entraron los jóvenes y, al verla muerta, se la llevaron y le dieron sepultura al lado de su esposo. 11 Y un gran temor se apoderó de toda la iglesia y de todos los que se enteraron de estos sucesos.
En el 2022 hubo un juicio que llamó mucho la atención en EEUU.
El actor Johnny Depp estaba demandando a su esposa, Amber Heard, por haberlo difamado en un artículo que publicó acusándolo de abuso físico y emocional.
El Sr Depp la demandó por $10M.
Durante el juicio se le preguntó a la Sra Heard en qué había gastado los $7M que había recibido de parte del Sr Depp después de su divorcio.
Ella respondió que lo había prometido a dos organizaciones caritativas ($3.5M a un hospital de niños).
Según ella, no iba a tener suficiente dinero para pagar la demanda del Sr Depp (de $10M) porque había prometido el dinero.
Muchos la ridiculizaron porque no podían creer que ella sostenía que para ella “prometer dinero y hacer la donación” era básicamente lo mismo.
La realidad es que ella aun tenía el dinero y muchos llegaron a la conclusión que nunca tuvo la intención de donarlo.
Ella quizá quería el reconocimiento de ser una mujer generosa, caritativa, bondadosa - al prometer un donativo; pero sin tener que entregar el donativo.
Quería aparentar ser caritativa sin tener que hacer una obra de caridad.
Esto es precisamente lo que encontramos en nuestro pasaje hoy en Hechos 4:32-5:11. Hoy nos encontramos con dos casos de actos de generosidad - uno sincero y el otro falso. Hoy veremos:
Primer acto de generosidad
Segundo acto de “generosidad”
…por medio de estos dos actos veremos como Dios responde a cada uno de ellos.
Dios que conoce los corazones sabe las intenciones detrás de nuestras acciones.

Primer acto de generosidad

En el pasaje pasado vimos como Dios respondió la oración del pueblo de Dios.
Habían sido amenazados con cárcel si no dejaban de predicar acerca de la resurrección de Jesús.
Pero ellos persistieron:
Hechos de los Apóstoles 4:33 NVI
33 Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos,
Vemos que seguían testificando que Jesús de Nazaret había resucitado de entre los muertos.
No podían callar lo que habían visto y escuchado - Jesús estaba vivo y los había comisionado a predicar un mensaje de esperanza.
Los apóstoles han considerado más importante la necesidad de predicar que Jesús había resucitado.
Estaba conscientes del riesgo que corrían pero no se comparaba a la necesidad que sentían de compartir el mensaje de Jesús.
Consideraban de sumo valor la necesidad de proclamar la resurrección de Jesús.
Muchos en Jerusalén estaban siendo alcanzados por este mensaje.
Hechos 4:32ff nos describe la clase de comunidad que se estaba formando.
Dios estaba salvando a muchas personas y estaba formando a un nuevo pueblo.
Dios estaba formando una nueva familia, unida por una misma fe en el Mesías - Jesús.
Lucas describe la unidad que había en esta nueva comunidad:
Hechos de los Apóstoles 4:32–35 NVI
32 Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. 33 Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, 34 pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas 35 y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad.
Los creyentes vendían, voluntariamente, sus posesiones para que no hubiera ningún necesitado entre los miembros de la nueva comunidad - una nueva familia espiritual en Cristo.
Estaban poniendo en práctica un principio del AT:
Deuteronomio 15:4 NVI
4 Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu Dios te colmará de bendiciones en la tierra que él mismo te da para que la poseas como herencia.
Ellos creían que los principios morales del AT también aplicaba a este nuevo pueblo que Dios estaba formando.
No estaban practicando un sistema comunista sino que voluntariamente compartían de la abundancia que tenían.
Así que muchos de ellos vendían sus bienes y lo traían a los apóstoles para que ellos distribuyeran a los necesitados de entre la nueva comunidad cristiana.
Hechos 4:32 dice que estaban unidos en un solo sentir y pensar.
Pues ahora muestran que estaban unidos aun físicamente mirando por la necesidad material de cada uno.
Lucas introduce a un nuevo personaje - a José.
Hechos de los Apóstoles 4:36 NVI
36 José, un levita natural de Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa: Consolador),
José era de la tribu de Leví.
Era oriundo de la isla de Chipre.
Una isla a unos 400 km de Jerusalén.
Era seguramente miembro de las diferentes ordenes sacerdotales que se turnaban en servir en el templo de Jerusalén.
Lo hermoso de esto es que José había conocido al verdadero Mesías de Israel.
En lugar de someterse a los fariseos o a los saduceos - había tenido un encuentro glorioso con el único y verdadero Salvador.
Los apóstoles recibieron a José dentro de la familia cristiana.
Con el tiempo le dieron el sobrenombre “Bernabé” que significa “hijo de consolación”.
Es posible que Bernabé era una persona que animaba, fortalecía, aconsejaba a las demás personas.
El ministerio de consolador, de consejero, de alguien que motiva es muy importante.
Veamos lo que hace José:
Hechos de los Apóstoles 4:37 NVI
37 vendió un terreno que poseía, llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.
Bernabé vendió uno de sus terrenos y entrego el dinero a los apóstoles para que lo repartieran entre los necesitados.
Algunos pregunta, ¿cómo podría haber adquirido Bernabé un terreno si se supone que era levita y la ley de Moisés establece que ellos no poseían tierras?
El terreno pudo haber sido de su esposa.
El terreno tal vez estaba en Chipre (fuera de Israel) y por tanto no aplicaban las leyes de Moisés.
…o esta ley al igual que muchas otras leyes ya no se observaban.
La idea pues es que José era de un mismo sentir y pensar con el pueblo de Dios y buscó la manera de apoyar a su nueva familia - de forma material viendo por sus necesidades económicas.
Así que en José vemos un acto de generosidad, desinteresado, un acto de bondad sin buscar nada a cambio.
Es la misma actitud que Dios desea que tengamos cuando hacemos alguna buena obra.
No hacemos el bien para ser vistos ni para ser reconocidos.
Hacemos el bien motivados por el amor que Dios mostró a cada uno:
Mateo 10.8
Mateo 10:8 NVI
8 Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.

Segundo acto de “generosidad”

Este segundo acto de generosidad lo hemos puesto entre comillas.
Nos daremos cuenta que a diferencia de José, en Hechos 5:1-11 tenemos una escena de un matrimonio que hicieron lo mismo que José pero recibieron un juicio severo de parte de Dios.
Una pareja llamados Ananías y Safira deciden que ellos harán lo mismo que han hecho los demás creyentes.
Hechos de los Apóstoles 5:1 NVI
1 Un hombre llamado Ananías también vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles.
Van a vender una propiedad y van a dar el dinero a los apóstoles para que lo repartan entre los necesitados.
Hacen lo mismo que hizo José y los demás creyentes que tenían los medios para hacerlo.
La gran diferencia entre Ananías y Safira y los demás es la intención que tuvieron a hacerlo.
Desde el versículo 1 nos damos cuenta de algo turbio - “se quedó con parte del dinero”.
Digamos que Ananías vendió la propiedad en $100,000 y dio $50,000 a los apóstoles.
Dio la mitad del dinero.
Dio $50,000.
Fue una cantidad considerable.
El problema no consiste en la cantidad que hayan dado.
El problema consiste en la intención de Ananías y Safira al presentar la cantidad que iban a donar y aparentar que estaban dando la cantidad completa de la ganancia de la propiedad.
Ellos tuvieron la intención de engañar a los apóstoles quienes iban a recibir el dinero.
Tuvieron la intención de engañar a la comunidad cristiana en su totalidad.
Pero lo más terrible de esto es que tuvieron la intención de engañar a Dios mismo.
Hechos de los Apóstoles 5:3–4 NVI
3 —Ananías—le reclamó Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno? 4 ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres sino a Dios!
Pedro confronta a Ananías y le dice - Satanás te ha dominado, ha llenado tu corazón de tal manera que te has atrevido mentir al Espíritu Santo.
Pedro usa la misma palabra que utiliza la Biblia en:
Efesios 5:18 NVI
18 No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu.
En este caso, Ananías no ha sido lleno del Espíritu Santo de Dios sino ha sido lleno de Satanás.
Ha caído en la trampa de del enemigo y se ha entregado totalmente ha hacer lo que el maligno quiera que haga - pretender mentir a Dios y salirse con la suya.
Notemos como Pedro declara su pecado - no ha mentido a los hombres sino a Dios.
Ananías no tenía porque haber vendido su propiedad - al fin y al cabo era de él.
Ananías podía haberse quedado con las ganancias y no donarlas.
Es más, Ananías podría haber donado el 50% de las ganancias y ser sincero que eso es lo que había hecho; en lugar de hacerse pasar por alguien que ha donado el 100% de las ganancias.
Lucas describe la consecuencia fatal:
Hechos de los Apóstoles 5:5–6 NVI
5 Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Y un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido. 6 Entonces se acercaron los más jóvenes, envolvieron el cuerpo, se lo llevaron y le dieron sepultura.
Ananías cayó muerto.
Dios mismo lo ejecutó.
Dios lo juzgo y determinó que su falta de Ananías fue tan grande que debía morir.
No olvidemos que Safira aun está viva.
Ella llega tres horas después y es confrontada por Pedro.
Hechos de los Apóstoles 5:7–8 NVI
7 Unas tres horas más tarde entró la esposa, sin saber lo que había ocurrido. 8 —Dime—le preguntó Pedro—, ¿vendieron ustedes el terreno por tal precio? —Sí—dijo ella—, por tal precio.
Vemos que en el caso de Safira ella tuvo la oportunidad de ser sincera.
Pedro le preguntó si en tal cantidad se había vendido el terreno.
Ella, siendo cómplice de su marido, siguió con la misma historia.
Ahora ella sufre el mismo fin que su marido:
Hechos de los Apóstoles 5:9–10 NVI
9 —¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor?—le recriminó Pedro—. ¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora te llevarán a ti. 10 En ese mismo instante ella cayó muerta a los pies de Pedro. Entonces entraron los jóvenes y, al verla muerta, se la llevaron y le dieron sepultura al lado de su esposo.
Ella muerte y es sepultada.
Sigue al lado de su marido aun en la muerte.
El matrimonio cómplices de pretender mentir a Dios.
El matrimonio que pensó que iban a engañar al Todopoderoso.
Lucas nos dice lo que esto provocó en la familia de Dios:
Hechos de los Apóstoles 5:11 NVI
11 Y un gran temor se apoderó de toda la iglesia y de todos los que se enteraron de estos sucesos.
Este evento infundió en el pueblo un santo temor, reverencia, respeto en cuanto a las cosas de Dios.
La gente nuevamente reconoció que servimos a un Dios todopoderoso.
Recordaron que Dios debe ser temido.
Recordaron que debemos ser sinceros ante Dios.
Recordaron que no podemos juzgar con un Dios vivo.

Conclusión

Hubo una gran diferencia entre José y el matrimonio de Ananías y Safira.
Ambos hicieron lo mismo.
Ambos hicieron un acto de generosidad.
…pero solo José fue sincero.
Ananías y Safira obraron con engaño, no fueron sinceros, obraron con falsedad.
Y esto Dios no lo iba a tolerar.
Este acto trajo el juicio de Dios.
¿Por qué los juzgó Dios de esta manera tan severa?
Dios es justo y todo lo que hace es justo.
…pero, llego a la conclusión que este acto de falsedad/engaño/de falta de sinceridad era una gran amenaza para los hermanos que pretendían predicar la verdad de la resurrección.
¿Qué hubiera sucedido si la gente se hubiera dado cuenta que Ananías y Safira obraron con falsedad, todos les creyeron.
Con el tiempo los vecinos se darían cuenta que Ananías y Safira engañaron a la comunidad cristiana diciendo que habían dado todo el dinero.
Si en esto no fueron sinceros, ¿qué seguridad tenían que lo que los apóstoles predicaban era verdad?
Tal vez la predicación de los apóstoles y su testimonio acerca de la resurrección era igual de falso.
Pronto la comunidad de creyentes iba a ser visto como gente mentirosa, gente falsa, gente llena de engaño.
Y ahora nos vemos en el espejo y pensamos en las ocasiones que nosotros no hemos sido sinceros, hemos sido falsos, hemos obrado con engaño.
Hemos dicho mentiras.
Hemos mediante nuestras palabras o acciones engañado a los que nos rodean.
…y aún así el juicio de Dios no se ha derramado sobre nosotros.
Dios ha tenido misericordia y nos ha dado la oportunidad de escuchar esta voz de alerta, correr hacía él, confiar en que Dios nos perdona, pero jamás, jamás, vayamos a presumir de la gracia de Dios.
Dios es un Dios que debe ser temido, respetado, tratado con suma reverencia - que esto nos invite a caminar en verdad, en sinceridad, y a vivir sin engaño.