BATALLANDO CONTRA LA CARNALIDAD (1RA DE CORINTIOS 3:1-23)
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BATALLANDO CONTRA LA CARNALIDAD (1RA DE CORINTIOS 3:1-23)
INTRODUCCIÓN:
- Una de las mentiras más terribles que pueden enseñarse respecto a la vida cristiana, es aquella que sostiene que el hacerse creyente es sinónimo de comenzar a vivir una vida color de rosa, sinproblemas maritales, sin complicaciones laborales y sin necesidades materiales.
- Bueno, tal cosa no es sino una vil mentira delante del Señor. Por cuantola Biblia es muy contundente en dejarnos en claro que vivir nuestra vida en Cristo nunca será fácil. Sino que todo lo contrario será exigente, será difícil, será sufriente.
Es así que el Señor mismo les llegó a decir a sus discípulos en Juan 16.33 “Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
- Un creyente recibe, cuando rinde su vida al Señor, muchos regalos incomparables: Su paz. Su gozo, su paciencia, etc. E incluso le es concedida la mente de Cristo (como bien señala el último versículo del capítulo 2 de 1ra de Co.). Pero eso no significa que la vida Cristiana será fácil.
En realidad va a ser muy exigente.
- Ahora,¿Qué es lo que la hace difícil? El Señor nos dice en el pasaje citado de Juan, que es la aflicción. Pero luego esto es ampliado en el resto de la Escritura, yentendemos que dicha aflicción es gestada en la vida del creyente principalmente por dos de sus enemigos más acérrimos: El mundo y la carne.
- Del primero Considero que basta con mencionar que es un enemigo que más allá de meras prácticas de mundanalidad (malos hábitos), como tomar cerveza, bailar en fiestas, o participar de juegos de azar; y se extiende a ese aceptar las filosofías y corrientes de pensamiento que rigen nuestra sociedad.
Entendiendo ese mirarlos, por supuesto, como el acto de copiar sus normas de vida, imitar sus conductas, y de hacer nuestro su significado de existencia.* Cada vez que hacemos ello, dejamos que el mundo gane un ring en la batalla que libramos con el cada día.
- El segundo vehemente enemigo que tenemos, es nuestra carne. Y es el que en esta sección vamos a mirar con mayor atención, ya que Pablo le va a dedicar valiosísimos versículos.
Para empezar debemos de indicar que es la carne nuestro enemigo más directo, por cuanto incluso el mundo dirige sus ataques a ella, buscando seducirla. * Así también debemos de indicar que si bien cuando nos rendimos a Jesucristo recibimos una nueva naturaleza (2da de Co 5:17 dice “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”) lo cierto es que nuestra carne no desaparece, por cuanto ello recién ocurrirá cuando seamos glorificados.
Es así que Pablo escribe en Romanos 8:23 “Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. (Le diríamos ¿No somos ya redimidos Pablo? Y el diría sí, pero no del todo, falta nuestra carne).
- Bueno, hasta que llegue ese día, nuestra carne va a sernos un incansable enemigo, resistiéndose y oponiéndose vehementemente a nuestra nueva naturaleza en Cristo, buscando arrastrar a miseria el nuevo corazón que recibimos al ser salvados.
Y ¿Sabe? Esta lucha la va a tener absolutamente todo creyente. Es así que el mismísimo Pablo, en un diagnóstico personal de su vida va a decir (Ro 7:17-19) “De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”. * Que tremendas palabras en realidad. Las cuales deben de llevarnos, no a creer que Pablo buscaba justificar sus actos de impiedad echándole la culpa a su carne; sino a mirarlo como alguien que aquí describe de manera sorprendente lo que es y hace la carne en la vida de un creyente. Presentándola como esa tendencia o inclinación al pecado que heredamos de Adán y con la que venimos a este mundo.
Una inclinaciónque domina la vida de la persona (sin Cristo), empujándola a pecar de manera desoladora e indiscriminada, y arrastrándola a su propia tumba. *
El hombre natural no puede hacer nada contra ello. Y no es sino hasta que rinde su vida a Cristo que algo sucede al respecto. * ¿Qué sucede? Pues que nacemos espiritualmente, recibiendo un nuevo espíritu y un nuevo corazón. Los cuales obtenidos por el poder de Dios, rompenel poder de la carne (del pecado) en nuestras vidas (su señorío), de manera que ya no más nuestra carne la que gobierna nuestro caminar.
(Por primeravez en la vida podemos decirle que no a nuestros impulsos de perversidad. Decirle que no al pecado).
Sin embargo, eso no significa que la inclinación al pecado haya desaparecido. Nuestra carne sigue ahí presente, sigue buscando satisfacer sus deseos pecaminosos
Podemos decir por ende que nuestra carne no es sino nuestra humanidad no redimida aún, que tiene una atracción inevitable hacía el pecado. * Y de ahí que en el idioma griego, esta palabra (carne) sea el término SARX que se puede traducir como corporal, material o humano; apuntando con ello a esa caracterización de inclinación a pecado que tiene absolutamente toda persona no rendida al salvador; a la humanidad caída que tiene el hombre.
- Ahora, si bien sabemos que nuestra victoria sobre estos dos enemigos (tan íntimamente relacionados) es una que se encuentra asegurada en Cristo. Eso no significa que no tengamos que pelear contra ellos en la era presente. Y precisamente en esta sección encontraremos algunos principios valiosos para tan intensa batalla.
Uno de talespecados ya lo hemos desarrollado en el capítulo primero de esta carta; y era tal vez el más grave de todos. El pecado de división. * Que se reflejaba en ese partidismo cuádruple gestado en medio de la congregación. Con Pablo, Apolos, Cefas y el mismo Señor.
Bueno, es precisamente ese pecado el que Pablo va a colocar nuevamente delante de nuestros ojos en esta sección. Y con el que va a argumentar respecto a la carnalidad que existía en esta congregación, y las consecuencias que esto había traído en medio de ellos.
- Dicho todo ello, solo queda precisar antes de ingresar a la exégesis de esta sección, que vamos a dividir esta sección, que se extiende hasta el versículo 23, en cuatro puntos: 1. Amonestación contra la carnalidad. 2. Argumentación contra la carnalidad. 3. Evaluación o juicio sobre la carnalidad. 4. Cristo nuestra victoria sobre la carnalidad.
1. AMONESTACIÓN CONTRA LA CARNALIDAD
1 de Corintios 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
La amonestación que Pablo va a entregar en esta sección no se hace esperar. Y si bien va a ser muy dura y severa, el apóstol se toma el tiempo de introducirla con una palabra de amor. Los vuelve a llamar “hermanos” aquí. Con lo cual pretendía recordarles que a pesar de sus terribles pecados (como el de división), ellos seguían siendo una familia. Seguían siendo hijos de Dios.
- Sin embargo tiene que ser contundente en la siguiente expresión: “…no pude hablaros como a espirituales..”.
Y es que si bien en los versículos anteriores se entiende por espirituales a aquellas personas que rinden su vida al Señor, diferenciándose así de los hombres naturales. Lo cierto es que en esta expresión (“no pude hablaros como a espirituales”) de ninguna manera Pablo está diciendo que sus lectores de Corinto no eranespirituales, y por ende se trataban de inconversos.
- ¿Qué estápasando aquí entonces? Pues que Pablo está mostrándonos que así como existen dos grupos de personas en el mundo, el hombre espiritual y el hombre natural. Así también podríamos decir que existen dos grupos también dentro la comunidad de los creyentes.
- Dos grupos de personas que siguen siendo espirituales, pero que se pueden distinguir unos a otros. Y tales grupos son el de los creyentes que han madurado en la fe, y el de los creyentes que no lo han hecho, sino que siguen siendo niños y que serán presentados en esta sección como carnales.
Dicho de otro modo, todos los creyentes somos espirituales posicionalmente (declarados santos) pero no todos somos espirituales experimentalmente (en la práctica), ya que en esa segunda esfera existen los que Pablo denomina aquí como “carnales”. Que son, reitero, aquellos cristianos que en un momento determinado de su vida se entregan voluntariamente a vidas de pecado…
- Bueno, los Corintios estaban formando parte de este segundo grupo, y por ende Pablo no podía hablarles como Espirituales; no porque no tuvieran al Espíritu (porque si lo tenían) sino porque no estaban andando en el Espíritu. Porque estaban viviendo movidos por los apetitos de su carne.
- Estos hermanos, estaban dejando que la inclinación a pecado que existe de manera natural en el hombre sobresaliera. Y por ello contundentemente agrega Pablo “….sino como a carnales”.
- Indicando con ello, que si bien los Corintios poseían al Espíritu y de ninguna manera iban a ser destruidos y condenados al infierno (perdiendo su salvación), lo cierto es que estaban dejando que su carne influyera inmensamente en sus vidas; y eso solo les estaba trayendo desgracia.
- Lo cual es importante de observar por cuanto nos lleva a otra verdad teológica trascendental, que es el entender que un creyente ingresa a una realidad de carnalidad cuando peca delante del Señor. Es decir, que todos nosotros nos hacemos carnales (SARKINOI), en el momento en el que pecamos.
De manera que no es la carnalidad en nuestras vidas un estado definido (“eres un creyente carnal”), sino solo un tecnicismo momentáneoque viene a nosotros cuando pecamos. Somoscarnales solamente cuando pecamos. (No olvide que todos los creyentes podemos pecar)
Al respecto comenta Pérez Millos “Por tanto, carnalidad es el estado espiritual del creyente que se deja dominar por la carne”* Con lo cual nos recuerda la clara advertencia de Pedro en (1ra de P 2:11) “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”. * Y es quecuando no nos abstenemos, pecamos, y nos volvemos carnales.
- Ahora, esta situación se puede agravar en momentos determinados de nuestras vidas, cuando empezamos a caer con peligrosa frecuencia en conductas de pecado, y se desarrolla cierta insensibilidad en nosotros frente a ellos.
- Finalmenteagrega en la parte de final de este pasaje Pablo: “… como a niños en Cristo”.* Con lo cual, si bien pareciera que el autor suavizara un poco la dureza de su afirmación anterior, no deja de ser un llamado de atención también severo; les dice bebés literalmente (NÉPIOS). * Y que a la vez confirma las dos verdades que hemos señalado anteriormente:
Por un lado que efectivamente los hermanos de Corinto eran verdaderos cristianos (estaban “en Cristo”), y por otro que su problema era un asunto de madurez espiritual. Y es quesiendo niños que no habían madurado aún, tenían demasiada tendencia en ceder a las inclinaciones de su carne y caían en pecado. Eran niños espirituales, como los que describe el autor de Hebreos, y por ende más propensos a hacerse carnales en varios momentos de su vida.
- Que desgracia en verdad ello!!! Esta iglesia había sido fundada por el mismísimo Pablo, quien se había quedado con ellos durante dieciocho meses enseñándoles con absoluta pureza la Palabra de Dios. Luego al partir, quedó como ministro el tremendo expositor y maestro Apolos, de quien estamos también seguros, recibieron una precisa enseñanza bíblica.
Pero mire por favor, que eso no garantizó que esta iglesia madurase significativamente en la Fe ¿Por qué? Pues porque se resistieron a la obediencia. Porqueno buscaron hacer descender los principios de la escritura a lo profundo de su corazón, y la mayoría de ellos solo se quedaron en sus mentes como conceptos y nada más.
Por lo que debe de mirarse estos versículos también, como un severo llamado de atención a que dejen de hacer lo que estaban haciendo, que dejen de vivir como estaban viviendo. *
CONCLUSIÓN.
- Pensaba al finalizar nuestro estudio de hoy, sobre qué nos diría Pablo si hubiera sido a nosotros a quien hubiera escrito esta carta. Nos diría ¿Espirituales o Carnales?.
O siendo aún más confrontativos con nosotros mismos. Si Pablo nos hubiera escrito una carta personal. ¿Qué nos hubiera dicho? Será acaso el aplastante: “no puedo hablaros como espirituales, sino como carnales”. (Oh carlos me gustaría…)
- De manera que toca examinar nuestras vidas amados hermanos. ¿Habrá algún pecado se ha venido enraizando en nuestras vidas este último tiempo?, ¿Un pecado con el que hemos estado batallando constantemente sin haberlo confesado? (como lo era la división en Corinto).
Si así fuere, usted está viviendo en derrota constante de su carne. Usted es carnal en este momento. * Por favor venga al Señor. Arrepiéntase delante de su cruz.