Tema: ¡Cumplamos la encomienda!, Las cuatro actitudes ante la encomienda.
¡Cumplamos la encomienda! • Sermon • Submitted • Presented
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· 18 viewsJesucristo nos ha salvado para que seamos sus discípulos, y también hagamos discípulos para él.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
John Mc Arthur en su comentario refiriendose a la gran comisión dice:
“Si un cristiano entiende todo el resto del Evangelio de Mateo pero fracasa en comprender este pasaje de conclusión, no ha entendido el propósito de todo el libro”
Y su aceveración tiene sentido en cuanto a que este pasaje como pasaje central en la Biblia se refiere a la misión central del pueblo de Dios, “Una misión”, “Una encomienda”
Cuando revisamos el propósito principal de la iglesia nos damos cuenta que hay una variedad de propósitos como:
La comunión entre los creyentes.
La sana doctrina.
El poner en practica los dones espirituales.
La alabanza y exaltación de Dios.
Todos esos énfasis son absolutamente bíblicos y deberían caracterizar a todo grupo de creyentes. Pero ni separados ni juntos representan el propósito y la misión central de la Iglesia en el mundo.
Hermanos, la misión que fluye de nuestra comunión amorosa, de nuestro crecimiento espiritual, y de nuestra alabanza es ser instrumentos fieles y obedientes de Dios en su plan divino de redimir al mundo.
Ese Plan que comenzó en la eternidad pasada, antes de la fundación del mundo. Pero no entró en vigor hasta que Adán decidió pecar, y por tanto cayó de la comunión con Dios y quedó espiritualmente separado de Dios, y con el todos los hombres.
Desde entonces la voluntad de Dios es que ninguno de los seres humanos “perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” 2 P. 3:9
9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Dios siempre ha anhelado atraer hacia si, a todos los seres humanos pecadores y rebeldes con el fin de darles vida eterna a través de su hijo Jesucristo, Juan 3:16
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Pero Dios nos manda ser particpe activamente en su plan.
Que cada uno de sus hijos seamos particiope de su plan para salvar al mundo perdido, “eso glorifica a Dios”y se debe convertir en el motivo supremo de todo creyente de manera individual y como miembro de la iglesia del Señor.
Hermanos, solo hay una razón para que el Señor permita que su Iglesia permanezca en la tierra: buscar y salvar a los perdidos, así como la única razón de Cristo para venir al mundo fue buscar y salvar a los perdidos.
Lesús mismo declaró:
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Por tanto, todo creyente que no está comprometido en ganar a los perdidos para Jesucristo debe reexaminar su relación con el Señor y sin duda su motivo divino de existir.
Hermanos, La comunión, la enseñanza y la alabanza no son la misión de la Iglesia, sino que son la preparación de la Iglesia para cumplir su misión de ganar a los perdidos.
Hay CUATRO ELEMENTOS esenciales que Jesús enseña epara que sus seguidores cumplan su misión suprema en la tierra.
El primer elemenyto esencial es:
I. DISPONIBILIDAD.
I. DISPONIBILIDAD.
16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.
Observaremos que los tres primeros elementos para cumplir con eficacia la encomienda dada por Jesús, son actitudes, la primera de ella, la encontramos aquí en el versículo 16.
“Los once discípulos fueron a donde el Señor les había ordenado que fuera”
Hermanos, lo mejor que un creyente puede hacer para Dios, es “Estar disponible”
No importa que tantos dones y talentos tengas, no importa que tan dotado seas espiritualmente , será inutil, sino estás disponible a fin de ser utilizado por Dios.
Y recuerda, muchas cosas podríamos estar haciendo para Dios, pero sino estámos haciendo lo más importante, si no estámos disponibles para lo más importante, lo que hagamos, “No glorifica a Dios”, porque lo que lo glorifica no es que hagamos lo que nostros querramos, lo que glorifica a Dios es que ganemos a los perdidos para él.
Un discípulo fiel de Cristo, siempre está disponible para Dios, dejando a un lado toda reserva y todo prejuicio.
Hermanos Jesús ordenó a los once discipulos que se fueran y ellos fueron donde él les había ordenado.
“Estar dsiponibles para Dios, implica obediencia absoluta”.
Ellos estuvieron donde Jesús quería que tuvieran, y en consecuencia recibieron la Gran Comisión y la gran promesa de parte del Señor.
Hermanos, “Estar disponibles para el Señor”, es sumamente importante, los discípulos del Señor, estaban ahí, hicieron como él les mandó, y fueron comisionados. Puesto que estaban allí, recibieron la promesa de la continua presencia y del continuo poder de parte del Señor cuando ministraran al mundo en nombre de Dios.
Todo comienza con estar dsiponibles para Dios, amados hermanos.
El segundo elemento esencial que encontramos para cumplir la encomienda es:
II. LA ADORACIÓN.
II. LA ADORACIÓN.
17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Mire que interesante, los discípulos, no sólo estaban disponibles, que es un elemento eficáz para el cumplimiento de la gran comisión, sinó que también “tuvieron una actitud de adoración”
El texto dice, que ellos vieron al Señor y le adoraron.
Hermanos, Cuando a Dios no se le adora en forma verdadera, no se le puede servir en forma verdadera, no importando lo talentosos, dotados o bienintencionados que podamos ser sus siervos, sino le adoramos, no podemos servir.
Ellos reconocieron que Jesús resusictado estaba ahí con ellos, reconocieron que delante de ellos estaba el único que es digno de adoración, ellos adoraron al Señor de los cielos y la tierra, al hijo de Dios.
Mire y aunque algunos aún dudaban, aún en la duda, la mejor actitud que puede tener un creyente es la de “Adorar al Señor”
Y cuando ellos dudaron el Señor se acerca a ellos y les habló.
Luego se postraron y se unieron a los demás en adoración.
La atención completa de ellos estaba en Cristo.
Hermanos, Esa es la esencia de la adoración verdadera: concentración resuelta, sin estorbos ni reservas en Jesucristo como Señor y Salvador.
Podemos cumplir entonces con la encomienda dada por el Señor, cuando nuestra vida es una vida de adoración verdadera a Él.
El tercer elemento esencial en la enseñanza de Jesús para cumplir la encomienda es:
III. LA SUMISIÓN.
III. LA SUMISIÓN.
18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Eete tercer elemento es otra actitud, la actitud implícita de sumisión.
Aquí el centro de la declaración de Jesús es su señorío soberano, pero en contexto también se relaciona claramente con la respuesta del creyente al gobierno del Señor.
Antes de afirmar la Gran Comisión el Señor establece su autoridad divina para ordenarla.
Es a causa de su autoridad y de su poder soberano, que sus seguidores debemos tener la actitud de sumisión total y humilde a la voluntad de Él.
El Señor declara que:
Toda potestad(Exousia). implica la libertad y al derecho de hablar y actuar como uno desee, sus derechos son absolutos e ilimitados.
Y contínua la declaración, alineando la frase, en el cielo y en la tierra.
Jesús dice que “La potestad soberana dada a Jesús por su Padre celestial (véase Mt. 11:27; Jn. 3:35) es absoluta y universal”
Ahora el Señor establece claramente su autoridad antes de dar el mandato de la gran comisión, porque de otro modo este mandato habría parecido imposible de cumplir para los discípulos, y estos pudieron haber hecho caso omiso de dicho precepto.
Sin embargo al conocer la autoridad de Cristo, la actitud implicita a este mandato es de sumisión.
Si él es el Señor, y si él tiene toda autoridad, lo único que podemos hacer nosotros sus discípulos, es someternos a esa autoridad.
Hermanos, Someterse a la soberanía absoluta de Jesucristo no es una opción del creyente sino su obligación suprema.
La comisión encomendada, no se responde conforme a lo que nosotros somos, o pensamos, se responde conforme a la autoridad de Cristo.
El cuarto elemento esencial de la encomienda dada por el Señor, es:
IV. OBEDIENCIA.
IV. OBEDIENCIA.
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
La obediencia, también es una actitud, y sólo es poosible cuando las tres primeras, disponibilidad, adoración y sumisión caracterizan la vida de un creyente.
Jesús comienza el versiculo 19, utilizando una frase transicional, Él dice:
“Por tanto”, y esta frase encierra en si misma una declaración del Señor para sus discípulos:
Jesús estaba diciendo: “Debido a que soy Señor soberano del universo, tengo entonces el derecho y la autoridad para ordenarles que sean mis testigos, así como el poder para fortalecerlos con el fin de que cumplan esa orden”
En vista de mi autoridad absoluta y soberana, les ordeno: “Id y haced discípulos a todas las naciones”
Es precisamente, Mathēteuō (haced discípulos) el verbo principal y el mandato central de los versículos 19–20, que forman la frase final del Evangelio de Mateo. El significado del término se refiere a creer y aprender.
Cuando Jesús da este mandato, está pensando en “Discípulos”, en el contexto, está hablando de aquellos que ponen su confianza en Jesucristo y lo siguen con vidas de continuo aprendizaje y obediencia.
Y recuerde que Jesús está mandando a sus discípulos de hacer discípulos.
Así que la obediencia a este mandato, es una caracterización de aquellos que son verdaderos discípulos de Cristo.
Entonces, ¿Quiés es un discípulo del Señor?
Un discípulo, es alguien confiesa de modo auténtico a Cristo como Señor y Salvador, al instante es salvo, de inmediato se convierte en discípulo, y enseguida se llena con el Espíritu Santo, entiende que ahora pertenece en absoluto a Cristo y le obedece.
Hermanos, La Biblia no dice nada de recibir a Cristo como Salvador pero no como Señor, toda persona convertida a Cristo es discípulo de Cristo y está llamado a obedecerle.
Una persona “Cristiana”, que vive su vida según su conveniencia y no por obediencia a Cristo, no puede ser un verdadero discípulo del Cristo y por lo tanto tampoco puede ser un verdadero creyente.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Hermanos, ¿Somos cristianos, ¿Somos hijos de Dios?, ¿Somos discípulos de Cristo?
Tenemos un mandato, Hay que cumplir la encomienda.
Recuerde: La Gran Comisión es un mandato de llevar incrédulos en todo el mundo al conocimiento salvador de Jesucristo, y el término que el Señor usa en este encargo es: ¡haced discípulos!
El verdadero convertido es un discípulo, una persona que ha aceptado a Jesucristo y se ha sometido a Él, sea lo que sea o demande lo que demande.
Para eso necesitamos, estar disponibles, ser adoradores y estar sumisos a Jesucristo.
Dios toque nuestra mentes y corazones con su palabra.