La Parábola de la Semilla de Mostaza

Tercer Sermón de Jesús en Mateo  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Jesús comienza Su Tercer Discurso en el Evangelio de Mateo y es especial porque habla con Parábolas acerca del Reino de Dios. Comenzando por la del Sembrador y siguiendo por varias parábolas que hablan sobre el tema de la siembra y la cosecha.

Notes
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Las Parábola de la Semilla de Mostaza

(Mateo 13.31-32)
Mateo 13:31–32 NBLA
31 Otra parábola les contó Jesús: «El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas».

Lectura Bíblica

(Jueces 7.1-9 / Lucas 17.5-6)
Jueces 7:1–9 NBLA
1 Jerobaal, es decir, Gedeón, se levantó temprano y todo el pueblo que estaba con él, y acamparon junto a la fuente de Harod. El campamento de Madián estaba al norte de ellos, cerca de la colina de More, en el valle. 2 Y el Señor dijo a Gedeón: «El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que Yo entregue a Madián en sus manos; no sea que Israel se vuelva orgulloso, y diga: “Mi propia fortaleza me ha librado”. 3 »Ahora pues, proclama a oídos del pueblo: “Cualquiera que tenga miedo y tiemble, que regrese y se vaya del monte Galaad”». Y 22,000 personas regresaron, pero quedaron 10,000. 4 Entonces el Señor dijo a Gedeón: «Todavía el pueblo es demasiado numeroso. Hazlos bajar al agua y allí te los probaré. Y será que de quien Yo te diga: “Este irá contigo”, ése irá contigo. Pero todo aquel de quien Yo te diga: “Este no irá contigo”, ese no irá». 5 E hizo bajar el pueblo al agua. Y el Señor dijo a Gedeón: «Pondrás a un lado a todo aquel que lame el agua con su lengua, como lame el perro, y a todo el que se arrodilla para beber». 6 Y fue el número de los que lamieron, poniendo la mano a su boca, 300 hombres. Pero todo el resto del pueblo se arrodilló para beber. 7 El Señor dijo entonces a Gedeón: «Los salvaré con los 300 hombres que lamieron el agua y entregaré a los madianitas en tus manos. Que todos los demás del pueblo se vayan, cada uno a su casa». 8 Y los 300 hombres tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus trompetas. Y Gedeón envió a todos los demás hombres de Israel, cada uno a su tienda, pero retuvo a los 300 hombres. El campamento de Madián le quedaba abajo en el valle. 9 Aquella misma noche, el Señor le dijo a Gedeón: «Levántate, desciende contra el campamento porque lo he entregado en tus manos.
Lucas 17:5–6 NBLA
5 Los apóstoles dijeron al Señor: «¡Auméntanos la fe!» 6 Entonces el Señor dijo: «Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este sicómoro: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería.
El Señor contará 8 Parábolas en este Discurso:
1. Parábola Del Sembrador (Mt 13.3-9)
2. Parábola Del Trigo y la Cizaña (Mt 13.24-30)
3. Parábola Del Grano de Mostaza (Mt 13.31-32)
4. Parábola De la Levadura (Mt 13.33)
5. Parábola Del Tesoro Escondido (Mt 13.44)
6. Parábola De la Perla de Gran Precio (Mt 13.45-46)
7. Parábola De la Red barredera (Mt 13.47-50)
8. Parábola Del Dueño de la Casa (Mt 13.51-52)

I. La Parábola

Mateo 13:31–32 NBLA
31 Otra parábola les contó Jesús: «El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas».
Jesús está contando Su tercer parábola y tiene que ver con el campo de cultivo, con la siembra, con la semilla, con el sembrador y el fruto.
En este caso, algunos observan las similitudes entre estas 3 parábolas con respecto a la buena semilla que fue sembrada, la buena tierra que hace germinar la buena semilla y que a su tiempo da buen fruto, con el peligro de que la semilla sea arrebatada por el maligno, o diferentes circunstancias arruinen su crecimiento (piedras y espinos). También se ve la obra maligna al sembrar en el campo de trigo, mala semilla (de cizaña) con la cual se intenta dañar a propósito el campo, para ahogar al trigo o buscar que se le arranque al confundirlo con la cizaña.
Pero lo que se puede ver en estas parábolas es que la buena semilla y la buena tierra, prevalecerán por encima de todos los obstáculos y las estrategias del enemigo por evitarlo.
Ahora en esta parábola, también debemos ver cuál es el personaje principal y la circunstancia que Jesús está queriendo exponer para que quede bien entendida la comparación con el Reino de Dios.
Personajes:
1. Semilla de mostaza (que es muy pequeña)
2. El sembrador
3. Todas las semillas (de las hortalizas)
4. Arbusto que crece y se convierte en “árbol”
5. Las aves que anidan en este “árbol”
¿Cuál es el personaje principal?
La semilla que se convierte en el arbusto de hortaliza más grande.
En sí, el concepto importante aquí, es la transformación del “grano en árbol.”
Se dan datos suficientes para considerar que el tamaño es lo que se quiere enfatizar:

a) La semilla es la más pequeña

El énfasis aquí es para mencionar que entre las semillas de hortaliza, la de la mostaza es la más pequeña.

b) El árbol es el más grande

Cuando germina y crece, puede convertirse en un arbusto (árbol) más grande de entre las hortalizas.

II. Explicación de la Parábola

A.W. Pink, (2015) Las parábolas proféticas de Mateo 13. Editorial Tesoro Bíblico.
(CAPÍTULO 3: LA PARÁBOLA DE LA SEMILLA DE MOSTAZA)
La explicación popular y actual de esta parábola es que pretende anunciar el éxito glorioso del evangelio. Por lo tanto, la de la semilla de mostaza es considerada como un retrato de la rápida extensión del cristianismo y la expansión de la iglesia de Cristo. Teniendo un comienzo insignificante y oscuro, sus proporciones han aumentado enormemente.
William Hendriksen, (2007) Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, p. 592.
Aun en el presente la mostaza crece vigorosamente en Palestina. Pasa de los tres metros y a veces llega a los cinco metros. En el otoño, cuando las ramas adquieren rigidez, aves de diversas especies se refugian allí de las tormentas, descansan y se esconden del calor del sol;537 en todo sentido, un maravilloso lugar para albergarse.
El hermano A.W. Pink encuentra una posible interpretación en el crecimiento desmedido de esta semilla:
A.W. Pink, (2015) Las parábolas proféticas de Mateo 13. Editorial Tesoro Bíblico.
(CAPÍTULO 3: LA PARÁBOLA DE LA SEMILLA DE MOSTAZA)
Las “hortalizas” son una especie totalmente diferente de los árboles. Lo que las distingue es que sus tallos nunca desarrollan tejidos leñosos, sino que viven sólo el tiempo suficiente para el desarrollo de flores y semillas. Pero esta “hortaliza” se convirtió en un “árbol”, es decir, se convirtió en algo completamente ajeno a su naturaleza y constitución.
El hermano señala que el árbol tiene que ver con un reino, como se ve en Daniel 4.10-12
Daniel 4:10–12 NBLA
10 ”Y las visiones de mi mente, que vi estando en mi cama, fueron así: Vi un árbol en medio de la tierra, Cuya altura era muy grande. 11 -”El árbol creció y se hizo fuerte, Su copa llegaba hasta el cielo, Y era visible desde los confines de la tierra. 12 -”Su follaje era hermoso y su fruto abundante, Y en él había alimento para todos. Debajo de él hallaban sombra las bestias del campo, Las aves del cielo hacían morada en sus ramas, Y de él se alimentaban todos los seres vivientes.
Y las aves, tienen que ver con el enemigo (como en la parábola del sembrador)
El ve que esta semilla es pequeña y comienza bien, pero que llega un momento en que se adapta tan bien al “campo - mundo” que llega a crecer y echa raíces bien fuertes, de tal modo que está cómoda en el mundo y el mundo está cómoda con ella, de tal forma que el “maligno mora en ella”
El autor asemeja esta parte con las otras 2 parábolas, en que, el enemigo ataca desde afuera en la del Sembrador, en la cizaña y ataca desde dentro y en esta parábola, se muestran los efectos de este ataque (con un cristianismo corrompido ofreciendo refugio al maligno).
Aunque no creo que sea la interpretación correcta de la parábola, sin más bien una alegoría, me asombra ver que, con el paso del tiempo se puede ver que en efecto sí pasó algo similar.
La iglesia creció, sus ramas se extendieron por el mundo y albergaron y dieron refugio a las aves.
El cristianismo se diluyó cuando se hizo oficial, se extendió a todo el mundo y dio refugio a hombres malvados usados por Satanás para mantener cerrada la Palabra de Dios...
A juzgar por estándares mundanos, el cristianismo no era importante ni digno de seria consideración. Hablando en general, sus seguidores no fueron varones de renombre, de nivel cultural, o de influencia mundana. Había pocos entre el “pequeño rebaño” del Señor de genialidad excepcional o prominencia social; en su mayor parte, eran iletrados, desconocidos y pobres. (1 Co 1:27–29).
1 Corintios 1:27–29 NBLA
27 Sino que Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. 28 También Dios ha escogido lo vil y despreciado del mundo: lo que no es, para anular lo que es, 29 para que nadie se jacte delante de Dios.
Como uno de los primeros “padres” dijo: “La sangre de los mártires fue la semilla de la iglesia”.
Satanás persuadió a hombres mundanos para buscar la membresía en las iglesias de Dios. Estos pronto causaron que la verdad se diluyera, que la disciplina se relajara, que lo que repelía al mundo se mantuviera en un segundo plano, y lo que fuera atractivo a la mente carnal se hiciera prominente. En lugar de que los afectos se establecieran en las cosas de arriba, fueron fijados en las cosas de abajo.
Pronto el cristianismo dejó de ser odiado por el no regenerado: el abismo entre el mundo y la “iglesia” fue reconectado. La persecución cesó, y la causa del Salvador despreciado y rechazado se hizo popular. Las verdades distintivas del cristianismo fueron abandonadas, el evangelio fue adulterado y el carácter peregrino de los santos que profesaban fe cesó.
El CNT menciona esta interpretación:
Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (κόκκος)
La semilla de mostaza que crece hasta convertirse en un gran arbusto (Mt. 23:31–32 y par.) representa la predicación modesta de Jesús. El árbol en cuyas ramas anidan los pájaros (cf. Ez. 17:22–23) simboliza un gobierno que se extenderá a todos los pueblos. En Lucas 17:6 la semilla de mostaza es pequeña en comparación con el robusto sicómoro.
Aquí el punto no es tanto el poder de una fe aun minúscula, sino el hecho de que el poder de Dios no va en proporción con la fe humana. La fe, entonces, debe apartar la vista de sí misma, y entonces lo imposible se vuelve posible.
Roberto Fricke, (2005) Las parábolas de Jesús: Una aplicación para hoy. El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, p. 49.
La parábola del grano de mostaza insiste en que hay un gran contraste entre lo aparente o lo visible ahora (el ministerio de Jesús con su éxito dudoso) y el por venir que traerá Dios (su reino inaugurado por el ministerio de Jesús). ¡El contraste era demasiado marcado!
¿Cómo era posible que un reino divino eterno resultara del ministerio de un rabí itinerante en la Palestina? ¿Sería posible que este grupo miserable de seguidores de Jesús fueran las primicias del reino predicado por Jesús? Por ridículo que pareciera, justamente la respuesta era un rotundo ¡Sí! De igual modo que de una semilla sumamente pequeña, se producía un árbol, así del ministerio aparentemente poco prometedor de Jesús, resultaría el reino de Dios.
Bornkamm describe la situación muy bien: Podemos admitir sin gran riesgo de equivocarnos que la parábola del grano de mostaza corresponde a las objeciones formuladas cientos de veces desde los primeros días, de que:
- Un rabí desconocido, en un rincón perdido de Palestina; en torno a él un puñado de discípulos que le abandonan en el momento decisivo;
- Una comitiva dudosa: publicanos, prostitutas, pecadores, algunas mujeres, algunos niños y alguna que otra persona que se había beneficiado de su ayuda; y por fin,
- En la cruz, ¡la burla de todo el mundo! ¿Y esto es lo que debería indicar la irrupción del reino de Dios? (Jesús de Nazaret, p. 76).
Jesús contrasta el “pequeño” principio de su reino (la semilla pequeñísima) con su final (el árbol grande). Tal es el final (el árbol) que los mismos paganos gentiles serán incorporados en el reino por la fe (Jones, pp. 86–88; Vincent Taylor, El Evangelio según san Marcos, p. 309).
John MacArthur, (2017) Mateo. Traducido por R. Acosta. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento), p. 809.
Dios demostraría por medio de la Iglesia cómo un puñado de creyentes, totalmente débiles e ineptos en sí mismos, trastornarían al mundo con el poder de Dios. El reino de los cielos crecería y prosperaría a pesar de la oposición de Satanás, y en última instancia impregnaría e influiría a todo el mundo en el nombre de Jesús.
Se puede ver que Jesús está enseñando que Su reino comienza de manera “insignificante” con un bebé de una familia pobre entre las ciudades menos prominentes de Israel, en el lugar menos pensado y después con Su enseñanza, gana adeptos que son en su mayoría, sin educación, débiles, marginados, sin autoridad. Y por si fuera poco, eran “unos cuantos”.
Pero estos pocos y débiles, son el poder de Dios “transtornarían al mundo” y crecerían sin que nadie los pueda parar hasta convertirse en un reino cada vez más visible que es de beneficio a toda la tierra, de modo que hasta los “incrédulos” se benefician del reino de Dios, con leyes justas, con la bendición de creyentes que oran por ellos, que cuidan de ellos, que les muestran misericordia y que les responden con bien en lugar del mal que reciben de ellos...

III. Conclusión

John MacArthur, (2017) Mateo. Traducido por R. Acosta. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento)
La idea de una pequeña semilla que se desarrolla hasta convertirse en una planta grande era proverbial, y los discípulos habrían comprendido al instante el planteamiento de Jesús: el reino de los cielos, aunque ahora muy pequeño en tamaño y al parecer insignificante, un día iba a convertirse en un gran cuerpo de creyentes. Esa es la lección central de esta parábola.
Si recordamos, los discípulos de Jesús que estaban en el aposento alto cuando Jesús ascendió al cielo eran 120. Un número pequeño incluso para las iglesias de hoy, pero en las manos del Señor, suficiente como un grano de mostaza para fundamentar Su reino en la tierra.
¿Somos pocos?
No te preocupes hermano, hermana. El Señor hará Su obra y de algo “insignificante” como nosotros, hará que Su Reino crezca y sea de bendición al mundo trayendo las buenas nuevas del Evangelio para salvación a todo aquel que cree.
Persevera en la fe y en la gracia del Señor y verás con el tiempo lo que el Señor hace con Su “manada pequeña”, con Su “remanente”, con sus “pocos obreros.”
Esto nos debe animar como a Gedeón a caminar hacia adelante, sabiendo que el Señor pelea nuestras batallas y logra Sus propósitos de engrandecer Su reino a pesar de que seamos pocos.
Bendiciones
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