Dominio propio (la ira)

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2 Pedro 1:6.
TEMA. Dominio propio.
3. Al conocimiento, dominio propio
Una de las características más destacadas de Jesús fue su auto control. Nunca perdió los estribos. Siempre respondía a las circunstancias y a las personas con templanza y ecuanimidad, es decir, con dominio propio. Los que tenemos su Espíritu y procuramos imitarlo en nuestra conducta debemos manifestar esta misma característica suya. No debemos ser dominados por los apetitos de la carne: No debemos perder los estribos en nuestras relaciones y conversaciones con los demás. Debemos controlar nuestros humores y pasiones, no ser controlados por ellos.
Nuevamente, es probable que Pedro esté hablando contra el trasfondo de las enseñanzas de los falsos maestros: ellos afirmaban que no hacía falta el dominio propio, sino que se podía dar rienda suelta a “la carne en concupiscencia de contaminación” (2 Pe. 2:10), practicar “por placer el libertinaje a pleno día” (2 Pe. 2:13); “tener los ojos llenos de adulterio y el corazón habituado a la codicia” (2 Pe. 2:14), y “andar según sus propias concupiscencias” (2 Pe. 2: 3). En otras palabras, ellos enseñaban que la libertad cristiana consistía en el derecho a entregarse al desenfreno; Pedro, en cambio, enseña que la verdadera libertad consiste en aquella clase de dominio propio que vemos en Cristo.
Aunque el dominio es “propio”, la capacidad para ejercerlo no viene de nosotros mismos, sino del Espíritu que Dios nos ha concedido: No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7). Esto queda confirmado por Gálatas 5:23, porque uno de los frutos del Espíritu en el creyente es el dominio propio (allí traducido como “templanza”).
Dominio Propio. El término «dominio propio», como tal, aparece varias veces en la Biblia RV60, y se enseña ampliamente tanto en el AT como en el NT. Dominio propio, control sobre uno mismo (enkrateia) se traduce «templanza» o «dominio propio». Es fruto del Espíritu (Gá. 5:23), y está entre las virtudes cristianas (2 P. 1:4–8). El gobernador Félix tembló cuando Pablo le habló de «la justicia, del dominio propio y el juicio venidero» (Hch. 24:25). La idea de sobriedad y compostura se acentúa en Tit. 1:8; 2:2. Enkrateuomai, «contenerse», «ejercer control sobre sí mismo»
Si el cristiano quiere tener un testimonio eficaz y ser un buen siervo de Dios, debe ejercer el dominio propio, el control sobre sí mismo, la temperancia y la compostura designados para esto. Estas características dan evidencia de consistencia entre su testimonio y su vida.
El dominio propio se nota mucho mejor en la sobriedad y la vigilancia (1 P. 5:8). A los jóvenes se les enseñaba que fueran «sobrios en mente» (sōfroneō) (Tit. 2:6); y a las jóvenes a ser «prudentes» (sōfronidsō) (Tit. 2:5).
h). Mansedumbre, -Praotes: La disposición a ser suave, amable, indulgente, es decir alguien que tiene especial facilidad para perdonar las ofensas, equilibrado en el temperamento y las pasiones. Mantenerse paciente ante las injurias, ante los insultos que alguien lance en contra tuya sin sentir tu un espíritu de venganza.
i). Templanza, gr.-enkrateia: Autocontrol, auto-control. Una moderación de los apetitos y las pasiones (Pr. 23:1–3; Fil. 4:5)”.
2. Pablo habla de un “dominio propio” que Dios nos ha dado
En 2 Timoteo, leemos: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
Nos interesa destacar aquí el “dominio propio”.
una negación de los sentimientos, y los deseos de la naturaleza humana.
Cuantos tienen el control sobre la ira.
La ira
Cómo actuar en vez de reaccionar.
(Proverbios 29:11)
“El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega”.
Primera cosa que podemos ver es que la persona que no tiene dominio propio en cuanto a la ira es que es necia.
una persona necia insiste en caer en los mismo errores se aferra a ideas o posturas equivocadas.
Que es la ira
ira n. f. 1 Sentimiento de enfado muy grande y violento:
“El que fácilmente se enoja hará locuras”.
(Proverbios 14:17)
La ira es una fuerte emoción de enojo que surge cuando no se cumple una necesidad o expectativa. un ejemplo: Cuando necesitas comer algo y la comida no esta lista no te sirven rápido, Cuando estas esperanzado a conseguir algo y no lo logras, te enfadas te molestas te enojas con tanta facilidad que lo que le sigue son la locura.
Alguien que fácilmente se enoja es un pleitista. “El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca”. (Proverbios 29:22)
La ira es el combustible de lo que la Biblia describe como una persona con un temperamento ardiente o impetuoso.
“El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla”. (Proverbios 15:18). En otras palabras, el hombre iracundo provoca pleitos.
Yo cuando descubro a alguien que no tiene dominio propio de la ira trato de no estar en compañía con el o con ella. Prefiero alejarme lo mas pronto que se pueda.
Si me critican por eso no me importa.
Dios no me ha mandado a pelear me ha mandado a estar en paz con todos los hombres.
Y termino con este texto. “No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos”. (Proverbios 22:24)
la pregunta que nos ara reflexionar es esta: controlo yo el enojo, la ira, tengo dominio propio.
continuaremos con el tema hoy por la tarde.
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