la destruccion
sodoma y gomorra
CAPITULO 13
Regreso de Abram a Canaán
Separación de Abram y Lot
Abraham intercede por Sodoma y Gomorra
¶16 Entonces los hombres se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos para despedirlos.
17 Y el SEÑOR dijo: ¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer,
18 puesto que ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?
19 Porque yo lo he escogidoa para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el SEÑOR cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él.
20 Y el SEÑOR dijo: El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave.
21 Descenderé ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré.
¶22 Y se apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del SEÑOR.
23 Y Abraham se acercó, y dijo: ¿En verdad destruirás al justo junto con el impío?
24 Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿en verdad la destruirás y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella?
25 Lejos de ti hacer tal cosa: matar al justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean tratados de la misma manera. ¡Lejos de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no hará justiciaa?
26 Entonces el SEÑOR dijo: Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por consideración a ellos.
27 Y Abraham respondió, y dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy polvo y ceniza.
28 Tal vez falten cinco para los cincuenta justos, ¿destruirás por los cinco a toda la ciudad? Y Él respondió: No la destruiré si hallo allí cuarenta y cinco.
29 Abraham le habló de nuevo, y dijo: Tal vez se hallen allí cuarenta. Y Él respondió: No lo haré, por consideración a los cuarenta.
30 Entonces Abraham dijo: No se enoje ahora el Señor, y hablaré; tal vez se hallen allí treinta. Y Él respondió: No lo haré si hallo allí treinta.
31 Y Abraham dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor; tal vez se hallen allí veinte. Y Él respondió: No la destruiré por consideración a los veinte.
32 Entonces dijo Abraham: No se enoje ahora el Señor, y hablaré solo esta vez; tal vez se hallen allí diez. Y Él respondió: No la destruiré por consideración a los diez.
33 Y el SEÑOR se fue tan pronto como acabó de hablar con Abraham; y Abraham volvió a su lugar.
CAPITULO 19
Corrupción de Sodoma
Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma al caer la tarde, cuando Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra,
2 y dijo: He aquí ahora, señores míos, os ruego que entréis en la casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche y lavéis vuestros pies; entonces os levantaréis temprano y continuaréis vuestro camino. Pero ellos dijeron: No, sino que pasaremos la noche en la plaza.
3 Él, sin embargo, les rogó con insistencia, y ellos fueron con él y entraron en su casa; y les preparó un banquete y coció pan sin levadura, y comieron.
4 Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción.
5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamosa.
6 Entonces Lot salió a ellos a la entrada, y cerró la puerta tras sí,
7 y dijo: Hermanos míos, os ruego que no obréis perversamente.
8 He aquí ahora tengo dos hijas que no han conocido varón; permitidme sacarlas a vosotros y haced con ellas como mejor os parezca; pero no hagáis nada a estos hombres, pues se han amparado bajo mi techo.
9 Mas ellos dijeron: ¡Hazte a un lado! Y dijeron además: Este vino como extranjero, y ya está actuando como juez; ahora te trataremos a ti peor que a ellos. Y acometieron contra Lot y estaban a punto de romper la puerta,
10 pero los dos hombresa extendieron la mano y metieron a Lot en la casa con ellos, y cerraron la puerta.
11 Y a los hombres que estaban a la entrada de la casa los hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se cansaban tratando de hallar la entrada.
Destrucción de Sodoma y Gomorra
¶23 El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar.
24 Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos;
25 y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra.
26 Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.
¶27 Y Abraham se levantó muy de mañana, y fue al sitio donde había estado delante del SEÑOR;
28 y dirigió la vista hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del valle y miró; y he aquí, el humo ascendía de la tierra como el humo de un horno.
29 Y aconteció que cuando Dios destruyó las ciudades del valle, se acordó Dios de Abraham e hizo salir a Lot de en medio de la destrucción, cuando destruyó las ciudades donde habitaba Lot.
(3) Lot y sus hijas, 19:30–38. Lot y sus dos hijas quedan en una cueva. Las hijas, convencidas de que no quedaban más hombres y con la responsabilidad de descendencia, se proponen un plan para concebir de su padre. Así, emborrachando a Lot, ambas conciben del padre. Se debe notar que esta relación, que es considerada como incesto y prohibida en casi todas las culturas, fue realizada involuntariamente y sin conocimiento por parte de Lot y estrictamente con intenciones de procreación por parte de las hijas. Además fue una relación única y nunca más repetida. Su propósito era dejar descendencia. Lot (y sus hijas) no habían renunciado a la esperanza de ser partícipes de la herencia prometida por Dios a Abraham. A cada hija nace un hijo varón, quienes fueron los progenitores de los moabitas y amonitas, naciones que no formaron parte de Israel y que en varias ocasiones fueron fuentes de conflicto para Israel (Jue. 3:12–30; 10:7). En la conquista de Canaán, no se permite a Israel tomar territorio ni hacer guerra contra los moabitas ni amonitas (Deut. 3:9, 19). En cuanto a la participación en la herencia prometida, la ley prohibe absolutamente que un moabita o amonita ingrese al pacto (Deut. 23:3). Sin embargo, la misericordia y el propósito redentor de Dios permite que Rut, la moabita, llegue a ser nada menos que la bisabuela del rey David y ascendiente de Jesucristo (Rut 4:17; Mat. 1:5).