Enviados por Dios

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Texto a estudiar Marcos 1:1-8

Información para empezar
Los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) fueron escritos para que las personas que los leyeran pudieran aprender acerca de quién es Jesús. Esa es la razón por la que cada uno fue escrito con ciertos detalles para que la gente pudiera entenderlo más fácil.
El Evangelio de Marcos fue escrito para que lo leyeran los cristianos de origen romano. Esa es la razón por la que hay muchas historias en este Evangelio, pues los romanos eran un pueblo guerrero, entonces para ellos era más fácil entender algo por medio de historias llenas de acciones.
En este Evangelio, Jesús está continuamente en movimiento, yendo de un lugar a otro. Así era la vida de los romanos, personas que eran muy activas y que disfrutaban escuchar historias.
El autor de este Evangelio se llamaba Marcos y era primo de Bernabé, compañero del Apóstol Pablo. Los acompañó en el primer viaje misionero que hicieron a lugares donde no se había predicado el Evangelio en las regiones que rodeaban Jerusalén. Pero Marcos decidió no seguir el viaje y por eso Pablo no quiso llevarlo en el segundo viaje misionero. Tiempo después, Marcos es mencionado como acompañante del apóstol Pedro, y le ayudó a escribir todo lo que recordaba acerca de Jesús. Todo el contenido de su Evangelio está basado en las memorias de Pedro.
Marcos y Pablo se reconciliaron después de un tiempo. Pablo pidió a las iglesias que recibieran a Marcos con amor.
En este Evangelio la historia empieza con Juan el Bautista anunciando que pronto llegará Jesús. No hay historias del nacimiento o la niñez de Jesús, porque Marcos estaba interesado en contar la historia del ministerio de Jesús siendo adulto.
Marcos quería presentar a Jesús como un “Siervo”, que a pesar de tener mucho poder para sanar y liberar de demonios a las personas, Él no buscó que le sirvieran otros, sino que siempre busco servir.
Ideas principales
El mensaje de arrepentimiento (versículo 1-4)
En el versículo 1, Marcos hace una declaración importante: “Jesucristo, el Hijo de Dios”.
Para entender lo que significa el Evangelio y cuál es su mensaje, lo primero que se debe aprender es que Jesús es el Hijo de Dios.
Marcos sabía que los romanos adoraban muchos dioses, y la iglesia que estaba en Roma necesitaba aprender que Jesús era el Hijo del Único Dios.
Los cristianos deben defender siempre la verdad de que Jesús es el Hijo de Dios. Si alguien enseña lo contrario, debe ser rechazado.
El versículo 2 dice que está escrito en el libro del profeta Isaías que Dios enviaría a su mensajero para preparar el camino. Algunos detalles importantes son:
Marcos hace referencia a un profeta judío para demostrar que Jesús cumplió con profecías que se habían dicho acerca de Él varios siglos antes. Esto era importante para que la iglesia aprendiera que el Antiguo Testamento también enseñaba acerca de Jesús, señalando que Él cumpliría muchas cosas prometidas allí.
“Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino.” Estas palabras son de Dios mismo. Él anuncia que antes de que llegue Jesús, un hombre se levantaría para preparar a las personas para que le recibieran. Esto hace recordar la figura de un mensajero que anuncia la llegada de un rey, y que se adelanta para que la gente esté lista para recibirlo cuando llegue.
En el versículo 3 se menciona el lugar y el mensaje del mensajero que Dios enviará. Los detalles importantes son:
“Una voz clama en el desierto...” Es importante notar que el mensajero enviado por Dios se presentaría en el desierto. En ese lugar todo estaba seco y muy poca vida podría encontrarse, pero en medio de eso el anuncio del Rey que venía, traería esperanza.
“Preparen el camino del Señor; Enderecen sus sendas.” El mensaje que sonaría en el desierto era de esperanza de que el Rey esperado estaba llegando, pero el pueblo debía estar listo para recibirlo. Por eso el mensaje también incluye un llamado a que el pueblo se prepare, y esto lo harían por medio del arrepentimiento y el abandono de su pecado. El desierto no solo estaba afuera, en el lugar donde el mensajero estaba anunciando la llegada del Rey, sino que estaba adentro de este pueblo, porque el pecado los había alejado de Dios, dejándolos secos y muertos. El Rey transformaría este lugar de muerte en un jardín lleno de vida, esa era la buena noticia que se anunciaba. El deber del pueblo era preparar el camino, pero el mismo Rey les daría las herramientas para poder hacerlo: mostrándoles su pecado y la manera de abandonarlo por medio del arrepentimiento.
El mensajero que Dios enviaría a preparar el camino para la llegada de Jesús sería Juan el Bautista. El mensaje que Juan compartió tenía como propósito preparar el corazón de las personas para recibir a Jesús. Corazones arrepentidos y dispuestos a escuchar la Palabra de Dios serían esos “caminos enderazados” de los que Isaías hablaba en su profecía muchos años antes.
El reconocimiento del pecado (versículos 4-6)
En el versículo 4 se menciona que Juan se presentó en el desierto, y allí bautizaba. Algunos detalles importantes son:
Juan se presentó en el desierto. Esto confirma que Juan era el mensajero anunciado por el profeta Isaías, quien aparecería en el desierto.
Bautizaba y proclamaba el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Es interesante notar que la acción de Juan (bautizaba) se relaciona con su mensaje (proclamaba el bautismo de arrepentimiento) y aclara el propósito final de estas cosas (el perdón de pecados). Es fácil pensar que aquí se refiere a que por medio del bautismo se perdonan los pecados, pero ese no es el significado del texto. El bautismo es una acción pública (sumergirse en agua y luego salir de ella), que demuestra una acción previa en el corazón (el arrepentimiento). Es por eso que el bautismo es llamado “bautismo de arrepentimiento”, es decir, demuestra públicamente ese arrepentimiento en el corazón de la persona bautizada. El perdón de pecados se debe al arrepentimiento demostrado en el bautismo.
En el versículo 5 se menciona que la gente se acercaba a donde Juan estaba, y se dan los siguientes detalles:
Toda la gente acudía a él. Esto significa que había mucha gente de los lugares cercanos que se acercaban a Juan para ser bautizados. La palabra “toda” es una manera de decir que era mucha gente de esos lugares. El mensaje de Juan era escuchado por todos ellos y Dios obraba en sus corazones para que recibieran el mensaje.
Allí en el rio Jordán confesaban sus pecados. Esto es importante. Muchas de las personas escuchaban que era necesario arrepentirse para poder recibir al Rey que vendría, confesaban sus pecados allí mismo en el río Jordán. “Confesar los pecados” significaba que delante de otra persona se reconocían las faltas que uno había cometido, y esto servía para que el pecado expuesto fuera abandonado también. Sobre todo, la primera confesión de pecado era delante de Dios mismo, pues la ofensa había sido contra Él, pero también la confesión del pecado delante de otra persona era importante para demostrar que se comprometía a no volver a pecar de la misma manera. Cualquiera de estas maneras de confesión buscan demostrar que una persona se arrepiente del pecado y que quiere evitarlo para que no pase otra vez.
“…y Juan los bautizaba”. Después que las personas reconocían su pecado delante de Dios y delante de las personas, Juan los sumergía en el agua y luego los sacaba. Ese era el bautismo que demostraba públicamente que la persona se había arrepentido y se comprometía a abandonar su pecado. Reconocer el pecado es importante, porque si una persona no sabe en qué cosas está mal, entonces no podrá arrepentirse de verdad. Todos los seres humanos han fallado a Dios, pero sin reconocimiento de esa falta no puede venir el arrepentimiento.
En el versículo 6 se menciona la manera en que Juan se vestía y cómo se alimentaba.
Su ropa. Juan vestía diferente a los líderes religiosos y al pueblo común. Su ropa demostraba que era un hombre sencillo y también que era un profeta, pues en el Antiguo Testamento el profeta Elías también se vestía de manera similar. Toda la vida de un profeta buscaba dar un mensaje, y por eso algunos profetas se vestían de manera sencilla para demostrar que habían abandonado las comodidades del mundo para buscar más de Dios.
Su alimento. Las langostas y la miel silvestre mostraban que Juan estaba dedicado totalmente a depender de Dios mientras estaba en su ministerio. Estos alimentos provistos en la naturaleza, también hacían una referencia a cómo Dios proveyó para otros profetas en medio de la escasez (Elías es un ejemplo de esto).
Jesús es lo más importante (versículos 7-8)
En el versículo 7 dice que Juan predicaba, y se menciona parte del mensaje que compartía:
“Después de mí viene uno más poderoso que yo”. Estas palabras de Juan demuestran que él sabía que era solo el mensajero que anunciaba la llegada del Rey prometido. Juan no buscó de ninguna manera el reconocimiento o la fama por su ministerio. Juan sabía que todo se trataba de Jesús, que su trabajo en el ministerio solamente era preparar a las personas para que escucharan a Jesús. El poder de Juan era solamente anunciar que vendría alguien mucho más poderoso que Él.
“¡Yo no soy digno de inclinarme ante él para desatarle la correa de su calzado!” Esto demostraba que Juan reconocía la grandeza del Rey a quien anunciaba. Como un humilde siervo, Juan decía que no era digno ni siquiera de desatar la correa del calzadado de Jesús, y ese era el trabajo de un siervo. Pero lo más importante es que a pesar de no sentirse digno de servir a Jesús, Juan hacía su mayor esfuerzo, pues Dios lo había llamado para hacerlo y él obedeció.
En el versículo 8 dice que Juan le dijo a quienes le escuchaban que habría un bautismo diferente al que él hacía en agua. Algunos detalles son:
“A ustedes yo los he bautizado con agua”. Juan primeramente hace una distinción de lo que está haciendo en su propio ministerio. Su misión era anunciar al Rey que vendría, pero también llamar a la gente al arrepentimiento. Aquellos que se arrepentían de sus pecados se bautizaban en agua. Esto demostraba públicamente un cambio en el corazón, porque la persona se había arrepentido.
“...pero él los bautizará con el Espíritu Santo.” En el Antiguo Testamento hay historias donde el Espíritu Santo descendía sobre una persona y le daba dones para cumplir la voluntad de Dios. Después que la persona cumplía con su misión, el Espíritu Santo lo dejaba y volvía al Cielo. Pero la promesa de Dios fue que llegaría el día en que el Espíritu Santo habitaría en las personas, porque les cambiaría el corazón rebelde por uno obediente a Dios. Juan reconoce que esto sería posible con la llegada del Rey Jesús. Gracias a Jesús, la relación entre Dios y el hombre se vería restaurada, y todo aquél que creyera en Jesús, y se arrepintiera de sus pecados, tendría al Espíritu Santo habitando en él. El Espíritu Santo habitando dentro de cada cristiano es la muestra de que ha sido adoptado como hijo de Dios, gracias a Jesús.
El bautismo en agua es entonces una muestra pública de un corazón que ha sido cambiado. El bautismo en el Espíritu Santo es el momento en que su corazón es cambiado de ser rebelde, a un corazón que obedece a Dios. Por ello, cuando una persona recibe a Jesús como su Salvador y empieza a seguirle, puede tener la seguridad de que el Espíritu Santo lo ha bautizado porque habita ahora en Él, y por ello se bautiza en agua, como evidencia de que ahora tiene un corazón diferente porque se ha arrepentido de su pecado y ha nacido de nuevo para vivir de acuerdo a lo que Dios manda.
Algunas veces se ha enseñado que el bautismo en el Espíritu Santo ocurre después de que uno recibe a Jesús, y que tiene que hablar en lenguas una persona para demostrar que ha sido bautizada por el Espíritu Santo. Pero la enseñanza de Pablo es que no todos en la iglesia tienen los mismos dones, por eso no todos hablarán en lenguas (1 Corintios 12) y que lo más importante de todo esto es que las cosas se deben hacer con amor. Por eso cada cristiano debe entender que si está en Cristo ya ha sido bautizado por el Espíritu Santo, pues ha sido reconocido por Dios como Su hijo. Así como el bautismo en agua da testimonio a las personas que una persona es cristiana, el bautismo en el Espíritu Santo da testimonio a Dios acerca de quiénes son Sus hijos. Por tanto, todo cristiano que ha nacido de nuevo en Cristo, puede tener la seguridad de que eso fue posible porque el Espíritu Santo lo ha bautizado y ahora habita en él. Ahora, el resto de la vida cristiana será un resultado de lo que el Espíritu Santo ya ha empezado a obrar en cada cristiano.
CONCLUSIONES
Debemos recordar que como cristianos también somos llamados a anunciar a Jesús como Rey. Así como Juan anunciaba que Jesús vendría la primera vez, nosotros ahora debemos anunciar que volverá.
Cuando hablemos de Jesús con otras personas, debemos recordar que el mensaje debe ser que se arrepientan de sus pecados y que busquen a Dios.
Siempre recordemos que lo más importante no es que seamos conocidos nosotros por las cosas buenas que hacemos mientras compartimos el Evangelio, sino que lo más importante es que Jesús sea conocido.
Cualquier cosa que hagamos en el ministerio debe ser para darle la gloria a Dios, no nuestra propia gloria.
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