Hemos sido advertidos
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Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.
Jesús le empieza a responder a los discípulos. La inquietud de ellos era parecida a la nuestra: ¿cuándo ocurrirían los eventos finales? ¿Cómo iban a saber identificar el cumplimiento de los anuncios del Maestro en cuanto acontecimientos relacionados con el fin, su venida, la destrucción del templo y otros?
Tal como ellos, nosotros también tenemos inquietudes. Miles de cosas están ocurriendo, en nuestras vidas y a nuestro alrededor. La humanidad entera se encuentra sacudida por situaciones imprevistas, sorprendentes y muchas veces preocupantes. ¿Qué tenemos que encontrar en ellas? ¿Podemos “leer” en ellas el cumplimiento de lo anunciado por Jesús?
Veamos, ¿qué responde nuestro Salvador?
“Mirad que nadie os engañe.” Esta parece ser su preocupación principal. A lo largo de este capítulo -- y en otros pasajes del Nuevo Testamento -- vemos la insistencia en esta advertencia. Tanto a aquellos discípulos como a nosotros, sus herederos en la fe, se nos hace un llamado a la vigilancia, porque recibiremos ataques directos de los engañadores. ¿Puedes identificar los intentos de engaño que han afectado o están afectando tu vida? Esto es algo serio. A lo largo de nuestras vidas recibimos, casi constantemente invitaciones, propuestas, sugerencias e iniciativas de diferente índole, y si nos descuidamos podríamos aceptar como buenas y ciertas muchas que nos inducirían al error o dirigirían nuestras vidas y las de quienes nos rodean al desastre. Es por eso que estas palabras de nuestro Señor están llenas de seriedad, señalándonos que debemos tener cuidado, porque las indicaciones hacia el mal camino están por todas partes.
“Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.” Jesús no predijo con exactitud cuándo sucedería esto. Cuando miramos a la historia, podemos constatar que ha sucedido en muchas ocasiones. Muchos se han levantado con la presunción de señalar el camino correcto, presentándose como salvadores o maestros, dueños y transmisores de una revelación que otros no han recibido. Sus enseñanzas han sonado bien, y muchos les dedicaron su confianza, desviándose del camino hacia la salvación. Sucede todavía hoy, y mucho más todavía, en la época en que todo el conocimiento humano es de libre acceso para la inmensa mayoría. ¡Cuidado! Los falsos mesías siguen apareciendo y engañando.
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.” Casi en cada ocasión en que una nueva guerra ha teñido las páginas de la historia de la humanidad también se han levantado las voces apocalípticas que conectaban las vivencias con profecías y aparente sabiduría. ¡Qué interesante lo que dice el Maestro! Nos invita a no inquietarnos con lo que a todos inquieta. De alguna manera nos quiere transmitir sobriedad en medio de pánico general. ¡Sí, Señor! ¡Quiero escuchar tu voz y mantenerme firme, con mi mirada en ti! ¿Te das cuenta de lo que Jesús dice? Anuncia que es necesario que estas cosas, las guerras y los rumores de guerra, sucedan. Son parte de lo que Dios permite en el desarrollo de su plan. De ninguna manera representan el descontrol de parte del Altísimo ni que todo esté expuesto al azar. Piénsalo: a Dios no le sorprende lo que a nosotros nos sorprende, y tampoco considera incontrolable el resultado de lo que a nosotros se nos va de las manos. Lo considera necesario. Dios está desarrollando su plan, un plan perfecto y cuidadoso, diseñado para la salvación y bendición de los que creen en Jesús. Pero algo deja bien claro: estos levantamiento armados y violentos, estos momentos históricos que sacuden familias y naciones, no implican la culminación del plan: “aún no es el fin”. ¿Necesitas equilibrio y paz en tu vida? Busca a Dios, con todo tu corazón, porque Él no ha perdido la calma. Esto me recuerda a Jesús, levantándose de su siesta en medio de la tormenta en el Mar de Galilea para darle órdenes al viento y al mar. ¡Ese es nuestro Señor y Salvador! ¡Confía! ¡No te dejes amedrentar por lo que pasa! ¡Dios está en su santo trono! ¡Calle delante de Él toda la tierra!
“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”. Trato de imaginar a los primeros oyentes de estas palabras, escuchando con asombro lo que Jesús está diciendo. Imagino un profundo silencio en el que aquellos humildes discípulos procuraban asimilar de alguna manera aquellas verdades saliendo de la boca del Verbo de Dios. ¡Qué tremendo! ¡No se trataba solamente de guerras! Considera las noticias de este tiempo, y las verás llenas de más de lo mismo: terrorismo, inequidad económica, la creación reaccionando con eventos poderosos como grandes tormentas o terremotos, nuevas y amenazantes enfermedades, y más. Y Jesús ya lo sabía. Lo que vas a leer o escuchar en el noticiero de hoy ya era del conocimiento de nuestro Señor en el siglo I, y antes también. A Él no lo sorprende, no lo toma desprevenido, y nos advierte para que nosotros encontremos nuestro equilibrio en Él. Y, ¿cómo lo llama? “Y todo esto será principio de dolores”. Nada más que principio, parte, una muestra. Cosas peores van a ocurrir. No se trata de ser pesimistas sino sensatos en cuanto a lo que se viene. Lo de darle la espalda a Dios, ya sea personalmente o como raza, no es un juego y trae sus muy severas consecuencias. ¿Te das cuenta, realmente, de las implicaciones? Así que, ¿sorprendido o asustado por lo que pasa? Míralo al Señor y recupera la paz. El poseedor de esta sabiduría, este conocimiento y este control del devenir de la historia tiene el poder para orientar tu vida, conforme a su voluntad, para que llegues al buen destino en su presencia.
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Entregados a tribulación… ¡Suena bien feo!
Pero, no nos adelantemos. Consideremos el texto desde el principio. Jesús le estaba respondiendo a sus discípulos que le habían preguntado acerca de las señales que indicarían la llegada del fin del siglo, de su venida, y de la destrucción del templo. Hasta aquí, el Maestro había advertido que se prepararan, porque vendrían falsos maestros y falsos cristos, que no se alteraran al escuchar de guerras y otras calamidades, y que supieran que era necesario que estas cosas sucedieran, y que aquello sería solamente el principio de más dificultades.
Es allí que utiliza el término “Entonces...”. Quiere decir que lo que está por decir ocurre luego que ya se han producido los anteriores, o cuando se están produciendo.
“Entonces...”
¿Qué es lo que va a suceder “entonces”? ¡La persecución! ¡El rechazo! ¡El martirio!
Al considerar estos versículos, vayamos por partes:
Persecución y rechazo (Mateo 24.9-10).
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
Este no es el único pasaje en el que encontramos esta advertencia de parte del Señor. De hecho, este pasaje es un paralelo de Mateo 10.16-23).
Estas palabras describen una situación muy dolorosa. El rechazo es capaz de producir reacciones emocinales extremas. El pasaje en Mateo 10.16-23 habla de rechazo y odio dentro de la familia (algo que contradice la naturaleza humana) y de entregarse a la muerte entre familiares. ¡Es muy fuerte! ¿Y todo por qué? Por ser aborrecidos de todos por causa de su nombre.
Aquí se habla de personas que tropiezan. Algunos que se consideraban cristianos volverán atrás y negarán su fe. Así de fuerte en imponente será la presión espiritual en ese tiempo. ¿Estaremos preparados?
En Juan 17.14-19 el Señor ora por nosotros los que lo hemos conocido, para que el Padre nos proteja del mal y del rechazo del mundo.
Esta revelación y esta oración representan lo que a veces no quisiéramos escuchar de la enseñanza de Jesús. Nos gusta llenarnos del mensaje del amor de Dios, saber de su protección e intervención para nuestro bien. Esto no significa que Dios haya fallado o que no cumpla con sus promesas; la vida es así, la humanidad caída nos ha llevado a esto, y tenemos que estar preparados para recibir el rechazo y la persecución del mundo. ¿Estás preparado?
Falsos profetas y engaño (Mateo 24.11).
Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
Tampoco es la primera vez que el Señor advierte de este peligro. Es más, en este mismo pasaje, el Señor inicia su respuesta a las inquietudes de sus discípulos llamándoles la atención para que se cuiden de que nadie los engañe, porque abundarán los engañadores.
Jesús se refiere a un tiempo de tropiezos y muchos mensajes falsos que circulen entre las personas, incluso entre sus discípulos.
Han existido falsos profetas y falsos maestros a lo largo de toda la historia de la iglesia. Sin embargo, a nosotros nos ha tocado vivir el momento histórico en el que convivimos con todo el conocimiento acumulado de toda la historia de la humanidad, y eso ha exacerbado la manifestación de maestros con diferentes pensamientos y alternativas.
Vivimos una época en la que la cultura está reaccionando contra la filosofía de vida judeo-cristiana que por mucho tiempo ha sido respetada como buena. En cierto sentido, la sociedad está diciendo “¡Ya basta de pensar así! ¡Ya basta de dejarnos influenciar por los cristianos!”. Entre ese clamor, lo que antes era considerado indeseable en las relaciones humanas, hoy en día es impuesto como “normal” o deseable. ¡Cuidado!
Tomemos en serio la advertencia, porque Jesús señala que estos falsos maestros no serán rechazados, sino que “engañarán a muchos”. No seas uno de los muchos que caen bajo su engaño.
La multiplicación de la maldad (Mateo 24.12).
¿Tú también lo percibes? ¿Observas el aumento opresor de la maldad en el mundo en que vivimos?
Cuando se llega al extremo de que se le llama bueno a lo malo y malo a lo bueno, estamos en serios problemas (Isaías 5.20).
Recordemos que Jesús enseñó que el fin llegaría cuando nada podría detener ya el juicio divino, como en los días de Noé (Mateo 24.37, en este mismo capítulo). ¿Qué sucedió en aquel momento? La maldad humana había llegado a tal punto que Dios no pudo tolerarla más y derramó su juicio.
El enfriamiento del amor (Mateo 24.13).
El amor es una necesidad básica, al punto que si una persona no lo tiene llega a ser como un objeto inanimado (1 Corintios 13.1).
El amor es vital para nuestras relaciones humanas, aún desde antes del nacimiento y en todas las etapas de nuestro desarrollo.
Jesús anuncia este tiempo en que el amor de muchos se enfriará. No es el amor de todos, gracias a Dios, pero el amor se enfría.
¿Notas como se ha ido enfriando el amor en el tiempo en que vivimos? Cada vez hay más relaciones por interés, más egoísmo, más engaño y rechazo. Como iglesia podemos caer en lo mismo, sin que nos importen las personas.
Tenemos que poner este problema delante del Señor. Que no seamos de aquellos cuyo amor se enfría. Al contrario, sigamos amando.
A veces podríamos caer en el error de dejar enfriar nuestro amor como reacción al rechazo y la indiferencia de otros. No caigas en ese error. Reaviva tu amor, aliméntalo, actívalo en la presencia del Señor.
La necesidad de la perseverancia (Mateo 24.13).
La salvación es para los que perseveran, aguantan, soportan la dificultad y conservan su compromiso con el Señor.
¿Es esto “salvación por obras”? De ninguna manera. Aún la fortaleza necesaria para perseverar viene del Señor y nuestra dependencia de Él.
¿Estás enfrentando dificultad? ¿Te han querido confundir los falsos maestros? ¿El enfriamiento del amor de algunas personas te ha quebrantado el corazón? ¿El rechazo y la oposición espiritual te han afectado? ¡Cobra ánimo! ¡La victoria está cerca! ¡Aférrate más al Señor, que no te ha abandonado!
¡PERSEVERA! “He decidido seguir a Cristo, ¡no vuelvo atrás!”.
La predicación universal del evangelio (Mateo 24.14).
Ya lo hemos señalado en otros mensajes: por primera vez en la historia, el mensaje del evangelio está llegando a toda tribu, nación y etnia, ya sea presencialmente o por medio de las redes sociales y medios de comunicación.
¡Vivimos un momento histórico!
“...y entonces vendrá el fin”.
Reconoce que este es el tiempo de alcanzar a los no alcanzados, de predicar a los que todavía no han creído, de vencer el rechazo y el desprecio para buscar la oportunidad de que crean que es verdad, que solamente en Jesús hay salvación.
Sé parte del movimiento de Dios, que anuncia que “será predicado este evangelio del reino en todo el mundo”. Sé parte de la obra que Dios está haciendo. ¡PREDICA!
“...y entonces vendrá el fin.”
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Dada esta advertencia y la realidad de las cosas que están aconteciendo y que nos anuncian la pronta llegada de nuestro Salvador en su Segunda Venida, ¿qué tenemos que hacer? ¿Cómo tenemos que actuar?
1. Preparémonos de antemano
1. Preparémonos de antemano
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
2. Administremos sabiamente lo que hemos recibio de Él
2. Administremos sabiamente lo que hemos recibio de Él
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.