La Parábola de la Levadura
Jesús comienza Su Tercer Discurso en el Evangelio de Mateo y es especial porque habla con Parábolas acerca del Reino de Dios. Comenzando por la del Sembrador y siguiendo por varias parábolas que hablan sobre el tema de la siembra y la cosecha.
La Parábola de la Levadura
Lectura Bíblica
I. La Parábola
El pan de harina de > cebada indicaba extrema pobreza (Jn. 6:9, 18) o tiempos de escasez (Rut 3:15, cf. 2 R. 4:38, 42; Ap. 6:6; Josefo, Guerras, 5, 10, 2). La cebada era el alimento de los caballos (1 R. 4:28), y su harina resultaba áspera. Consumir pan de harina de trigo era señal de una buena posición en la escala social.
La “levadura” que se usaba en la antigua Palestina era siempre solo un pedazo de masa fermentada que se guardaba de la masa anterior.
El pequeño trozo de la masa que sobraba se disolvía en agua durante el amasado antes de que se añadiera la harina, o se ponía en la harina y se amasaba junto con esta,
II. Explicación de la Parábola
ὅμοιος. Esta palabra significa a. «de la misma clase», b. «de parecida disposición», c. «perteneciente por igual», y d. en geometría, «similar» (referente a figuras).
Esta palabra significa a. «asemejar o igualar», b. «comparar», y c. (en pasiva) «ser como, asemejarse». En Mateo generalmente sirve para introducir las parábolas.
¿A qué quiso Jesús comparar el Reino de los Cielos?
a) El concepto del “tamaño”
b) El concepto del “impacto”
III. Conclusión
Un cristiano no tiene que ser un dirigente nacional, un famoso actor, o una figura deportiva para influir en el mundo para su Señor. Es el poder del reino de Dios dentro del creyente lo que hace eficaz su testimonio, y esa es la influencia en el mundo que los cristianos deben tratar de tener.
el propósito de Jesús en estas dos parábolas, como en muchas otras enseñanzas, era asegurar a los apóstoles, a la iglesia primitiva, y a cada creyente en cualquier época que en última instancia su reino no solo que no iba a fracasar, sino que florecería y crecería. El cristianismo ganará, el diablo será destruido, y Jesús reinará. Cristo mismo está edificando su Iglesia, y las mismas “puertas del Hades [la muerte misma] no prevalecerán contra ella” (Mt. 16:18).