EL MODELO DEL MATRIMONIO BIBLICO

EPISTOLA DE 1 PEDRO  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Introduccion

1 Pedro 3:1 “1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,”
Las bodas pueden ser muy costosas. En Arequipa, una boda promedio para una pareja de clase media puede costar entre 60,000 y 120,000 soles, incluyendo cenas, alquileres, fotografías y más. Todos desean una boda perfecta, especialmente la novia, quien ha soñado con este momento durante años. Sin embargo, pronto la pareja enfrentará la realidad del matrimonio, que implica trabajo y desafíos.
Paul David Tripp compara una boda con un folleto de vacaciones: “Las expectativas poco realistas siempre conducen a la decepción.” Esto es similar a nuestras propias experiencias, como cuando visitamos Machu Picchu esperando algo único, solo para enfrentarnos a largas colas y el calor abrasador.
El matrimonio no es tan sencillo como a menudo se muestra. Hoy en día, menos adultos están casados que antes, y el compromiso se está volviendo menos común. El matrimonio requiere sabiduría, compromiso y motivación espiritual. Como dice Proverbios 24:3-4: “Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará.”

Entonces, ¿dónde se puede encontrar la sabiduría de Dios para edificar, establecer y llenar un matrimonio y un hogar con lo que realmente importa? Me alegra que lo haya preguntado.

Le invito a abrir su Biblia en la primera carta del Apóstol Pedro, en 1 Pedro capítulo 3. Vamos a dedicar un tiempo para estudiar este pasaje dirigido a esposas y esposos.
1 Pedro 3:1 “1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,”
La palabra "asimismo" nos hace preguntarnos: “¿Cómo así? ¿De qué manera?” Se refiere a lo que se dijo antes, donde se describe cómo Jesús se sometió a Dios el Padre y siguió Su plan de redención.
Debemos seguir el ejemplo de Jesús, sometiéndonos a los propósitos de Dios con la misma humildad y obediencia que Él mostró.
Además, el contexto más amplio desde el versículo 13 del capítulo 2 nos instruye a someternos a las autoridades y gobiernos que Dios ha establecido, incluso si son injustos.
1 Pedro 2:13 “13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,”
Más adelante, en el versículo 18, el verbo "someterse" se aplica a la relación entre sirvientes y sus amos, similar a la relación entre empleados y empleadores hoy en día. 1 Pedro 2:18 “18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.”
Y ahora, en el capítulo 3, Pedro escribe: “Asimismo, también las esposas estén sujetas a sus maridos”.
Ahora tenga cuidado aquí;
En el capítulo 3, Pedro dice: “Asimismo, también las esposas estén sujetas a sus maridos.” Es importante notar que Pedro no está sugiriendo que las esposas se sometan a sus maridos de la misma manera que se someten a un emperador o empleador.
El tipo de sumisión que Pedro describe no se trata simplemente de seguir órdenes, sino de una actitud de amor y obediencia que busca honrar a Dios y Sus propósitos.
Este tipo de sumisión debe surgir de un corazón que desea glorificar a Dios y entender Sus sabios planes, aunque no siempre los comprendamos completamente..
1 Pedro 2:20–22 “20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;”
Así que podría subrayar esta palabra en el versículo 1 – asimismo – y escribir en el margen: para la gloria de Dios – estad sujetas a vuestros propios maridos.
Ahora, es posible que haya seguido leyendo en lugar de escucharme, y puede haber notado que hay 6 versículos que tratan sobre las esposas y solo 1 versículo que trata sobre los esposos.
1 Pedro 3:1–6 “1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.”
Parece desproporcionado que Pedro dedique seis veces más espacio a las esposas que a los maridos.
Algunos podrían pensar que esto es porque las esposas necesitan más instrucciones que los maridos.
Otros podrían sugerir que las mujeres buscan más detalles, mientras que los hombres no leen las instrucciones. Pero esa no es la razón.
Un comentarista famoso sugirió que Pedro dedica más espacio a las esposas cristianas porque muchas de ellas estaban casadas con maridos indiferentes o que se oponían al cristianismo. Esto encaja en el contexto, ya que Pedro habla de someterse a maridos que pueden ser desobedientes a la Palabra de Dios.
En mis años de ministerio, he notado que es mucho más probable que una esposa cristiana devota sufra debido a un esposo no creyente que al revés. Este parece ser el problema en Roma y en el mundo actual: las mujeres cristianas buscan saber cómo comportarse y respetar a sus maridos cuando estos no tienen interés en la fe.
Un autor también observó que las esposas cristianas, especialmente aquellas casadas con incrédulos, necesitan aliento, sabiduría y comprensión. Para una esposa cristiana en el primer siglo, seguir a Cristo en un entorno pagano traía muchos desafíos.
Asi que Pedro recuerda a las esposas que el orden de liderazgo y sumisión establecido en la creación sigue siendo válido, incluso si sus maridos no han aceptado el evangelio.
En 1 Pedro 3:1, se dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.”
En nuestro próximo estudio, exploraremos más sobre este “testimonio sin palabras.”
Hoy, quiero enfocarme en lo que significa realmente que una esposa sea sumisa.
La sumisión es un tema que genera mucho recelo e incluso ira en nuestra cultura y en la iglesia, y es uno de los temas prácticos más controversiales del Nuevo Testamento.

Lo que No es la Sumisión

Déjame decirle primero lo que no es la sumisión. No se basa en la creencia de que las mujeres son inferiores, ya sea moral, intelectual, emocional o espiritualmente.
Además, la sumisión no es una obediencia ciega donde la esposa se convierte en un trapo de piso y el hombre le pasa por encima –
una relación donde no se le permite tomar decisiones o dar sugerencias o ejercer ningún tipo de responsabilidad.
Esa puede ser la forma en que otras religiones en el mundo tratan a las mujeres, pero eso no es el cristianismo.
De hecho, si vienes jueves llegaremos a una parte donde el Señor les dice a los hombres que, si abusan de su autoridad y tratan a sus esposas con crueldad o falta de amabilidad, es mejor que dejen de orar porque Dios no los va a escuchar.
Además, la sumisión bíblica no es la base para la opresión o el abuso verbal o físico.
De hecho, si me está escuchando y su esposo está abusando de usted, y está ocultando los moretones lo mejor que puede, permítame animarle a que llame a la policía y luego permita que sus pastores le brinden ayuda y provisión y consejo, tanto para usted como para su esposo.
La sumisión no es un pase libre para la violencia o incluso un mal trato.
Warren Wiersbe lo escribió de esta manera; El liderazgo del hogar no debe ser una dictadura, sino el ejercicio amoroso de la autoridad divina bajo el señorío de Jesucristo.
Hay otros que dicen que la sumisión y el liderazgo son el resultado de la caída de Adán y Eva, que nunca fueron el diseño original de Dios.
En realidad, es lo opuesto a lo que se piensa.
DIOS ESTABLECIO UN ORDEN PERFECTO EN EL MATRIMONIO
Adán y Eva fueron creados con roles y responsabilidades específicos: Adán tenía el liderazgo y Eva la sumisión. Vivían en perfecta unidad, transparencia y cooperación.
El pecado en realidad involucró la violación del principio de sumisión cuando Eva actuó por cuenta propia en respuesta a la oferta de Satanás, y luego Adán violó el principio de liderazgo al someterse a la oferta de Eva.
Después de la caída de Adán y Eva, Dios les mostró los efectos de la maldición en Génesis 3. El hombre ahora trabajará con el sudor de su frente, y el deseo de la mujer será para su marido, literalmente, su deseo será dominar y controlar a su esposo (Génesis 3:16).
Entonces, la batalla de los sexos, y la batalla en el matrimonio, vino como resultado del pecado. La cooperación se convirtió en competencia.
Dejame decirlo de esta manera: “Cuando el pecado entró en el mundo, arruinó la armonía del matrimonio no porque creó el liderazgo y la sumisión en el hogar, sino porque los distorsionó.
Distorsionó el liderazgo humilde y amoroso del hombre en una dominación hostil o una indiferencia autoritaria.
Y convirtió la sumisión inteligente y voluntaria de la mujer en manipulación o en una clara desobediencia.
El pecado no creó el liderazgo y la sumisión; los arruinó y distorsionó y los hizo feos y destructivos.”
Entonces, lo que el Espíritu Santo, a través de Pedro, nos enseña en este párrafo es un cambio radical que revierte los efectos de la maldición de Génesis capítulo 3.
Es un llamado a regresar al tipo de relación que Dios originalmente diseñó para el esposo y su esposa.

Lo que Realmente es la Sumisión

1 Pedro 3:1 “1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,”
Entonces, ¿qué es la sumisión bíblica?
El verbo griego que Pedro usa aquí es hupotasso, que significa colocar voluntariamente debajo.
Es un término administrativo que significa ayudar voluntariamente, con el propósito de completar.
En el idioma griego como en el latín, la palabra conlleva la idea de brindar una base – asistencia personal, una ayuda adecuada/idónea para el esposo
Por lo tanto, una mujer con esta perspectiva que glorifica a Dios puede decir:
“Mientras me someto voluntariamente a mi esposo, lo estoy completando.
Lo estoy ayudando a cumplir con sus responsabilidades y lo estoy ayudando a convertirse en el hombre, el esposo, el líder que Dios quiso que fuera.”
Y esto no es una opinion y entendimiento solo mio, la biblia ya lo habia mencionado
Génesis 2:18–23 (RVR60)
18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. . 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Entonces, el concepto de sumisión y ayuda para al hombre existía en el Jardín del Edén, mucho antes de que llegara el pecado.
Dios dijo: Voy a hacer una ayuda idónea para el hombre. En otras palabras, voy a crearle una asistente personal, en todos los sentidos; y la implicación es que, de esa manera, Adán podrá lograr los propósitos de Dios para su vida, los cuales no habría podido logrado sin la ayuda de ella.
Génesis 2:23 “23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.”
Te das cuenta que el matrimonio biblico es unidad, cooperacion , etc
Eso no significa que un hombre o una mujer soltera no puede completar los propósitos de Dios para sus vidas. Este es simplemente el diseño creativo de Dios en general para aquellos que se casan.
Y para aquellos que lo hacen – a quienes Pedro está hablando aquí – este es uno de esos roles determinantes de la ayuda idónea: el de asistente.
1 Pedro 3:1 “1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,”
Seguramente alguna quizas aun le resulta confuso, pastor Lenin, estas diciendo soy simplemente una asistente.
Permítame ilustrar este concepto con una analogía personal: ¿Tiene un asistente administrativo en el trabajo? ¿Tiene un asistente en la tienda o en el almacén o en la oficina?
¿Son acaso menos valiosos como persona que usted?
¿Es superior a ellos como individuo porque tiene más responsabilidades?¿Es mejor que ellos porque gana más dinero?
¿Son inferiores a usted en carácter y esencia porque le ayudan?
¿Está más cerca de Dios porque es su administrador y ellos son sus asistentes?
Por supuesto que no.
Así también, el esposo no es superior o mejor o más valioso o más cercano a Dios o más importante para los propósitos y planes de Dios.
Y, por cierto, ¿es realmente útil ese asistente en el trabajo si:Nunca ofrecen sus ideas,
o le hacen preguntas,o lo corrigen,
o mejoran lo que está haciendo
o sugieren hacerlo de manera diferente
o le dicen que se olvidó de lo que se supone que debe estar haciendo.
Escuche, si su asistente no hace nada de eso, probablemente no le esté brindando mucha ayuda real y valiosa.
Del mismo modo, la esposa sumisa que voluntariamente se ubica debajo de su esposo y lo ayuda, ofrecerá ideas, hará preguntas, hará correcciones y mejoras y sugerirá opciones y otras ideas y le recordará las cosas que debe hacer o las que olvidó hacer.
Seamos sinceros varones como seria nuestras vidas sin nuestras esposas, su esfuerzo, dedicacion, ayuda, contension.
Entonces, la idea de sumisión del mundo es muy diferente de la idea de sumisión de Dios.
El mundo ve la sumisión como:
de Segunda claseInferior
Sin iniciativa
Inseguro
Acobardado
Resignado
Abusado
Humillado
Las Escrituras ven la sumisión como:
Leal
Útil
Valioso
Fiel
Adaptable
Respetuoso
Humildad
Glorificar a Dios
Someterse al liderazgo de un esposo es una elección de complementarlo con sus dones y talentos únicos en lugar de competir con él.
La sumisión bíblica es el llamado divino de una esposa para honrar y afirmar el liderazgo de su esposo y ayudarlo a que lleve a cabo su labor de acuerdo con sus dones.
En otras palabras, esposas: la esencia y la belleza de la sumisión bíblica se basan en el acto creativo de Dios. Dios, al conocer las necesidades de su esposo, creó a la esposa con dones y talentos únicos, como lo hizo con Eva, la primera esposa. Esto significa que juntos forman un todo completo.
¿No se ha preguntado por qué Dios une polos opuestos? Por qué dos personas que son tan diferentes se unen por la sabia dirección del Espíritu de Dios.
¡Todas esas diferencias! y eso resulta ser una de las cosas más irritantes del matrimonio y, al mismo tiempo, el aspecto que protege, mejora y equilibra el matrimonio.
Nunca olvidaré a un hombre que, un día después de la iglesia, me dijo cuán diferentes eran él y su esposa, en todas las formas posibles. También había estado casado durante más de 40 años y dijo que todavía eran muy diferentes. Este hombre piadoso, sabio y mayor me miró y se rió mientras decía: “Lo único que mi esposa y yo tenemos en común es que ambos nos casamos el mismo día”.
Dios usa todas esas diferencias para complementarnos – para hacer del matrimonio algo mucho mejor.

Puntos Clave para Recordar

Antes de concluir nuestro estudio de hoy, que en muchos aspectos fue solo una introducción a este extenso tema, permítame ofrecerle tres recordatorios importantes.
Primero, recuerde que está construyendo su matrimonio en un mundo pecador.
Usted está tratando de edificar su matrimonio en una cultura que constantemente intenta robarle sus herramientas.
El mundo busca promover el egoísmo se burla y desprecia la humildad y la sumisión.
Y el mundo constantemente le dirá: “¿Qué? Eso no es bueno para ti, ¡no se sentirá realizada de esa manera!”
Mateo 7:24-25:
"Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió la lluvia, vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca."
En segundo lugar, recuerde que se comprometió en matrimonio con un hombre pecador.
Usted está casada con un pecador. Y me imagino que las mujeres dicen, amén. Se casó con un pecador y usted es pecadora también. De hecho, el matrimonio es la unión de dos pecadores.
Pedro está implicando aquí que el matrimonio no es escapar de los pecadores, es un intento de glorificar a Dios al ganar a los pecadores para que glorifiquen a Dios… mostrándoles el evangelio, así como Cristo nos amó – cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8).
En tercer lugar, Aprender a Mostrar Gracia con un Cónyuge Imperfecto Cuando sus oídos escuchan y sus ojos ven el pecado en su cónyuge, no es un accidente, es el plan y el propósito de Dios demostrar a través suyo
1 Pedro 3:1 “1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,”
¿Quién pensó alguna vez que su matrimonio se convertiría en un ministerio? y el ministerio es trabajo duro, ¿verdad?
Mujeres, antes de casarse estaban buscando a la “hombre perfecto” para casarse. Y luego lo encontró. Pero después del casamiento descubró que él no siempre era el “hombre perfecto.” De hecho, pronto comenzó a preguntarse si se había casado con el hombre Equivocado.
Uno de los primeros desafíos del matrimonio es aprender a amar al extraño con quien se encuentra casado.
Este es nada menos que el plan de Dios para obrar en nosotros y a través de nosotros – desarrollando y demostrando gracia.

CONCLUSION:

Así que recuerde, está construyendo su matrimonio en un mundo pecador.
En otras palabras, hay momentos en el matrimonio en los que va a sentir como si estuviera andando en bicicleta en la arena. Solo siga pedaleando.
En segundo lugar, recuerde, está comprometido en matrimonio con un pecador.
El matrimonio es el plan intencional de Dios de unir a dos pecadores y hacerlos seguidores de Cristo.
En tercer lugar, recuerde, un cónyuge pecador es la asignación de Dios para desarrollar y demostrar gracia en su vida.
Y comienza en 1 Pedro 3 con una esposa que se somete a un pecador y, al hacerlo, demuestra el ministerio del matrimonio y la gracia de Dios.
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