Ultimas recomendaciones de David

1º Reyes 2:1–4

1Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: 2Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. 3Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; 4para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.

Introducción

David fue un fiel siervo de Dios, pero aun así debió recorrer el camino hacia la muerte física, 1º Reyes 2:2 “Yo sigo el camino de todos en la tierra…”

tenía 70 años cuando murió: 2º Samuel 5:4 “Era David de treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años.”

David reconoce que la muerte es el camino que todos vamos a transitar, lo queramos o no.

Lo primero que David expresa a su hijo es afirmar su relación con Dios y conocer su palabra.

Le encarga hacer justicia contra Joab y simei por sus crímenes y pecados.

Además, hacer misericordia a la familia de Barzilai, quien llevó provisiones a David y sus hombres cuando se rebeló Absalón.

Las palabra de David hace ver a Salomón cuan importante es perseverar en los caminos de Dios para no sufrir las consecuencias de los pecados.

Exhortación a perseverar

Al final del verso 2 le dice: “…esfuérzate, y sé hombre.”

Le espera una labor demandante frente al pueblo, debe esforzarse por hacer las cosas bien, reconocer y tomar su posición como hombre escogido de Dios.

Teniendo presente que debe esforzarse y asumir su responsabilidad, ahora le exhorta:

1º Reyes 2:3 “Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;”

David sabe que conocer y obedecer la Palabra de Dios es vital para una vida de éxito.

Le exhorta a guardar (obedecer y cumplir) los preceptos (instrucciones) de Dios. Para ello es indispensable estudiarlos y conocerlos.

David declara que los preceptos de Dios se dividen en estatutos, mandamientos, decretos y testimonios.

Estatutos, mandamientos y decretos pueden ser sinónimo de la ley de Dios.

Sin embargo se pueden diferenciar de las siguente manera:

Los estatutos son leyes civiles (como las obligaciones de participar en las fiestas, ritos de purificación)

Los mandamientos son ordenanzas del pacto (Como los diez mandamientos)

Los decretos son declaraciones de Dios que no pueden ser anuladas (Como la pena de muerte a los infractores de la ley, asesinos o adúlteros).

Testimonios son las historias de las maravillas de Dios, como las hazañas del Éxodo.

Conocer y practicar la ley de Dios asegura prosperidad en todo lo que se emprenda.

David había tenido buena experiencia en obedecer la ley de Dios, pero también en sufrir las consecuencias por desobedecer.

Joab

1º Reyes 2:5–6 “Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies. Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz.”

Joab comandante de David estuvo con él desde antes que asumiera el trono, fue fiel a David hasta que lo traicionó con Adonías.

Sin embargo, Joab tomaba acciones fuera de la voluntad de David, y se lo hace ver a su hijo Salomón.

Asesinó a Abner quien fue comandante de Saúl y quien había buscado a David para hacer pacto de paz. Abner había asesinado en batalla a Asael hermano de Joab, por eso Joab quería venganza. (2 Samuel 2:16-23)

Cuando Joab tuvo oportunidad, lo mató en tiempo de paz, pero esta venganza no era válida ante la ley porque la muerte de su hermano fue en defensa propia, en tiempo de guerra.

Además, cuando David asignó a Amasa como su comandante, después de que Joab asesinó a Absalón. Joab asesinó a Amasa a sangre fría sin tener motivos, mas que el de recuperar su posición como comandante.

Joab había quebrantado el 6to mandamiento: No asesinarás. Éxodo 20:13 “No matarás.”

Por estos pecados debía pagar Joab conforme a la ley, por lo tanto, David asigna a su hijo a hacer justicia siendo Joab ya viejo.

Cuando Joab se enteró, quiso encontrar refugio en el tabernáculo:

1º Reyes 2:28 “Y vino la noticia a Joab; porque también Joab se había adherido a Adonías, si bien no se había adherido a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y se asió de los cuernos del altar.”

Joab buscó refugio en la casa de Dios, pensando que eso salvaría.

Así algunos pretenden encontrar en el evangelio absolución de sus crímenes y no de sus pecados.

Salomón debió ejercer la ley sobre Joab por sus crímenes pasado, de manera que Salomón fue ejecutor de la ley y no responsable de la muerte de Joab.

1º Reyes 2:29–31 “ 29Y se le hizo saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra él. 30Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así dijo Joab, y así me respondió. 31Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente.”

Quizá Joab pensó que sus crímenes habían quedado impunes, pues del asesinato de Abner habían transcurrido 33 años y el de Amasa también habían pasado varios años, pero tarde o temprano llegará la retribución a los que hacen lo malo.

Romanos 2:5–8 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;”

Simei

1º Reyes 2:8–9 “También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te mataré a espada. Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.”

Cuando David iba a Mahanaín por la rebelión de Absalón, Simei de Benjamín de la familia de Saúl, salió a maldecir a David y arrojarle piedras (2 Samuel 16)

En su momento David no lo condenó, pues consideró que merecía este insulto por su pecado. Tampoco guardó rencor contra Simei pues le juró que no lo mataría.

Sin embargo, Simei cometió un pecado castigado por la ley: Éxodo 22:28 “No injuriarás (ofender) a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.”

Salomón no mata a Simei, pero le da un arresto domiciliario, so pena de muerte: 1º Reyes 2:36–37 “Después envió el rey e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén y mora ahí, y no salgas de allí a una parte ni a otra; porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza.”

Pero Simei desobedece: 1º Reyes 2:39–41 “Pero pasados tres años, aconteció que dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat. Entonces Simei se levantó y ensilló su asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei, y trajo sus siervos de Gat. Luego fue dicho a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto.”

Simei murió por su desobediencia, de manera que el culpable por su muerte fue él mismo: 1º Reyes 2:44–46 “Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová, pues, ha hecho volver el mal sobre tu cabeza. Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová. Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y lo hirió, y murió. Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.”

De manera que Simei también murió por su pecado.

Ezequiel 18:20 “El alma que pecare, esa morirá…”

Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Conclusión

Esta historia nos proporciona una muy sencilla enseñanza, ignorar y desobedecer la Palabra de Dios trae sus consecuencias, quizá no inmediatamente, pero aunque pasen los años vendrá la consecuencia.

Por otro lado, también se menciona a Barzilai quien ayudó a David, a estas alturas ya había muerto, pero David ordena a Salomón honrar a sus hijos: 1º Reyes 2:7 “Mas a los hijos de Barzilai galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano.”

Hay recompensas del rey a los que obedecen la Palabra de Dios, para él y sus hijos; pero también castigo para los que se empeñan en desobedecer.

Salmo 37:25 “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.”