UN LLAMADO AL AVIVAMIENTO

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El libro de apocalipsis que significa: revelación es en realidad la narración de una visión que Dios le dio al apóstol Juan.
Se cree que el apóstol Juan fue el más joven de los 12 discípulos. Y cuando escribió el libro de apocalipsis tenía unos 96 años y además se encontraba en prisión en una isla llamada Patmos.
La lectura de hoy es una carta de parte de Jesús a una de las 7 iglesias existentes en Asia en aquel entonces.
Pareciera que el libro de apocalipsis tenía el propósito de ser mandada como carta y los nombres de la iglesia se enlistas siguiendo una ruta que era el patrón de entrega del correo de aquel entonces. De la Isla de Patmos a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira y ahora Sardis.
No era una ciudad ni tan pagana ni tan religiosa.
Tenía mucha fama por su riqueza anterior, pero eran solo recuerdos.
Famosa por su acrópolis. Para llegar allí había que subir una pared casi perpendicular, no se podía conquistar fácilmente.
1 Escribe al ángel de la iglesia de Sardis: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; tienes fama de estar vivo, pero en realidad estás muerto.
En las carta a la iglesia primero Jesús se identifica de alguna forma pertinente para cada iglesia.
En esta ocasión se presenta como el que tiene los 7 espíritus de Dios y las 7 iglesias.
Ya anteriormente Juan había dicho que las estrellas son los ángeles/pastores de las iglesias.
Por primera vez no hay halagos para la iglesia.
Cualquiera que observara a esta congregación podría ver señales de que era una comunidad cristiana próspera: tienes nombre de que vives.
Exteriormente daban la impresión de que eran prósperos y de que estaba viva.
El Señor, que todo lo sabe y examina los corazones, procede a pronunciar una severa reprimenda: “pero estás muerto.”
El conocimiento que Jesús tiene de la iglesia de Sardis muestra la verdadera condición de esta congregación. Solo Cristo puede ver lo íntimo.
Sus obras eran alabadas por los humanos, pero no por el Señor Jesucristo.
Es una iglesia muerta: Está dormida.
Es una iglesia que no sufre oposición, es inofensiva.
*Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año, moviéndose a 186.000 millas por segundo; eso es un año luz.
Estaba leyendo sobre una estrella en particular que los astrónomos estiman que está a 33 años de la Tierra. La luz tardaría 33 años en llegar a la Tierra.
Este artículo en particular continuaba diciendo que esa estrella podría haber quedado sumida en la oscuridad hace 25 años. Podría haber muerto. Pero la luz seguiría cayendo a la Tierra. Estaría brillando en el cielo con tanta intensidad como si la estrella todavía estuviera viva.
La iglesia de Sardis es algo así. Estaba muerta, pero aún brillaba con la luz de un pasado brillante. Era una iglesia muerta.
2 ¡Despierta! Reaviva lo que aún es rescatable, pues no he encontrado que tus obras sean perfectas delante de mi Dios.
Hay esperanza.
Podemos despertarnos.
Delante de Dios, las obras o actuaciones de esta iglesia son evaluadas como imperfectas, incompletas o inadecuadas.
porque no he hallado que tus obras hayan sido acabadas delante de Dios. (RVA2015)
no he hallado completas tus obras delante de mi Dios.
3 Así que recuerda lo que has recibido y oído; obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes despierto, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.
La carta de Jesús a la iglesia de Sardis nos dice cómo responder en estos tiempos. Nos da tres claves para terminar lo que empezaste. Nada de esto es nada extraordinario. No se trata de experiencias cumbre. Son simples expresiones de fidelidad cotidiana. Pero son la clave para terminar con fuerza.
1. Recordar
No se necesita aprender nada nuevo. Un libro nuevo, un predicador nuevo. Un aparato de sonido o audio nuevo.
Simplemente necesitamos recordar lo que hemos recibido y oído.
2. Obedecer/guardar
No solo tenemos que recordar los caminos de Dios, sino que también tenemos que guardarlos.
Hay un elemento volitivo en nuestro caminar con Dios. Tenemos que seguir los mandamientos de Dios, incluso cuando nos cueste algo, incluso cuando no tengamos ganas, incluso cuando no entendamos.
Y debes saber que no estás solo en esto. El poder de Dios está obrando en ti. Pídele ayuda. Y pídele ayuda a un amigo cristiano.
3. Arrepiéntete
Haz las cosas que Dios manda y arrepiéntete de aquellas cosas que hiciste pero que no debiste haber hecho.
Y debes saber esto: los brazos de Dios están abiertos para recibirte. Si vienes a él y te arrepientes, él te perdonará.
**Después de estar la ciudad sitiada durante 14 días, Ciro hizo del conocimiento de todo su ejército que el que lograse escalar la escarpada elevación sería premiado inmensamente.
Hieroeades, un soldado de Mardis, se dedicó a observar con mucha atención las defensas de la ciudad. Ocurrió que Hieroeades vio a un soldado lidio bajar por ese paraje a recoger su casco que se le había caído y que fácilmente volvió a subir a su lugar.
Al día siguiente de esto, Hieroeades guió a un grupo de soldados por la grieta en forma sigilosa. Al llegar a la cima, el contingente de asalto sorprendió a los soldados lidios que dormían plácidamente y se apoderaron fácilmente de la plaza. Creso fue apresado y la ciudad fue saqueada.
Todo esto sucedió por no estar vigilantes.
Personas y cosas se pueden rescatar si se toman acciones decisivas, rápidas y a tiempo. Si no, la muerte será el resultado.
Esta exhortación sugiere que la iglesia no estaba totalmente carente de esperanza.
Existía aún la posibilidad de levantarse de su letargo espiritual y ser reavivada.
4 Sin embargo, tienes en Sardis a unos cuantos que no se han manchado la ropa. Ellos, por ser dignos, andarán conmigo vestidos de blanco.
Pero si en esos momentos te 1) Recuerdas, 2 Obedeces y te 3) Arrepientes , entonces Jesús te hace tres promesas en esta carta.
Su primera promesa es que estarás vestido de ropas blancas (Apocalipsis 3:5).
Las ropas blancas son un símbolo de pureza. Esta es una promesa de que si has lavado tus prendas sucias en la sangre de Jesucristo (cf. Apocalipsis 7:9-14).
En la cultura romana, vestir de blanco era un símbolo de victoria y celebración (Osborne). Los ciudadanos vestían de blanco cuando celebraban una victoria militar.
Jesús promete que, como un general romano que regresa de una victoria sobre sus enemigos, así también él regresará a nosotros victorioso sobre todo pecado y muerte. Podemos terminar lo que comenzamos porque él terminará lo que comenzó. Y como los ciudadanos romanos que celebran su victoria, ¡así también en ese día celebraremos como nunca antes lo hemos hecho!
5 El que salga vencedor se vestirá de blanco. Jamás borraré su nombre del libro de la vida, sino que reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
La segunda promesa de Jesús es que nunca borrará tu nombre del libro de la vida (Apocalipsis 3:5). Si tienes una fe genuina en él, te guardará hasta el final. ¡Terminarás lo que empezaste!
Los gobernantes de las ciudades tenían un censo; tenían el nombre de todos los ciudadanos. Llevaban registros de los ciudadanos tal como lo hace la gente hoy en día. Tu nombre podía ser borrado, y se borraría básicamente de dos maneras. Una: si murieras, tu nombre sería borrado. Dos: si cometieras algún delito contra el estado, perderías tu ciudadanía. Tu nombre sería borrado.
Pero Dios nunca borrará el nombre de los Suyos del Libro de la Vida.
Y la tercera promesa de Jesús es el clímax de todo el pasaje: “Confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles” (Apocalipsis 3:5). Es una imagen de Jesús como juez, pronunciando su veredicto (Osborne). A aquellos que sean fieles hasta el final, él los declarará en ese último día delante del Padre que son justos, puros y victoriosos. Como sugiere G. K. Beale en El libro del Apocalipsis (280), es posible que lo escuches leer en voz alta tu nombre en el libro de la vida.
6 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Conclusión: Hay un peligro en centrarnos en la imagen.
“Hagámonos un nombre” se dijo en Babel.
No vale lo que nosotros pensamos, sino lo que piensa Dios de nosotros.
Dios no nos pide ni éxito, ni fama, ni grandeza, sino fidelidad.
No vamos a dejar la fidelidad en busca del éxito.
El que tiene oídos para oír que oiga: Dios quiere fidelidad.
Cristianos (Marcos Vidal)
Antes les llamaban nazarenos, después cristianos
Hoy no saben ya cómo llamar a cada grupo,
hay tantos....
Antes al mirarles se decían: ¡Ved cómo se aman!,
hoy al contemplarles se repiten:
¡Ved cómo se separan!.
¿Quién sabrá quien de ellos tiene la verdad?
Cómo ha conseguido el enemigo robarnos el terreno,
hemos comenzado a hacer murallas
olvidando lo primero.
Que no hay cristianismo verdadero detrás de una careta,
si no reflejamos a Jesús, perdemos nuestra meta.
Que él que sirve a los demás es el mayor,
que el sermón del monte aún está en vigor,
que aún existe el buen ejemplo
y la humildad de corazón
y que no hay vida ni hay iglesia si no hay perdón.
Ojalá el Maestro pueda decir como dijera hace años:
'No lloréis, sólo duerme, no está muerta'.
¿Qué te pasa, iglesia amada, que no reaccionas,
sólo a veces te emocionas, y no acabas de cambiar?
Antes tenían todo en común y oraban en la noche.
Hoy compiten por saber quién tiene
mejor casa y mejor coche.
Antes morían abrazados en la arena del circo romano,
hoy discuten si al orar hay que alzar o no las manos.
Unos creen en profecías y otros no,
unos predican la fe y otros el amor,
uno habla en lenguas y otro presume de virtud
y el mundo muere, muere, muere sin ver la luz.
Ojala el Maestro pueda decir como dijera hace años:
'No lloréis, sólo duerme, no está muerta'.
¿Qué te pasa, iglesia amada, que no reaccionas,
sólo a veces te emocionas y no acabas de cambiar?
Jesús se levantó de la muerte,
¿y acaso a ti no habrá quién te despierte?
TU TURNO:
Recuerda
Obedece
Arrepientete
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