EL CORDERO QUE ME LIMPIO POR SU SANGRE.

Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 7 views
Notes
Transcript

JUAN 1.29-33

Juan 1:29–33 “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.”
orar por el servicio.
saludar a las redes sociales.
Lucas 2:7–14 “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”
sehan preguntado la verdadera razon del nacimiento de Jesus en un pesebre y porque expecificamente se se le aparecieron ea los pastores?
miren segun la historia y tradiccion judia los Pastores eren los encargados de escojer desde que nacio un cordero perfecto y cuando lo miraban lo apartaban y lo envolvian en un lienzo(panales) y lo ponian en lugar seguro en este caso un pesebre!
porque los pastores sabian /entendian que ese cordero perfecto tenia que ser apartado para el sacrificio por los pecados,pero curisamente cuando se aparecen los angeles ellos entendieron que era el mesias porque era perfecto porque el simbolismo del pesebre no no mas es humildad si no que es,perfeccion para el sacrifio por los pecados.
amen.
ok continuemos.
Vivos en Cristo: Estudio expositivo del Evangelio Según Juan Capítulos 1–12 (El Cordero de Dios (Juan 1:29–34))
El pueblo de Israel estaba familiarizado con los corderos para los sacrificios. En la Pascua cada familia debía tener un cordero, y durante el año se sacrificaban dos corderos cada día en el altar del templo, además de todos los otros corderos traídos para sacrificios personales. Esos corderos fueron traídos por hombres a los hombres, pero aquí estaba el Cordero de Dios, ¡dado por Dios a los hombres! Los primeros no podían quitar el pecado, pero el Cordero de Dios sí puede quitar el pecado. Los primeros eran sólo para Israel, pero este Cordero derramaría su sangre ¡por todo el mundo!
¿Qué tiene que ver el bautismo de Juan con Jesús como el Cordero de Dios? Los eruditos concuerdan por lo general que en el Nuevo Testamento el bautismo era por inmersión. Era un cuadro de la muerte, sepultura y resurrección. Cuando Juan el Bautista bautizó a Jesús, Jesús y Juan estaban dando un cuadro gráfico del bautismo que Jesús sufriría en la cruz al morir como el Cordero de Dios que se sacrificó (Isaías 53:7; Lucas 12:50). Sería mediante la muerte, sepultura y resurrección que el Cordero de Dios cumpliría toda justicia (Mateo 3:15).
Tal vez Juan estaba equivocado. Tal vez no estaba seguro de que Jesús de Nazaret fuera el Cordero de Dios o el Hijo de Dios. Pero el Padre demostró con claridad para Juan quién era Jesús al enviar al Espíritu como paloma para iluminarle
San Juan I (II. Para qué apareció Juan (1:29–34))
Para qué apareció Juan? ¿Por qué esa dramática presentación? ¿Por qué atraía a las masas? ¿Cuál era su mensaje? ¿Cuál era su propósito? Hay cinco razones dignas de considerar que explican la razón de su anuncio y el método que utilizó.
A. Para anunciar la misión de Jesús (29)
29El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan apareció para anunciar la misión del Señor Jesús, del Cordero de Dios. Esa misión era quitar el pecado del mundo. (Ver recuadro EL CORDERO DE DIOS).
San Juan I (II. Para qué apareció Juan (1:29–34))
B. Para anunciar la eternidad de Jesús (30)
30Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
Juan también vino para anunciar la eterna existencia de Jesús. El Bautista nos está diciendo: “Aunque yo soy mayor que Jesús en edad, en realidad él es eterno. Yo soy hombre; él es Dios.”
C. Para manifestar a Jesús ante Israel (31)
31Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
Juan vino para manifestar a Jesús ante su pueblo Israel. Jesucristo era el Mesías prometido, el ungido, el libertador del pueblo de Israel. Este Mesías debía ser anunciado, y Juan el Bautista bautizaba con agua para que Israel comprendiera que él era, precisamente, el profeta que anunciaba al Mesías.
San Juan I (II. Para qué apareció Juan (1:29–34))
D. Para anunciar el ministerio de Jesús (32–33)
32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Juan además apareció para anunciar que el Señor Jesús también bautizaría, pero en el Espíritu Santo. Ese bautismo es una obra sobrenatural de Dios. Cuando una persona se rinde a los pies de Jesucristo y permite que él se apodere de su vida, el Espíritu Santo viene a morar en el corazón y la bautiza. Recibir el Espíritu Santo es ser hijo de Dios, es formar una unidad con Cristo (1 Co. 6:17). Ser bautizado con el Espíritu Santo es nacer de nuevo; es ser bautizado con el poder, santidad, amor y alegría de Dios.
San Juan I (II. Para qué apareció Juan (1:29–34))
E. Para revelar que Jesús es el Hijo de Dios (34)
34Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Juan también apareció para revelar a Jesús como Hijo de Dios. (Ver recuadro SIETE NOMBRES ASOMBROSOS.)
Toda la misión que recibió Juan el Bautista es un modelo para todos los cristianos de todos los tiempos.
A. Para anunciar la misión de Jesús (29)
B. Para anunciar la eternidad de Jesús (30)
C. Para manifestar a Jesús ante Israel (31)
D. Para anunciar el ministerio de Jesús (32–33)
E. Para revelar que Jesús es el Hijo de Dios (34)
EL CORDERO DE DIOS (1:29)
¿Por qué este título?
1. La frase “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” es un símbolo de la obra de Cristo en la cruz. En el Antiguo Testamento Dios había establecido sacrificios—sacrificios de animales, nunca de seres humanos. (Ver Ex. 12:3; Lv. 1:1–5; Lv. 16. Epístola a los Hebreos.) Estos animales fueron impuestos como símbolo de lo que Jesucristo sería en la cruz.
2. Los sacrificios del Antiguo Testamento no limpiaban pecados ni purificaban la conciencia. Cubrían, sí, los pecados en forma temporal (He. 10:1–4). El sacrificio de corderos y machos cabríos sólo eran señales que educaban al pueblo haciéndoles saber la futura obra de Cristo (He. 9:23). Juan el Bautista, por su parte, declara que hay un Cordero de Dios que en verdad quita el pecado del mundo. No era ésa una referencia a algún animalito sacrificial del Antiguo Testamento sino a Jesucristo.
Los sacrificios descriptos en el Antiguo Testamento sólo eran figuras simbólicas de las cosas celestiales (He. 9:9). Eran símbolo del Cordero de Dios y de su obra redentora (Is. 38:17).
3. La esencia de los sacrificios en el Antiguo Testamento era el principio de sustitución (=colocar una cosa en lugar de otra).
Se cuenta la historia de dos hermanos durante la guerra civil norteamericana. Uno soltero y el otro casado. El gobierno llamó al casado (que tenía varios hijos) para que se incorporase a las filas del ejército del Norte. Su hermano menor entonces dijo: “No puedo permitir que mi hermano, teniendo esposa e hijos, arriesgue su vida en la guerra.” Fue así como José, el menor, se hizo presente cuando los oficiales del ejército citaron a Jorge, su hermano casado. Finalmente José fue admitido e ingresó a las filas del Ejército del Norte, donde tomó parte en cruentas batallas. Un día el muchacho perdió la vida en combate. En realidad, murió en lugar de su hermano casado.
El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo fue nuestro sustituto en la cruz. Murió en nuestro lugar.
San Juan I (II. Para qué apareció Juan (1:29–34))
El profeta Isaías también nos habla acerca del Cordero de Dios (53:4–6).
¿Qué hizo Jesús como Cordero de Dios?
¿Cuál fue su trabajo, su objetivo y el resultado de su obra? Quitó el pecado del mundo. Esto implica que lo llevó sobre sí y lo alejó de nosotros. Dice David: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” (Sal. 103:12), e Isaías agrega: “Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados” (44:22). Las deshizo de la misma manera que cuando vemos niebla sobre el río, o nubes sobre una montaña, y de pronto las nubes desaparecen con rapidez y parecen deshacerse. No sólo eso, sino que además se nos asegura que los pecados han sido olvidados para siempre y echados al fondo del mar (Mi. 7:19).
El versículo que estamos considerando habla del pecado (singular) del mundo, no de los pecados (plural). ¿Por qué en singular? Porque hay un pecado que es el mayor
y quiero que pongan atencion a esto queridos hermanos
San Juan I (II. Para qué apareció Juan (1:29–34))
(los demás son plurales), el pecado de vivir sin Dios, egocéntricamente, ignorando al Creador como si no existiera. Este pecado es raíz de todos los otros, y ya lo hemos cometido por el solo hecho de ser humanos.
El pecado que quita este Cordero es el pecado del mundo, de todos y de cada uno. No hay hombre ni mujer que pueda declarar que para él (o ella) no hay esperanza. Es como si cuando dice MUNDO cada nombre estuviera escrito.
El sacrificio de este cordero es la única obra que tiene méritos. Todo otro sacrificio o intento de salvación es ineficaz y carece de valor (1 P. 3:18).
San Juan I (II. Para qué apareció Juan (1:29–34))
segunda parte del mensaje / segundo punto.
Que al conmemorar la primera venida del Redentor, anticipemos su segunda venida, y así estemos preparados para darle la bienvenida como Rey, ¡para compartir en su triunfo y entrar en su gozo!
William de Burgh
SIETE NOMBRES ASOMBROSOS
En tiempos antiguos mucho más que en el presente, los padres daban nombres a sus hijos con un significado en mente. Escogían un nombre, pensando que éste revelaría el origen, carácter y quizás el futuro de su hijo. Si un padre pensaba que su hijo sería comerciante, le daba un nombre acorde con ese oficio; si el padre quería hacer resaltar el hecho de que su hijo era de una familia muy noble, entonces le daba un nombre distinguido.
En el primer capítulo de San Juan existen siete nombres asombrosos que se le daban a nuestro Señor Jesucristo, nombres que hablaban, precisamente, de su origen, misión, carácter y futuro.
1. Cordero de Dios (1:29). Este título indica la obra que Cristo hizo en la cruz, cuando llevó en sí mismo el pecado del mundo; cuando Dios lo abandonó y Jesús exclamó: “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Este nombre deja en claro que Jesús llevó sobre sí nuestro pecado (Is. 53:11–12).
2. Hijo de Dios (1:34, 49). Este título primero es utilizado por Juan el Bautista y luego por Natanael. Señala la deidad de Jesús. Era hombre, pero además era el Hijo de Dios, el único que puede hacernos conocer a su Padre. Hijo de Dios es el título más honroso porque habla de su carácter íntimo.
3. Rabí (1:38b). Rabí significa maestro, e indica que Jesús es el Maestro por excelencia. Es un título que a veces olvidamos. Es triste pensar que muchos escuchan la voz del psicólogo, del sociólogo, del profesor, del científico y se olvidan o tienen en menos al Maestro de maestros, el Rabí, el único y verdadero Maestro.
Sólo podemos oír las enseñanzas del gran Rabí leyendo la Biblia, meditando en su Palabra, orando en el espíritu. No nos dejemos llevar por otros maestros, a menos que las enseñanzas de éstos sean exactas y estén basadas en la Biblia. Sólo Jesús es maestro y podrá enseñarnos cosas maravillosas (Mt. 23:8, 10; Mr. 1:22; 12:14; Jn. 8:28; Jn. 13:13).
4. Mesías (1:41). La traducción de esta palabra es Cristo, “ungido de Dios”. El pueblo de Israel siempre hablaba del Mesías, quien además sería el Hijo de Dios. Ese Mesías lo liberaría de la opresión de sus enemigos. A los pocos días de su nacimiento, Jesús fue llevado al templo, y allí estaban los ancianos Ana y Simeón. Este tomó en sus brazos al niño y exclamó: “Ahora Señor tu siervo puede partir en paz, porque mis ojos han visto a tu Ungido, Jesús nuestro Señor y Salvador” (Ver Lc. 2:29–32).
5. Jesús (1:45) Este es el nombre personal de nuestro Señor. Cuando el ángel apareció a José, le dijo acerca de María: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1:21). Este nombre no fue idea de hombre alguno sino que fue manifestado desde el cielo; y corresponde tanto al período de humillación de nuestro Señor (Fil. 2:6–8) como también al de su gloriosa exaltación (Hch. 2:36; Fil. 2:9–11).
El nombre Jesús revela su carácter de perfecto Salvador, “porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:12).
6. Rey de Israel (1:49). Jesucristo es el Rey de Israel aunque el pueblo de Israel todavía no quiera reconocerlo como tal. La Biblia enseña que Jesús volverá a la tierra para reinar sobre Israel, y asegura que él cumplirá sus promesas (Jos. 21:45). Los planes de Jesucristo nunca son ni serán frustrados por la debilidad humana, y aunque hoy pareciera que el pueblo israelita rechaza a Cristo, un día él será ese rey.
7. Hijo del Hombre (1:51). Este título lo utiliza Cristo con respecto a sí mismo, y denota su participación en la naturaleza humana, sin excluir la divina (3:13, 14; 5:27; 6:27). Aunque Jesús era Dios, se hizo verdaderamente hombre.
. Dios (el que … envió a Juan), le había dicho que cuando ocurriera la señal de la paloma, la persona marcada por la venida y presencia del Espíritu sería la que bautizaría con el mismo Espíritu Santo. La limpieza efectuada por medio del agua es una cosa, pero la que hace el Espíritu es de otro orden. Más tarde, en Pentecostés, cincuenta días después de la resurrección de Jesús, el bautismo con el Espíritu Santo inició una nueva era (Hch. 1:5; 2:1–3), la de la iglesia, “la era del Espíritu” (cf. 1 Co. 12:13).
El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (b. El segundo testimonio de Juan (1:29–34))
. Dios (el que … envió a Juan), le había dicho que cuando ocurriera la señal de la paloma, la persona marcada por la venida y presencia del Espíritu sería la que bautizaría con el mismo Espíritu Santo. La limpieza efectuada por medio del agua es una cosa, pero la que hace el Espíritu es de otro orden. Más tarde, en Pentecostés, cincuenta días después de la resurrección de Jesús, el bautismo con el Espíritu Santo inició una nueva era (Hch. 1:5; 2:1–3), la de la iglesia, “la era del Espíritu” (cf. 1 Co. 12:13).
El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (b. El segundo testimonio de Juan (1:29–34))
El bautismo de Jesús no se registra en el evangelio de Juan, aunque se asume el conocimiento del material registrado en los evangelios sinópticos (V. “El singular retrato presentado por Juan” en la Introducción). Este evangelio no afirma que el Espíritu descendió como paloma durante el bautismo de Jesús. Lo importante aquí es que el Espíritu invisible descendió del cielo, y se manifestó en forma corporal (como una paloma). Juan vio que el Espíritu en forma de paloma descendía sobre Jesús (cf. Is. 11:2; Mr. 1:10
Cuando el mundo se rebeló contra su Hacedor, y el Creador fue desafiado por sus propias criaturas, un gran abismo se abrió entre Dios y el hombre. La primera venida de Cristo fue como un puente que cruzó ese abismo, y abrió una vía de acceso desde Dios hasta el hombre, y luego, del hombre a Dios. El segundo advenimiento de nuestro Señor ampliará mucho más ese puente. El cielo, entonces, descenderá a la tierra; y finalmente, la tierra ascenderá al cielo.
Charles Spurgeon
La iglesia de hoy en día necesita tomar conocimiento, en forma urgente, del mensaje de esta segunda carta a Timoteo. Por todas partes vemos cristianos e iglesias abandonando su firmeza en el evangelio, manejándolo mal y hasta en peligro de dejarlo caer de las manos. Se requiere una nueva generación de Timoteos que guarden el depósito sagrado del evangelio, lo proclamen, estén dispuestos a sufrir por él, y lo transmitan puro y sin deterioro a la generación que surja para seguir sus pasos.
John Robert Walmsley Stott (Predicador inglés)
Predicar no es otra cosa sino dar un mensaje de parte de Dios.
Silva Kittim
Related Media
See more
Related Sermons
See more