El Encuentro

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El Encuentro

Resumen Genesis 42
Después de siete años de abundancia, el Medio Oriente enfrentó años de hambruna, pero Egipto, gracias a José, contaba con muchos alimentos.
Dios había enviado a José para preservar a su familia y, eventualmente, a la nación de Israel.
Jacob, preocupado por su familia, se entera de que se puede comprar alimento en Egipto.
Los hermanos, conscientes de su culpabilidad por haber vendido a José años atrás, se sienten atormentados por sus acciones. Ir a Egipto no es lo ideal para ellos.
La mención de Egipto despierta en ellos culpa y miedo. Ese secreto les ha privado de paz en sus almas. Ha sido una carga muy dura de llevar.
Los diez hermanos de José viajaron a Egipto en busca de trigo, pero Jacob no envió a Benjamín, su hijo favorito, por miedo a que le sucediera algo.
Al llegar los hijos de Jacob, se encuentran con su hermano José, quien los reconoce, pero ellos no lo identifican. Se inclinaron ante él, pero José actuó como si no los conociera, y comenzó a interrogarlos.
Lo que buscaba era obtener información de su padre y de toda la familia.
Es interesante ver como los hermanos de José se postran ante él ,,, ahora convertido en un gran gobernador egipcio.
Así se cumple parte de los sueños de José en relación a su autoridad sobre su familia. Aunque antes tuvo que tener autoridad sobre un gran imperio.
Los hermanos de José se inclinan ante él y él recuerda los sueños que Dios le dio cuando era apenas un niño.
Por causa de esos sueños, ellos quisieron matarlo, pero decidieron mejor venderlo como esclavo a Egipto.
Buscaron destruir sus sueños pero, irónicamente, con sus acciones, permitieron más bien que sus sueños se cumplieran.
Este encuentro entre José y sus hermanos simboliza la ceguera espiritual del pueblo judío, que no reconoce a Jesús como el Mesías.
José decide actuar con dureza para evaluar la sinceridad de sus hermanos, él deseaba abrazarlos, pero sabía que eso interferiría con el plan divino que debía cumplirse.
Ellos tenían que aprender la lección, sanar sus corazones y mostrar arrepentimiento para recibir perdón.
Una disculpa superficial no sana las relaciones interpersonales dañadas. En el alma debe de profundizarse un arrepentimiento sincero.
Isaías 1:16-18 dice:
Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Por eso Jesús comenzaba sus predicaciones con un llamado al arrepentimiento.
A pesar de su gran deseo, José controló sus emociones de darse a conocer y abrazarlos ,,,, más bien les habló con dureza, consciente de que sus hermanos debían inclinarse ante él, como Dios lo había indicado antes.
Habían pasado más de veinte años desde que lo vieron por última vez, y ahora él era un poderoso funcionario egipcio. Fisicamente no daba pistas que era un hombre de la raza hebrea.
La comunicación a través de un intérprete agravaba la confusión, ,,,,, José no podía revelar su identidad ni manifestar el encuentro que su corazón anhelaba.
José los acusa de ser espías, lo que les causa una profunda angustia.
Los hermanos defienden su inocencia y al hacerlo dan detalles de su padre y su hermanos menor, Benjamín.
José, actuando bajo la dirección del Espíritu Santo, y a través de preguntas busca obtener información sobre su padre y su hermano menor.
Aunque algunos lo interpretan como rencoroso y vengativo, el comportamiento de José no es venganza, sino un método para hacerlos reflexionar sobre sus acciones pasadas y su situación familiar actual.
José les da tres días para reflexionar sobre su injusto trato hacia él ,,,, hace más de veinte años.
Después de tres días en prisión, José muestra compasión hacia sus hermanos, recordando el hambre que padece en Canaán el resto de la familia.
José los pone a prueba e insiste en acusarlos de ser espías, y exige que traigan a su hermano menor, Benjamín.
Propone que uno de los hermanos, Simeón se quede preso mientras los demás regresan con provisiones, insistiendo en que Benjamín debe acompañarlos en una futura compra.
Les dice: «Hagan esto y vivirán. Yo temo a Dios», buscando generar confianza en lugar de miedo.
Sus hermanos, preocupados por la separación de Benjamín de Jacob el padre, aceptan la demanda no con muy buen gusto.
Esta situación, para ellos, se ha vuelto muy incómoda y complicada.
Los hermanos de José, al reconocer su pecado pasado y el terrible secreto familiar, sienten angustia y confiesan su culpa (entre ellos) por haberlo vendido como esclavo.
Comienzan a hablar entre ellos incriminándose sus acciones terribles. Obviamente están hablando en hebreo y saben que este gran oficial egipcio no entiende el idioma hebreo.
José habla perfectamente el idioma egipcio, pero nunca olvidó el hebreo, así que entiende todo lo que ellos dicen.
Rubén hace mención de su intento de salvar a José cuando lo lanzaron al pazo, ,,,, Esto sorprende grandemente a José, por primera vez se da cuenta de las intenciones de Rubén.
José se conmueve por la conversación de sus hermanos, aunque oculta sus emociones y se aleja para llorar en privado.
Este reconocimiento de culpa por parte de los hermanos es un paso necesario para su redención.
José no guarda rencor, pero decide retener a Simeón como garantía para asegurar el regreso de sus hermanos, dejando a Rubén libre por su intento de protegerlo. Así, Dios trabaja en el arrepentimiento de ellos.
José envió a los hermanos de regreso a su hogar con sacos llenos de trigo y el dinero de cada uno escondido en sus sacos, además de provisiones para el viaje. José no quería que no abrieran los sacos hasta haber avanzado.
A pesar de dejar atrás a Simeón, confiaban en regresar por más grano y llevar a Benjamín.
Los hermanos salieron de Egipto aliviados y, al detenerse en una posada, encontraron su dinero en la bolsa de alimentos.
Se asustaron en gran manera y se preguntaron: “¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?”, reconociendo la intervención divina en sus vidas.
El miedo a ser acusados de robo los atormentaba, especialmente por su pasado al vender a José.
Cuando haces algo malo y lo mantienes en secreto, piensas que todo lo malo que te sucede es por causa de ese secreto.
El dinero puede ser muy inconveniente muchas veces, este fue el caso con estos hermanos. La paz del alma y la dependencia en Dios tienen mucho más valor que el dinero.
José, a pesar de ser el hombre más rico, tenía como prioridad su relación con Dios y usaba sus riquezas para ayudar a los demás, no para ser egoísta.
Al regresar a Canaán, los hermanos se preocupan por el dinero encontrado. José prueba su arrepentimiento y prepara el camino para la futura revelación de su identidad.
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