Cambiemos nuestra mentalidad

Mateo 14:16 NVI

16 —No tienen que irse—contestó Jesús—. Denles ustedes mismos de comer.

Ha llegado el momento donde cada uno como pastor tenemos que dirigir a la gente a realizar el trabajo que el Señor espera. Este trabajo a travez de los años se ha distorsionado:

Los proyectos de hombres en ocasiones se ha vuelto más relevantes que la agenda salvífica de nuestro Dios.

No es que puedo realizar para llenar el templo y cubrir los gastos operacionales

Se trata de que la iglesia de Jesucristo sea la lo que él mismo diseñó; Sal de la tierra y luz de este mundo

Una comunidad donde el Señor añada a su iglesia los que han de ser salvos, se hechos discípulos y y sean enviados hasta los confines del mundo.

Mt.5.13 “13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.”

Mt. 5.14 “14 Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.”

¿Cuál es nuestra descripción de responsabilidades como ministros?

Ef.4.11-13 “11 Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. 13 De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.”

Que cada miembro del cuerpo de Cristo entienda que ha sido salvado Dios le ha dado una nueva vida No para cumplir con sus expectativas personales

Sino para cumplir con lo que el Señor nos mandó a hacer.

1Pe.2.9- 10 “9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. 10 Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.”

Ya es tiempo que nuestro prójimo ( nuestros vecinos) vea en nosotros el amor a Dios en nosotros y experimente el amor de Dios a través de los miembros del cuerpo Cristo.

Que como Iglesia del Señor no solo roguemos al SEÑOR POR ELLOS sino que seamos el puente para que ellos conozcan a Jesucristo.

Que los conozcamos

Que Nos interesemos en ellos

Que les conozcamos

Que identifiquemos sus necesidades y áreas de dolor o necesidad

Que tengamos conversaciones profundas y espirituales con ellos para alcanzarles con el evangelio de poder.

Que pasaría si cada hermano de nuestras congregaciones estuviera consciente de su rol dentro del cuerpo de Cristo