La elección de Salomón

1º Reyes 3:3–5

3Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. 4E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar. 5Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.

Introducción

Salomón ahora está establecido como rey en Israel después de cumplir con las indicaciones de su padre.

1º Reyes 2:12 “Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y su reino fue firme en gran manera.”

Una de las características principales que identificaban a Salomón fue su amor a Dios. 1º Reyes 3:3 “Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David..….”

Amar a Dios es fundamental para el éxito en la vida cristiana.

Pero si amamos a Dios es porque Él nos amó primero: 1 Juan 4:19 “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”

Esto se testifica en Salomón: 2º Samuel 12:24 “Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová.”

Vemos la elección de Dios, pues Salomón no tenía ningún mérito o característica especial para que Dios lo haya escogido, como sus hermanos mayores, Dios lo escogió por el puro afecto de su voluntad.

Efesios 1:4–5 “4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,”

Todos nosotros los que hemos sido rescatados del pecado y condenación eterna también somos amados por el Padre.

La oferta de Dios

1º Reyes 3:5 “Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.”

El creador y dueño de todo, el gran Yo soy, la esencia del amor y el dueño del oro y la plata hace esta oferta Salomón.

Aquel para quien no hay nada imposible. esta dando la oportunidad a Salomón a pedir lo que quiera.

Pero esta misma oportunidad nosotros ahora tenemos en Cristo: Mateo 7:7–8 “7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”

Si somos hijos de Dios, entonces gozaremos de los beneficios de un padre bueno, que da buenas dádivas a sus hijos.

Mateo 7:11 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

La condición: hijos de Dios.

Pero aquellos que no son hijos, Él ofrece vida eterna. Juan 10:28 “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”

La petición de Salomón

1º Reyes 3:9 “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?”

Salomón tenía la oportunidad de pedir todas las riquezas, fama y gloria de este mundo, una vida garantizada de bienestar hasta su muerte.

Pero la visión de Salomón va más allá de lo terrenal.

Amaba a Dios porque lo conocía, y sabía que como Padre bueno, tenía garantizada las cosas materiales, por tanto, pidió Sabiduría e inteligencia celestial para gobernar con justicia.

Pero también es consciente de su responsabilidad en esta tierra, y que en sus manos está el destino de muchas almas, por tanto, piensa en su gente antes que en él. 1º Reyes 3:9 “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo…”

Salomón pide sabiduría, la más grande riqueza que el hombre pueda tener. Proverbios 16:16 “Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata.”

La sabiduría te da inteligencia, prudencia, entendimiento, discernimiento… cualidades son más valiosas que todas las riquezas y placeres de este mundo.

Al pedir sabiduría cubría todas su necesidad de gobernar bien: 1º Reyes 3:7–8 “Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.”

También su petición complacía a Dios: 1º Reyes 3:10 “Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.”

No pedía con egoísmo, sino para honrar a Dios y para el bienestar del pueblo.

Este es el problema cuando pedimos y no recibimos, porque pedimos mal: Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”

Antes de pedir prosperidad, salud, bienestar o dones, pidamos sabiduría: Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

La abundante respuesta

1º Reyes 3:12 “he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.”

Dios con mucho agrado otorgó a Salomón lo que había pedido, pues su petición es fruto del amor a Él y a su pueblo, más que a él mismo.

Sin embargo, en su complacencia, Dios otorga a Salomón más de lo que pidió.

1º Reyes 3:13 “Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.”

Salomón buscó primero el reino de Dios y su justicia, y todas las otras cosas le fueron añadidas, de tal manera que sobrepasó a todos los reyes de la tierra en gloria y riquezas. 1º Reyes 10:23 “Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.”

Un corazón sabio sabrá administrar bien las riquezas, tendrá la madurez y humildad para manejar la fama.

La sabiduría es un don que deberíamos de anhelar más que cualquier otra cosa.

Proverbios 2:1–6 “1Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, 2Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, 3Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; 4Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, 5Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. 6Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.”

Conclusión

¿Por qué Salomón recibió tan grande oferta de Dios? 1º Reyes 3:3 “Mas Salomón amó a Jehová…”

Porque amaba a Dios, su objetivo siempre fue agradarlo a Él y no a sus deseos egoístas.

Cuando nosotros nos constituimos en hijos de Dios, nuestro carácter será como el de Él, lleno de amor y sobriedad.

Es entonces que gozaremos de los beneficios del padre amoroso.

Juan 15:7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”

Salomón recibió esta visitación de Dios en un sueño, cuando despertó, lo primero en hacer es ofrecer sacrificio a Dios, como ofrenda de agradecimiento y temor.

Parte de nuestro culto a Dios es ofrecer ofrenda a Dios por sus beneficios y bendiciones. Nunca olvides esto, pues es una manifestación de tu amor y gratitud a Dios.

Que nuestra oración de ahora en adelante es pedir sabiduría de Dios, para que tengamos una vida plena