La santificación
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Tema No olvides lo aprendido. 23/octubre/2022
Texto 1 Tesalonicenses 4.1-12
Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.
2 Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús;
3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;
6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.
7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;
10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más;
11 y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado,
12 a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
Introducción
Algo que es característico del apóstol en sus cartas la primera parte es doctrinal y después la parte práctica. De igual manera en esta carta los primeros 3 capítulos son la parte doctrinal y ahora a partir del 4 viene lo práctico.
Nuestra motivación para el buen comportamiento siempre gira en torno a estos dos polos: la instrucción que hemos recibido y el hecho de saber que daremos cuentas al Señor en el día final.
Para conducirnos con rectitud necesitamos mirar hacia atrás a la voluntad revelada de Dios, y hacia delante al retorno de Cristo. Pero debemos recordar que las dos miradas persiguen una misma finalidad. Así, en 1 Tesalonicenses, las diferentes perspectivas de las dos partes tienen una misma intención: confirmar a los creyentes en la fe y animarles en el camino de santidad.
La unidad de la epístola priva sobre la diversidad que podemos observar en sus distintas secciones.
Tanto es así, que los factores de continuidad entre las dos partes son al menos tan importantes como los factores de contraste. Para poner un solo ejemplo, Pablo acaba de hablar (en el 3:11–13) de la importancia de nuestro crecimiento en amor y santidad de cara al retorno de Cristo. Con esto no ha hecho más que anticipar lo que ahora procede a exponer en el capítulo 4; pues el 4:1–12 versa sobre la santidad y el amor, mientras que el 4:13–18 versa sobre la segunda venida de Cristo.
Así pues, el apóstol comienza la segunda parte de su carta con una serie de exhortaciones en torno a temas que acaba de tratar en la primera parte.
Empieza con dos expresiones las cuales ponen de manifiesto lo serio y lo relevante de la petición que les hará. Y la intensidad de la petición.
1.- Rogamos
Solicitar pedir, hace esto el apóstol a la iglesia de tesalónica ya que el quiere ver una iglesia en la dignidad de su Señor.
2.- Exhortamos
Infundir animo y aliento solicitar encarecidamente pedir fervorosamente.
En el Señor con la autoridad que Cristo nos concede
3.- Como (conviene)
es necesario andar proceder comportarse
4.- Y asi agradar a Dios (satisfacer complacer)
porque agradar a Dios es el fundamento sobre el cual se edifica todo el comportamiento ético del cristiano, agradar a Dios como la fuerza motriz de nuestra vivencia.
5.- Abundeis mas
Que lo sigan haciendo en un mayor grado
En el vrs 2 no es algo nuevo que les va decir mas bien recordar o confirmar lo que en el pasado ya le ha dicho. 1 tesalonisenses 4:2
2 Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús;
Y empieza el apostol a hacer mencion acerca de las instruciones dadas y a lo que les ruega y exhorta a seguir andando, para agradar a Dios.
1.- La santificacion
1 tesalonisenses 4:3
3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
solo se puede tener claridad sobre la justificación si se tiene claridad sobre la santificación.
la doctrina de la santificación. Es una doctrina en donde se sustenta la etica y la conducta que agrada a Dios
consideremos algunas observaciones sobre la santificacion pero antes veamos la diferencia entre la jsutificacion y la santificacion
debemos preguntarnos en qué se diferencian la justificación y la santificación.
Ambas gracias son posesión del creyente. No hay ningún creyente justificado que no esté siendo santificado. Pero estas gracias son distintas entre sí al menos en cuatro aspectos
En primer lugar, la justificación es un acto de la gracia de Dios, mientras que la santificación es una obra de la gracia de Dios
. Es decir, la justificación es una declaración legal única y definitiva en el tribunal de Dios por medio de la cual somos «contados como justos». Dios pronuncia este veredicto en el momento en que una persona llega a la fe en Cristo. La santificación es una obra continua y progresiva de Dios en la vida de un creyente.
En segundo lugar, la justificación al presente es perfecta, mientras que la santificación al presente es imperfecta
pero «los hace crecer [a los creyentes] hacia la perfección» No puedes ser más justificado de lo que eres actualmente. Pero sí puedes y serás más santificado, y un día serás perfectamente santificado.
En tercer lugar,
la justificación se ocupa de la culpa del pecado,
mientras que la santificación se ocupa del dominio y la presencia del pecado.
En la justificación, Dios perdona nuestros pecados. En la santificación, Dios nos rescata de una vez por todas de la esclavitud del pecado y, gradualmente, elimina la presencia y la influencia del pecado de nuestra forma de pensar, nuestras elecciones, nuestras prioridades y nuestro comportamiento.
En cuarto lugar,
en la justificación, Dios «imputa la justicia de Cristo»; en la santificación, Dios, por medio de Su Espíritu, «infunde la gracia y capacita para ejercerla» En la justificación, la justicia de Cristo es imputada o contada al creyente en la corte de Dios y recibida por medio de la fe sola. Esta justicia imputada es la única base de nuestra justificación. En la santificación, Dios infunde la gracia de manera que nos volvemos interiormente más y más justos en nuestras vidas.
Primero
la santificación es obra de la gracia de Dios.
Tito 2:11,12
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,”
“enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,”
Colosenses 3:5
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
Como debemos cuidar lo que vemos lo que oímos las insinuaciones de este mundo para caer en la impureza moral, tengamos cuidado y sujetemosnos de la gracia de Dios para tener la capacidad de vivir en la santificacionla cual Dios quiere que desarrollemos para ser mas semejantes a la imagen de nuestro Señor Jesus.
En segundo lugar
la santificación comienza con un cambio de señorío.
Romanos 6:1–7
“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.”
La santificación no consiste en que Dios haga refinamientos cosméticos en la vida de una persona. La santificación comienza, más bien, con la obra de Dios de trasladar una persona del reino del pecado al reino de la gracia. En Adán, estamos en esclavitud bajo el pecado Muertos en delitos y pecados, hemos «perdido totalmente toda capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe a la salvación» Tampoco podemos convertirnos a nosotros mismos o prepararnos para la conversión (Pero en Cristo, Dios nos pone de manera salvadora, invencible e irreversible bajo el reino de la gracia De manera voluntaria y gozosa sometemos todo nuestro ser —cuerpo y alma— a Jesucristo, nuestro Señor Por estas razones, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes una y otra vez a vivir de forma que refleje el señorío presente de Jesucristo sobre la totalidad de nuestras vidas.
En tercer lugar
el poder en la santificación es el del Espíritu Santo, quien aplica la obra de Cristo a nuestras vidas.
La santificación es, especialmente, la obra de Dios el Espíritu
(2 Tes 2:13). El título del Espíritu, «Espíritu Santo», está directamente relacionado con Su compromiso de hacernos cada vez más santos (ver 1 Tes 4:7-8). En particular, el Espíritu mora en nosotros
y nos aplica la muerte y resurrección de Cristo Por lo tanto, somos capaces de hacer morir el pecado (Rom 8:13) y de andar en la «novedad» de la «vida» de resurrección (6:4). La santificación, entonces, tiene dos dimensiones inseparables pero distinguibles. Por un lado está la mortificación: el debilitamiento y la muerte gradual y continua del pecado. Y por otro lado, la vivificación: un avivamiento del creyente en la gracia «para la práctica de la verdadera santidad» Podríamos pensar en la santificación en términos negativos («no hagas»), y deberíamos hacerlo. Pero la santificación también es positiva («haz»). Al dejar el pecado, al mismo tiempo buscamos la justicia.
En cuarto lugar
la meta de Dios en la santificación es que seamos renovados conforme a la imagen de Dios en Cristo.
Dios está renovando a cada uno de Sus hijos «en la totalidad de su ser según la imagen de Dios» Pablo nos dice que en la santificación estamos siendo renovados «conforme a la imagen de aquel que [nos] creó» (Col 3:10; Ef 4:24). De manera particular, cada hijo de Dios está siendo conformado a la imagen de nuestro hermano mayor, Jesucristo
La santificación, dice Pablo a los filipenses, es el proceso de conformación a Cristo (Flp 3:10). Al «contemplar la gloria del Señor» en las Escrituras, «estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria», y esto por el poder del Espíritu Santo (
2 Co 3:18).
La santificación también nos recuerda que Dios está formando una familia de pecadores redimidos. Cada miembro de la familia está siendo hecho para llevar la semejanza del Hijo amado de nuestro Padre celestial. Por eso, Pablo dice a los corintios: «Sed imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo» (1 Co 11:1). Al parecernos cada vez más a Cristo, ayudamos a nuestros hermanos y hermanas a ver con más claridad lo que Dios quiere que también ellos sean.
En quinto lugar
Dios nos ha llamado a participar en nuestra santificación.
La santificación es obra de la gracia de Dios. Pero eso no significa que seamos pasivos en la santificación. Por el contrario, la gracia de Dios nos compromete en una actividad enérgica. Como dice Pablo a los filipenses: «ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito» (Flp 2:12-13). Precisamente porque Dios trabaja en nosotros, podemos y debemos trabajar en nuestra salvación. La gracia de Dios nos capacita para vivir una vida piadosa (ver Tit 2:11-12). ¿Cómo, entonces, participamos en nuestra santificación? Podemos responder a esta pregunta en dos vertientes. En primer lugar, tanto la fe como el arrepentimiento son dones de Dios para el pecador (ver Hch 5:31; 11:18; Ef 2:8, Flp 1:29), y tenemos la responsabilidad de ejercer estos dones. Dios no cree ni se arrepiente por nosotros. Por la gracia de Dios, nosotros creemos y nosotros nos arrepentimos.
En segundo lugar, Dios ha designado ciertos medios por los que se complace en llevar a una persona a la fe (el ministerio de la Palabra) y aumentar y fortalecer esa fe (el ministerio de la Palabra; la administración de los sacramentos; la oración) Si descuidamos estos medios, no podemos esperar crecer en santificación. Si usamos estos medios con diligencia, sí podemos esperar que Dios nos dé el crecimiento en la gracia que deseamos y necesitamos.
En sexto lugar
la Biblia nos informa sobre un patrón particular para la santificación del creyente.
Todo creyente debe perseguir las buenas obras que la Biblia requiere de nosotros. Estas buenas obras se llevan a cabo en obediencia a la ley moral de Dios Las buenas obras son importantes por muchas razones en la vida cristiana, sobre todo para servir como «frutos y evidencias de una fe viva y verdadera» y para «fortalecer [nuestra] seguridad» Nuestra obediencia a Dios es tanto un deber como un placer. Obedecemos la ley de Dios tanto porque tenemos que hacerlo como porque queremos hacerlo. La vida de santificación es también una lucha continua contra nuestros enemigos: el mundo, la carne y el diablo ver Rom 7:14-25; Gal 5:17). Esta batalla tendrá sus contratiempos y decepciones, pero luchamos a la luz de la victoria que Cristo ya ha ganado en nuestro favor sobre el pecado y la muerte (ver 1 Jn 3:9; 4:4; 5:4-5). Y debido al compromiso de Dios de terminar lo que empieza, sabemos que Dios completará el proyecto de santificación que ha comenzado en nuestras vidas (Flp 1:6;
Hay un avivamiento del paganismo en nuestros días que se expresa en un ambiente inmoral, literatura pornográfica, laxitud en los votos matrimoniales, promiscuidad, obsesión omnipresente con el sexo y tolerancia general acerca de las relaciones sexuales. En tiempos como éstos, se necesita desesperadamente la enseñanza del Nuevo Testamento acerca de la pureza sexual, y la verdadera respuesta a ello es la experiencia de la santificación, con su concomitante insistencia en la devoción cabal a la voluntad de Dios.
2.-Santificacion en nuestras relaciones
1 tesalonisenses 4:6,7
6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.
7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
Auenque la idea continua de la inmoralidad del adulterio de no agraviar al hno con infidelidad y traicion, no podemos hacer a un lado las relaciones entre nosotros como hnos esta es una de las muchos agravios que le podemos hacer algun hno en la fe por tanto debemos desarroollar la santificacion en nuestras relaciones nuestras amistades deben estar sustentadas basadas desarrolladas en la santificacion
Efesios 4:30,32
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo
Romanos 14:19
Así que sigamos lo que contribuye a La Paz y a la mutua edificación
2 corintios 13 11;12
11 Por lo demás hermanos Tened sumo gozo,perfecciónaos ,consolaos,sed de un mismo sentir y vivir en paz y el Dios de paz y de amor estará con vosotros
12 saludaos unos con otros con ósculo santo.
1 tesalonisenses 5:12,13
12 Os rogamos,hermanos que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros y os presiden en el Señor, y os amonestan
13 Y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra tened paz entre vosotros.
Una relacion que no nos conduce mutuamente a la santificacion debemos poner distancia de por medio o buscar llevarla a la santificacion.
3.- Santificacion fraternal
1 tesalonisenses 4:9,10
9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;
10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más;
Reconoce Pablo que eran unos hnos que habian practicado el amor fraternal, pero les recomienda sigan haciendolo y aun mas y mas siempre el amor que nos tengamos unos a otros y que nos lo demostremos.
En esto conoceran que son mis discipulos si tuvieren amor los unos por los otros.
4.- Santificacion en lo productivo (laboral)
1Tesalonisenses 4:11,12
11 y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado,
12 a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
La idea parece ser la siguiente. Los indisciplinados estaban causando mucha perturbación en la iglesia, quizás predicando acerca del inmediato fin del mundo o animando a los demás a dejarlo todo para esperar en oración y meditación la llegada del Señor. Constituían un foco de entusiasmo emotivo y de desconcierto eclesial. Conducían a que los creyentes, en vez de caracterizarse por un testimonio noble y coherente en la sociedad, fueran percibidos como unos iluminados irresponsables o fanáticos peligrosos. En lugar de eso —dice Pablo—, tendríais que desear ser conocidos como personas estables y maduras que, lejos de causar trastornos innecesarios, sois ciudadanos útiles, pacíficos, solidarios y responsables.
5 menciones que hace el apóstol en pro de nuestra santificación
1.Que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila.
2.Que os ocupéis en vuestros propios asuntos.
3.Que trabajéis con vuestras manos, tal y como os hemos mandado.
4.A fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera.
5.A fin de que no tengáis necesidad de nada (o de nadie).
Se menciona nuevamente en 1 tesalonicenses 5:14
14 También os rogamos hermanos que amonestéis a los ociosos que alentéis a los de poco animo que sostengáis a los débiles que seáis pacientes para con todos.
2 tesalonisenses 3:10-12
10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.
La santificacion en nuestras vidas laborales de honra de integridad de buen testimonio no debe ser tomada. A la ligera sino con seriedad y responsabilidad para que no tengamos que depender de que alguien me de sino trabajo con mis propias manos.
1 tesalonisenses 4:8
8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
No es palabraa de hombre es voz de Dios del Espiritu Santo la predicacion viene de Dios cuan la exponemos y si eres indiferente es a El al que ofendes