La belleza que trasciende
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Introduccion
Introduccion
1 Pedro 3:3–4 “3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
Si viajáramos al primer siglo, veríamos que el Imperio Romano estaba completamente obsesionado con la apariencia externa.
La ropa, las joyas, los peinados y el atractivo físico eran de suma importancia. Las mujeres adoptaban peinados elaborados y usaban pelucas importadas de lugares tan lejanos como la India y Alemania. La moda no era algo trivial; la importación de sedas, perlas y joyas generaba millones de dólares en la economía romana de hoy.
El púrpura, por ejemplo, era el color más caro y codiciado, y una sola prenda de este color costaba lo que una persona promedio ganaría en un año. Mujeres de la alta sociedad, como la esposa del emperador Calígula, podían vestir trajes valorados en millones de dólares, cubiertos de esmeraldas y perlas.
Este mundo de lujo y ostentación, lleno de presión por lucir bien, es el mismo contexto en el que los primeros cristianos vivían. A pesar de toda esta extravagancia, Pedro nos llama a enfocarnos no en la apariencia externa, sino en el carácter interior.
Y si somos sinceros, esta lucha por la apariencia no es algo exclusivo de la Roma antigua. Hoy también estamos rodeados de estándares de belleza que nos presionan a lucir perfectos. Aunque somos cristianos, no somos inmunes a esta obsesión. Todos tenemos algo de nuestra apariencia que nos gustaría cambiar. Tal vez ser más altos, más delgados, tener un tipo diferente de cabello, o simplemente tener cabello.
El mensaje de Pedro nos reta a no permitir que nuestra vida gire en torno a lo externo, sino a lo interno, porque nuestra verdadera belleza, la que Dios valora, es la del corazón.
AHORA..
Regresemos a 1 Pedro, capítulo 3, donde dejamos nuestro último estudio. Si ha seguido esta serie, recordará que Pedro empezó dirigiéndose a las esposas, especialmente a mujeres creyentes, muchas de ellas recién convertidas, que estaban casadas con esposos incrédulos.
Pedro les escribe a mujeres que provienen de una cultura obsesionada con la juventud, la fuerza física y la apariencia. Estas mujeres vivían en un mundo donde el cuerpo perfecto era idolatrado. Si visita un museo hoy en día y observa las esculturas de siglos anteriores, verá que la sociedad romana ponía todo su enfoque en la perfección física.
Pero estas mujeres, a las que Pedro se dirige, han sido salvadas de ese mundo. Han salido de esa cultura decadente, de moda y obsesión con la perfección física, para abrazar un nuevo estándar: uno que no se basa en lo externo, sino en lo que realmente importa delante de Dios, el corazón y el carácter interior.
1 Pedro 3:3 “3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,”
1 Pedro 3:4 “4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
Pedro nos entrega una verdad que puede liberar a cualquiera, soltero o casado, hombre o mujer: liberarles de la obsesión por la apariencia física. Aquí, Pedro no está prohibiendo cuidar la imagen personal, sino que está priorizando lo que realmente importa.
La palabra “atavío” usada aquí viene del griego "kosmos", de donde obtenemos la palabra “cosmos” (orden del universo) y “cosmético” (orden del rostro).
Pedro menciona tres aspectos externos: peinados, joyas, y ropa, los cuales en su tiempo eran muestras de estatus y riqueza.
Ahora tenga cuidado aquí: Pedro no está prohibiendo estas cosas. Solo está priorizando las cosas.
Hay personas que han llegado a la conclusión, al llegar a este texto, que una mujer no puede soltarse el cabello en público, o trenzarlo o peinarlo. Otros concluyen que una mujer tampoco puede usar joyas en público – o incluso que nunca puede usar o tener aros, anillos, etc.
Las iglesias estan divididas sobre la interpretación y aplicación de este pasaje. Muchos de ellos creen que Pedro estaba prohibiendo cualquier tipo de joyería, y los anillos de boda son joyas y, por lo tanto, estaban prohibidas.
Sin embargo, si aplicamos esta interpretación estricta, Pedro también estaría prohibiendo usar vestidos, lo cual no es lógico ni es el punto que él está haciendo.
1 Pedro 3:3 “3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,”
La palabra original que Pedro usa, traducida peinar, no es tanto una referencia a un corte de cabello como una referencia a la actividad del trenzar el cabello. Esto tampoco habla de un par de trencitas que le hace a su hija en un par de minutos.
El contexto, es que El tipo de trenzado al que se refiere Pedro tomaba horas de tiempo y atención y en la época de Pedro se había convertido en una muestra pública e icónica de riqueza y ocio. Lo diferenciaba.
Una vez más, Pedro no lo prohíbe. No le preocupan las trenzas; le preocupan las prioridades.
1 Pedro 3:3 “3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,”
Note más adelante, de adornos de oro. Literalmente dice en griego, ponerse alrededor – rodearse de joyas.
Esto no era solo un anillo de oro. Esto, nuevamente, era una exhibición ostentosa de riqueza.
la descripción de Pedro, es de una mujer que se carga de joyas y busca llamar la atención, no por quién es, sino por lo que posee y por cómo se ve.
En realidad, Pedro está criticando el uso excesivo de estos adornos para ostentar riqueza y llamar la atención.
El tipo de trenzado del que habla no era algo casual, sino elaborado, costoso, y símbolo de distinción social.
Lo mismo aplica a las joyas, que en ese tiempo incluían una gran cantidad de adornos visibles y ruidosos,
1 Pedro 3:3 “3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,”
El tercer adorno mencionado por Pedro al final del versículo 3 es, literalmente, ponerse vestidos – traducido generalmente como vestidos ostentosos.
Esto no significa que no puedas usar un hermoso vestido; y por cierto, Pedro tampoco les está diciendo a las mujeres cristianas que se vean descuidadas o poco atractivas. Ese no es su punto.
Las palabras que Pedro usa aquí se refieren a la idea de usar ropa extravagante para lucirse, y en este contexto, conlleva la idea de llamar la atención por todas las razones equivocadas.
Aplicacion:
Aplicacion:
Pedro no prohíbe nada de esto: el peinarse el cabello, usar joyas y ropa bonita; pero está a punto de redefinir lo que es verdaderamente bello, lo que realmente merece llamar la atención. De hecho, está a punto de decirles a las mujeres de la asamblea que la verdadera belleza va más allá de la piel – va más profundo.
La Verdadera Belleza que el Creyente debe Priorizar
La Verdadera Belleza que el Creyente debe Priorizar
Habiendo dicho en qué no hay que enfocarse, Pedro pasa a decirles a las mujeres en qué deben poner su tiempo y energía.
1 Pedro 3:4 “4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
sino [que su atavío sea] interior
Entonces Pedro está contrastando el mundo físico, con el mundo espiritual,
Pedro está haciendo un juego de palabras. Está haciendo un contraste entre el mundo público y el corazón privado.
Y les está diciendo a las mujeres que se concentren en su corazón; a vestirse de adentro hacia afuera – ante todo pasar más tiempo arreglando sus corazones espiritualmente que arreglando su cabello y vistiendo sus cuerpos físicamente.
Pedro nos recuerda que la verdadera belleza no proviene de lo externo.
Las mujeres no deben ser conocidas por la cantidad de joyas que usan o por los vestidos extravagantes, sino por la belleza interior, el “incorruptible ornato” de un espíritu afable y apacible, lo cual es altamente valioso a los ojos de Dios.
¿Y qué debería estar desarrollando en la privacidad de su corazón? Pedro entrega dos cualidades.
1 Pedro 3:4 “4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
ESPIRITU AFABLE
Mire el versículo 4, un espíritu afable y apacible. La palabra afable significa ser amable o considerado. Amabilidad en lugar de ser agresivo y exigente.
Por cierto, esta misma palabra griega aparece en la lista del fruto del Espíritu en Gálatas 5 – traducida como mansedumbre; lo que significa que esto no es solo para las mujeres, sino también para los hombres. Vamos a hablar de los hombres eventualmente MAS ADELANTE YA LES TOCA.
La palabra “afable” se traduce como “manso” en el Nuevo Testamento.
Mansedumbre no significa debilidad. En realidad, es poder bajo control; es emoción bajo control.
Así que Pedro no está diciendo que la mujer debe convertirse en una esclava subyugada y expuesta al abuso. No está sugiriendo que las mujeres no puedan opinar.
De hecho espiritu afable, esta era la cualidad que definía al señor Jesucristo. Él fue manso, afable, considerado y definitivamente dijo lo que pensaba.
Pero el Señor nunca estuvo fuera de control; Siempre fue intencional y decidido.
ESPIRITU APACIBLE
Pedro agrega una segunda cualidad para el desarrollar en su interior: un espíritu apacible. Ella es apacible, tranquila.
Esto no significa que ella no se mueve ni abre la boca. La palabra que Pedro usa aquí hace referencia a la paz. Ella está en paz.
La definicion de Espiritu apacible es deo alguien que soporta con calma los disturbios creados por otros sin crear ellos mismos un disturbio.
Aquí se encuentra una esposa creyente, casada con un hombre obstinado que no le importa el evangelio y, como hemos aprendido, no quiere tener nada que ver lo que cree su esposa , quizas aveces crea disturvios, burlas , mofas o dureza. Y en medio de esta agitación, ella tiene una sensación de paz interna.
Las cosas a su alrededor son como un campo de batalla, pero ella busca la paz.
APLICACION
Va a ser imposible que su esposo incrédulo ignore el hecho de que ella tiene algo diferente.
Hay confusión en todas partes y ella se mantiene calma y amable.
Para la mujer que quiere demostrarle el poder del evangelio a su esposo incrédulo o desobediente, Pedro dice que estas son las cualidades que son más difíciles de ignorar.
La verdad es que un esposo incrédulo no va a tomar nota de cuántas veces ora o cuántos capítulos de la Biblia lee o cuántas veces va a la iglesia. Él simplemente notará su comportamiento – la forma en que realiza no solo los deberes rutinarios de la vida, sino también la forma en que enfrenta la agitación y las dificultades que la rodean.
Alguien dijo lo siguiente, una mujer cuya sonrisa es amplia y cuya expresión es amable tiene una especie de belleza sin importar como se vista.
Esta belleza va más allá de la piel – no es superficial.
Pedro les recuerda a estas esposas y a todas las mujeres en el Cuerpo de Cristo una verdad que no van a aprender en la televisión o en una revista o en el centro comercial: la verdadera esencia de la belleza femenina no es el adorno exterior, sino las actitudes internas que se expresan con bondad y templanza.
Estas bellas cualidades no se pueden comprar. No se venden en la tienda. Se desarrollan por el Espíritu de Dios en lo más profundo, más allá de la piel, al interior de la persona – dentro del corazón. Ahí es donde se desarrolla la verdadera belleza.
A continuación, Pedro escribe que estas dos cualidades – ser afable y apacible – son únicas por dos motivos. Note nuevamente el versículo 4: Pedro escribe que estas cualidades son incorruptibles.
1 Pedro 3:4 “4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
En otras palabras, esto es algo que dura. Lo que está de moda eventualmente pasará de moda, ¡pero esto nunca lo hará! es incorruptible.
Esa es otra forma de decir: estas cualidades nunca pasarán de moda
Los peinados pasaran, la ropa, y las joyas tambien.
La palabra incorruptible literalmente significa que no se marchita, desvanece, pasa o disipa.
Es decir, Pedro le está diciendo a las mujeres de todas las edades, “aquí hay una belleza que nunca se desvanecerá”.
Todo sobre nosotros está envejeciendo, incluso si tratamos de negarlo. Lo temporal se está marchitando, no importa cuán jóvenes nos veamos todavía.
Yo estoy envejeciendo, me comple un play no lo juego..
Pedro nos está recordando: no se concentre en algo que se está desvaneciendo, algo que requiere más y más cosméticos. Concéntrese en adornar su corazón.
En segundo lugar, estas cualidades no sólo son incorruptibles, sino también – observe la última parte del versículo 4 – de grande estima delante de Dios.
La palabra traducida “de grande estima” hace referencia a algo valioso; costoso; incluso invaluable.
Una vez más, esto es un juego de palabras. Mientras que el mundo derrocha dinero en cosas de alto precio, Dios nos informa que las cosas más valiosas de la vida no están en su guardarropa; están en su corazón.
DAMAS Ser afable y apacible son cualidades a las que Dios les ha puesto el precio más alto.
BUSQUEN ESO.
UN PARENTESIS
VARONES, No caigamos en la misma obsesión que tiene el mundo con el cuerpo. Esa obsesión ha sido una carga tremenda para las mujeres, haciéndolas sentir que nunca son lo suficientemente bellas, que nunca alcanzan el estándar, que siempre son insuficientes. Esto lleva a muchas a sentirse inferiores, poco atractivas, e incluso, imposibles de amar.
Hombres, también tenemos un papel importante aquí. No debemos fomentar los valores del mundo al alentar a las mujeres a enfocarse en lo superficial. En lugar de eso, ayudémoslas a ver lo que realmente importa: el carácter y la belleza interior que Dios valora.
Conclusión
Conclusión
Esto es lo que Pedro les está diciendo a las esposas y a las mujeres en general:
Primero, lo que más importa nunca estará colgado en su armario o escondido en un joyero.
En otras palabras, lo más importante no tiene nada que ver con el estilo; tiene todo que ver con tu espíritu. No tiene nada que ver con menos arrugas, ropa más nueva o joyas más brillantes.
Esas cosas no son eternamente valiosas. Lo que el Espíritu de Dios está desarrollando en su corazón, el fruto del Espíritu de Dios no tiene precio.
En segundo lugar, lo que impacta a su esposo, y al resto del mundo, y le da gran gloria a Dios, no es su apariencia, sino su actitud.
Pedro está hablando específicamente sobre la amabilidad y la calma, VIVIR EN MOSTRADO PAZ.
En tercer lugar, lo que el mundo persigue con gran obsesión es temporal. Lo que el cristiano persigue con gran pasión es eterno.
Cuánto tiempo pasa arreglando su rostro, en comparación con el tiempo que pasa trabajando en su fe?
¿Cuánto esfuerzo pondrá esta semana trabajando en cosas externas, en comparación con el esfuerzo que pondrá trabajando en sus cosas internas? No son cosas malas o prohibidas, son solo cosas temporales.
¿Cuánto tiempo pasará esta semana ejercitando su cuerpo en el gimnasio, en comparación con el tiempo que pasará ejercitando su espíritu en la Palabra de Dios?
Una más: ¿Queda espacio en su horario para trabajar en cosas invaluables?
asi como hay un plan de rtutina de ejercicios y alimenticio, y un proceso de maquillaje.
Damas planifique su rutina de ejercicio y embellecimiento en la Palabra de Dios esta semana. Asegúrese de que la dulzura, gracia, amabilidad y la calma – este espíritu afable y apacible sea parte de ese entrenamiento interno que se lleva a cabo en el interior, más allá de la piel, en lo más profundo de su corazón.