Cuando Dios no Escucha
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Dios escuchó la oración de Ana
Dios escuchó la oración de Jonas
Psalm 66:18 (NVI)
18 Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado;
Abrigado: ver fijamente
escuchado: oir, obedecer, conceder
Si te niegas a escuchar los mandamientos de Dios, él seguramente se negará a escuchar tus oraciones…
Charles Spurgeon dijo:
A continuación, se presentan algunos ejemplos que pueden ayudarlo a pensar profundamente sobre su propia vida de oración.
Dios no escucha si ignoras al necesitado
13 Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda.
Tu vida de oración podría verse afectada si ignoras el clamor del necesitado.
Dios no escucha si dudas de Él
5 Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.
6 Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.
7 Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor;
Dios no escucha al violento.
15 Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis ojos; aunque multipliquen sus oraciones, no las escucharé, pues tienen las manos llenas de sangre.
Dios no escucha cuando no respetamos a nuestra esposa (o)
7 De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes.
Cuando un esposo no muestra honor a su esposa, sus oraciones rebotan contra el techo.
Dios no escucha cuando oramos con malas intenciones.
3 Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.
Dios no escucha si amamos mas el pecado que a Él
18 Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado;
El Salmo 66:18 dice: “Si en mi corazón hubiera yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado…”
Si Dios aceptara nuestras devociones, mientras nos deleitamos en el pecado, se convertiría en el Dios de los hipócritas. (Spurgeon)
1 Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones.
2 Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.
3 Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado.
4 Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable.
5 Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre.
6 Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría.
7 Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
8 Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.
9 Aparta tu rostro de mis pecados y borra toda mi maldad.
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.
9 Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.