Cuando vamos a estudiar una parábola debemos comprender de que tipo es, hay algunas que tienen diálogos que la preceden y es sencillo identificar quién la provoca, conocer sus intenciones y comprender que quiere enseñarle Jesús, hay otras que no tienen este diálogo y nos toca leer un poca más para identificar quién es el que la provoca, afortunadamente esta parábola tiene ese diálogo que la antecede Mt 18.21-22