Vivir la nueva vida en Cristo

1.0 Titulo:

Vivir la nueva vida en Cristo

2.0- Texto del Sermón

Colosenses 3:1–17“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.”

3.0- Acerca del Texto:

La carta a los Colosenses fue escrita por el apóstol Pablo desde la prisión en Roma, dirigida a la iglesia en Colosas, una comunidad de creyentes que enfrentaba falsas enseñanzas y una mezcla de filosofías humanas con prácticas religiosas.

Pablo les insta a centrarse en Cristo como la fuente de su vida y su verdadera identidad.

En Colosenses 3:1-17, el apóstol presenta una exhortación práctica sobre cómo vivir la nueva vida en Cristo.

El texto destaca tres aspectos clave: buscar las cosas de arriba, hacer morir lo terrenal y vivir como escogidos de Dios.

Este pasaje nos llama a una transformación radical que afecta cada área de nuestras vidas, desde nuestros pensamientos hasta nuestras acciones cotidianas.

4.0- Propósito del Sermón

El propósito de este sermón es desafiar a los creyentes a evaluar su vida espiritual a la luz de su nueva identidad en Cristo. Buscamos animar a cada miembro de la iglesia a experimentar una verdadera transformación, renunciando a lo terrenal y viviendo conforme a la voluntad de Dios, para reflejar el carácter de Cristo en todas sus relaciones y acciones diarias.

5.0- Declaración del discurso

Hoy vamos a explorar cómo nuestra vida en Cristo transforma nuestra manera de vivir. Veremos cómo estamos llamados a buscar las cosas de arriba, a hacer morir lo terrenal en nosotros, y a vivir como los escogidos de Dios. Este es un llamado a dejar atrás el viejo estilo de vida y a abrazar una vida nueva, llena del poder y la gracia de Dios.

6.0- Objetivo del Sermon

El objetivo de este sermón es que los oyentes comprendan y se comprometan a vivir su nueva identidad en Cristo, demostrando una transformación genuina en su carácter, comportamiento y relaciones, y que esta transformación se manifieste en su vida diaria, tanto en el hogar, la comunidad, como en su lugar de trabajo.

7.0- Introducción

En nuestra vida cristiana, necesitamos enfocarnos en lo que es realmente valioso, en lo que es eterno, en las "cosas de arriba". Pero a veces, nos distraemos con los “fuegos artificiales” de la vida cotidiana: el deseo por más dinero, la avaricia, las relaciones dañinas o incluso las preocupaciones que parecen controlarlo todo.

Hoy vamos a hablar de cómo vivir la nueva vida en Cristo, cómo dejar atrás esas distracciones terrenales y centrarnos en lo que realmente importa, en lo que tiene valor eterno.

En esta predicación, veremos cómo la Biblia nos invita a hacer morir lo terrenal en nosotros y a vivir una vida nueva como hijos amados de Dios, como lo que somos: el pueblo escogido de Dios.

En nuestra vida cristiana también se requiere un cambio radical, una transformación profunda para vivir de acuerdo con nuestra nueva identidad en Cristo.

8.0- Desarrollo

8.1. Nuestra vida escondida en Cristo

En Colosenses 3:1-4, Pablo nos recuerda que, como creyentes, hemos sido resucitados con Cristo y nuestra vida ahora está "escondida con Cristo en Dios". Este concepto implica una unión tan íntima y profunda con Cristo que nuestra verdadera identidad se encuentra en Él.

Cuando Pablo habla de una vida "escondida", se refiere a una seguridad y protección que encontramos en nuestra relación con Cristo, quien intercede por nosotros ante el Padre.

Vivir una vida escondida en Cristo significa que nuestras prioridades, deseos y perspectivas han sido transformados por nuestra unión con Él.

Además, nuestra esperanza futura se encuentra en Su venida, cuando nuestra verdadera identidad será completamente revelada.

Filipenses 3:20–21“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

1 Juan 3:2 “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.”

Efesios 2:4–6“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,”

El Talmud enseña en Berajot 17a: "Los justos no tienen descanso, ni en este mundo ni en el mundo venidero, porque siempre están subiendo de un nivel a otro".

Esto puede relacionarse con la idea de una vida escondida en Cristo, donde hay un continuo crecimiento y transformación en la santidad y la comunión con Dios.

8.2. Hagamos morir lo terrenal de nuestras vidas

En Colosenses 3:5-11, Pablo exhorta a los creyentes a "hacer morir" todo lo que es terrenal en nosotros: inmoralidad, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia.

Este mandato implica una acción decisiva y constante para renunciar al pecado y a las influencias del mundo que nos alejan de la santidad.

Este proceso de "hacer morir" lo terrenal es posible únicamente por el poder del Espíritu Santo, que nos capacita para rechazar las tentaciones y vivir conforme a la voluntad de Dios.

Este llamado a una vida de pureza y santidad es una respuesta al conocimiento de que hemos sido resucitados con Cristo y estamos siendo conformados a Su imagen.

Romanos 8:13 “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.”

Gálatas 5:24 “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”

Efesios 4:22–24“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,y renovaos en el espíritu de vuestra mente,y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

El Talmud en Shabbat 105b menciona: "Quien destroza su inclinación al mal (yetzer hará) es como si ofreciera un sacrificio a Dios."

Esto refleja la idea de "hacer morir" lo terrenal en nosotros, considerando que cada acto de autocontrol y rechazo del pecado es un sacrificio espiritual.

8.3. Vivamos como escogidos de Dios

En Colosenses 3:12-17, Pablo nos anima a vivir como los "escogidos de Dios, santos y amados".

Esto significa revestirnos de actitudes y características que reflejen nuestra nueva identidad en Cristo: compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia.

Vivir como escogidos de Dios también implica soportarnos unos a otros, perdonando como Cristo nos perdonó, y dejando que la paz de Cristo gobierne en nuestros corazones.

Finalmente, debemos dejar que la Palabra de Cristo habite abundantemente en nosotros, instruyéndonos y exhortándonos mutuamente, con gratitud en nuestros corazones a Dios. Vivir como escogidos de Dios significa reflejar Su amor y Su carácter en todas nuestras relaciones y acciones.

1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”

Efesios 4:1–3“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;”

Romanos 12:10 “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”

En Pirkei Avot 6:6, se enseña que el amor verdadero debe ser desinteresado, como el amor que se tiene por los mandamientos de Dios.

"Todo amor que depende de una causa, cuando la causa desaparece, el amor desaparece; pero todo amor que no depende de una causa, nunca desaparecerá".

Esto se puede comparar con el llamado a vivir como escogidos de Dios, amando y perdonando de manera desinteresada, como Cristo nos amó.

9.0- Conclusión:

Vivir la nueva vida en Cristo es una invitación a experimentar una transformación continua y profunda. Estamos llamados a vivir "escondidos en Cristo," a "hacer morir lo terrenal" en nuestras vidas, y a "vivir como escogidos de Dios," reflejando Su amor y Su carácter. Esta vida nueva no es un simple ajuste externo, sino una transformación radical del corazón que se refleja en nuestras acciones, relaciones y en la manera en que amamos y servimos a Dios y a los demás. Que el Espíritu Santo nos capacite para vivir esta nueva vida, para Su gloria y alabanza.