EL PODER DE LA RECONCILIACIÓN
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EL PODER DE LA RECONCILIACIÓN
Génesis 44:1-2
1 Mandó José al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de estos varones, cuanto puedan llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal.
2 Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.
En el saco de Benjamín había una bomba programada para explotar antes de que los hermanos salieran de las fronteras de Egipto.
Benjamín se convertiría en una amenaza para todos ellos tal como José, lo había sido para ellos (o por lo menos eso habían imaginado) hace muchos años.
¿Qué harían con Benjamín? Eso era lo que José deseaba saber.
Durante veintidós años, los hermanos de José habían encubierto cuidadosamente su pecado.
No habían dicho la verdad y aparentemente no habían obtenido consecuencias graves.
Además, no tenían miedo de quedar expuestos porque la única persona que podía testificar contra ellos era José, y estaban seguros de que él estaba muerto, o sirviendo como esclavo en algún rincón del gran Egipto.
Pero la verdad tenía que salir a la luz.
José tenía una jugada más en su plan para llevar a sus hermanos al arrepentimiento, y este plan involucraba a su amado hermano, Benjamín.
Cuando los once hermanos salieron de la casa de José, tenían todos los motivos para estar alegres.
No habían sido arrestados por robar el dinero del grano, Simeón había sido liberado, Benjamín viajaba sano y salvo con ellos y por fin regresaban a casa.
También habían sido los invitados de honor a una maravillosa fiesta en una increíble mansión, y el generoso gobernante los había despedido con sus sacos llenos de grano. De hecho, fue un día feliz.
Ahora van de regreso a casa. Pronto las pirámides paganas quedarían muy atrás.
Pero su alegría fue sólo un espejismo. La alegría y la paz auténticas nunca pueden basarse en mentiras; deben estar fundados en la verdad.
Bajo la dirección de Dios, el método de José era reconstituir la tentación a la que sucumbieron los hermanos cuando lo vendieron como esclavo.
La tentación era a la vez una prueba y un camino hacia la transformación.
De manera que las cosas sucedieron así:
José da instrucciones a su mayordomo para que llene los sacos de los hermanos con grano y coloque en el saco de Benjamín su copa de plata, la cual había utilizado en la ceremonia de la comida.
El mayordomo cumple con estas órdenes y al amanecer, los hermanos parten hacia la casa de su padre sin saber que la copa está escondida en el saco de Benjamín.
Poco después, José envía a su mayordomo tras ellos, ordenándole que los detenga y les acuse de haber robado su copa.
Cuando los hermanos son alcanzados, defienden su inocencia, afirmando que no han robado nada.
Los hermanos están tan seguros de su inocencia que se ofrecen voluntariamente un castigo extremo: "Cualquiera de tus siervos que tenga la copa, morirá, y también nosotros seremos siervos de mi señor" (v. 9).
En este punto, el mayordomo dice que cualquiera que tenga la copa será el esclavo de José, y los demás serán libres.
No es necesario morir, solamente será esclavo ,,,, el culpable. No hay muerte, sólo esclavitud.
En realidad, José estaba interesado en un hombre, ,,,,, Benjamín, y en las decisiones que sus hermanos iban a tomar sobre él.
Génesis 44:11-13
11 Ellos entonces se dieron prisa, y derribando cada uno su costal en tierra, abrió cada cual el costal suyo. 12 Y buscó; desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín. 13 Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y cargó cada uno su asno y volvieron a la ciudad.
Uno por uno los hermanos pasaron la inspección hasta que los soldados llegaron a Benjamín, y exactamente, ¡allí estaba!
La copa extraviada estaba en el costal de Benjamín.
Los hermanos han llegado a la encrucijada más grande de la vida. ¿Qué van a hacer con Benjamín?
¿Mostrarán otra vez su maldad y lo lanzarán a los lobos como una vez se deshicieron de José?
Todas las condiciones estaban listas para que se perpetrara una nueva traición cuando Benjamín fue acusado.
Pero en esta ocasión, la reacción de los hermanos muestra lo bien que el tormento de su consciencia había hecho en sus corazones.
Se rasgaron su vestidura en señal de terrible dolor.
Rasgaron sus vestidos para demostrar su dolor, la misma reacción que anteriormente ellos habían provocado que su padre tuviera cuando perdió a José
Cuando José desapareció,,, sólo Jacob, el padre, se rasgó la ropa (37:34);
,,,, ahora lo hacen todos los hermanos, esta es la primera señal de solidaridad fraternal. Por fin vemos un poco de unidad entre los hermanos.
Algo nuevo estaba ocurriendo. Estaban cambiando.
¿Qué harían ahora? ¿Entregarían a Benjamín y se salvarían ellos mismos? No; no abandonarían al hijo favorito de su padre.
No eran los mismos hombres que una vez vendieron tan alegremente a primer hijo favorito a Egipto.
Así fue que los hermanos rasgaron sus vestidos y regresaron llorando a la casa de donde acababan de salir gozosos.
Esto era una fatalidad. El hijo predilecto de Jacob, condenado a esclavitud perpetua. ¿Habría algo peor que eso?
No podían hacer nada por evitar el castigo.
Allí estaba la prueba del delito. ¿Cómo podían negar que la copa de José había ido a parar al saco de Benjamín?
¿Y qué explicación podían dar? ¿Quién iba a creer que el hecho no era resultado de un robo?
Benjamín es ahora una inconveniencia para ellos, años atrás, José era inconveniente y no dudaron en deshacerse de él.
Pero ahora algo ha cambiado. De modo unánime apoyan a su hermano menor y, totalmente consternados, se unen para comparecer de nuevo ante el gran ministro.
El tormento de tu consciencia es una buena señal, te conduce al verdadero arrepentimiento,
,,,,, hay personas que ya no pueden se advertidos por su consciencia, la tienen cauterizada.
Los hombres afligidos se unen a Benjamín y se preparan para compartir cualquier destino que le depare al joven.
Imagínese los pensamientos que pasaban por sus mentes mientras viajaban de regreso a la ciudad. ¿Cómo podrían demostrar su inocencia?
¿Benjamin realmente lo hizo?
¿Lo convertirían en esclavo o posiblemente lo matarían?
¿Por qué hicieron una oferta tan tonta en primer lugar? Matar al culpable ,,,,,
¿Qué le va a decir Judá a su padre cuando regresara a casa sin su hermano menor?
Frente a la presencia del gran varón, se postran una vez más ante él.
De sus labios oyen un duro reproche: «¿Qué acción es ésta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?» (v. 15).
El terror que están pasando en este momento les hace sentirse totalmente impotentes ante el poder de este gran varón.
Este incidente simboliza al día en que los judíos, los parientes del Señor Jesús según la carne, serán puestos en el horno de la aflicción en la gran tribulación, para ser purificados por la llama y preparados para la revelación de Jesús en Su gloria.
Génesis 44:14-16
14 Vino Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante de él en tierra.
José había soñado que los hermanos se inclinaban ante él. Y a medida que los sueños se iban cumpliendo, el acto de inclinarse variaba.
Inicialmente, en el 42:6, "los hermanos de José vinieron y se postraron ante él rostro en tierra”
Luego, en 43:28, "inclinaron la cabeza y se postraron" (cursiva agregada).
Y aquí, en 44:14, "cayeron delante de él en tierra" (cursiva agregada).
Cuando llegaron, sus hermanos no se limitaron a inclinarse ante él; se postraron en tierra, once hombres asustados y destrozados.
Esta era la tercera vez que se inclinaban ante él (42:6; 43:26), de esta forma los sueños proféticos de José se habían cumplido con exactitud.
"El sueño está sucediendo.. Pero en su miedo, los hermanos no se dan cuenta”.
Mientras sus hermanos se arrastraban ante él, José mantuvo su personalidad severa:
15 Y les dijo José: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?
Estaban en una situación imposible. No había absolutamente nada que pudieran hacer. Y fue en medio de esta desesperación que Judá dio un paso al frente.
16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa.
Judá pasa al frente. Primero se ofreció a compartir la culpa y luego a cargar con ella por completo.
Con una frustración desgarradora, Judá repitió: "¿Qué diremos... qué hablaremos?" No había manera de que pudieran exculpar a Benjamín ante el implacable gobernador.
44:16. Dios ha hallado la maldad de tus siervos,,,
En la angustia insoportable del momento, Judá confesó su gran culpa de largos años: "Dios ha descubierto la culpa de tus siervos”.
De manera rápida y general Judá confesó la culpa de los hermanos en el rechazo y venta de José muchos años antes. Fue un gran paso adelante, pero aún no era suficiente.
Cuando Judá admitió su culpa, comprendió que no fue el gobernador quien la descubrió sino Dios.
Aunque inocentes de robar la copa, eran culpables: ¡muy culpables, totalmente culpables!
Mediante la declaración de culpabilidad de Judá, todos aceptaron que Dios había descubierto su pecado.
Y como todos habían ofendido juntos, se comprometieron a sufrir juntos:
"Somos siervos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuya mano fue hallada la copa"
Todos los hermanos estaban implicados; por lo tanto todos merecían compartir la sentencia de Benjamín.
Todos estaban dispuestos a sujetarse al juicio de Dios y ser esclavos de por vida.
José rápidamente rechazó su oferta de compartir la culpa con Benjamín ,,,,,
A lo mejor Judá pensó que era posible que Benjamín, a pesar de sus gritos de inocencia, en realidad hubiera robado la copa.
José repitió su declaración de que los diez hermanos mayores podían volver a su padre y a sus familias.
Todavía estaba forzando la cuestión: ¿qué harían con Benjamín?
Ahora los hermanos enfrentaron la última y más difícil parte de la prueba.
Las palabras de José hicieron resonaban muy fuerte en sus oídos:
“Los demás pueden irse a casa”.
Este es el punto culminante de la prueba ,,,,, a que José ha querido someter a sus hermanos.
Se propone aislarlos de Benjamín. Así verá si prefieren su propia libertad a costa del joven.
José construyó una situación en la que había de quedar en claro si ellos volverían a comportarse como antes o si ya habían cambiado.
La respuesta a su ofrecimiento iba a revelar la actitud de sus corazones.
Veinte años atrás no lo hubieran pensado dos veces y hubieran dicho:
“¡Que se quede Benjamín, no importa que se pudra en el pozo de lodo, mientras nosotros podamos salir sin problemas!”
Y podemos imaginarlos regresando a casa, diciendo a su padre:
“Tu hijo predilecto, a quien siempre preferiste antes que a nosotros, está encarcelado en Egipto.
“Nos dio la sorpresa que le gusta robar, fue sorprendido, y ahora está pagando por ello.”
José esperaba ansiosamente lo que iba a decir Judá.
Génesis 44:18-34
18 Entonces Judá se acercó a él, y dijo: Ay, señor mío, te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón.
Judá se adelanta para acercarse al gran oficial, posiblemente infringiendo las normas de etiqueta y seguridad que le corresponde a un oficial importante.
Va a jugárselo del todo en un último intento para evitar el arresto de Benjamín.
Judá estuvo a la altura al presentar una de las grandes oraciones intercesoras de la Biblia, una oración que demostró la grandeza moral de Judá y su supremacía sobre todos sus hermanos.
Posiblemente fue por actitud y esa oración que la línea mesiánica finalmente se estableció en Judá. Jesús vino de la linea de Judá.
Como resultado de su oración, todas las barreras que José tenía para revelarse completamente fueron eliminadas.
En su oración, Judá se puso de parte de todos sus hermanos, junto con Benjamín, el amado de su padre.
Podemos notar la ironía; el que una vez había sugerido vender a su hermano (José) ahora se ofrecía a ser su esclavo de José, de por vida, a fin de rescatar a su hermano menor de un destino similar.
(44:18). "Oh, señor mío, te ruego que tu siervo hable una palabra al oído de mi señor, y no se encienda tu ira contra tu siervo, porque tú eres como Faraón".
Le dio a José su posición adecuada y apeló a él basándose en la la paciencia, en la gracia y la misericordia.
Cuando oremos, usemos también esa actitud, Dios escucha esa clase de oración.
Judá continúa ,,,,
19 Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano? 20 Y nosotros respondimos a mi señor: Tenemos un padre anciano, y un hermano joven, pequeño aún, que le nació en su vejez; y un hermano suyo murió, y él solo quedó de los hijos de su madre; y su padre lo ama.
Ocho veces en esta defensa, Judá llamó a José “mi señor” y trece veces usó la palabra “padre”.
Judá no se dio cuenta de que cada vez que usaba la palabra “padre” o se refería a su hermano Benjamín, estaba llegando al corazón del hombre que tenía su futuro en sus manos.
21 Y tú dijiste a tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él. 22 Y nosotros dijimos a mi señor: El joven no puede dejar a su padre, porque si lo dejare, su padre morirá. 23 Y dijiste a tus siervos: Si vuestro hermano menor no desciende con vosotros, no veréis más mi rostro. 24 Aconteció, pues, que cuando llegamos a mi padre tu siervo, le contamos las palabras de mi señor. 25 Y dijo nuestro padre: Volved a comprarnos un poco de alimento. 26 Y nosotros respondimos: No podemos ir; ,,,,,, si nuestro hermano va con nosotros, iremos; ,,,, porque no podremos ver el rostro del varón, si no está con nosotros nuestro hermano el menor.
Judá repasó su historia familiar reciente y le recordó a José hechos que él conocía tan bien como ellos.
Judá, con muchísima cautela y discreción, hizo al gran varón responsable de esta situación por haberlos puesto en un momento comprometedor con tantas preguntas.
El objetivo de Judá era defender la liberación de Benjamín para que pudiera regresar a casa con su anciano padre.
Para empezar, Benjamín estaba allí sólo porque José le había pedido que viniera.
Las familias en Canaán habrían muerto de hambre si los hermanos hubieran dejado a Benjamín en casa.
La sugerencia tal vez sea que, si Benjamín no hubiera venido, tal vez nada de este problema hubiera ocurrido.
Continúa ,,,,
27 Entonces tu siervo mi padre nos dijo: Vosotros sabéis que dos hijos me dio a luz mi mujer; 28 y el uno salió de mi presencia, y pienso de cierto que fue despedazado, y hasta ahora no lo he visto.
Mientras José escuchaba, obtuvo información vital, hasta entonces desconocida.
Por primera vez supo lo que había sucedido en casa veinte años antes, cuando sus hermanos regresaron sin él.
Se enteró del grito desconsolado de su padre - "Seguramente ha sido despedazado" - y que aún resonaba en la conciencia de Judá y de sus hermanos.
Judá, por supuesto, no tenía idea de cuán desgarradora sería esta revelación para José.
José también se enteró de que Judá y sus hermanos ahora hablaban de manera diferente sobre el favoritismo mostrado hacia Raquel y sus dos hijos, ,,,,,,
,,,,,,, porque Judá citó el favoritismo de su padre hacia José y ahora hacia Benjamín como una razón para que José dejara ir a Benjamín.
Pero ahora ,,,, Judá y sus hermanos habían aceptado el favoritismo de Jacob.
Más allá de eso, simplemente no podían soportar la idea de la miseria de su padre, no soportaban verlo sufrir.
Debemos amar a nuestros seres querido aún con sus defectos, Dios nos amó y nos aceptó con nuestros defectos, ¿por qué no podemos hacer lo mismo?
Los hermanos se habían arrepentido de su pecado contra José.
Habían perdonado el injusto favoritismo de su padre.
Amaban tanto a su padre y a su hijo favorito que no abandonaron a Benjamín, aunque el costo fuera inmenso.
Judá sigue diciendo ,,,, lo que su padre le había dicho ,,,,
29 Y si tomáis también a este de delante de mí, y le acontece algún desastre, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
La muerte en sí es dolorosa, pero salir de esta vida con un corazón roto y desconsolado es aún peor.
30 Ahora, pues, cuando vuelva yo a tu siervo mi padre, si el joven no va conmigo, como su vida está ligada a la vida de él, 31 sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor al Seol.
32 Como tu siervo salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre;
33 te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.
34 Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, ,,,, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.
El último llamamiento de Judá fue ofrecerse a permanecer en Egipto como sustituto de Benjamín.
Que Judá se declarara fiador de su hermano menor y se ofreciera voluntariamente a ocupar su lugar conmovió el corazón de José.
Judá estaba seguro de que él había sido la causa de la muerte de José y no quería ser la causa de la muerte de Jacob.
Más de veinte años antes, Judá había visto el profundo dolor de su padre por la pérdida de José, y no deseaba que esto se repitiera.
Aquí estaba la elocuencia del amor verdadero. . . . Un amor tan ardientemente manifiesto, tan dispuesto a asumir plena responsabilidad ante Dios,
,,,,, un amor que sólo pensaba en Jacob y Benjamín, ,,,, esto derritió el corazón de José.
Tal amor impulsó a Moisés a pedirle a Dios que borrara su nombre del libro de la vida (Éxodo 32:32);
,,, tal amor impulsó a Pablo a desear ser anatema por sus hermanos si tan solo ellos pudieran salvarse.
Judá fue transformado por el amor divino.
Este conmovedor discurso ciertamente reveló la preocupación de Judá tanto por su anciano padre como por su hermano menor.
De hecho, ¡Judá casi suplicó ser esclavo de José!
“Ahora bien, deja que tu siervo se quede aquí como esclavo de mi señor en lugar del muchacho”
Necesitamos recordar que Jesucristo es la garantía para aquellos que han confiado en Él (Heb. 7:22).
Él ha asumido la responsabilidad por nosotros de asegurarnos de que vendremos al Padre (Juan 14:1-6).
Jesús está “llevando muchos hijos a la gloria” (Heb. 2:10), y se encargará de que cada uno de ellos llegue sano y salvo.
Judá estaba dispuesto a tomar el lugar de Benjamín y separarse de su padre, pero Jesús en realidad tomó nuestro lugar y murió por nosotros en la cruz, clamando: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mateo 27:46).
Él es nuestra garantía y no puede fallar.
Las palabras finales de Judá (v. 34) son en el fondo una apelación a los sentimientos del gran varón.
¿Tendrán una respuesta favorable?
José ha podido llegar a lo más profundo del corazón de sus hermanos, y su «conversión» es evidente. El arrepentimiento de ellos es genuino.
Dios ha obrado con el poder de su gracia. Pasaron la prueba. José recoge, por fin, el fruto tan largamente deseado.
José se da a conocer a sus hermanos
45
Génesis 45
1 No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.
Las palabras de Judá han producido en José un efecto tremendo.
La emoción de José es incontenible.
En presencia de sus hermanos José no pudo contenerse más y lloró.
Los hermanos no podían creer lo que oían y veían.
Ya no es necesario que continúe esforzándose en reprimir sus sentimientos, pues ya no hace falta seguir probando a los hermanos.
No hay lugar a dudas en cuanto al arrepentimiento de ellos y su transformación.
Así que José da órdenes a todos sus siervos egipcios de que se retiren.
La tierna escena que estaba a punto de ocurrir en ese lugar era demasiado privada para que la presenciaran personas extrañas.
Así Cristo se da a conocer Él mismo, y expresa su amorosa bondad a su pueblo, fuera de la vista y de los oídos del mundo.
Los momentos que van a seguir quiere vivirlos en la más absoluta intimidad. Y cuando están solos los doce hermanos José prorrumpe en un sonoro llanto («lloró a gritos»).
2 Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón.
Los egipcios, que seguramente se han quedado en alguna de las habitaciones contiguas, oyen el lloro, y pronto la noticia llega hasta la casa del faraón.
Génesis 45:3
3 Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
Ahora, en el momento más dramático de la historia, José revela su verdadera identidad.
No es Zafnat-panea (el nombre egipcio que le había sido puesto por Faraón al nombrarlo gran visir).
Es JOSÉ, el hermano que años atrás había sido vendido a unos ismaelitas con destino a Egipto.
Además les habla en su propia lengua, no en egipcio a través de un intérprete.
Es fácil imaginar el efecto que esta enorme sorpresa produjo en los hermanos. Casi como una descarga eléctrica intensa y potente.
La simple declaración “Yo soy José” explotó como un trueno en sus oídos y trajo terror a sus corazones.
Se quedaron sin palabras. Toda boca fue tapada al presentarse culpables ante su juez (Romanos 3:19).
En un instante cruzaría por la mente de ellos el recuerdo vívido de lo que aconteció en un pasado ya lejano.
Lo habían rechazado, lo habían vendido, habían hecho todo lo posible por olvidarlo.
¡Con mucha razón estaban aterrorizados!
Habían caído, con toda su culpa, en manos de aquel a quien habían agraviado tan terriblemente, ,,,,,, alguien ahora armado con poder absoluto sobre ellos.
Sienten las punzadas de su conciencia. Vergüenza. Y gran miedo.
Muy fácilmente podría ahora José tomar justa venganza de ellos.
Los tiene en su poderosas manos, y puede hacer lo que quiera con ellos.
De igual manera con el Señor Jesús, ,,,,,, porque bien podría el pecador sentirse aterrorizado cuando la convicción llega a su corazón,,,,,
,,,,,, cuando se da cuenta de lo enorme de su pecado como uno que rechaza a Cristo, culpable del crimen del Calvario y culpable de rechazo persistente y testarudo de Cristo durante tantos años.
Génesis 45:4-5
4 Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.
Dos cosas debieron haberlos animado: 1). les estaba pidiendo que se acercaran, algo que los egipcios no hacían con los hebreos (Génesis 43:32), 2). Y estaba llorando incontrolablemente.
Esta es la tercera vez que José llora a causa de sus hermanos, pero es la primera vez públicamente.
¡Él les habló nuevamente y no sólo se identificó como José sino que también les recordó lo que le habían hecho hace años!
El secreto familiar ya no era un secreto. Con toda seguridad, Benjamín, hasta este momento se da cuenta de la verdad escondida en los hermanos.
“Yo soy José, vuestro hermano”. Esto los humillaría más aun por su pecado de venderlo, pero los alentaría a esperar un buen trato.
De igual manera, cuando Cristo se le apareció a Pablo le dijo: “Yo soy Jesús, el que tú persigues”,,,,,
,,,, y cuando consolaba a sus discípulos, decía: “Yo soy, no tengan temor”.
Cuando Cristo se manifiesta a su pueblo, les anima a acercarse a Él con un corazón sincero.
Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
No pudo pasar por alto su pecado, pero lo mencionó sólo para que pudiera ser perdonado.
Continúa diciéndoles ,,,,,,
6 Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.
8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
En la historia predicha por los sueños, los hermanos debían humillarse delante de José; pero había otra nota en el guión de este drama:
,,,,, el de los propósitos de Dios, quien se aprovecha aun de las torpezas y los pecados de los hombres para llevar a cabo su obra.
Dios usa materiales de construcción tan improbables tales como el odio y la maldad de los hermanos veinte años atrás,
,,,, Dios había construido un plan para salvar vidas, las vidas de una familia importante que aún vivía en la región de Canaán ,,,,, ahora azotada por el hambre.
Por eso Dios envió a José delante de ellos.
Dios había enviado a José a Egipto delante de la familia escogida de Israel «para preservación de vida», pues los años difíciles del sueño profético habían de seguir su curso,
,,,, y aún quedaban cinco años de hambre para que se cumpliera el período de los siete anunciados.
¿Qué habría sido de los doce patriarcas, sus mujeres y sus hijos durante tan prolongada hambre si Dios no les hubiese enviado a José delante de ellos para prepararles en Egipto alimento y un lugar fértil de residencia, bajo su cuidado?
Todo formaba parte del plan que cumple el propósito de Dios prometido a Abraham.
José no elimina la responsabilidad de sus hermanos en el crimen cometido,,,,,
,,, pero destaca la intervención divina, casi como si ésta cubriera el terrible pecado de ellos ,,,,,
Sin duda, José se había consolado muchas veces aplicando este principio de fe a sí mismo.
Aquel que es espiritual, puede percibir la mano de Dios actuando en todos los acontecimientos de su vida y por lo tanto, es capaz de perdonar a los que le hacen daño.
No sólo ofreció perdón, sino que lo expresó en términos que hacían que su propia maldad pareciera una bendición.
Ellos lo habían enviado para ser esclavo. Dios lo había enviado para ser gobernador y salvador.
Cuando Dios gobierna directamente, ,,,,,,,, todas las circunstancias y todas las voluntades se someten a su dirección.
En el caso de José y sus hermanos, el gran designio fue la formación y preservación del pueblo escogido,
,,,, el cual, aislado en la tierra de Gosén, tendría que multiplicarse bajo la protección oficial del Estado egipcio dirigido por José.
Posteriormente el pueblo israelita sería oprimido, pero la opresión lo prepararía para la realización de otro gran propósito de Dios: la redención por medio del éxodo.
Génesis 45:9-14
9 Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas. 10 Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes.
Dios colocó a José en condiciones de establecer a toda su familia en la tierra más fértil de Egipto, la región de Gosén ubicada a orillas del río Nilo.
11 Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.
12 He aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla. 13 Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto; y daos prisa, y traed a mi padre acá.
“Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto”.
De igual forma cuando hablemos con nuestro Padre celestial, re-afirmemos la gloria de Jesucristo, exaltémoslo por todas sus maravillas. J
osé los envía de regreso al padre, perdonados, restaurados y con un mensaje suyo.
Eso es exactamente lo que la gracia de Jesús hace por nosotros.
Nos santifica, nos aparta para Dios y nos envía al Padre para hablarle de Su Hijo.
¡Qué maravillas tuvieron esos hermanos para contarle a su padre acerca de José!
Podemos imaginar lo que dijeron.
"Padre, hemos venido a hablarte de tu amado.
Primero confesamos que una vez lo odiamos, lo echamos fuera, lo rechazamos y lo vendimos por el precio de un esclavo.
Vimos su pena y su agonía, Padre, ,,,, y le dimos la espalda a su sufrimiento.
¡Pero lo hemos visto! Ha sido elevado a lo más alto y se le ha dado un nombre sobre todo nombre.
El mundo está a sus pies, él controla todas las cosas, los hombres vienen a él desde los confines de la tierra.
Tu amado es todo hermoso, señalado entre diez mil. Antes no veíamos belleza en él, pero ahora sí, ,,,, tal belleza y majestad que nos deja sin aliento ,,,,,
¿Y qué podemos decir de su gracia? ¡Incluso dijo que Dios lo planeó para bien!
Él ha hecho que nuestra misma culpa sea un instrumento tanto para su gloria como para nuestro bien, y su deseo es que donde él esté, allí también estemos nosotros.
Los hermanos de José, hablando con su padre sobre la gloria de José ,,,,,,, también podríamos nosotros, hablar de la misma forma con nuestro Padre sobre Cristo. ¿Cierto?
“daos prisa, y traed a mi padre acá”.
José sabe que las condiciones de vida en Canaán en tiempos de hambre son malas, y que pueden acarrear la muerte.
Por ese motivo quiere que su padre, con toda la tribu, descienda lo antes posible a Egipto.
Sus hermanos no podían creer que su hermano perdido por tanto tiempo no sólo estaba vivo sino que era su amigo.
No era el hombre poderoso que al fin se vengaría, sino un hermano cariñoso que sólo quería devolver la felicidad y la paz que había estado ausente en la familia de Jacob.
“Ustedes pueden ver que realmente soy yo quien habla, y ya no mediante un intérprete.”
14 Y se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello. 15 Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.
Ahora José dejó que sus brazos hablaran por él; abrazó cariñosamente a cada uno de los hermanos, hasta que finalmente recuperaron el habla.
Las lágrimas brotaron libremente, y las tensiones desaparecieron. Por fin podían hablar en libertad, y tenían mucho que decirle.
Ahora podían confesar que sus malvados actos contra él y contra su padre habían azotado por veinte años sus vidas personales y familiares como una plaga, y qué felices se sentían finalmente de poder quitarse ese peso de encima.
Sin duda, los hermanos le agradecieron el duro pero saludable trato que les había dado.
¿Tiene usted algún distanciamiento con un ser querido? Claro que debe haber disposición de las dos partes para lograr una reconciliación, pero no sea usted el que esté resistiendo.
Es súper admirable y placentero ser liberado de un conflicto ,,,, y poder abrazar a la otra persona con un corazón perdonador, donde el amor de Dios llena a las personas.
José abrazó a sus hermanos y los besó, especialmente a Benjamín, ,,,,,, y todos lloraron juntos.
Debido a que el pecado oculto había sido expuesto y tratado, y se había concedido el perdón,,,,
Dice el Sal. 85:10 ,,,,,
La misericordia y la verdad se encontraron, y la justicia y la verdad se besaron (Sal. 85:10).
Esta reconciliación fue posible porque José había sufrido y triunfado,
,,,, y es un hermoso cuadro de lo que el Señor Jesucristo hizo por los pecadores en Su muerte en la cruz y Su resurrección.
Como Jesús, José pasó del sufrimiento a la gloria, de la prisión al trono, y pudo compartir su riqueza y gloria con los demás.
Esto también es un cuadro de la experiencia de Cristo con su propio pueblo Israel:
,,,, Lo rechazaron cuando vino la primera vez (Juan 1:11; 5:43), pero lo reconocerán y lo recibirán cuando venga la segunda vez. , y llorarán y se arrepentirán (Zac. 12:10–13:1).
15 Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y DESPUÉS SUS HERMANOS HABLARON CON ÉL.
“Después sus hermanos hablaron con él” (Génesis 45:15) es una frase simple pero muy significativa.
Cuando José era un adolescente en casa, sus hermanos lo odiaban tanto que ni siquiera podían hablarle ,,,,
Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. (37:4),
,,,, pero ahora que han sido reconciliados y perdonados, la comunicación es posible.
Después que José hubo abrazado a Benjamín, los acarició a todos ellos y, luego, sus hermanos conversaron libremente con él de todos los asuntos de la casa de su padre.
Después de las señales de la verdadera reconciliación con el Señor Jesús, sigue la dulce comunión con Él.
El distanciamiento con las personas presenta una situación muy incómoda, pero el distanciamiento con nuestro Señor es terrible.
Sin embargo, su perdón está disponible en este momento y Él está esperando que regreses a sus brazos.
¿No te gustaría en este momento sentir la paz de su perdón y el gozo de la reconciliación con Dios?
El poder de la reconciliación trae transformación autentica a nuestras vidas.
Oremos.
Te amamos Padre celestial, gracias porque por medio de tu Hijo Jesús podemos reconciliarnos contigo y recibir perdón y vida eterna. Jamás dejaremos de maravillarnos por tanta misericordia mostrada a nosotros. Queremos rendirnos a tus pies y apreciar y disfruta tu presencia en medio de tu gracia redentora. En Cristo Jesús oramos, amén.