Juan 8:32;36

A la mayoria de los seres humanos le gusta que le hablen la verdad y no le mientan. Los psicólogos han dicho que para mantener un matrimonio estable, la comunicación entre ambos debe ser con la verdad. A los políticos los tildan de mentirosos porque no hablan con la verdad. Así mismo, los padres piden a sus hijos que siempre les hablen con la verdad. Así que a todos de alguna manera nos gusta que no nos mientan y siempre nos hablen con la verdad. Hoy vengo a presentarte la verdad personificada y encarnada; vengo a presentarte a Cristo.

Alguien dijo: “cada cual cava su propia tumba”; y creo que el ser humano cava y origina sus propias cuevas. Una cueva es un lugar que se utilizaba como hogar o refugio en donde las personas se pueden sentir protegidas; era un escondite. Sin embargo, en las cuevas no se podia sembrar nada, no producian nada, eran terreno infertil. Adicional, se utilizaban como sepulcros o tumbas. ¿A dónde vamos con esto?

Hay cuevas espirituales creadas y originadas por nosotros mismos, cuevas en donde nos refugiamos, donde nos protegemos de situaciones en la vida. Cuevas que no producen nada, terrenos espirituales infertiles, cuevas que se convertiran en sepulcros si no salimos a tiempo de ellas. Por ejemplo, hay personas que estan en la cueva de:

El alcohol

De la drogadicción

De los juegos

De la depresión

De las pastillas

De la religiosidad

Del dinero

Del orgullo

De la vanagloria

Del egoismo

Hoy, la verdad ha llegado; Cristo ha llegado, para decirte que si lo conoces te hará libre y te sacará de la cueva en la que te encuentras. Nuestra esperanza es confiar en ser libres por aquel que ya es libre. ¡Hay libertad en Jesucristo! Cuando conocemos la verdad, somos libres de la mentira.

Si Cristo te liberta, serás verdaderamente libre.