1 Tim 3: 15 | La Iglesia es portadora de la verdad de Dios

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Contexto
1 Timoteo 3:15 es una exhortación de Pablo a Timoteo, su joven colaborador, sobre cómo debe comportarse en la iglesia, que Pablo describe como "la casa de Dios" y "columna y baluarte de la verdad". Este versículo se encuentra en un contexto donde Pablo está dando instrucciones sobre el liderazgo y la conducta en la iglesia (1 Timoteo 3:1-14).

La identidad de la Iglesia - "La casa de Dios"

Exegético: La expresión "la casa de Dios" indica la iglesia como la familia espiritual de Dios. Esto resalta la importancia de la comunión y el sentido de pertenencia dentro del cuerpo de Cristo. La iglesia no es solo un edificio físico, sino una comunidad de creyentes.
Aplicativo: Como miembros de la "casa de Dios", debemos comportarnos con amor y respeto unos a otros, promoviendo la unidad y el cuidado mutuo. También implica que debemos mantener la santidad y la reverencia en nuestras vidas y en nuestras reuniones.

La procedencia de la Iglesia - "La iglesia del Dios viviente":

Exegético: Pablo enfatiza que la iglesia pertenece al Dios viviente, contrastando con los ídolos muertos y las religiones falsas. Dios es activo y presente en la iglesia.Aplicativo: Nuestra conducta debe reflejar que servimos a un Dios vivo. Esto nos llama a tener una vida de adoración, obediencia y testimonio vibrante. Nos desafía a mostrar al mundo que nuestra fe es real y dinámica.

El propósito de la Iglesia - "Columna y baluarte de la verdad":

Exegético: La imagen de la iglesia como "columna y baluarte de la verdad" sugiere estabilidad y defensa. Las columnas en la arquitectura antigua eran esenciales para la estabilidad de una estructura, y un baluarte es una fortaleza que defiende contra ataques.
Aplicativo: La iglesia tiene la responsabilidad de mantener y proclamar la verdad del Evangelio. Debemos estar firmes en nuestra doctrina y enseñar la verdad con claridad y convicción. Además, debemos defender la fe contra las falsas enseñanzas y vivir vidas que reflejen la verdad que proclamamos.

La Iglesia es «columna y sostén de la verdad»

La Iglesia es «columna y sostén de la verdad» (1 Tim. 3:15). Esto significa que la verdad no es un simple adorno de la Iglesia, sino algo que define su misma naturaleza. Por ello, la verdad es la tercera marca esencial de la Iglesia.

1. La iglesia es fundada en la Verdad.

En primer lugar, la Iglesia está establecida en la verdad. El fundamento de la Iglesia es la Palabra de Dios (Efe. 2:20). La Iglesia está edificada sobre la verdad de las Escrituras. La Iglesia crece a medida que las personas se unen al cuerpo de Cristo por la fe. Sin embargo, la fe viene por el oír, y el oír viene por la Palabra de Dios (Rom. 10:17). Dicho de otro modo, sin la Palabra no hay salvación, y sin salvación no hay Iglesia.
La iglesia tiene su fundamento en Jesucristo, quien es la Verdad (Juan 14:6). Este fundamento sólido es esencial para su existencia y propósito.
1 Corintios 3:11: "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo."
Efesios 2:19-20: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo."

2. La iglesia es gobernada por la Verdad.

En segundo lugar, la Iglesia es gobernada por la verdad. Cristo es la cabeza de la Iglesia (Col. 1:18), y Cristo gobierna y dirige su Iglesia a través de su Palabra (Mat. 28:20). Sin la Biblia, la Iglesia quedaría abandonada a sus propias estrategias pragmáticas mientras deambula en las tinieblas hacia su propia perdición. Podemos estar agradecidos porque la Iglesia tiene en las Escrituras todo lo que necesita para conocer y llevar a cabo sus propósitos (2 Tim. 3:16-17).
La iglesia se guía por la Palabra de Dios, la cual es la verdad. Esta verdad dirige su doctrina, práctica y conducta.
2 Timoteo 3:16-17: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."
Juan 17:17: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad."

3. La iglesia es santificada por la Verdad.

En tercer lugar, la Iglesia es santificada por la verdad (Jua. 17:17). La iglesia está llamada a ser santa y a madurar en santidad, y la santidad solo viene por medio de la Palabra de Dios (Efe. 5:26). La Iglesia existe, además, para ser el medio que Dios utiliza para la santificación. Es decir, a través de la iglesia el pueblo de Dios es purificado y moldeado a la imagen perfecta del Señor Jesucristo (Efe. 4:13).
La verdad de Dios purifica y santifica a los creyentes, transformándolos a la imagen de Cristo.
Efesios 5:25-27: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha."
Juan 17:17: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”
Juan 17:19: "Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad."

4. La iglesia es administradora de la Verdad.

En cuarto lugar, la Iglesia es administradora de la verdad. Aquello que establece la unidad y la santidad de los santos es lo mismo que se le ha confiado a la Iglesia: la verdad (Jud. 3). Como administradora, la Iglesia está llamada a creer, obedecer, defender y proclamar la verdad.
La iglesia tiene la responsabilidad de guardar, enseñar y defender la verdad del evangelio.
1 Timoteo 6:20: "Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia."
Tito 1:9: "Reteniendo la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen."

5. La iglesia proclama la Verdad.

En quinto lugar, la Iglesia proclama la verdad. La misión de la Iglesia es evangelizar a los no creyentes y discipular a los creyentes con la verdad de la Palabra de Dios (Mat. 28:19-20). Por ello, Martyn Lloyd-Jones afirmó: «La tarea principal de la Iglesia y del ministro cristiano es la predicación de la Palabra de Dios».[13] La Iglesia debe reunirse para adorar a Dios mediante la comunicación de la verdad a través de la predicación de la Palabra de Dios, el canto de la Palabra de Dios, la oración de la Palabra de Dios y la observancia de la Palabra de Dios en las ordenanzas. Con estos métodos que le han sido otorgados por Dios, la Iglesia lleva a cabo su propósito siendo lo que Dios diseñó que fuera: columna y sostén de la verdad.
La misión de la iglesia incluye proclamar el evangelio, anunciando la verdad de Dios a todo el mundo.
Mateo 28:19-20: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
1 Pedro 2:9: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable."
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