Supliendo las necesidades de la gente
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Introducción
Introducción
La iglesia tiene el mismo llamado de hace 2,000 años atrás. Nuestro llamado es hacer discípulos de Cristo.
Nuestro llamado no es hacer discípulos de un mortal, si no que somos llamados a ser y hacer discípulos de Jesús.
Los apóstoles luego de recibir el Espíritu Santo en el día del Pentecostés, salieron a predicar el evangelio de Cristo.
Y el primer milagro registrado luego del derramamiento del Espíritu Santo se encuentra en Hechos capítulo 3. Y quiero que me acompañes a ese pasaje.
1 Cierto día Pedro y Juan subían al templo a la hora novena, la hora de la oración. 2 Y había un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo. 3 Este, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar al templo, les pedía limosna. 4 Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista en él, le dijo: «¡Míranos!» 5 Él los miró atentamente, esperando recibir algo de ellos. 6 Pero Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!» 7 Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza, 8 y de un salto se puso en pie y andaba. Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios. 9 Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios, 10 y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.
Nuestra actitud ante la necesidad
Nuestra actitud ante la necesidad
Cuando una persona que tiene alguna necesidad se acerca a ti. ¿Cuál es tu actitud? ¿A lo mejor lo rechazas? ¿Le vira la cara? ¿Le das dinero?
Si bien muchas veces tratamos de virar la cara, porque a lo mejor no tenemos dinero, sin embargo, en este pasaje vemos un ejemplo de qué cosas podemos hacer.
Pedro y Juan, tampoco tenía dinero. Sin embargo, vieron más allá la necesidad del cojo y no era meramente física. El cojo tenía una necesidad espiritual.
El propio apóstol Pablo oró por la iglesia de Éfeso con este fin
14 que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de Su gloria. 15 Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que hay entre ustedes, y de su amor por todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por ustedes, mencionándolos en mis oraciones, 17 pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él. 18 Mi oración es que los ojos de su corazón les sean iluminados, para que sepan cuál es la esperanza de Su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, 19 y cuál es la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de Su poder. 20 Ese poder obró en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, 21 muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino también en el venidero. 22 Y todo lo sometió bajo Sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23 la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en todo.
El deseo de Dios es que nosotros tengamos los ojos espirituales abiertos para ver la verdadera necesidad de las personas. La cual es una necesidad espiritual.
Necesidades espirituales
Necesidades espirituales
El problema de la humanidad comenzó en el huerto del Edén, con el pecado de Adán. Debido al pecado de Adán nosotros nacemos con una naturaleza pecaminosa, por lo tanto, vamos a actuar de acuerdo con nuestra naturaleza. Una naturaleza caída.
En Romanos 5:12-21
12 Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron. 13 Pues antes de la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley. 14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura de Aquel que había de venir. 15 Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un Hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos. 16 Tampoco sucede con el don como con lo que vino por medio de aquel que pecó; porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones resultando en justificación. 17 Porque si por la transgresión de un hombre, por este reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de un Hombre, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de Uno los muchos serán constituidos justos. 20 La ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia, 21 para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor.
Es por eso que Jesús tuvo que venir, par salvarnos de nuestra verdadera necesidad, tener una naturaleza caída.
21 »Y dará a luz un Hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados»
Por lo tanto, el problema mayor que tiene el ser humano NO ES económico, o un problema político, o familiar.
EL PROBLEMA MAYOR DEL SER HUMANO ES NUESTRA LUCHA CON EL PECADO.
Y así como Jesús llegó a nuestras vidas y nos restauró con una nueva naturaleza, es necesario que nosotros nos convirtamos en embajadores del Rey, supliendo las necesidades espirituales de la gente nos rodea, de su necesidad de Cristo.
Lo que tengo te doy
Lo que tengo te doy
A lo mejor estás en un momento de tu vida, que estás como Pedro y Juan, no tenían ni oro ni plata. Sin embargo, ellos tenían algo más grande que el oro y la plata, tenían el poder del Espíritu.
Si no hay Amén
Parece que no entendieron, Pedro y Juan tenían algo más valioso que el dinero. El poder del Espíritu Santo.
Ese es el regalo más grande que le podemos dar a una persona.
Seremos incapaces de suplir la necesidad de las personas si no tenemos que dar
Seremos incapaces de suplir la necesidad de las personas si no tenemos que dar
Para cubrir la necesidad espiritual de los demás, por esto tenemos que nosotros estar llenos. Nosotros tenemos que estar pegados a la fuente, para que nuestra necesidad sea suplida. Es la única forma que podemos suplir las necesidades de los demás.
Porque nuestra necesidad espiritual es constante. Por lo tanto, debemos estar supliendo nuestra necesidad de forma constante.
¿Cómo mantenemos nuestra espiritual cubierta?
Alimentándonos constantemente de la Palabra de Dios.
Mantener una relación saludable con el Padre que es el que mantiene todo lo que somos.
Mantener nuestras disciplinas espirituales, tales como:
Ayuno
Retiros personales
El servicio
la confesión
la adoración
la celebración