Devocional 13 septiembre 2024

*Jeremías 15:1,2, 5-6 (NBLA)*

*1 Entonces el Señor me dijo: «Aunque Moisés y Samuel se presentaran ante Mí, Mi corazón no estaría con este pueblo. Échalos de Mi presencia, y que se vayan.*

*2 »Y cuando te digan: “¿Adónde iremos?”, les responderás: “Así dice el Señor: ‘Los destinados para la muerte, a la muerte; Los destinados para la espada, a la espada; Los destinados para el hambre, al hambre, Y los destinados para el cautiverio, al cautiverio’ ”.*

*5 »Porque, ¿quién se compadecerá de ti, oh Jerusalén? ¿Quién llorará por ti, O quién se apartará de su camino para preguntar por tu bienestar?*

*6 »Tú me has dejado», declara el Señor, »Sigues retrocediendo. Extenderé, pues, Mi mano contra ti y te destruiré; Estoy cansado de compadecerme.*

El Señor advierte al mismo Jeremías acerca de 2 hombres respetables en la historia de Israel y que son considerados columnas de la relación de Dios con Su pueblo. Son el caso de Moisés y Samuel.

En el caso de Moisés, fue él quien habló cara a cara con Dios, quien además intercedió por el pueblo cuando en sus rebeliones adoraron ídolos y dudaron de Dios en el desierto, fue Moisés quien constantemente oraba y se presentaba delante de Dios para que Dios no desechara a Su pueblo y no los destruyera y quien consiguió que Dios los acompañara en todo el trayecto en el desierto: *Éxodo 33:14–15 (NBLA)*

*14 «Mi presencia irá contigo, y Yo te daré descanso», le contestó el Señor.*

*15 Entonces Moisés le dijo: «Si Tu presencia no va con nosotros, no nos hagas salir de aquí.*

El caso de Samuel, también es muy interesante, pues fue colocado en lugar de un sacerdote que se vivía deshonrando a Dios, que no ponía límites a sus hijos y que habían convertido la adoración y los sacrificios en una auténtica cueva de ladrones. Fue Samuel de quien se dice que: *1º Samuel 3:19 (NBLA)*

*19 Samuel creció, y el Señor estaba con él. No dejó sin cumplimiento ninguna de sus palabras.*

Fue Samuel quien nombró al primer rey y después le tocó removerlo con juicio y ungir al nuevo rey, a David.

Bueno, pues con todo lo que tenían ambos personajes, Dios dice que, aunque ellos se presenten ante Dios (podemos entender que se presentan a interceder por el pueblo, a rogar a Dios por otra oportunidad) aún así, Dios no aceptaría esa petición. Dios está decidido a echarlos de Su presencia: “¡Que se vayan! dice el Señor.”

Y cuando el pueblo pregunte: ¿a dónde iremos? les responderás: En una sola palabra, a Juicio, pero efectuado de 4 maneras diferentes: 1) Muerte; 2) Espada; 3) Hambre; 4) Cautiverio.

El Señor se ha cansado de compadecerse… Estas son palabras durísimas de escuchar, pero con esto, el Señor nos muestra que Su misericordia llega a Su límite, que Su longanimidad llega a su fin. Estos atributos de Dios comunican bondad, paciencia, el hecho de soportar por mucho tiempo la ofensa, pero llega el momento del juicio.

Ese juicio que también se da por amor, principalmente por amor del Nombre del Señor, quien debe ser alabado y no blasfemado, y ¿cómo encontrará Su alabanza en un pueblo que traiciona tantas veces y de tantas maneras? Además, como lo leemos en *Proverbios 3:12 (NBLA)*

*12 Porque el Señor ama a quien reprende, Como un padre al hijo en quien se deleita.*

El Señor muestra todavía Su amor, compasión y misericordia en la disciplina de Dios por Su pueblo.

¿Cuánto tenemos que padecer como consecuencia de nuestros pecados y rebeldías ante el Señor?

¿No sería mejor agradar al Señor con nuestra manera de vivir y que Su presencia sea favorable para nosotros cada día?

Bendiciones.